Partida Rol por web

Si no fuera por mi estoica personalidad le habría arreado por intentar meterse en un pozo de oscuridad infinita del que no saben nada y pinta mal no lo siguiente. E incluso para mi persona verlos muy probablemente suicidarse era demasiado así que en cuanto Alphonse me miro yo también fui a hablar.

- Solo os aviso de que como de verdad os metáis ahí y por alguna razón eso no mate al chaval, yo mismo me haré cargo de daros una paliza a todos. ¿Acaso no sabéis que cuando las cosas que tiras desaparecen es mejor no meter la cabeza? -sinceramente no quería ser yo el que tuviera que escuchar a una panda de críos gritar cuando uno apareciera decapitado- Ahorraos el mal trago y no lo hagáis... -entonces si, me separe de la pared y camine hasta la pared al fondo de la sala ya que parecían aparatos electrónicos- ¿Aquí no pone ninguna pantalla que diga algo sobre que o quienes estaban dentro de esas cosas? Porque supongo que había gente ahí dentro.

      Y aunque mi convicción era si o si el llegar a esa fisura, la realidad y mi estado físico querían otra cosa...

*¡¡ Plaff !!*

    Auch...- musitaba desde el suelo al comprobar que no había logrado siquiera llegar  a la mitad de la altura requerida, aunque lo bueno, parte del dolor ayudaba a calmar parte de mis ideas... -c..creo q..que i..igual me precipite un poco...- respondía bastante avergonzado al resto de los que se encontraban, aunque al instante me volvía a quedar mirando al techo y la fisura con la idea aun en la cabeza. 

    P....pero solo sabemos que ocurren eso con las piedras...- decía mientras comenzaba a ponerme de pies nuevamente, decidido en no dar un paso al costado - cosas como arrojar algo mas vivo o incluso magia podrían tener efectos distintos.... no sabremos hasta intentarlo... quizás hasta la señora aquella este al otro lado de unos de aquellos - apuntando a las fisuras.

Finalmente Aleksis, Asrai y Rayla abandonan la plaza principal en busca de las verdades que albergan en el lugar; en concreto este gran grupo se dirige hacia la torre del reloj que corona aquel pueblo. El edificio se encontraba algo lejos, por lo que el viaje les costó unos cuantos minutos. Pero al menos parecía que en esta ocasión no habría mayores problemas para ir al lugar.

Ni el muro invisible que antes impedía que llegaran ni nada similar; el grupo pudo llegar a la base de la torre del reloj sin mayores problemas o inconvenientes. De hecho, la puerta se encontraba entreabierta, por lo que cualquiera podría adentrarse.

El interior de aquella Torre era notablemente distinta al exterior; era como hacer "Zapping" en la televisión y pasar de un canal con un documental medieval con Castillos ligeramente menos realistas de los que uno puede esperar, a una película de ciencia ficción. El interior no concordaba ni en tamaño ni en estilo que el exterior de aquel lugar.

Dentro de la Torre del Reloj se encontraban 14 Cápsulas abiertas de par en par; además de unos más que evidentes signos de lucha en el interior; o al menos de incendio o explosión. Lo que resultaba extraño, pues a través de esos agujeros lo único que se podía ver era la más completa y pura oscuridad; no el cielo de la mañana del pueblo.

No parece haber más salidas, ni siquiera puertas o ventanas en aquel lugar. Todo ese enorme complejo que era la gigantesca torre del reloj; reducida a esa única habitación que resaltaba de la estética general del edificio en su exterior. - A no ser que se tenga en cuenta los agujeros completamente oscurecidos que hay por el techo, claro está.

El grupo conformado por Aleksis, Asrai y Rayla llegan a la Torre del Reloj en donde se encuentran no solo con lo extraño del lugar, sino con a un buen grupo de los otros integrantes de la plaza que los habían visto horas atrás; pudieron reconocer como todos los que estaban ahí eran los mismos que los que se habían encontrado en el otro lado.

Me acerque un poco preocupado hacia el chico de las gafas que se cayo de bruces, he intente ayudarlo a levantarse -¿Estas bien amigo?- durante todo ese rato, se habían presentado varias teorías sobre los misteriosos agujeros negros, y si sobre si debíamos cruzarlos o no.

Tras una sencilla explicación sobre naves espaciales y alguna revelación personal, quedo bastante claro que todos las allí presentes eramos portadores de una de aquellas extrañas armas -Bueno, entiendo entonces que todos somos capaces de usar una de estas- dicho lo cual, invoque mi propia keyblade.

A la vez que aparecía, la observé más detenidamente, dándole más vueltas al porque habíamos sido elegido para portarlas - Quizás esos datos se perdieron durante la pelea, al fin y al cabo todo parece bastante destruído, no me sorprendería que alguien hubiera borrado el rastro de lo que haya ocurrido aquí- respondí a mi serio compañero.

Justo en ese momento, vi llegar a más personas de la plaza.

Aquel chico de pelo blanco debía de tener muy mal genio, porque ya estaba hablando de darnos una paliza. Aunque en el fondo tenía razón. Había que ser muy estúpido para intentar colarse por uno de esos agujeros oscuros. Por eso yo no quería ni acercarme.

—¿Gente ahí dentro? ¿Por qué piensas eso? ¿Quién sería tan cruel como para encerrar a personas dentro de esas cosas tan pequeñas? —exclamé, estremeciéndome solo de pensarlo—. De todas formas, yo ya me mirado antes y no he encontrado nada de nada.

Al poco apareció un grupito formado por dos personas con las que había hablado ya, y otra que solo conocía de vista. Pero… ¿aquello que recordaba había ocurrido de verdad o era solo un sueño? Seguía sin saberlo. En cualquier caso, los saludé con la mano al verlos llegar.

—Sí… creo que yo también puedo usarla. Aunque no recuerdo por qué —comenté, seria, a lo dicho por el rubio. A continuación extendí mi mano y en ella apareció una llave espada.

El chico de pelo negro mencionó la posibilidad de que la magia interactuara de forma diferente con los agujeros negros. Supuse que no estaba de más comprobarlo.

—Bueno, supongo que no pasa nada si lanzo un hechizo ahí dentro, a ver qué pasa —comenté.

Sin esperar a la opinión de nadie, apunté con mi llave al mismo agujero en el que antes habían tirado un guijarro, y le lancé un hechizo Hielo.

El hechizo lanzado por Naoko llegó directamente contra aquella "substancia" y al igual que la anterior ocasión, el hechizo de hielo atravesó la superficie y tras ello tan solo dejó una leve onda que se extendió por aquella superficie. Sea lo que sea, la magia convencional no parecía que fuera a funcionar.

Mientras el chaval de gafas expone sus quejas, y yo las ignoró, llega mas gente. Las miro de reojo antes de volver a centrar mi atención al problema actual.

- Hasta donde sabemos, lo que entra no sale por lo que a no ser que quieras perder alguna parte de tu cuerpo mejor estate quieto -los demás iban haciendo aparecer cada vez mas de esas llaves gigantes, las miraba con una mezcla de curiosidad y vergüenza ajena

Y por último la otra chica hace... ¿magia? Me vuelve a doler la cabeza mientras decenas de imágenes invaden mi mente, era obvio que me dolía ya que puse una de mis manos en ella para tratar de calmar el dolor de forma completamente inútil. Pero no tarda en desaparecer.

- Ya llevamos bastante tiempo aquí... deberíamos dejarlo para mañana e investigar el resto de la ciudad -aún faltaban unas horas para que tuviera sueño pero iba siendo hora de volver a "casa"- Una pregunta ¿todos tenéis una copia de vuestra casa aquí?

Me acerco, me siento delante del portal a unos centímetros e intento comprender cómo funciona.

Aleksis no comprendía muy bien como funcionaba eso del portón, pues en un lado era un pueblo normal, y en el interior era como si estuvieran en un laboratorio futurista; y esto era algo solo que podía ver una vez habiendo cruzado el marco del portón. Si tenía un ojo dentro y otro fuera era capaz de ver esos dos "mundos paralelos" coexistir.

Convencido de la existencia de otra dimensión a través del portal, como si fuese un espejo y fuera a atravesarlo como una puerta, meto la cabeza.

El hechizo tuvo exactamente el mismo efecto que el guijarro. O sea, una pequeña ondulación, como si fuese agua. «Hmm» murmuré, algo decepcionada.

—¿Eh? Pues… yo sí —contesté con pesar ante la pregunta del chico peliblanco. Era solo una copia, porque mi mundo ya no existía…

Por otro lado, el chico estaba en contra de seguir examinando los agujeros de oscuridad. Yo sabía que tenía razón, pero al mismo tiempo tenía curiosidad por saber qué había detrás y no quería irme sin ver qué pasaba si alguien entraba. Ojalá alguien se presentase voluntario…

Entonces, el chico excéntrico con sombrero —que había conocido en el… ¿sueño?—, se acercó a uno de los agujeros y lo examinó con curiosidad. Parecía como si quisiera escalar y cruzarlo.

—¿Quieres subir y tocar el agujero? Si quieres, puedo ayudarte a subir con una ráfaga de viento —me ofrecí, al tiempo que esbozaba una pequeña sonrisita traviesa.

     Hmmmmmmm....- aunque me molestaba un poco la poco colaboración de algunos, no podía negar que aquel riesgo estaba allí, mas cuando se vio como el hechizo se esfumaba en la fisura - curioso...

     La llegada de unos mas al lugar y el que el tipo del sombrero se le viera tan interesado en las grietas, reavivo mi interés por saber que había al otro lado.

    Quizás no tenga Viento con que ayudar pero... - apuntando mi espada al suelo mientras  me concentraba - pero algo de ayuda puedo aportar.

Mmm a mi no me importaría asomarme por allí, pero no llego tan alto, ni puedo hacer esas brujerías que haceis.

En realidad, Dan estaba ligeramente impresionado por la magia. Hacía años las brujas se quemaban en su país, pero el no creía en la magia... hasta hacía poco tiempo al menos.

Pero si queréis os puedo intentar lanzar a fuerza bruta a ver si llego. - Dice flexionando sus brazos

Hay quien me hace una escalera de hielo para que suba al portal negruzco al más estilo Elsa, otra niña con cara de sádica me ofrece elevarme con viento, y por último el fortachón sugiere lanzarme como si fuera un enano en "El Lobo de Wall Street"... De repente todos a mi alrededor me parecían malvados, a saber por qué... Declino las tres ofertas con una sonrisa y un "no hace falta, sois muy amables". Acto seguido intento manipular y lanzar el viento a través de mis manos para impulsarme hacia arriba.