Partida Rol por web

Un enorme complejo de almacenes abandonados se alzaba ante los tres adolescentes; por suerte, tenían exactamente la dirección del almacén que tenían que investigar, por lo que no tardaron mucho en dar con aquel lugar una vez que hubieron llegado al complejo. Pese a ello, parecía que ya se había hecho demasiado tarde, pero a su vez, estaban tan cerca de al fin desentrañar el misterio de Roberto Aken, de Obake, de Noodle Burguer Boy y de lo que sea que Bob hubiera hecho con la dinamo.

El almacén en cuestión era amplio, pese a que tenía ventanas acristaladas en los pisos superiores, estas fueron bloqueadas desde el interior con un material de color negro y frío. Sea como fuere, no parecía haber otra entrada que no fuera aquella puerta de madera, la cual tan solo estaba bloqueada por un panel numérico. Bajo este, una nota con el logo de Obake.

Tenemos ante nosotros tres recipientes catalogados como: Luz, Oscuridad y "Sin Separar".

Por desgracia, los recipientes tienen mal puestas las etiquetas.

Podemos sacar tantas "almas" como deseemos de los recipientes.

Teniendo en cuenta que los "Sin Separar" contienen tanto Luz como Oscuridad...

¿Cuál es el número mínimo de "muestras" que necesitaremos?

Al llegar a los almacenes encontre la nueva pista de Obake y la leí en voz alta,pero había cosas fuera de mi entendimiento -¿Tres recipientes?,creo que somos nosotros y según esto somos uno de Luz,Oscuridad y uno "Sin separar"- me quede pensando no tenía mucho sentido pero después de todo lo que hemos visto tenía un poco de lógica ahora se supone nosotros somos esos recipientes,y una muestra mínima de cada uno,despues de pensar un poco con mi mano en el mentón -Creo serian 6 muestras en total,si no sabemos quién es el recipiente "Sin Separar" entonces debemos sacar 2 muestras a cada uno,las dos muestras del de luz deben ser iguales ,el de oscuridad igual y el "Sin Separar" ambas muestras deben ser diferentes.

Por fin estábamos ahí, en el momento final en el que la verdad sería expuesta y el villano Obake castigado. Aquel almacén abandonado sin duda era un lugar apropiado para aquel último enfrentamiento... o lo sería si nada más llegar, Obake no nos hubiera planteado otro maldito acertijo de los suyos. Empezaba a estar bastante cabreado.

-¡Hijo de perra! Déjate de puzles y muéstrate. Enfréntate a nosotros, cobardón. -grité a mi alrededor. -Sé que nos estás escuchando. -Aquello pareció surtir escaso o ningún efecto y mis compañeros parecían más centrados también en resolver aquel último reto de Obake. Decidí yo también darle un par de vueltas. Resolver aquello ayudaría a relajarme, necesitaba tener la mente clara y despejada, no dejarme llevar por la ira o no estaría en condiciones de derrotar a aquel genio criminal que parecía haber puesto media ciudad del revés.

-Creo que te equivocas, Zaki. Yo tampoco estoy muy seguro pero, ¿no serían cuatro? Sacas una muestra de cada y luego sacas una más de uno de los botes, tanto si es del mismo color como si es diferente, deberías poder deducir todas las etiquetas. Piensa que el acertijo dice que están todas mal colocadas.

Tras pensar un poco en mis palabras pude notar un posible error -De hecho e pensado que 6 muestras no son suficientes si tomamos muestras 2 por cada uno de los recipientes hay una gran posibilidad que el recipiente "Sin Separar" saque dos muestras iguales lo que nos dejaría descartar a uno de los recipientes y tendremos que seguir sacando muestras hasta que alguna cambié lo cual para identificar tendríamos que sacar muestras de los dos recipientes sobrantes hasta que la muestra tomada sea diferente a la anterior podría,primero deberíamos tomar 6 muestras separar a los dos que las muestras sean iguales y seguir sacando muestras hasta que cambie podría llevarnos otros 6 intentos en el peor de los caso podríamos llegar a los 20 intentos y las muestras no cambiarían.

Pensé por un momento el razonamiento de Saiki aprecia también muy lógico si toda las etiquetas están mal se podrá descartar -Si lo que dices es verdad y todas la etiquetas están mal simplemente se necesitaríamos 3 ya que si la que dice Luz o oscuridad aparecen como corresponden significa que son el recipiente "Sin Separar".

Patricia no sabía qué pensar. Cuando Élan decía que debían confiar en Bob - así lo interpretaba ella -, respondía tímidamente que sí, sí, no creo que sea él... Y cuando Zaki corregía con un apunte pragmático sobre la identidad del villano misterioso, bajaba la cabeza y también lo secundaba sí, sí, no hay que confiarse mucho, no... Y por dentro, solo deseaba no haberse visto envuelta en este percal de tamaño estatal y militar. Bueno, no era del todo así, ahora tenía amigos, o ellos decían eso, pero si se pelean... y entonces llegó a los almacenes, casi llorando, pobrecita, y caminó como alma en pena hasta los almacenes. Y se le cayó todavía más el alma al ver que habían más puzles. Quizás sí era Bob, porque Bob era muy listo, a la gente lista le gustan los puzles y esas cosas...

Se alejó dos pasitos mientras sus compañeros volvían a discutir, pensando que seguro era por su culpa, y se agachó hasta estar de cuclillas, abrazándose una pierna con un brazo. Con el otro, buscó una ramita de esas plantas que rompían e irrumpían la continuidad del suelo gris, y se puso a dibujar en el cachito de tierra pequeñito como su corazoncito. Si lo que había dicho Zaki era verdad y los recipientes eran ellos, seguro que yo soy sin separar. Así que apuntó en el suelo:

P E Z

Patricia, Élan, Zaki. Le hacía gracia porque era un pez. Se imaginó siendo ese recipiente que contiene luz y oscuridad. Pero entonces se dio cuenta de que había hecho algo mal: nunca se pone el nombre de una misma primero. Así que prosiguió a borrar sus siglas... y entonces se dio cuenta. 

Se levantó, frotándose las manos nerviosa, con miedo a interrumpir la charla importante de los chicos. Eh... solo hay que sacar una... si las etiquetas están mal, solo necesitamos una muestra de la que pone sin separar... si sale luz, como tiene la etiqueta mal... Se agarró la cabeza, haciendo gala del esfuerzo cognitivo superior que le taladraba la cabecita de winnie the pooh en ese momento... s-si sale luz, como la etiqueta está mal... no puede ser el de sin separar... así que es luz... y como las otras dos también están mal... la que pone... sin separar, es oscuridad... y la que pone... oscuridad, es sin separar...

Ante vosotros hay una pequeña puerta abierta, en aquella nueva sala hay un total de 3 palancas y 3 botones debajo de su correspondiente palanca; además de un pequeño letrero que explica el siguiente puzzle, además de dos puertas de metal, una con un botón incorporado, y otra completamente lisa.

En el interior de la habitación herméticamente cerrada y contigua hay una bombilla y donde estamos hay tres palancas,  sólo uno de los tres enciende la bombilla. Tan solo puedes abrir la puerta hacia la bombilla una vez.

Mientras la puerta esté cerrada puedes mover las palancas las veces que quieras pero al abrir la puerta hay que decir cuál de los tres interruptores enciende la bombilla y pulsar el botón asociado al mismo.

Un reloj se iluminó en la habitación y comenzó una cuenta atrás, y aunque al principio parecía que descendía a intervalos regulares, no era así, daba saltos, otras veces se movía muchos dígitos rapidamente y otras veces parecía quedarse atorado en un mismo dígito.

Y la puerta hacia la salida se cerró, encerrando a los 3 adolescentes.

-Vaya, otra vez nos has sacado del atolladero. -felicité a Patricia. No pude evitar sonreír cuando dibujó nuestros nombres en el suelo, jugando con ellos. Apenas hacía un día y medio que nos conocíamos, pero ya podía sentir un vínculo firme creciendo entre los tres. Una vez resuelto el puzle, les dije:

-Venga, sigamos. -solo para encontrarme con una nueva decpeción, en forma de un nuevo puzle. -Agh, botones, palancas, hay demasiadas combinaciones, no hay tiempo de hacer pruebas... -dije señalando aquel reloj amenazador. Estábamos atrapados, así que no nos quedaba otra salida que resolver aquel maldito acertijo y confiar que fuese el último. -Un segundo... esto no es un puzle en absoluto. Al menos, no como el otro... Y procedí a dar mi explicación, extendiendo tres dedos y señalándolos según iba enumerando las posibilidades.

-¿Se supone que es una bombilla normal y corriente, no? Si abrimos la puerta, ¿podremos acercarnos a verla, no? Pues solo hay que probar la primera palanca, esperar un rato, y probar la segunda. Luego, abrimos la puerta y pueden pasar tres cosas:

·Uno, la bombilla está encendida, fácil, es la segunda palanca.

·Dos, la bombilla está apagada, pero si la tocamos y está caliente (es una maldita bombilla normal y corriente, al fin y al cabo), es la primera palanca, la que ha encendido y apagado la bombilla.

·Tres, si la bombilla está apagada y fría como el corazón de Zaki,  pues es la palanca tres, la que queda. -concluí, con una sonrisa de imbécil, de oreja a oreja. Obake, para el siguiente te lo vas a tener que currar más, cabrón.

Haciendo lo que Élan Saiki había dicho de hacer, la solución fue más que evidente para los tres rescatadores, al parecer en el equipo dinamo, el músculo del equipo también tenía algo de celebro para resolver aquellos puzzles que el maestro de ceremonias había preparado. Si esto fuera una serie televisiva de baja calidad, ahora aparecería el malvado mostrando una maquiavélica sonrisa mientras los adolescentes cruzaban a la siguiente habitación...

Patricia se había limitado a tener arcadas cerebrales en esa ocasión. Hacía que no con la cabeza mientras se acariciaba las cienes en un gesto patético y autocomplaciente, y estaba a punto de llorar desconsoladamente por la malvada diosa que la había dotado de tan poca inteligencia. Incluso se atrevió a insultar mentalmente a la inteligencia de dicha diosa, que aunque no la conocía, a alguien tenía que culpar... y era todo un avance no culparse a ella misma.

Y entonces, aquel que se había presentado como un héroe demostró la validez de su título resolviendo un puzle imposible. ¡Ala Élan, eres muy listo! ¡Y la puerta se abrió! ¡Y lo desconocido llegó! Miró a Zaki emocionada, haciendo que sí con la cabeza, y con las manos juntas, como rezando a aquella diosa misteriosa y desconocida.

Ante los tres niños se encontraban dos relojes de arena de madera y plástico transparente; ninguno de ellos tenía ninguna marca salvo un simple número grabado en uno de sus extremos, en una pequeña plaquita, en uno ponía "VII" y en el otro "IV". Por otro lado había tres botones en el panel de control, uno "Verde", otro "Rojo" y otro "Morado", en el verde ponía "Ready" y en el rojo "Stop", mientras que en el morado ponía "ANSWER".

Por último, el cartel con la cuestión indicaba: "Una vez que el botón verde sea pulsado un cronómetro interno comenzará a moverse; una vez que el botón rojo sea pulsado, este cronómetro se detendrá; pulsad el morado cuando el cronómetro llegue a 9 minutos (+/-3 s)".

Por otro lado notasteis cómo algunos objetos de hierro se dirigían hacia las paredes; al comprobar vuestros teléfonos y relojes, estos se encontraban estropeados, probablemente a causa de un campo magnético que distorsionaba la señal y el buen funcionamiento de dichos aparatos...