Partida Rol por web

Estas en Star City, ciudad situada en un planeta cerca del Vórtice Exterior. Paseas por la calles, ajeno a los otros transeúntes que pisan el suelo a tu lado.

Caminas con paso firme y decidido, estás esperando que te envíen un mensaje con órdenes.

Observo al resto de transeúntes que son ajenos a mi presencia mientras camino a su lado. Un día no muy lejano seré reconocido y temido.

Caminas meditando en tus cosas y en tus planes de futuro cuando te das cuenta que estás por una zona bastante vacía de gente. Anochece un poco y una ligera brisa sopla, notándolo en tu cara.

Tus pasos te han llevado a la zona baja de la ciudad. Transitas por una calle desierta, con altos edificios a ambos lados. No oyes nada, no hay bullicio ni de vehículos ni de gente.

- ¡Qué extraño! - miro a mi alrededor sorprendido por la ausencia de señales de vida. Respiro profundamente e intento relajarme para sentir la Fuerza a mi alrededor. Agarro el mango de mi sable.

Te concentras y dejas que el Lado Oscuro amplifique tu oído, tu vista, tu olfato...

No logras percibir el que, pero notas algo. Algo está cerca. Algo te observa. Es difuso, difuminado. Pero hay alguien más en la calle...

Desde mi escondite observo a mi presa. Está cerca. Pronto podré atacarle.

Me paro, saco el sable láser y lo conecto sin dejar de sentir la Fuerza. Intento concentrarme para descubrir de quien se trata y si alguien más le acompaña.

Cojo mi arco de energía, me concentro, apunto y...

... el rayo de energía sale disparado hacía mi presa.

Estas concentrado, mirando a tu alrededor, cuando tus sentidos te alertan de un rayo láser que viene directo hacía ti.

Sea quien sea me ha disparado e intento bloquear el rayo con mi espada e intento llegar a la pared más cercana para intentar cubrirme.

Afortunadamente para ti, logras parar el disparo con tu espada, desviando el letal láser hacia una de las paredes, dejándola destrozada al impactar.

Una nube de polvo inunda tu entorno, mientras los cascotes caes a tu alrededor. Pero eso no te impide ver a quien te ha disparado. A unos cuarenta metros divisas como una figura cae en el suelo, seguramente estaba escondido el alguna ventana pero ahora se muestra sin ningún reparo.

Logras divisar la figura de un encapuchado que avanza hacia ti.

¡Maldición! pienso al ver que he fallado el disparo. Tengo que ser más paciente y no precipitarme.

Salgo de mi escondite y avanzo hacia mi oponente, ya se ha perdido el factor sorpresa y tengo que ser rápido en acabar con él.

Avanzo hacia mi contrincante dispuesto a reaccionar si noto que mueve un músculo para atacarme. Camino hacia él bien altivo enseñando bien la luz encarnada de mi sable pero intentando quedarme cerca de algún obstáculo que me pueda proteger por si volviera a disparar.

- ¿Pensabas herirme atacandome a traición? ¿acaso no tienes una manera más honorable de enfrentarte a mí?

- No me hables de honor y traición, o acaso no recuerdas a todos los que cayeron bajo tu maldad.

Me sigo acercando a mi oponente con paso firme, no me dejaré amedrentar por su aspecto o lo feroz que pueda parecer.

Ves como tu oponente blande una especie de arco. Pero en lugar de burdas flechas de madera y metal, dispara un rayo láser. Es un arco de energía.

Corro como si me persiguiera un rancor cambiando de dirección y cubriendome cuando puedo para evitar el impacto de la flecha láser. Pero en lugar de huir me acerco al arquero encapuchado dispuesto a darle su merecido... si consigo llegar hasta él.

Disparo con mi arco, pero aun siendo un excelente tirador, fallo el tiro. El Sith se mueve de manera ágil y rápidamente.

Sigo acercándome a él, no tengo que darle cuartel y tengo que tener más precisión en mis disparos.