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CIVTAT STORYLINES

Ghela de Scofferi + Letta de Vail

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24/05/2008, 09:58
Director

Ghela esperó toda la tarde en compañía de sus amigas, a la vuelta de los hombres que habían ido a pelear a los bandidos en el bosque de Frogtrees. La conversación acabó en Dewekinus, el hombre que las empezaría a instruir. Las demás, no parecían igual de encantadas con el nuevo deber de tomar clases; parecía que con el simple hecho de tener más modales que el resto de populacho ya les iba bien. Además, ya eran mujeres adultas, en edad de ser desposadas, incluso Terresia, esperaba ser desposada en unos días por aquel arrogante animal de Waldruc Flermann, cosa que la tenía precupada. En diversas ocasiones desde la llegada de Waldruc y en compañía de éste, Ghela había percibido en el rostro de la hermosa Terresia, algunas expresiones de terror, pero apenas decía nada sobre ello. La llegada también de Yda, quien no ha había pasado desapercibida por ninguna de las cortesanas, pareció acabar de hundir sus esperanzas. Si bien, Terresia nunca dijo nada, Ghela, estaba convencida de que esta estaba enamorada de tu hermano Sighard. La idea al menos te agradaba mucho. Pero tras ver los ojos de su hermano al ver a Yda, después de pedirle a esta misma que la fuera a buscar, supiste que el amor de tu hermano hacia Terresia, no era recíproco. Sighard, ahora estaba con Yda en su cambra, encerrados desde dentro para que nada ni nadie se interpusiese ante ellos, luego le tocaría a él dar explicaciones a su padre, pero creía que en el estado en el que se encontraba su hermano, su padre no le pondría reparo alguno.

Los Caballeros volvieron entrada ya la tarde, había estado fuera un largo rato, pero por suerte para Ghela, la noche no había caído. Se despidió de sus amigas con una excusa bien hilada y desapareció de la salita donde estas solían pasar las tardes conversando o mirando divertidas por la ventana e imaginando cosas. Tras bajar las escaleras que daban al patio, lo cruzó en dirección a los establos donde aprovechó que el mozo no estaba, para coger el caballo. Pocos caballos quedaban, y decidió coger uno de aquellos potros destinado a los emisarios, sobretodo al recaudador Oelric. Partió disimulada, tapada por una larga capa y una capucha. También enfundó sus manos en unos guanteletes de cuero, más bien usados por hombres. Cruzó la puerta del castillo rápidamente, tratando de no dar tiempo a los guardias de pararla y esperando que estos, la confundieran así con un emisario, y se alejó hacia la orilla del lago. No cruzaría el puente, cruzaría el lago, pues dado a como estaba el puente, ahí la reconocerían. Al llegar a la orilla, encontró en aquel viejo cobertizo usado por los barqueros en días de tormenta, siempre había un bote al que subirse. En efecto allí estaba la barca, el cobertizo seguía en pie, y esta no había sufrido desperfectos, le costó un buen rato y empeño el sacar la barca de su morada y arrastrarla o empujarla hacia el lago. Por suerte, se dijo, el lago está calmado, en sus profundidades reposaban gente, aquello le daba pánico, pero estaba ya convencida. En esas, mientras arrastraba aquel bote, se dio cuenta de que allí había alguien más. Se quedó observando, tratando de dar con aquello que se movía acechándola.

Notas de juego

AUGMENTAS +1 EN: FUERZA, VIGOR, RESISTENCIA Y EGO (ya los he modificado yo)

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24/05/2008, 19:23
Ghela de Scofferi

Los estragos de los últimos acontecimientos dotaban de un matiz siniestro cada palmo del espacio circundante que, bajo la amenaza de una oscuridad en ciernes, la obligaban a acelerar sus pasos hacia el futuro. No era la misma joven de días antes la que había abandonado el castillo encapuchada y a caballo, con sus finas manos cubiertas por ásperos guantes de hombre y su cuerpo por ropas que disimulaban su linaje y su sexo, dejando a sus amigas envueltas en dulces mentiras y a su hermano en brazos de una mujer, carente de cuna, ni apellido. Esta nueva Ghela había perdido a una amiga en el incendio tras la tormenta y casi a un hermano, había visto el dolor en los rostros de todos sus seres queridos y lo había sufrido en sus propias carnes. Había recibido una lección magistral de la mano de la madre naturaleza, la de que no hay estamentos ni privilegios que valgan en las catástrofes, la de que los títulos no servían de nada ante la ira de Dios. Los hechos con los que le había tocado lidiar se habían transformado para la joven en una metáfora difícil de afrontar, que le brindaba una realidad enmarcada bajo matices llenos de crueldad, que restaba suavidad a un rostro hermoso, dotado ahora de algo más de claridad, de madurez. Había emprendido un arduo camino, que debía recorrer en soledad, el de la pérdida de la ingenuidad.

Al llegar al embarcadero, vislumbró los perfiles de formas bajo el agua y aquellos contornos la llevaron a fijarse con más detenimiento en ellos, para descubrir sobre el légamo rostros y cuerpos ahogados o arrastrados por las aguas de las últimas horas. Se estremeció y se arropó dentro de la capa, como si de una coraza protectora se tratara. El estómago se le revolvió y casi sintió nauseas.

Arrastraba la barca y se disponía a subirse en ella, preguntándose cómo se las iba a ingeniar para llegar a su destino, que la guiaba hacia el bienestar de su hermano, cuando Ghela se sintió observada, sus músculos se tensaron y un sexto sentido de alerta la hizo girarse y observar su entorno con detenimiento: ¿Quién anda ahí?... preguntó a la nada que la vigilaba desde las sombras, mientras se echaba la mano disimuladamente a la cintura donde portaba un puñal, recuerdo de los consejos feacientes de su amiga Terrezia, pero que seguramente la hija de Robert de Scofferi carecería de la entereza suficiente de usar.

Notas de juego

Primero supongo que jugamos esto y luego las cositas que se me han ido ocurriendo ya te las iré contando. ;)

Bueno, comienza la andadura de nuevo. Lo dicho, un placer.

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25/05/2008, 12:25
Director

Aunque Ghela estaba nerviosa ante tal momento de incertidumbre, no lo parecía. Guardaba la compostura tratando de mostrar serenidad y confianza ante esa inesperada situación. Tras preguntar con voz firme quien andaba por ahí, el acechador se mostró, dando un paso hacia el claro.

Notas de juego

Si lo primero roleamos esto, en cuanto esto empiece ya haremos los turnos de 6 meses, y con todo ello yo te iré narrando lo que pasa dejando de narrar en el punto en que te deje yo actuar ;)que serán escenas concretas de la historia, que necesiten del toque del Jugador ;)

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25/05/2008, 12:35
Leranide

Una mujer mayor, demacrada y arrugada, envuelta en una especie de túnica gruesa, que también cubría parte de su tez por un pliego. Os saludo señorita Ghela su voz crepitante como el crujir de las ramas de los árboles en un día de viento Creí que este fuera buen lugar, pues hoy, debíamos encontrarnos ¿No es así? la mujer se fue acercando mansamente a Ghela. Ahí hay unas rocas donde podemos sentarnos, no hubiera sido buen presagio para usted milady cruzar este arroyo de aguas putrefactas ¿no cree? la mujer miró en ese momento a Ghela, como esperando que esta articulara una palabra o simplemente moviera un músculo.

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25/05/2008, 23:00
Ghela de Scofferi

Si sois vos la que tiene en su mano curar a mi hermano, acertáis al suponer que acudía en vuestra busca. Ghela miró a aquella anciana de cabo a rabo sin salir de su asombro. Si era la tal Leradine: ¿Cómo sabía aquella mujer que salía a su encuentro? Aquello era de lo más extraño, apartó la mano de la daga y se acercó, no porque le agradase la idea, sino porque no tenía ninguna intención de llevarle la contraria, si era quien se suponía que era, no podía permitirse el lujo de enfadarla.

Se sentó sobre las rocas con cuidado de no situarse demasiado cerca de aquella adivina de intenciones, que en su día había maldecido a su abuelo, cosa que no terminaba de darle buenas vibraciones. Se volvió a estremecer y deseó fervientemente que no le diera por continuar en esa línea y la emprendiese con el resto de la familia, aunque si Sighard se fiaba de ella en las circunstancias en las que se hallaba, sus razones tendría y Ghela no las pensaba cuestionar. ¿Podéis? preguntó con determinación, algo aliviada en efecto de no verse en la obligación de cruzar por aquellas aguas.

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25/05/2008, 23:46
Leranide

¿Su hermano está enfermo? preguntó con un leve tono de sarcasmo, fingiendo sorpresa ¿Cual de ellos? el mayor supongo, Sighard. acabó. Dejó un corto silencio para continuar con esa voz tan peculiar. Puedo ayudarte... seguro, pero deberás ayudarme tu también a mi. sentenció señalando a Ghela con su dedo larguirucho y huesudo.

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25/05/2008, 23:57
Director

La noche empezaba a caer sobre el feudo. Aquel cielo que tras salir del castillo fuera rosáceo, había pasado por el más esplendoroso rojo para ser ahora malva oscuro. El calor del día desaparecía gracias a una ligera brisa que refrescaba en cada ráfaga. Las dos mujeres, se hallaban sentadas en una gran roca plana, en la orilla de aquel lago.

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26/05/2008, 00:11
Ghela de Scofferi

¿Cómo que cuál de ellos? preguntó sorprendida y en cierta medida indignada. Que yo sepa sólo tengo uno... aunque aquella mujer sabía demasiado de todo y eso la hizo sentirse contrariada. Clavó sus ojos en ella, dejando la indignación para otro rato. Su padre no podía ser, él no. Estaba segura, ¿o no? Se mordió el labio inferior: ¿A qué os referís con semejante afirmación? Lo sentía como una difamación. Leradine, o bien había perdido el juicio, o buscaba confundirla y enredarla, debía tener sumo cuidado.

Cambió de tema y trató de centrarse en lo que la había arrastrado hasta allí, de manera que quería algo a cambio, alzó una ceja y no se andó con rodeos: ¿En qué se supone que os debo ayudar? Esperó su respuesta, meditando en silencio sobre lo que aquella anciana pudiera desear.

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26/05/2008, 14:48
Director

jijijijiji rió la vieja me refiero a tus dos hermanos pequeños, hermanos por parte de padre; tu madre ya había muerto cuando se engendraron aquellos dos bastardos, y he de decir que ni siquiera él lo sabe todavía. dice sin temor alguno a usar ciertas palabras o afirmaciones. Entenderé que no me creais, pero sabed que estoy en lo cierto. respiró hondo Ahora joven y hermosa Ghela, hablemos de Sighard, no os preocupéis por aquello en lo que me deberéis ayudar, pues no será ni hoy, ni mañana, sinó cuando tu hermano cure. Así bien, dime de que padece, y podré dar con el remedio. La mujer hablaba siempre sobre seguro, parecía saber aquello que había pasado y lo que iba a pasar.

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26/05/2008, 18:03
Ghela de Scofferi

¿Y para qué me lo pregunta si seguro que lo sabe? Se preguntó sin poder acallar sus pensamientos, aunque en verdad lo deseara, porque estaba empezando a pensar que aquella anciana era capaz de meterse en ellos y enredar. El término adivinar le quedaba un poco flojo. Necesita un remedio para su pierna o la perderá... si podéis ayudarme, yo os lo agradeceré como vos dispongáis... ¡qué otra cosa puedo hacer!... murmuró entristecida, sintiendo en cierta medida pavor por lo que la anciana pudiera pedirle. Después respiró hondo, afrontó su mirada y sin saber la razón se le escaparon las siguientes palabras: ¿Leradine, vos quién sois? ¿Siempre os habéis dedicado a este tipo de trueques? No había en el tono de voz de Ghela ningún ánimo de ofender. Estaba recordando a su abuelo, de cuya muerte ya hacía muchos años, y eso la llevaba a pensar que aquella era una mujer altamente extraña sin duda, ¿habría sido alguna vez joven? ¿Cuántos años tendría? Daba cierta impresión, a parte de escalofríos.

De pronto estalló de nuevo la tormenta en su interior, recordando el otro tema, ese en el que su padre se había dedicado a calentar camas ajenas y repartir hijos a diestro y siniestro, sin mayor preocupación, ¿Y decís que son dos bastardos? Al menos, gracias a Dios Todopoderoso, había sido tras la muerte de su madre, cosa que la hacía sentirse infinitamente mejor. Quizás el hecho de saber ese dato fue el que la hizo dar cierto crédito a las palabras de Leradine. Bueno, eso y la seguridad con la que las esgrimía. Siempre le había parecido un poco extraño que su padre no hubiera vuelto a casarse después de los años, ni siquiera por compromisos con otros feudos, como bien había visto hacer a otros nobles. Los hombres siempre igual, a lo suyo y punto... ¿Y se puede saber quiénes son? ¡Estáis colmándome de incertidumbre!... Dijo desanimada, por si no tenía bastante con las últimas vivencias, ahora le debía un favor a semejante individua y encima ésta le arreaba un bofetón, metafóricamente hablando. Aquello pintaba mal, era mejor averiguar donde paraban y si tenían oscuras intenciones.

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26/05/2008, 22:11
Leranide

Leranide la miró fijamente mostrando en su boca cerrada una sonrisa que iba de lado a lado de su rostro, luego abrió su boca dejando a la vista lo mellada que estaba a la vez que soltaba una carcajada sonora jajajajajajajaja tras reirse dijo Desde que era bien pequeña, he sabido que tenía ciertos dones que sólo los elegidos para ello obtienen. Aquello que pido a cambio de que el destino de alguien tome el rumbo que quiere, es algo que necesito para que el destino siga el curso que quiero. Así que si me pides que Sighard cure su pierna y pueda seguir su camino ahora truncado, yo te pediré aquello que requiera para que no se trunque mi destino. Aprovechando que su discurso tenía a Ghela totalmente desconcertada, Leranide cogió rápidamente la mano de esta y la giró dejando su palma arriba. Los ojos se le quedaron blancos y su cabeza fijó el firmamento. Pasaba su dedo índice surcando cada línea dibujada en la mano de Ghela. Ahhhhh, pobre Ghela... su padre no quiere casarla parece susurró le esperan días de muchas preocupaciones pero siempre la alcoba vacía a media noche... volvió a susurrar. La cabeza de nuevo bajó, los ojos seguían en blanco pero ahora parecían fijar los ojos de la muchacha. Ahora de su garganta, una reverberación se escuchava antes de que empezara hablar con la voz totalmente ronca, como el crujir de las piedras de la torre al desmoronarse, aquel día en que se incendió. Si no quieres acabar sola, en unos años deberás elegir entre el amor verdadero o la esclavitud de un enlace forzado.

Sus ojos volvieron volvieron a su aspecto normal, y la mujer ahora parecía del todo agotada. Sacó un pequeño recipiente, sellado por un tapón de corcho. Lo extendió a la joven. No más tarde de media noche, vierte la mitad en vino y dale de beber a tu hermano. Luego lanza el resto sobre la persona que deba cargar con su dolor. Se levantó haciendo un gesto con la mano, indicando con él que no la siguiera, mientras que con la otra se tapaba la boca para toser. Una vez en pie se despidió de la muchacha no digas nada, si quieres saber más ven a verme otro día, sabes perfectamente donde encontrarme. y se alejó hacia la oscuridad, donde desapareció por completo.

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27/05/2008, 00:26
Ghela de Scofferi

¡Menudo trabalenguas le había endiñado la tal Leradine sin más ni más! Por lo visto, si es que había entendido bien, aquella mujer iba cambiando el destino de aquellos que se lo solicitaban, o de aquellos que le convenía, a base de ir endosándoselo a otros pobres incautos y asegurándose de salir ella bien parada en el intermedio a través de ciertas peticiones que, en su caso, estaban por venir. Ahí la tienes...

En estas estaba, cuando Leradine le tomó la mano y puso los ojos en blanco, a Ghela se le paralizó el corazón. ¡Pues no le iba a dar un patatús sin haberla llegado a ayudar! Esto no podía estarle sucediendo a ella, pero de pronto y para alivio de la muchacha la anciana se recuperó y dijo todo aquello de que su padre no quería casarla, tampoco era algo que le urgiera de momento, con los libros tenía más que de sobra, aunque para ser francos la verdad era que hasta entonces tampoco la había cortejado ningún hombre y ya en todo aquello de que la obligasen a contraer nupcias, ni pensaba, puesto que la aterraba sobre manera.

Aún estaba dándole vueltas a todo aquello, cuando Leradine volvió a la carga, con otra andanada de palabras, esta vez de otro calibre, y Ghela de pronto las sintió, como si de una premonición se tratase, como si le estuviera leyendo el futuro en los ojos, y se le encogió el corazón, ¿de manera que tendría que elegir entre el amor verdadero o la esclavitud de un matrimonio forzado? Pues… a ella no la esclavizaba ni María Santísima, se llevó la mano a la boca, cubriéndosela, como si de verdad hubiera blasfemado en voz alta. Miró hacia el cielo y se disculpó para sí. No se santiguó, no fuera a ser que a aquella mujer le sentara mal, era la que le faltaba.

¿Un matrimonio forzado? Recordó a su amiga Terrezia y volvió a entristecerse, si su padre le hacía algo semejante, ella no estaba segura de poder aceptarlo y menos aún de querer hacerlo. Quizás no fuese ni tan buena hija, ni tuviera tan buenos modales, como se esperaba de ella, o a lo mejor, tan sólo a lo mejor, lo que ocurría en realidad era que tenía corazón y no deseaba enjaularlo.

Notó el recipiente que Leradine ponía sobre sus manos, lo asió y lo guardó con sumo cuidado, mientras repetía en voz baja: no más tarde de media noche vierto la mitad en vino, se lo doy a mi hermano y después lanzo el resto sobre la persona que deba cargar con su dolor… ¿Cómo que lanzo el resto sobre la persona que deba soportar su dolor?... Habrase visto… ¡En menudo lío me acabo de meter!... empezó a pensar en gente y nadie le parecía bien. ¿A quién le iba a tirar aquello por encima con las consiguientes consecuencias?

Por último, observó a la anciana, que ya abandonaba su compañía y pensó mentalmente, quizás os visite algún día en un futuro… aunque no con el fin de pedir más favores… id con Dios, Leradine… murmuró como simple fórmula de despedida. ¿Qué diantres me pediréis?... Y volvió a subirse al caballo, mientras la perdía de vista, emprendiendo rumbo de regreso a la entrada del castillo, donde esperaba que los guardias que estuvieran apostados no le dieran el alto y le permitiesen dejar con tranquilidad su montura en los establos para alcanzar a tiempo los aposentos de su hermano.

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28/05/2008, 00:36
Director

Ghela llegó de nuevo al Castillo, y cruzó sus puertas, en aquel momento, seguro que por un cambio de guardia, no estaban del todo vigiladas. Llegó a los establos tratando de pasar desapercibida a los ojos de la poca gente que rondaba a aquellas horas por ahí y se dirigió a las cocinas. Desde allí podría coger algo de comida para él y para su hermano y entrar hacia dentro del castillo por una puerta secundaria.

Después de que Ecbert hubiera acabado de preparar algo para ellos dos, se hizo acompañar por dos sirvientas a quienes pidió que cargaran con la cena. También les ordenó, que cogieran a Yda, y la llevaran a las cocinas a que comiera algo. Ghela necesitaba de un tiempo a solas con su hermano, y todavía no había decidido quien sería el que pagaría por la recuperación de su hermano, conocía a mucha gente, también podría ser un desconocido, pero Ghela, aún no se sentía capaz de escoger una víctima.

La puerta se abrió segundos más tarde de que ella picara suavemente en la puerta con sus nudillos. De detrás de esta salió Yda, a quien despachó de la forma más elegante y educada. Entró y después de que las sirvientas dejaran las dos bandejas sobre la mesa, cerró la puerta desde dentro para quedarse a solas con su hermano.

Su hermano reposaba en la cama, se notaba que lo habían lavado a conciencia, y su expresión de felicidad en estos momentos, aún lo mucho que le pudiera estar doliendo su mal, denotaba que aquella mujer era lo que ese hombre deseaba. No era capaz de imaginar que diría su padre de todo ello al día siguiente, que le diría a ella de traer a esa desconocida a su casa y dejarle a solas con su hermano, aquella mujer reconocida como una de las meretrices del pueblo, que si bien solían vestir mejor y tener un aspecto más bello y saludable que las prostitutas, no dejaban de serlo.

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28/05/2008, 00:51
Sighard de Scofferi

Sighard la miró y esbozó una sonrisa muy cariñosa. Querida hermana mía... dio una palmada sobre la cama acércate y dame un abrazo

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28/05/2008, 20:24
Ghela de Scofferi

Ghela se sentó en el lecho junto a su hermano, que parecía sentirse de mucho mejor humor, claro que... ¡cómo para no estarlo! Había recuperado a Yda, por la cual obviamente sentía muchas más cosas de las que querría reconocer públicamente, y su hermana estaba a punto de devolverle la pierna, con lo que su vida podría continuar casi en los mismos términos que hasta ahora.

Se lanzó a su cuello con suavidad, abrazándolo, y le besó en la mejilla, pese a todo lo que se decía de él, Sighard en privado, o por decirlo de otra manera con la gente que le importaba, se comportaba de forma muy diferente de aquellos a los que él consideraba el populacho. Misión cumplida… sonrió, se apartó y murmuró, esa mujer es escalofriante, pero tiene un valor incuestionable… esperemos que no sea muy avariciosa a la hora de pedir... acercó las bandejas de la comida y comenzó a charlar con su hermano, mientras sacaba el recipiente que le había entregado Leradine del lugar donde lo portaba con sumo cuidado, lo dejo con lentitud sobre una de las bandejas y sirvió algo de vino en dos vasos, después destapó aquel frasco y vertió la mitad del contenido en la copa de Sighard, a la vez que volvía a colocar el tapón sobre la boca del recipiente. El resto no es ni para ti, ni para mí, sino para aquel que soportará tu dolor… había pensado en tirárselo por la cabeza, así de textualmente, al prometido de Terrezia a ver si de esa forma no la casaban con él, pero luego se dio cuenta de que si Waldruc Flermann salía vivo de esta y su amiga acababa por casarse con él, Terrezia tendría que aguantarlo día y noche en un estado en el cual aquel hombre no iba a ser muy agradable, contando además con que ya no lo era de por sí, de manera que habría que pensar un poco más y no era fácil la verdad, por todo lo que aquel hecho conllevaba. Su hermano tendría pierna, cosa de la que jamás se podría arrepentir, pero de según a quién le tirase el resto de aquello por encima, sí.

El olor que desprendía aquel líquido, contrariamente a lo que se había imaginado Ghela era incluso agradable al olfato, de manera que le entregó aquella copa a su hermano y tomando la otra que sólo contenía vino en la suya, añadió: ¿brindamos? El resto del recipiente y su contenido lo guardó.

Notas de juego

Oye, jajajaja... verás, ¿lo de verter sobre alguien el contenido del frasco lo tengo que hacer de inmediato?

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28/05/2008, 22:50
Sighard de Scofferi

Sighard levantó la copa y brindó con su hermana, la sonrió mirándola a los ojos sabía que no me fallarías hermana y que sepas, que todo lo que has hecho por mi, lo recibirás con creces el día en que sea Conde, iré a batallar y lograré que se le otorgue título a Scofferi de Condado, entonces seré Conde, y a ti nunca te faltará nada de nada. No me agrada la idea de formar parte del ejército del patán de Thomas, pero conociéndole como le conozco, no tardará en caer, y cuando así sea, cojeré las riendas de su ejército, y pondré el nombre de nuestro feudo en el mapa de la Britania. bebió todo el vaso de un trago Aghhhhh, esto ha cambiado el sabor del vino... y ¿decís que lo tenéis que tirar a alguien? yo mismo se lo tiraré a Thomas de Stonewall si me das el recipiente, en breve llegará con el ejército y lo hospedaremos en castillo.

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29/05/2008, 08:48
Ghela de Scofferi

Ghela sonrió a su hermano, Sighard siempre andaba soñando con lo mismo y repetía aquellas ensoñaciones cada vez que hallaba espacio donde contarlas, deseaba hacer grande el feudo y convertirlo en condado y ser el conde, por supuesto, y que a ella no le faltara de nada en absoluto. Ciertamente todo eso sería estupendo, aunque la verdad era que si llegaba a conseguirlo, para cuando lo lograse, quizás ella ya estuviera casada por imposición paterna y a lo mejor ni siquiera seguía viviendo allí. ¡Ojalá no fuera así! Esperaba que no, deseaba no tener que marcharse, pero sobre todo lo que le daban miedo eran las palabras de Leradine, todo aquello de la esclavitud. Sola… eso la aterraba también, pero quizás fuera mejor estar sola, que hallarse en mala compañía, embarcada en una realidad que no le permitiera respirar. Paciencia, dejar al tiempo obrar, esperar y un buen calzado para caminar. Eso era lo que necesitaba, junto al verbo confiar. Cuando tenga que ser, será…

Si hubiera transformado en discurso los pensamientos que estaban pululando por su mente en aquellos precisos instantes, cualquiera la hubiera tildado de malcriada y egoísta, ya que lo que sentía era que ser cortesana, no era tan bonito como lo pintaban. No les faltaba de nada, tenían más que de sobra, pero su destino en casi todos los aspectos de sus vidas estaba supeditado a la voluntad de otros. Para ellas era el precio que debían pagar por ese bienestar. Recordó cómo había tenido que convencer al consejero de su padre para que elevase a él su súplica para obtener un tutor. Las mujeres no necesitan erudición… le había recordado y lo que más le había dolido de aquellas palabras, era que reflejaban fielmente la realidad que vivían.

Vos no podéis hacerlo, hasta que no se lleve a efecto no os podréis levantar de aquí… tomó con suavidad la mano de Sighard, recordando un montón de escenas infantiles agradables, habían tenido una infancia hermosa, de manera que ha de ser inmediato, no os preocupéis… abrazó de nuevo a su hermano y se levantó. Os dejaré descansar…

Estaba triste, las experiencias de aquellos últimos días habían mellado su espíritu, uno tras otro los pilares en los que se sustentaba su realidad habían ido cayendo a pesar de la fuerza de sus cimientos. Las ideas bullían en su cabeza, atrincherándose obstinadamente en ciertos aspectos de su entorno, tenía que conseguir de alguna forma tener algo que fuera suyo, labrarse un porvenir, para tratar de encajar con holgura, al menos alguna de las piedras con las que se tropezase en el camino. Después de verter los restos de aquel recipiente por encima de algún desdichado, se cambiaría de ropa y se encaminaría a la capilla, allí rezaría una oración junto a Mille por el alma de Jutta y por la suya propia y luego se iría a descansar.

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01/06/2008, 11:43
Director

Tras compartir esos momentos con su hermano, Ghela se levantó para partir otra vez con el máximo sigilo. Tras logran salir de la torre sin ser vista, cruzó el patio dirigiéndose hacia aquel almacén que se había habilitado como sala para tratar a todas aquellas personas heridas o moribundas. Empezó a cruzar entre aquellos cuerpos que sólo hacían que lamentarse, estirados sobre esterillas y algunos sobre camas de paja. No miraba las caras de nadie, evitaba todo contacto visual y cuando se percató de que ya estaba fuera del alcance de las mujeres que atendían ese lugar, sacó el pequeño pote. Hizo ademán de estar bendiciendo a los heridos y lanzó sobre uno de los cuerpos el resto del frasco, el no saber ni quien era, la ayudó a cometer aquel acto de egoísmo sin ni pensarlo. El enfermo agradeció a Ghela su bendición, el pobre no tenía fuerzas ni para hablar, pero trataba de articular algunas palabras de gratitud a aquella persona que encapuchada le había lanzado agua bendita augurando una recuperación rápida y sin contratiempos.

Ghela, tras eso, desapareció y cruzó el patio de nuevo. Subió rápidamente por la torre en dirección a su habitación, cuando se dio cuenta de que alguien la seguía, era alguien de menor estatura, y lo vio en una sombra proyectada. Le paró una trampa, y su acechador cayó en ella. Era Letta.

Notas de juego

tras tu réplica, te introduzco en el punto inicial de la partida :D

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01/06/2008, 12:00
Letta De Vail

Ehhh...no te estaba Siguiendo sonrió.

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01/06/2008, 19:15
Ghela de Scofferi

Alzó una ceja, mientras observaba la cara de sorpresa que mostraba Letta de Vail al ser pillada "in fraganti", y, a pesar del susto que le había supuesto en un primer momento sentirse seguida en plena noche, respiró aliviada: ¿Cómo que no me estabais siguiendo?... ¿Cuánto tiempo lleváis rondándome?... y aunque sus palabras pudieran parecer severas, no lo era lo que reflejaba el rostro de Ghela, que entendía la soledad de aquella niña, que comenzaba su andadura hacia la adultez, separada de sus seres más cercanos.

¿Y qué se supone que hacíais entonces?... Deberíais estar en la cama, señorita... No pudo por menos de sonreírle, anda os acompañaré a vuestros aposentos... se rió con suavidad y puso su mano bajo la barbilla de Letta, alzando su rostro hacia ella, para luego ofrecerle su mano y así avanzar juntas por los pasillos, encaminando sus pasos hacia los nuevos aposentos de las cortesanas. Mañana se os pegarán las sábanas y Dewekinus renegará con razón...