Partida Rol por web

Estas en el Templo Sith, lugar de refugio de los tuyos y de meditación sobre el Lado Oscuro. En este lugar hay salas donde entrenarse y de ese modo potenciar el uso de la Fuerza en el Reverso Tenebroso.

Hago unos pequeños estiramientos mientras me ubico. La Fuerza es intensa aquí. Aquí me siento poderoso, como si nada ni nadie pudiera competir conmigo. Poco a poco empiezo a subir la intensidad de los estiramientos. Intento despejar mi mente, concentrarme y cuando esté preparado empezaré con los ejercicios que me enseñó mi maestro.

La Fuerza del Lado Oscuro del santuario impregna todas las estancias. Puedes notar como fluye a tu entorno, como entra dentro de ti y te atrae aún más en la oscuridad.

Entras en trance con el Reverso Tenebroso. Tus sentidos se disparan, tus sentimientos se vuelven aún más oscuros.

Notas una presencia, como si no estuvieses sólo en la estancia, aunque estás seguro que al entrar el lugar estaba vacío.

Es como una presencia maligna, todo odio, todo ira, todo frialdad. No logras ubicar su posición. A veces te parece que delante tuyo, otros que está detrás de ti. Percibes su respiración, como exhala aire por sus pulmones, pero no consigues saber sus intenciones.

Como si formara parte de mis ejercicios cojo el mango de mi sable láser y sigo como si nada. Insisto en descubrir al menos por dónde se encuentra esa presencia. - ¡Qué rabia me da no poder sentir mejor esa presencia con todo lo que he practicado y más aún aquí!

De repente, una voz retumba en tu mente.

Eso.. deja que la rabia se apodere de ti... libera esa furia interior.

Sorprendido por la voz dejo los ejercicios, me incorporo dispuesto a enfrentarme a quien quiera que sea mi interlocutor.

- ¡Sal de tu escondite y da la cara! ¿Quien eres? ¿O el pavor te agarrota y quieres huir? Tranquilo no te haré ningún daño.

Miro, preocupado, hacia todos lados buscando con intensidad quien es capaz de controlar mis sentidos.

Oyes una risa lúgubre que resuena en cada recoveco de tu mente.

¿No quieres hacerme daño? ¿Es que ahora te has vuelto benévolo? ¿Ya no confías en el Lado Oscuro?

La situación me comenzaba a importunar. No sabía quien me hablaba ni el porqué o para qué. Así que continué con mis ejercicios como si nada ocurriera pero concentrándome para intentar localizar quien me estaba manipulando.
 

Intentas concentrarte cuando oyes unos pasos. Alguien se está acercando a ti...

Me giro hacia donde escucho los pasos, enciendo mi sable láser y me preparo.

La luz de tu sable ilumina la sala, impregnándola de un tono rojizo.

Frente a ti ves a un humanoide, altivo, cubierto por una túnica si cabe aun más negra que la oscuridad que infunde.

Miro al aprendiz de arriba a abajo y suelto una leve sonrisa.

- Eres osado, eso me gusta, o bien eres un loco que se cree con suficiente poder para enfrentarse a un Sith.

Me paro frente a él, le miro directamente a los ojos.

- He oído hablar de ti. Tengo grandes proyectos, pero espero que estés a la altura de mis expectativas. ¿Sabes quien soy?

Entre sorprendido e interesado observo al misterioso hombre que tengo delante. Y midiendo mis palabras respondo: - ¿Tendría que conocerte acaso? Es normal que sepas de mí ya que mi prestigio me precede. ¿Pero tú quien eres y qué quieres de mí?

Mis labios esbozan lo que parece una sonrisa.

- Me recuerdas a mi cuando era joven. Arrogante, orgulloso, altivo... pero no debes dejar que eso te ciegue. Nunca subestimes a quien tengas delante.

Miro su espada láser.

- ¿Sabes usar bien tu espada? Me parece que aun eres como un atolondrado aprendiz que se cortaría los dedos a la primera estocada.

¡¿Así que tengo el honor de enfrentarme a todo un lord sith?! - le respondo con sorna mientras me acerco a su altura. - Pues estaré encantado de aprender de tan ilustre y afamado luchador. ¡Maestro, enséñeme! - y con toda la rapidez y desprecio que tengo intento sorprenderlo con mi ataque más demoledor. - ¿Quien se ha creido que es para pretender darme lecciones?

- Iluso... - digo cuando veo al aprendiz de Sith saltar sobre mi con su arma.

Me concentro y lanzo mi ataque. Sin utilizar armas, sin moverme, casi sin inmutarme. Con la Fuerza altero su cuerpo y éste cae, soltando el sable, mientras lucha por vivir.

- Así aprenderás, joven insolente. - digo mientras lo veo retorcerse por el suelo, presa del dolor. - Aun te falta mucho por aprender. ¿Quieres morir?

Aflojo un poco su calvario.

- Podría haberte matado, pero ese no es tu destino, o no al menos todavía. Dependerá de si me sirves bien y cumples tus propósitos. Destruir al Clan Lightman.

¡AAAAGGGHHHRRRT! - me retuerzo de dolor. Un dolor que se clava profundamente. No sólo es un dolor físico que es el más evidente sino uno mental mucho más profundo. La creencia absoluta del fin. Terrible y definitivo. Pero de pronto desaparece. Igual que vino. Boqueo espasmódicamente para recuperar el aliento pero apenas me quedan fuerzas para sostenerme de rodillas con las manos en el frio suelo del templo. Delante apenas veo la punta de dos extraños zapatos cubiertos por una negrísima capa que parece como si absorviera la luz así como su dueño pocos segundos antes había absorvido mi existencia.

Renacer. Encontrarse. Ya había experimentado una sensación parecida. Muchas veces. Con su antiguo maestro. Le enseñó que el dolor es su aliado y su enemigo. Podía ayudarlo y destruirlo. Así que aprendió a reconocerlo, soportarlo y valorarlo. Y alguien que era capaz de causar tantísimo dolor no sólo era digno de respeto y admiración. Era digno de sumisión y obediencia.

Apenas recupero algo mis menguadas fuerzas, cabizbajo y avergonzado suplico: - ¡Discúlpeme milord! Mi arrogancia ha nublado mi consciencia y no he sabido reconocerle. Para mí sería un honor y un placer poder servirle en cualquier mandato que tenga. Y así intentar expiar mi afrenta. Además, destruir al clan Lightman no sería ningún cometido desagradable, al contrario.

Nadie podía ni imaginar lo feliz que se sentía en aquel momento cuando apenas minutos antes había estado a punto de fallecer.

- Eres muy complaciente. Creo que te tomaré bajo mi maestrazgo y haré de ti un Sith completo.

Espero que se levante y se incorpore mientras recoge su sable.

- Hace mucho tiempo, el Clan Lightman y el Clan Darklight era uno solo, pero algunos descubrieron la grandeza del Lado Oscuro. Y allí forjaron un nuevo clan, más poderoso y más fuerte. Cambiaron su nombre por el de Darklight y sirvieron al Reverso Tenebroso con valentía y ardor en su cometido. Pero los Lightman se empeñaron en matarnos a todos. Y si bien hubo una gran batalla, ningún bando fue vencedor. Pero los Darklight seguimos en nuestra cometida y nuestro deber es matar hasta el último. Y tu puedes ser una pieza importante. Tienes gran potencial y las agallas necesarias. Con mi entrenamiento serás más poderoso que cualquiera de ellos.