Partida Rol por web

Todo es oscuridad...

De repente, se hace la luz. Cierras los ojos de golpe al recibir el destello de luz directo a tus retinas. Cuando consigues acostumbrarte, observas que estas en una enorme habitación. Es muy grande, varios metros cuadrados, y con cajas, objetos varios y pedazos de chatarra desperdigados por doquier. Parece la bodega de carga de una nave.

No oyes nada, sólo un zumbido que proviene de los motores del carguero.

Incorporándose parcialmente y desconcertado, Jath miró alrededor desde el suelo. Este lugar no le era familiar, ni recordaba como había llegado alli. Tardó unos segundos más en espabilarse. Sentía todos sus huesos agarrotados. 

¿Qué es este lugar? -pensó. ¿Cuánto tiempo llevaré aquí tirado?

Se levantó como pudo del suelo. Por acto reflejo, revisó todo su equipo y su cuerpo. Extremidades, torso, cabeza...todo parecía en su sitio. Se llevó una mano a la cintura y revisó su armadura e inventario. A priori no le faltaba nada.

Mirando alrededor, examinó el techo de la sala, intentando hacer memoria por si reconocía algo. Parecía la bodega de carga de una nave. 

Luego miró hacia ambos extremos de la sala, intentando escudriñar si distinguía algún ser vivo. No parecía haber nadie. De seguro alguien lo estaría vigilando por alguna cámara o agazapado entre las cajas de plastiacero. 
 

Esto no me gusta nada- pensó mientras desenfundaba su pistola pesada.

Luego se intentó fijar en los detalles del cargamento, de la construcción de la nave y de los sistemas informáticos integrados , a ver si era capaz de hallar alguna información sobre los propietarios de la nave. ¿Se trataba de contrabandistas? ¿Una nave imperial?
 

La luz se ha encendido antes de poderme esconder entre los restos esparcidos de la bodega de carga.

Mi oponente se ha percatado de que estoy aquí.

Gracias a la luz y a tus buenas dotes de observación compruebas que hay pocas cámaras en la estancia, pero lo que más te llama la atención es la figura humana que hay frente a ti a unos escasos cien metros. Parece titubear, como que ha hecho tarde para ocultarse de ti.

Estáis a cierta distancia. Entre vosotros hay dos restos grandes de lo que parece maquinaria pesada, tal vez algún tipo de motor de una nave, y ciertas piezas esparcidas por el suelo. Del techo, a bastante altura, se ven los restos de cables de cabrestantes y grúas, aparentemente sin energía para moverse.

El hombre es bastante alto, delgado. Lleva lo que parece una túnica Jedi, pero de color oscuro. Te mira fijamente, como esperando tu reacción. Aparentemente no lleva ninguna arma en sus manos.

Schutta! -pensó Jath sobresaltándose. Aferró con mayor firmeza su bláster sin dejar de mirar al individuo. Por cautela dirigió su cañon hacia él, pero sin alzar el brazo para no provocar un conflicto precipitadamente. En una nave desconocida, siendo observado desde hace quién sabe cuántas horas, e ignorando por qué maldita razón, estaba bastante claro que se encontraba en desventaja. Adoptando una posición defensiva, retrocedió un paso y viró su cuerpo a la izquierda, tratando de desviar la atención de su vibromachete. Disimuladamente empezó a acercar su mano izquierda a la empuñadura. Tenía que estar preparado para cualquier hostilidad.

Ambos siguieron mirándose mientras el tiempo parecía burlar todas las leyes existentes.

Esos ropajes...¿era un mendigo? ¿Un polizón? ¿Cuánto tiempo llevaba alli observándole? Lanzó la pregunta más obvia:

-¿Quién eres?- la fría entonación de la pregunta envolvió la bodega en la que se encontraban con un ambiente aún más inhóspito.

Aunque intentas fijarte, ves poco más de lo que ya has visto. El humano enfrente de ti puede ser corelliano, o de algún planeta semejante.
Aparentemente no le ves ningún arma tipo blaster, sus ropas ocultan su cuerpo y te es difícil ver nada más.

Observo que el sujeto está examinándome, se muestra tranquilo y muy cauto.

- ¿Quien soy? - le respondo - Soy quien va a apresarte y llevarte a la Justicia por tus crímenes.

Avanzo un poco hacia él, mientras meto mi mano dentro la túnica.

-Eso ya lo veremos

Se acabó la cautela.

Habia muchas preguntas por responder, pero las intenciones del tipo se definían por si solas. 

Por lo que Jath instantáneamente ensombreció sus pensamientos, completamente concentrado en el enfrentamiento que estaba a punto de producirse.

Ajustó su puntería y disparó. 

Veo que mi contrincante alza su pistola y me dispara. Por suerte tengo la agilidad suficiente para esquivar su disparo a esta distancia.

Jath maldijo entre dientes.

Que cabeza de rancor...estoy aturdido aún, está demasiado lejos para un buen tiro.

Enfundó su pistola y descolgó su rifle de su espalda. Era un buen ejemplar, un DLT-19 de BlasTech Corporation. Originalmente diseñado y fabricado como bláster de repetición, el modelo de Jath estaba personalizado con una mira de precisión y un transformador descatalogado, que lo convertía en un rifle muy preciso a costa de la cadencia de tiro.

Colocó su pierna izquierda por delante y apuntó. El cañón se iluminó con un destello rojizo y un rayo láser salió centelleante hacia el otro hombre.

El tipo es rápido, casi sin verlo ha cambiado de arma y me dispara con un rifle. A toda prisa desenfundo mi sable láser y lo enciendo, justo a tiempo parar bloquear su disparo.

Es hábil e ingenioso, será difícil derrotarlo...