Partida Rol por web

Para cuando los acólitos llegaron de nuevo a la Insensatez de Haarlock la tormenta había redoblado su intensidad, y los relá para descubrirla casi vacía. Solo una dotación menor de arbitradores restaba para vigilar la fortaleza, aunque varias de las escuadras habían vuelto temporalmente para dejar allí los cadáveres revividos y varias de sus víctimas, entre otros, rápidamente ya se habían vuelto a poner en acción.

La propia escuadra que acompañó de vuelta a los acólitos tuvo que ausentarse después de custodiarlos a la torre; necesitaban en las calles a todos los agentes en activo con los que pudieran contar. Una vez allí, los acólitos pudieron tomar una comida caliente, y Arcturus recibió la atención médica que necesitaba.

Salvo por la tormenta del exterior, la torre se encontraba en un extraño silencio. antes había un poco de ajetreo de arbitradores de aquí para allá, o el murmullo de los agentes en sus pabellones; ahora, todo se encontraba en la mayor de las calmas.

Habían llegado a la torre - Por fin. - pensó Nero, cansado por momentos de dar vueltas sin sentido. Fuera lo que fuera lo que sucedía, parecía ir un paso por delante siempre, y eso fastidiaba al arbitrador de una forma que nadie podía imaginar, aunque con éste último ataque parecían haber fustrado, estaba por ver si por su rápida respuesta o sin su intervención para nada, algo que quien fuera estaba buscando. 

- Al parecer, ese "sol negro" está buscando lo mismo que nosotros. Fueron a por el "cristal" que guardaba la caja del abuelo de la guardiana de los pergaminos. - comentó Nero, pensando casi en voz alta.* - ¿Creéis que estarán buscando reunir los fragmentos de espejo para invocar a ese "Viudo" otra vez? ¿Qué tienen que ver los Haarlock en todo esto? ¿Son los artífices o víctimas? ¿El espejo servirá de conducto o de protección? - no tenían pistas claras aún, pero el trozo de espejo había detenido a ese revivido, ¿o había sido la caja? No lo tenía del todo claro. 

Tras la reconfortante comida, tenían tiempo de deambular por la torre, y hacer lo que se había sugerido antes de llegar, buscar algo que se les hubiera escapado en las zonas altas de la torre, le parecía tan bueno como cualquier cosa. - Vamos. - le dijo a sus compañeros, señalando hacia arriba y ayudando a buscar lo que fuera que hubiera allí, si es que había algo. 

-No creo que puedan invocar al Viudo, al igual que la Viuda estaba en otro planeta; pero eso no quiere decir que no puedan traer a otro tipo de ser disforme y herético aquí -no sabía si eso era bueno o malo, pero saber que ese cristal estaba dentro de una caja que protegía para que "nada saliera de su interior" la preocupaba, sobre todo por el hecho de que Gianna la hubiera abierto. ¿Y si se hubiera escapado algo o hubiera podido mandar un mensaje el ser que había dentro?.

Para mantener la cabeza distraída, Isolda se dispuso a ayudar a Vipus con los documentos. Tal vez pudiera quitarle algunos que no tuvieran nada de importancia, filtrarlos y que él se pudiera centrar en los que eran más importantes.

La calma que esperaba encontrar en la torre de los Arbitradores fue esquiva para Gianna. La soldado seguía nerviosa, sabía que ahora estaban en el punto de mira de alguien que podía enviarles enemigos que podrían adoptar cualquier rostro, incluso el suyo propio.

Aprovechó que Nero estaba junto a Isolda para pasarse por la armería a recoger el equipo que había encargado y en cuanto lo tuvo en su poder volvió con la Hermana. 

Su misión era acompañarla en la tarea de custodiar los trozos de espejo.

Claudius toqueteó con impaciencia la radio del transporte, para intranquilidad de Arcturus que esperaba que fuera a desmontarlo en cualquier momento. No poder saber si a la escuadra 7 le iba bien le intranquilizaba. No es que se sintiera responsable de las vidas de éstos (a fin de cuentas se la jugaban todos los días con ésta u otras misiones equivalente) pero la vida de la noble anciana y sobre todo de la posesión de ésta que esperaba recuperar si le preocupaban. No esperaba que justo en aquel momento los heréticos hubieran decidido ir allí, pero todo era posible, en particular porque desconocía como habían éstos para saber dónde estaban los fragmentos de cristal (¿Pura investigación histórica? ¿Investigación de campo? ¿Ensayo error? ¿Tortura de testigos? ¿Magia disforme?)

A falta de nada mejor que hacer dedicó su tiempo a estudiar los cadáveres que habían recuperado. Con todos los manuales de que disponía a su alrededor. Incluso se permitió hojear el códice negro en presencia de la hermana Isolda (que esperaba que no entendiera gran parte y que no censurara con severidad lo que si entendiera). Fuera del equipo inquisitorial no permitió a nadie estar en la sala y la autoridad de la sororitas confirmó tal privacidad. 

Entre los dos, abrieron cadáveres, tomaron notas, compararon escritos. La admiración de Claudis por aquella férrea mujer, a la que intuía sin duda, disgustaba la tarea, pero que no emitió queja alguna.

Nero, viendo que era imposible entrar a la parte alta de la torre sin la presencia de Skarmen o Constantione, fue y devolvió la escopeta, no había de excesiva ayuda, las granadas sí, pero esas no las podía devolver ya. 

Luego ayudó como pudo a sus compañeros, ya fuera leyendo y cribando, o intentando deducir algún curso de acción con las pistas que iban teniendo. 

Claudius no se ando con rodeos y exigió al tecnosacerdote biologis abandonar la sala de autopsias mientras realizaban sus investigaciones. El decrépito y oxidado tecnosacerdote les devolvió una mirada muerta por unos segundos, pero finalmente abandonó la estancia entre pasos encorvados apoyado en su bastón metálico, con sus ondulantes mecadendritas bamboleándose y crujiendo tras él.

El examen del gobernador planetario fue rápido y simple. el pobre hombre no se había defendido, o simplemente no había tenido tiempo para intentarlo. Le habían arrancado la cabeza con violentamente (era lo más intacto que quedaba) y después se habían ensañado con el cuerpo aplastando varios huesos antes de abandonarlo. No había nada extraño en su sangre, mutaciones ni signos extraños.

Los cuerpos de los cadáveres andantes fueron más esclarecedores. Como Claudius había sospechado en un principio, iban más allá del primer cadáver que habían encontrado el mismo día que los acólitos llegaron al planeta, las marcas de brujería psíquica en su cuerpo no aparecían en el primer cadáver y parecía que también habían experimentado uniendo partes diferentes extremidades de cadáveres para formar un cuerpo completo, todo ello seguramente con objeto de volver aquellos cadáveres más espantosamente fuertes y resistentes de lo que ya eran. Los cadáveres no estaban revividos por simples poderes psíquicos, sino por brujería demoníaca; el libro negro Calixiano de Claudius contenía algo de información acerca de aquella brujería demoníaca, pocos datos en realidad; los demonios solo pueden manifestarse temporalmente en el plano material, de modo que los brujos y adoradores que utilizan sus poderes deben emplear pactos y objetos de gran carga psíquica como medium entre ellos y sus hacedores de la disformidad.

Todo aquello desmotaba por completo la teoría de que aquellos cadáveres tenían el mismo origen que los hombres vacíos, ya que los hombres vacíos eran humanos vivos que habían sido corrompidos con genética alienígena mediante tecnología xenos u oscura arcanotecnología.

Nero simplemente recorrió el lugar y releyó los informes mientras los demás hacían sus averiguaciones, pero por puro azar fue capaz de encontrar algo. En un informe anticuado y pendiente de trámite aparecía el rostro de uno de los cadáveres andantes, el rostro que tenía cuando estaba vivo. Se trataba del informe de fallecimiento de un empleado de manufactorum en circunstancias sospechosas. Al final el informe estaba aprobado por el tecnosacerdote Biologis con un escueto "Causa de la muerte: caída de 10 metros. Estado del cadáver: Íntegro, entregado para el entierro."

Un examen de los otros cadáveres (para los que estaban mutilados llevó más tiempo) demostró que el resto de cadáveres animados también habían pasado por aquella sala de autopsias, algunos de ellos tenían unos orígenes de lo más variopinto, varios habían muerto hacía ya meses, había ladronzuelos de los suburbios, un luchador de peleas callejeras, un actor de teatro, un par de arbitradores caídos en acto de servicio y varios trabajadores más, muertos por causas naturales, hemorragias, accidentes, enfermedad... y según el informe, todos habían sido entregados*.

Isolda dedicó el tiempo a examinar el libro de historia de Sinophia que Claudius había extraído de la cámara de la guardiana de los pergaminos. Era un libro bastante completo que alcanzaba hasta la fundación del planeta. Como alguien les habían mencionado antes, el planeta había sido fundado por Teresa Sinos e incluía bastantes relatos de su grandeza y las riquezas que había traído consigo (algunos, bastante exagerados); no obstante, los relatos cobraron un especial interés cuando apareció el apellido Haarlock en ellos. Aparentemente, Teresa Sinos y Solomon Haarlock habían sido enemigos acérrimos desde que este último apareciera reclamando el planeta por intereses personales, y Teresa siempre había rechazado los intentos de Haarlock por controlarlo. Tuvieron que pasar 3 generaciones de los Haarlock antes de que el linaje de Teresa Sinos se perdiera definitivamente, permitiendo a un descendiente de Solomon tomar el poder del planeta; de este descendiente no se menciona ni su nombre*², tan solo lo describe como un tirano opresor cuyo único deseo fue el de construir la torre que más tarde llamarían la Insensatez de Haarlock. Inmediatamente después de construir este edificio, el linaje Haarlock abandonó el planeta, y solo en muy contadas ocasiones alguno de ellos volvió para hacer una breve visita a la torre antes de irse de nuevo a recorrer el espacio. Según lo describe el libro, los Haarlock acudían a la torre en busca de "aislamiento, revelación y conocimientos".

Tras varias horas de estudio (que pasaron más rápido de lo que hubieran imaginado en un principio), un arbitrador raso hizo su aparición llamando en busca de los acólitos. Los arbitradores que acompañaban a Skarmen habían logrado establecer conexión mediante vocotransmisor; aparentemente estaban en el camino de vuelta, y su cercanía les permitía hablar a pesar de las interferencias.

La cansada voz de Skarmen llegó algo apagada a través del maltratado altavoz que les tendía el oficial. — ¿Están los siervos inquisitoriales ahí? ¿Pueden oírme? — hubo una pausa en lo que alguno de los acólitos les devolvió el mensaje. — Llegamos tarde. La escuadra 7 fue aniquilada antes de que les diéramos alcance. Tenían razón sobre Lady Amorita, la atacaron igual que a los otros. El edificio entero está destruido. — La estática interrumpió brevemente al mariscal, pero la comunicación volvió enseguida. — Traemos el cuerpo, y a una de esas cosas, o lo que queda de ella. Es... aún peor. Llegaremos en breve. Cambio y corto. —

- Sabia que algo olía mal con ése perro viejo. - exclamó Nero al terminar de leer el escueto pero esclarecedor informe, seguido de muchos otros. - Señores, el tecnosacerdote bioligis tiene conexión con los cuerpos de los cadáveres andantes, el qué está por demostrar, pero lo sabremos. - juró mientras palpaba las herramientas que le ayudaban a interrogar a sujetos difíciles. 

Que quien estuviera detrás de todo esto tuviera conexión con demonios y magia oscura sólo lo empeoraba y hacía que la resolución de Nero por resolver el misterio, ergo, sonsacarle toda la información, aumentara. - Al menos no tienen conexión con el suceso de los hombres vacíos, sería muy humillante. - pensó. 

Tras compartir la información y escuchar el relato de como los Haarlock se habían hecho con el planeta y lo primero que habían construido para luego abandonarlo, Nero empezó a ver un patrón. - Mucho me temo que estamos en algún tipo de construcción que será clave para la conectividad con la disformidad, o algo similar. Son demasiadas coincidencias ya. - comentó con sus compañeros. 

- Isolda, Gianna, conmigo, vamos a traer a ese tecnosacerdote e interrogarlo como el Emperador manda. Armas preparadas, sé que la mayoría de estos... Siervos de Marte... Son muy duros. - dijo, reprimiendo una expresión mucho más soez. 

Isolda estaba leyendo el libro obteniendo al fin información sobre como los Haarlock habían llegado a ese lugar, aunque sentía inquietud por la necesidad con la que el tal Solomon quería tanto el planeta. ¿Tal vez ya buscaban esos cristales por aquel entonces o había algo más?. Cuando Nero habló, la sororita alzó la vista y tardó un momento en darse cuenta de lo que le estaba diciendo el arbitres.

-Claro -sentenció cerrando el libro y ofreciéndoselo a Vipus- creo que puede darnos unas cuantas respuestas, aunque tal vez no sean las que buscamos. 

Murmuró una plegaria al Emperador para sentirse mejor, ya que empezaba a notar que siempre eran ellos contra el universo, como si fueran muy pocos los que de verdad querían mantener el Imperio unido y seguro, y eso era tremendamente agotador. Cuando terminó, se puso tras el arbitres dispuesta a seguirle para dar con ese tecnosacerdote.

El tecnosacerdote volvió a la sala de autopsias mansamente cuando fue llamado de vuelta. Resultaba difícil decir si al menos poseía alguna opinión propia. Incluso Arcturus tenía ocasionales momentos "emocionales", mientras que el extremadamente anciano Biologis era una máscara de absoluta indiferencia acompañada por el rechinar de sus extremidades oxidadas.

De hecho, Arcturus opinaba que aquél tecnosacerdote sufría de "corrosión mental", una enfermedad que señalaba un avanzado estado de deterioro en las capacidades mentales de algunos tecnosacerdotes. Como resultado las capacidades de comunicación e iniciativa propia del tecnosacerdote quedaban reducidas a unas apenas superiores a las de un servidor pero, aun así, la mayoría de quienes la sufrían seguían siendo varias veces más inteligentes que el ser humano promedio.

El tecnosacerdote simplemente se movió hasta alcanzar su lugar habitual en la sala y se quedó mirando a los acólitos, esperando una orden, o una pregunta.

Nero contempló al viejo tecnosacerdote cuando este apareció dócilmente, siguiendo las órdenes que habían impartido. No pensaba que fuera a ser tan fácil, y aquello le puso en guardia. - Me da que va a ser más complicado de lo que parece - pensó, sentándose de nuevo en la sala de donde aquel ser había salido. 

- Bien, me gustaría que esta parte del interrogatorio, por ahora, la llevara Arcturus, pero parece algo indispuesto, así que mientras se recupera, el resto iremos haciendo preguntas. Iré directo al grano. ¿Un miembro tan anciano y respetable de su gremio, suele cometer pequeños errores en los informes? Hay unos informes aquí que, casualmente, fueron despachados con inusitada sencillez y premura, y luego los cuerpos, también casualmente, entregados para su entierro. Segunda pregunta ¿conoce el lugar donde fueron entregados, y si es así, conoce a quien lo dirige? Cuéntenos todo lo que sepa, y si contactaron con usted para solicitarle "cadáveres". - 

Luego con un gesto, invitó a sus compañeros a realizar sus propias preguntas. 

El tecnosacerdote contempló los informes que le señalaba Nero con la misma emoción que si le hubieran preguntado por el clima. Cuando contesto, su voz sonó tan monótona y monocorde como de costumbre, y su falta de gestos corporales lo hacía parecer un megáfono animado:

¿Un miembro tan anciano y respetable de su gremio, suele cometer pequeños errores en los informes?

— Duda razonable. Se plantea la falta de fiabilidad de los informes previos. Negativa rotunda: Una equivocación de ese calibre es imposible. —

 ¿conoce el lugar donde fueron entregados, y si es así, conoce a quien lo dirige?

— Pregunta directa. Afirmación: Los cuerpos requisados y/o retenidos para su examen habrán de ser entregados en no más de 14 días a la iglesia de santa celestina en caso de no ser reclamados. Destino esperado de los cuerpos, entierro acuático. Identidad del culto de la iglesia: Gremio de los afligidos. Líder actual del gremio: Vicario Jeremias Serpantar.

Solicitud de cadáveres, innecesaria. Forma parte de los protocolos habituales. —

A Claudius no se le iba de la cabeza que hablar con aquél tecnosacerdote era como hablar con una grabadora automática. Sí, respondía a las preguntas, pero su falta de humanidad parecía ir más allá de la de los tecnosacerdotes comunes. En ocasiones le parecía que hacía las cosas casi sin mirarlas, y que cuando no le prestaban demasiada atención permanecía tan quieto y silencioso que casi parecía un mueble más de la habitación. No es que aquello le restase eficiencia cuando trabajaba, pero resultaba extrañamente perturbador.

Desde luego, Arcturus había expuesto su teoría de la "corrosión mental", pero el noble no estaba totalmente satisfecho con aquella respuesta y tenía algunas dudas respecto al biologis que no era capaz de explicar.

A pesar de la negativa del tecnosacerdote, según las conclusiones previas del grupo, era obvio que los informes no estaban completos o que habían pequeños errores. Las únicas conclusiones lógicas para Nero tras la contundente respuesta del interrogado eran dos, o los fallos se cometían con desconocimiento o se cometían por negligencia. Ambas opciones no eran aceptables según el criterio del arbitrador según les habían adoctrinado en la Inquisición. 

- ¿Arcturus, es posible que se cometan dichos fallos en los informes por alguna influencia exterior no perceptible por el sujeto? - preguntó a su compañero, más ducho en los misterios de la orden del Omnissiah. Quería cerrar todo lo posible el círculo. 

Mientras su compañero contestaba, lanzó otra cuestión al anciano, para llevarlo donde él quería, a ver si caía en lo que Nero estaba pensando por cuenta propia. - Tecnosacerdote, los cuerpos que hemos traído tienen indicios de haber pasado un tiempo bajo el agua? -. 

****

En caso de respuesta negativa - ¿y esto a qué conclusiones lógicas nos lleva? - animó al anciano, con la mano preparada en la culata de su pistola. 

El hallazgo de Nero mostró una vez más el polifacético valor de aquel miembro del equipo. Claudius se afanaba sobre los cadáveres e Isolda se sumergía en un relato muy revelador cuando llegaron las nefastas noticias de Skarmen. Gianna y Arcturus se mantenían quietos en medio del torbellino. La soldado parecía haber enfocado su energía en la protección de la caga que portaba Isolda, y el tecnosacerdote parecía simplemente fuera de onda, sentado en una silla mirando aquí y allá, despacio, como desorientado. Serían tal vez las drogas que acababan de administrarle. Lucía un aparatoso vendaje en la cabeza.

Hicieron llamar al biologis, y fue evidente que Arcturus se sintió incomodado, quizás se diría algo avergonzado. Ver a aquel siervo de Marte en aquella situación...

- ¿Arcturus, es posible que se cometan dichos fallos en los informes por alguna influencia exterior no perceptible por el sujeto? -

Se quedó un momento mirando al infinito, como pensando...*

Isolda se mantuvo expectante al interrogatorio una vez más ya que no era su punto fuerte, aunque últimamente se preguntaba si debería de afilar esas facetas de su ser para poder ser más efectiva en sus labores. La pregunta de Nero hizo que Isolda se planteara unas cuantas cosas, como si de verdad los "enterraban" bajo el agua y si los cuerpos los estaban sacando de ese lugar, lo que haría imposible una verificación si tenían que repasar toda la lista de enterrados.

-Usted parece llevar mucho años aquí. ¿Estaba vivo durante el Incidente de los Hombres Vacíos? -una duda rondaba su cabeza, vinculando aquel incidente con lo que estaba pasando ahora?.

La conversación con el tecnosacerdote parecía haber llegado a un punto muerto (visto el estado del mismo aquello parecía muerto desde hacía mucho tiempo), había esperado que Arcturus llevara "la voz cantante" (pocas cosas evocaban menos la música que los vocotransmisores de los tecnoadeptos). Claudius decidió tomar parte, por curioso, el habla del anciano le resultaba curiosa y decidió participar más activamente en la conversación intentando imitar el estilo de Talanis (no pretendía burlarse de éste, si no facilitar la interación (en cualquier caso es fácil que haya perdido el concepto de sarcasmo, burla o humor).

- Pregunta: ¿mentiría a los acólitos de la Inquisión? Consecuencia previsible de ser así: terminatus. Expectativa por tanto: colaboración absoluta.

Dicho esto, que podía parecer innecesario (pero que no pudo evitar) decidió dirigir las preguntas del interrogatorio en una nueva dirección (pues en opinión de Claudius el siguiente paso tras hablar con Skarmen era dirigirse a la citada iglesia, que por lo visto era fuente fácil de restos humanos)

- Pregunta: ¿cuánto tiempo lleva sirviendo en el planeta?

- Pregunta: ¿cuánto tiempo lleva sirviendo en la torre de Haarlock?

- Pregunta: ¿Es posible que se haya producido un cambio en el patrón de conducta del tecnosacerdote Talanis? Adenda: ¿cuál?Adenda: ¿Cuándo?

- Pregunta: ¿Es posible que el tecnosacerdote Talanis haya sufrido una modificación de origen externo? Adenda: detalles. Desarrolle la respuesta.

Se sentía al mismo tiempo un poco estúpido hablando así, aunque no dejaba de resultarle sumamente entretenido observar las respuestas de su interlocutor a tal disección del lenguaje que quedaba reducido a sus elementos más esenciales e incluso más obvios (sin la verborrea que tanto gustaba a Claudius)

- Por favor - concluyó, por pura educación y costumbre, aunque el tecnoadepto parecía impermeable a tales nimiedades.

La pista en las autopsias les había llevado hasta el tecnosacerdote Talanis, pero hay se había parado. Gianna pensó por un momento que, tal vez antes de acudir a la iglesia de Santa Celestina, requirieran de métodos más expeditivos, aunque dado lo modificado que estaba el cuerpo de Talanis tal vez necesitaran los servicios de un mecánico en lugar de los de Nero.

Sus compañeros continuaron preguntando mientras la guardia imperial permanecía callada, esperando las respuestas del tecnosacerdote.