Partida Rol por web

Constantine guía a los acólitos hasta el sótano acompañado de un arbitrador ayudante con entrenamiento médico y les lleva hasta la morgue. Allí les presenta al adepto biologis Talanis, un tecnosacerdote particularmente anciano e impertérrito que camina ayudado por un bastón metálico y responde al saludo con una inclinación de cabeza a cada uno. Su estado de salud parece acorde al de la ciudad, con su carne arrugada colgando flácida de sus huesos y sus oxidados implantes chirriando con cada movimiento, casi tan rojos como sus desteñidas túnicas de la orden del culto a la máquina.

Mientras el arbitrador medicae muestra a Arcturus los cogitadores desde donde puede acceder a los informes con mayor rapidez, Constantine guía a Claudius hacia las telas que cubren los cadáveres y los señala uno por uno:

- Zamura Rolart, la primera víctima, en vida era una belleza. Senh-Ar Dole, aunque había pasado unos meses aquí se trataba de un comerciante forastero, de fuera del planeta; murió con su mujer y su tripulación se fue poco después. Lord Sur'Seculo, suponemos que él y Dole, eran las víctimas principales en cada caso, ya que sus acompañantes no estaban desmembrados; a pesar de todo, con él murieron su familia y sirvientes, tal vez unas cincuenta personas en total. El cuerpo del supuesto miembro de Resaca estaba en demasiado mal estado, me temo que no fuimos capaces de conservarlo intacto por mucho tiempo. -

Constantine se tenía que ir, acompañaría al resto de acólitos a la escena del crimen, pero antes de irse instó a Claudius y Arcturus a que si necesitaban algo, se lo pidieran al arbitrador medicae o al tecnosacerdote biologis

Claudius sonreía ampliamente mientras descendían de camino a la morgue ubicada en el sótano. Casi no podía evitar dar saltitos de emoción. Aquello de trabajar para la Inquisición acababa de demostrarse de lo más interesante. Apenas se le apagó el animo cuando les alcanzó el olor a alcanfor, etanol, formol y otras sustancias desagradables que le costaba identificar al pasar por los filtros nasales. Su época como oficial y su entrenamiento médico habían sido breves, pero la investigación era su pasatiempo y la investigación de lo oculto su pasión secreta. Le cosquilleaban los dedos deseando comenzar la revisión de las autopsias, preparó la autopluma, el crono, la placa de datos y mantuvo a mano el grimorio, mientras indicaba al servocráneo como debía de auxiliarle con su luz, su sistema de grabación y su propio sistema de escriba.

Tras escuchar las brevísimas y sin duda incompletas explicaciones del biologis dejó a Arcturus con los informes, que luego él mismo revisaría y comentaría con éste y se centró en los cuerpos y las muestras expuestas.

Solicitó al arbites y al biologis acceso al equipo de disección del cuartel del arbites y preparó además su propio instrumental.

Mientras descienden, Arcturus se coloca el Opus Machina en un lugar bien visible; para cuando son presentados a Talanis, la insignia reluce en su túnica escarlata. El tecnosacerdote dedica una profunda reverencia al otro adepto del Mechanicus, preguntándole respetuosamente y de forma conversacional, o todo lo conversacional que puede ser un intercambio hablado entre dos adeptos de Marte, si se ha ocupado de examinar los restos de todas las víctimas de estos siniestros asesinatos, sin profundizar más por el momento. Con un educado gesto dio a entender que iba a concentrarse en el cogitador que ya tenía delante.

-Quisiera ver los informes cuanto antes, pero me gustaría hablar más en profundidad con usted después, si es posible -concluyó, con un deferente saludo ritual que, no obstante, no conseguía hacer que aquello sonara como una petición.

Se conectó a la máquina y sintió esa calma de espíritu que lo invadía en cuanto su mecadendrita comenzaba a funcionar a ritmo monótono, con levísimos crujidos, balanceándose suavemente el extensor articulado. El electroinjerto comenzó a brillar tenuemente en tonos rojizos. Seguía de lejos las explicaciones que Claudius recibía de Constantine. Tres casos, más cadáveres. Respiró hondo y se concentró en las invocaciones necesarias para que el espíritu que habitaba los sacros canales del lenguaje máquina le fuera propicio.

Buscaba los informes, y leía, atento a los los sellos de tiempo y autores de todas sus posibles versiones, entrelazadas entre sí por intrincados patrones de búsqueda, invisibles telas de araña de datos desmenuzados. Analizaba cada página, cada frase, cada palabra, prestando la minuciosa atención que se le había enseñado al tratar con documentos, empleando diferentes técnicas aprendidas con los lexicomecánicos. Aprovechando el cogitador se hacía con material de apoyo, como planos de la ciudad e informaciones básicas sobre hechos locales y los rasgos mayores de la idiosincrasia del planeta. Y anotaba, registraba, comparaba y hacía exégesis. Minuciosamente.

Y parecía absorto, buscando algo más...

Porque, en efecto, buscaba algo más. Suplicaba píamente al cogitador datos acerca de la torre en la que se encontraban, sus planos y su historia, y cualquier información sobre los Haarlock que pudiese haber quedado allí mencionada.

Y, también, por recovecos discretos, tentando la suerte con las plegarias más osadas, buscaba datos acerca de los acontecimientos recientes que habían llevado allí a los arbites. ¿Qué había ocurrido con aquellos tecnoherejes?

El examen de los cuerpos se realiza con rapidez y diligencia. Hay disponibles algunas páginas de un informe forense redactado por el tecnosacerdote Biologis, pero Claudius apenas necesita consultarlo, todo está escrito en los propios cuerpos. Los tres han sido despedazados y destrozados más allá de lo reconocible, tampoco había duda de que aquello fue la causa de la muerte en los 3 casos, sus extremidades habían sido arrancadas a la fuerza mientras aún vivían, una fuerza realmente mastodóntica, y sus torsos solitarios estaban aplastados sin que ninguno mostrase signos de cortes o heridas por armas de fuego, solo contusiones. Era muy posible que el autor de los asesinatos hubiera practicado esa violencia tan extrema sobre los cuerpos para ocultar pistas deliberadamente, ya que ninguno de ellos tenía marcas distintivas o reconocibles que llamasen la atención.

Solo el cuerpo de Senh-Ar Dole tenía una pequeña rareza, en uno de los lados de su torso tenía unas pequeñas quemaduras que podrían pasar por una leve salpicadura de ácido de no ser porque estaban distribuidas en un patrón ovalado bastante regular que a Claudius le recordaron a marcas de dientes, aunque no se trataba de una herida grave y por si sola no habría sido suficiente para causar a Senh-Ar Dole más que alguna molestia. Era cierto que aquella marca no era evidente a la vista, pero, para sorpresa de Claudius, aquella anomalía no aparecía en el informe del tecnosacerdote Biologis.

La labor de examinar los informes, por otro lado, era mucho más compleja y enrevesada. Nombres de arbitradores y números de escuadrón se entremezclaban y aparecían mencionados varias veces. La mayor parte de los papeles estaban por duplicado o triplicado, cada uno escrito desde el punto de vista de un arbitrador diferente sin que hubiera diferencias significativas sobre sus versiones en la forma de proceder con la recuperación de cuerpos y la búsqueda de pistas.

Desde luego, en los informes había nombres de algunos arbitradores a quienes podrían preguntar de primera mano si quisieran una versión más completa de lo ocurrido, pero aparte de eso los informes no especificaban información de utilidad para realizar una investigación. No era de extrañar que los propios arbitradores se encontrasen bloqueados ante ese caso.

Arcturus se estiró frente al cogitador, sobre la mesa cubierta de papeles de diferentes tamaños y colores; llevaba un buen rato encorvado leyendo, comparando, anotando. Pero no parecía muy satisfecho, lanzaba ocasionales miradas a Claudius alternándolas con resoplidos que podían estar causados por el hartazgo o la frustración.

Releyó los informes que relataban los hallazgos de los cuerpos con el ceño fruncido. ¿Había alguna conexión entre las víctimas que se le escapaba? ¿O era el lugar donde ocurrieron los asesinatos lo que era relevante, o el momento? O no había ninguna relación entre todo aquello, y los macabros asesinatos eran fruto de una mente perturbada, dominada por aleatorias pasiones criminales... Quizás, pero era poco probable.

Buscó también, como quien busca sin esperar encontrar nada, cualquier patrón en los nombres de los arbitradores implicados en el caso, desde los agentes de a pie que visitaron los lugares de los hechos hasta los supervisores que gestionaron todo aquello. Tamborileaba con los dedos en la mesa mientras tanto, absorto...

En la morgue había un silencio sepulcral, apenas roto por los movimientos de Claudius con el bisturí, y los ruidos metálicos de las extremidades metálicas de Arcturus, mientras intentaba procesar mentalmente toda la información de la que era capaz. el tecnosacerdote Biologís permanecía a un lado de la mesa de operaciones, mirando sin interrumpir y sin hacer un solo ruido, apoyado en su bastón con todas sus extremidades quietas y lacias; si no fuese por su lenta respiración y el levísimo rumor de sus purificadores sanguíneos aún en funcionamiento bajo la túnica aquél venerable y jorobado tecnosacerdote parecería una estatua.

El arbitrador medicae había pasado por diferentes fases de nerviosismo. Había esperado en pie, se había sentado en una silla y había caminado dando vueltas por la habitación mientras pasaban los minutos, pero finalmente debió de encontrar insoportable aquél silencio absoluto. Amablemente se despidió y les informó de que si lo necesitaban estaría en la sección de almacenaje, apenas a un par de puertas de distancia.

Se levantó despacio, agarró un puñado de papeles y se lo mostró a Claudius, pidiéndole ayuda con cierta mecánica rudeza. Le señaló algunos detalles apuntando con el dedo y cuchicheando en voz baja, los puntos que llamaban su atención o los que le parecían más oscuros. Estos últimos eran muchos, todo parecía tan inconexo, a pesar de las evidentes relaciones... Posó en el aristócrata una mirada lo más cercana a la súplica que era capaz de ofrecer.

- Estimados compañeros - dijo Claudius quitándose la mascarilla y esbozando una sonrisa - querría mostrarles algo, si me hacen el favor de acercarse - miren, justo aqui, esas marcas ¿no les recuerdan a algo? ¿a alguno se le ocurre qué puede ser?¹

- No parece nada importante, pero ya saben, en investigación no hay que dejar nada al azar. Un investigador concienzudo es un investigador suertudo, como suelo decir (aunque en realidad no es que haya mucha gente para escucharme habitualmente).

El servocráneo daba vueltas a su alrededor tomando notas e imágenes de todo como Claudius le había indicado al comenzar, sirviendo de mudo ayudante con su zumbido constante.

- Si, mi querido amigo, ahora le echaremos un ojo a esos informes, o los dos, ya me entiende (un chiste, ya sabe, aunque dudo que lo entienda) - Estaba claro que el formol y los papeles viejos mejoraban el ánimo del noble.

El tecnoadepto había realizado un trabajo concienzudo, propio de un cogitador en buen estado y lo había registrado ordenada y escrupulosamente. Claudius sin embargo echó de menos las anotaciones en los márgenes, los post-scriptum y los diagramas explicativos dibujados aqui y allá como solía hacer él mismo, siguiendo varias líneas de pensamienot a la vez a las que iba y volvía según encontraba (o se le ocurrían) cosas.

Se limitó a señalar algunas incongruencias aqui y allá entre fechas y nombres de arbitradores, que en ocasiones aparecían por nombre, otras por apellido, otras por número de placa y las más veces, tan sólo por su rango, el que en ocasiones, para más inri, había variado en dos casos al ser los implicados ascendidos en los últimos meses (probablemente con méritos o tiempo de servicio insuficientes, pero necesario para cumplir las numerosas vacantes.²

Tomó, eso si, algunas notas en sus propios papeles para cotejarlas más tarde.

Los cuerpos de los asesinados no tenían mucha más información que ofrecer., a pesar de que Claudius fue concienzudo en su examen. Cuando llamó la atención sobre la extraña marca que parecía la leve sombra de un mordisco incluso el tecnosacerdote biólogis salió de su pétrea inmovilidad para inclinarse sobre el punto señalado por el noble. Aunque su rostro no se inmutó, un par de sus extremidades metálicas en forma de tubo articulado se desperezaron con ruidosos movimientos oxidados mientras el tecnoadepto suspiraba en un monótono susurro _{- hmmmmmmmmmmmmm... -} sin embargo, si tenía alguna opinión al respecto, no la mencionó en voz alta.

El tecnosacerdote se volvió hacia la mesa donde se almacenaban los informes forenses, seguramente para anotar aquél peculiar hallazgo, aunque sus movimientos eran tan lentos que resultaban terriblemente frustrantes. Mientras tanto, Claudius pudo dejar temporalmente a un lado aquella labor médica y apoyar la investigación de Arcturus con los informes. La labor resultó mucho más fructífera de lo que hubiera sido si la realizase solo una persona, ya que las pequeñas diferencias se hicieron visibles al comparar lo que cada uno había leído por separado.

Por supuesto, algunas diferencias eran de esperar, pequeñas discrepancias en los puntos de vista de cada arbitrador que no afectaban a la visión global de los incidentes; sin embargo había más que eso. Algunos informes estaban incompletos, y solo leyéndolos todos se podía recapitular la información completa del incidente. En un caso especialmente frustrante la grabación del interrogatorio a un sospechoso durante la investigación del primer asesinato (a la dama Zamura Rolart) estaba parcialmente dañada y solo había una copia en texto de los fragmentos perdidos de la conversación, evidentemente escritos a posteriori y de memoria. Los únicos informes más completos y que aseguraban una legibilidad decente eran los firmados por el mariscal primero Skarmen y su segundo al mando Constantine. Algunos revisados y corregidos por ambos en más de una ocasión. Especialmente el nombre de Constantine aparecía en muchas ocasiones añadiendo correcciones en los márgenes de los informes y señalando el punto exacto en que un informe parecía contradecir a otro, acompañado por una amonestación al arbitrador en cuestión que había cometido un error.

El resultado final no era desastroso. Los informes venían a decir lo que Constantine ya les había explicado resumidamente en su primer encuentro. No había pistas reales de la identidad del posible asesino. Tampoco las víctimas compartían un patrón común (Zamura, una noble menor; Sur'Seculo, un noble superior del Quorum; y Senh-Ar Dole, un acaudalado comerciante forastero sin relación aparente con ninguno de los otros dos). En los casos de Zamura y Senh-Ar Dole (los primeros asesinatos) los informes apuntaban a un posible robo sin concretar, mientras que en el de Sur'Século simplemente se había incendió y destruyó toda su mansión y alrededores incluyendo todo tipo de objetos de gran valor, lo que descartaba el robo como móvil. Tan solo la similar brutalidad sufrida por las víctimas los relacionaba.

Ahora los acólitos tenían nombres de arbitradores y personas a las que interrogar, y lugares que visitar si hacía falta. Los informes no habían revelado ninguna sospecha clara, pero sí una gran desorganización por parte de los miembros arbitradores de ese planeta, que solo era compensada por la tremenda diligencia de Constantine y Skarmen en solucionar la falta de seriedad de sus subalternos.

- Imagino que de momento hemos terminado aqui querido amigo - señaló Claudius a su metálico acompañante - al menos de momento.

- Me temo que al maestro biologis puede llevarle un rato completar nuestras actuales pesquisas ¿qué le parece si nos llevamos esos informes a otra parte mientras le dejamos trabajar? sin duda se pondrá en contacto con nosotros cuando termine su labor ¿no es así? - preguntó esbozando una encantadora sonrisa, algo echada a perder por la mascarilla que colgaba de una de sus orejas.

No obstante Claudius enarcó una ceja cuando miró a Arcturus mientras los demás miraban a otra parte. La pregunta muda era clara - ¿el biologis es raro, torpe obsoleto u oculta algo?

Como si aquel gesto no hubiera existido continuó hablando mientras recogía sus cosas.

- El arbitrador medicae sin duda podrá avisar al magister auxilia Constantine y que éste se ponga en contacto con nostros ¿verdad? - sin duda el oficial se mostraría colaborador y menos opaco que el decrépito (y es mucho decir viniendo de alguien como Claudius) tecnosacerdote.

- ¿Cual sería la relación entre las víctimas en teoría tan poco relacionadas? ¿Quizás pertenecían a una organización secreta? ¿un culto? ¿Quizás molestaron a la misma persona cada cual a su manera años atrás? - murmuró ininteligiblemente mientras metía sus enseres una vez esterilizados en la bolsa.

Inclinado sobre los papeles, asentía satisfecho a algunas observaciones de Claudius. Ahora todo parecía más claro. Alzó los ojos hacia el viejo: -Iba a decirle lo mismo.

Se irguió, dejando al aristócrata recoger la documentación, y aprovechó para deslizar entre ella, de modo que no pudiera pasarle desapercibida (la apunto un par de veces con el dedo), un informe distinto, de su propia cosecha.* Antes de añadir: -Pero antes de irnos... Debo hablar con el adepto biologis.

Sin más dilación se dirigió al anciano tecnosacerdote, con actitud respetuosa pero acercándose quizás un poco más de lo acostumbrado entre los suyos, como haciendo su presencia imposible de ignorar. Prescindió de prácticamente todos los largos saludos protocolarios de rigor y, considerando a Claudius, optó por evitar cualquier código máquina. El tono fue tan cavernoso e inerte como de costumbre. O quizás algo más.

-Maestro Talanis, supondrá que debemos importunarle con algunas preguntas. Mi compañero seguramente querrá conocer su fundada opinión acerca de las marcas del cuerpo de Senh-Ar Dole... ¿quemaduras? También debo preguntarle por el informe de autopsia del cadáver calcinado y mutilado que entregaron los Resaca; tengo entendido que usted hizo lo examinó. Entienda que todos los detalles son fundamentales. Sea minucioso en la descripción.

Hizo un gesto con la mano y la cabeza, invitando a Talanis a explicarse.

La sala de autopsias había quedado invadida por un silencio sepulcral, roto solo por las frases intercambiadas entre los acólitos y el ocasional rasgueo de pluma del tecnosacerdote biologis; a pesar de su pulso lento y tembloroso, el texto escrito en el papel se revelaba claro y sin errores.

El tecnosacerdote Talanis seguramente habría continuado inmerso en su labor el tiempo que necesario para completar su tarea si no hubiera sido interrumpido por Arcturus. De inmediato incorporó su naturalmente encorvado cuerpo todo lo que pudo para atender a las palabras para su compañero del culto, y en cuanto este terminó su solicitud comenzó a responderle casi de inmediato. El biologis no fue tan considerado como Arcturus a la hora de emplear su lenguaje, aunque incluso el propio acólito tecnosacerdote quedó intrigado por la forma de expresarse de su anciano homólogo. Parecía que entremezclaba lenguaje en código con el idioma del Emperador apenas consciente de que lo hacía, resultando en un discurso que, aunque entendible, requería de un esfuerzo para ser comprendido, incluso para Arcturus.

- Duda razonable... **IF {acceso>=autoridad3}** Se acepta... Informe de sujeto: SAD-270397X. Varón. Edad: 34 años. Nombre conocido: Senh-Ar Dole. Ocupación: comerciante independiente menor. Causa de la muerte: amputación múltiple de extremidades. **ACCESS {data[old_reg] ADD new info('quemaduras')}** marcas pequeñas y circulares, forma geométrica imperfecta. Conclusión: Quemadura química. Relevancia en la muerte del sujeto: Casi nula.

**RETRIVER {stored file --> id:???-100497C}** Informe de sujeto: ???-100497C. Varón. Edad: Indeterminada entre los 40 y los 60. Nombre: Desconocido. Ocupación: Desconocida. Causa de la muerte: amputación múltiple de extremidades. Se confirma que el cuerpo fue calcinado post-mortem. Información recuperable del cadáver: Casi nula. Integridad osea del cadáver: 36%, medios disponibles insuficientes para conservar el cuerpo en su estado original más de unos días. Coincidencia en la metodología del asesinato en investigación: 97%, margen de error <1%. Posibilidad de asesinato fraudulento o imitador: <2%. -

- ¿el biologis es raro, torpe obsoleto u oculta algo?

La pregunta de Claudius no está tan alejada de la realidad. Incluso las mejoras del culto a la máquina que reemplazan la débil carne por resistente y duradero metal no permiten que un hombre viva para siempre.

Para todos los del tecnosacerdocio de marte es bien sabido que con edades avanzadas y la sustitución de cada vez más augméticos mecánicos, las mentes de los tecnosacerdotes dejan de funcionar a los mismos niveles que sus hermanos menos dedicados y devotos al dios máquina; aunque eso no les hace menos brillantes, solo más cerrados en si mismos.

Los tecnosacerdotes de mayor rango que pasan por semejante estado se aislan en cámaras privadas de los mundos forja, donde forman concilios que solo se comunican entre ellos y con los espíritus máquina que los rodean. Unos pocos elegidos de entre millones son reclamados para ir a Marte y compartir sus conocimientos con el núcleo del tecnosacerdocio. Los tecnosacerdotes menos importantes (como parece ser el caso de Talanis), aunque es extremadamente raro ver a uno de ellos fuera de las paredes de una forja donde el resto de miembros del culto puedan tenerlo controlado, continúan cumpliendo con su labor de forma diligente en la medida que sean capaces, hasta que sus funciones vitales se detienen por completo.

El credo manda que des parte de la situación de Talanis al mundo forja más cercano en cuanto te sea posible, para que sea sustituido en sus labores por otro hermano y él pase el resto de sus días poniendo su mente al servicio directo de la forja.

Arcturus recibió el informe impertérrito, sin un movimiento o gesto, hasta después del final del mismo. Luego se ladeó hacia Claudius. El rostro permanecía inexpresivo, pero la mirada era bastante elocuente: torpe quizás no, pero obsoleto... ¿Ocultaba algo?

Por un momento sólo se oyeron los tenues zumbidos de las bobinas de ambos tecnosacerdotes; una zumbaba de forma constante y muy sutil, y la otra renqueaba con ciertos chasquidos irregulares. El más joven acercándose un paso más, posó una mano en el antebrazo del otro. El tono era bajo y tranquilo, algo opaco, pero también sonaba perentorio.

-Hermano, hay algo más que tengo que preguntarte. Es algo que tanto a mí como a ti nos afecta directamente como adeptos de Marte. Sabes por qué estamos aquí. Te pido que compartas con nosotros tu conocimiento, espíritu de la recta Búsqueda. Te pido que sirvas al Omnissiah, eminente y omnisciente. Te pido que me cuentes todo lo que sepas acerca de los herejes que prosperaron aquí como gusanos y herrumbre, mancillando el nombre y la Consciencia del Dios Máquina.

Claudius observaba atónito la conversación entre ambos adeptos de Marte. Era algo raro tener tan cerca a más de uno de aquellos opacos hombres y mucho menos poder ver la interacción entre dos. Para Claudius gran parte de la conversación era comprensible y a punto estuvo de tomar notas para registrar sus observaciones, pero temeroso de molestar a Arcturus y Talanis o peor aún, de hacerles terminar su charla, puso al servocráneo en modo grabación. Se limitó a asentir a medida que avanzaba la conversación.

Sin duda podían extraer más información del biologis que parece anormalmente parco en detalles. Pero tendría que ser Arcturus quien le convenciera. Claudius poco podía aportar más allá de la tradicional ofrenda de aceite de lubricación y velas de iluminación que se enseñaba a los niños desde las casas nobiliarias a los barrios humildes de trabajadores-esclavos.

Ante la pregunta de Arcturus el tecnosacerdote biologis parpadea, a una velocidad desigual con cada ojo y prácticamente sin mudar el gesto. Antes de comenzar a hablar, se dirige de nuevo a la mesa repleta de documentación, donde abre unos cajones que empieza a revolver en la búsqueda de una hoja de papel que traslada a su homólogo del culto. Mientras se lo tendía a Arcturus, el tecnosacerdote Talanis volvió a hablar con su voz monocorde gravemente afectada por el modulador de voz de su garganta, que fallaba al azar devolviendo temporalmente su voz en tonos metálicos.

- Información disponible: secta tecnoherje. Estado actual: eliminada. **RETRIVER {deployment_date --> this}** Fecha de reclutamiento del miembro Biologis 'Lecto Talanis' por el adeptus arbites de Sinophia Magna: 6 meses posterior a la eliminación de la secta. - a modo de explicación, un dedo de piel flácida, como un guante demasiado holgado, señaló una fecha del documento que había cedido a Arcturus. Se trataba ni más ni menos que de la hoja de servicio del tecnosacerdote; incluía la fecha en la que había sido incorporado a ese puesto, y logros anteriores que lo recomendaban para el puesto, una lista no muy impresionante, donde solo destacaba su habilidad médica.

- Explicación: Arbitradores y personal planetario insuficiente. Plantilla renovada casi en su totalidad. Agentes de a pie y cargos de mando reasignados a otros mundos. Sugerencia: Interrogar agentes involucrados y no reasignados. **SELECT {info: unit} ORDER BY default** Existen actualmente 3* agentes en servicio que se ajustan a los parámetros establecidos. -

Claudius sonrió y agradeció el gesto del tecnoadepto con una graciosa reverencia y un toque en el borde del informe sombrero.

- Tenemos un propósito entonces - añadió con una sonrisa. Se volvió hacia Arcturus esperando su confirmidad y luego al arbites medicae - agente, si no le importa, ¿cree que sería posible que concretara una cita con tres agentes, ahora mismo si fuera posible, por separado y en un lugar adecuadamente tranquilo? por favor... ¿Podría contactar con el magister Constantine para que lo gestionase él? si es tan amable.

- Creo que nuestra visita aqui, ha terminado - dijo sin duda para alivio del arbites medicae - al menos de momento...

No le gustaba jugar con el ánimo de aquel hombre, al que sin duda agobiaba la presencia de los adeptos inquisitoriales, pero aquella conversación parecía una montaña rusa de sobresaltos.

- Si tenemos éxito en nuestras pesquisas no les enviaremos más... clientes  víctimas. Si somos lo suficientemente rápidos al menos.