Partida Rol por web

El planeta Azul poco a poco fue creciendo hasta que en los dos cristales circulares que servían como ojos para la Nave de Noodle Burguer-Boy tan solo se podía ver el intenso color azul del océano. Por unos instantes la nave parecía que iba a amerizar, por unos segundos tan solo, puesto que de improvisto, Noodle Burguer-Boy tiró de los controles hacia abajo, hundiendolo en el inmenso océano.

-Descuidad. -Dijo tratando de tranquilizar a la tripulación- La nave fue diseñada para aguantar la presión del Espacio...

A medida que la nave se hundía más y más en las oscuras profundidades del océano, los ruidos del metal hundiéndose hacia el interior de la nave se pudieron escuchar, a la par que toda esta comenzaba a traquetear y las chapas comenzaban a saltar por delante de los cristales y caer ante los ojos de los tres tripulantes, del capitán Noodle y de la propia nave. Incluso los cristales comenzaron a agrietarse por unos instantes. Pero parecían resistir... de momento.

Cabizbaja como estaba la pobre chica después de presenciar el cyborguicidio, ni las peculiaridades de su cómica nave consiguieron sacarle una sonrisa... se asomó a mirar el espacio exterior y todo, pero la inmensidad solo le hizo dudar aún más de sus decisiones. La aventura era emocionante, sí, pero el precio había sido alto, y probablemente sus padres se preocuparían, y cuando volviera tendría problemas, y... ¿Seguro que es aquí, Burger-Boy? Es todo agua... Con el primer tirón, Patricia se agachó y se cubrió la cabeza, y cuando los ruiditos a muerte inminente empezaron, Patricia se transformó en una bolita tan comprimida como la nave en la que estaba. Ay ay ay...

Poquito a poco, se fue descomprimiendo, hasta que pudo fijarse en sus alrededores. Todo agua, por suerte, fuera de la nave. O al menos eso parecía... T-tengo miedo... ¡Pero no podía dejarse llevar por el miedo! Ahora era la líder de un grupo de héroes adolescentes, o algo así, y había visto suficientes películas como para saber que no había que tener miedo. ¡Al contrario! El cliché que recorría sus circuitos neuronales en ese momento le decía que debía transmitir despreocupación y alegría. Eh... es bonito... el mar... ¿verdad, chicos? En un alarde de valentía, hasta se tambaleó temblorosa hasta la burger-ventana, e intentó transmitir que todo era perfectamente normal. S-sí, mirad que bonito...

Lejos de tranquilizarle, las palabras de Burger-Boy solo pusieron más nervioso a Élan, por cuya mente no dejaban de desfilar imágenes de todas esas películas de ciencia ficción en las que explotaban naves espaciales. Sólo que la suya tenía forma de hamburguesa. Voy a morir en una nave espacial en forma de hamburguesa.  Si Obake les estaba observando desde el Más Allá, sin duda, tenía que estar descojonándose. En cambio, a Saiki, lo de ver cachos de nave saltando al aire no le hacía maldita gracia.

-¿El mar? -dijo extrañado ante el comentario de Patricia. Al asomarse él también pudo comprobar como todo aquel planeta, o al menos hasta donde la vista alcanzaba estaba cubierto de un inmenso océano, por otra parte, muy parecido al de su propio mundo hogar. -Burger Boy, ¿ves algún sitio donde aterrizar la nave antes de qu... -sin poder acabar la frase, el robot ya había procedido a hundir la nave del todo. -¿A dónde vas? ¡Nos vas a matar! -dijo, cuando se hubo recompuesto. -Te recuerdo que lo de respirar bajo el agua a los humanos se nos da tirando a mal, ¡cacho de hojalata!

Esperaba ver un planeta diferente al nuestro pero mis ojos se abrieron como platos cuando vi ese gran cuerpo de agua al cual nos acercábamos -Parece solo agua creo deberías desviarte- aconsejé a Burger-Boy pocos segundos antes de que la nave se sumergiera en el gigantesco océano donde las paredes de las nave empezaban a ceder ante la presión submarina y las palabras del piloto no me calmaron -Voy a Morir ahogado,no recuerdo si se nadar,tampoco es que pueda aguantar la respiración tanto tiempo-en absoluto -El espacio no tiene ninguna resistencia atmosférica pero la presión del mar puede superar la presión de mil atmósferas- me agarraba del pelo ante la idea que la nave fuera aplastada por el planeta de agua.

La presión seguía aplastando el barco y parecía que en cualquier momento este iba a contraerse sobre sí mismo hasta finalmente terminar como una pequeña lata de sardinas; pese a ello, el submarino improvisado, pues a fin de cuentas, todas las naves que aún se mueven bajo el agua son submarinos a su manera; continuaba su viaje por las profundidades.

-Poneos los cascos del cajón inferior izquierdo, será importante -Remarcó Noodle Burger Boy.- ¡Contramedidas!.

Sin dar tiempo a que los tres jóvenes le hicieran caso, Noodle Burguer Boy pulsó un botón que hizo traquetear la nave, mientras que de las rendijas del suelo, comenzaba a salir un líquido amarillo-verdoso que lentamente iba llenando la llave desde el interior. Al parecer las contramedidas era llenar el interior de la nave con un refresco de lima-limón.

Quizás fuera la imaginación de Patricia, la poca luminosidad, o los nervios por haber presenciado un asesinato, haber ido al espacio y finalmente haberse hundido en un océano desconocido mientras trozos de la nave se iban cayendo, pero en aquel fondo marino, parecía haber una formación de rocas un tanto extraña, más aún cuando la tierra y la arena comenzaron a levantarse en una humareda a su alrededor.

Aún mientras nos sumerguiamos empecé a sentir una curiosidad mezclada con pánico cuando el líquido amarillento empezó a llenar la nave -Huele a limon- rápidamente me puse el casco como nos indico nuestro capitán mostrando que Obake realmente tenía una obsesión con Burger-Boy.

A-algo se mueve afuera... creo... no sé... a-allí... Señaló un punto del oceáno en el que ella veía como unas rocas... levantando arena... Le daba vergüenza estar señalando unas rocas normales y corrientes, así que enrojeció, y se cayó por el traqueteo. ¡ay! Pero se levantó fingiendo que se había olvidado de lo ocurrido para agarrar su casco. E-estoy bien...

Patricia se quedó mirando el casco un momento, pensativa. Burger-boy. Nave Burger-boy. Casco Burger-boy. Se nota que Obake es ordenado. Por otro lado... ¿De verdad iba a ponerse eso? Se vería muy ridícula. Zaki se lo ha puesto. Patricia se burgerboyizó la cabeza sin dudar. Cuando notó las contramedidas, se decidió a preguntar algún día a Burger-boy por la nave, saber lo que podía hacer y como cuidarla y todo eso. De momento... Burger-boy... ¿como nos defendemos si nos atacan? Y claro, también tocaba hacer algún comentario de líder aprendido en películas. D-d-dinamo... agarraos a algo... para no caer... Y... eh... 

Fue fugaz, pero esto pasó:

¡Ánimo! Y se agarró de... de Burger-boy, que en ese momento le pareció el lugar más seguro de la nave, por algún motivo inconocido.

Vamos a morir ahogados. En fanta de limón en vez de en el mar. Esto no es una mejora. Élan comenzaba a sospechar que subirse a una nave hamburguesa siguiendo las órdenes de un científico pasado de rosca no había sido la más brillante de sus ocurrencias. Con claras reticencias a ponerse ese cachivache estrafalario que el robot había definido como casco, a Saiki no le quedó más remedio que sucumbir a la presión de grupo (bueno, y a la presión literal, atmosférica) y ponerse el maldito casco. También hizo caso a las instrucciones de su flamante nueva líder y se agarró a lo primero que pudo, confiando en que el Noodle Burger-Boy no les mataría en el proceso. Todo este proceso mental fue acompañado de un poco explícito:

-¡¡¡AAAAAAAAAH!!!

Por suerte las contramedidas azucaradas de Noodle Burger-Boy fueron lo suficientemente buenas como para evitar que la presión del exterior del agua del océano sobre la nave aplastara por completo el improvisado submarino en el que se encontraban. Aunque no por ello fuera algo cómodo, pues de vez en cuando, alguna burbuja se escurría por entre la ropa de los tripulantes.

¡Problema solucionado!

La voz de Noodle Burger-Boy resonó en el interior de cada casco, al parecer no solo era una protección superficial de la cabeza, así como a pequeña escala una escafandra de Buzo, sino que además tenía una conexión remota de corta distancia, lo cual permitía a los tres pre-héroes comunicarse entre ellos como con el piloto robot.

En mis sensores no hay ningún organismo vivo en las cercanías.

Respondió a Patricia con su voz robótica e inexpresiva. Algo que Patricia podía comprobar si mirara al sensor correspondiente a "Emisiones de CO²" o al "Temperatura Corporal". En ninguno de los dos sensores aparecía ni una sola marca. Al parecer, Patricia volvía a ver cosas que ninguno de sus compañeros veía. Aunque teniendo en cuenta la anterior ocasión, quizás fuera interesante hacer caso a los poderes sensoriales de la joven.

'Patricia se habría puesto a llorar de asquito por las contramedidas de limón marca blanca y de miedo a morir bajo el mar, aprovechando que el ridículo casco (¿por qué el de Patricia es el único que está triste?), pero si quedaba algún rastro de su buen y fiel maquillaje bajo la escafandra, quería conservarlo intacto. Por eso solo hizo unas muecas muy exageradas que nadie pudo ver, aunque sí pudieron ver los movimientos erráticos de puños cerrados que las acompañaban. Ah que práctico, pensó al oír la "voz en off" de Burger-boy.

Se fijó en los sensores a los que se había referido Burger-boy. Repasó su respuesta mentalmente, mientras se agarraba con una mano al piloto robótico. Se fijó en el ser al que se estaba agarrando. Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... 

Patricia tomó aire. 

Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... Organismo vivo... Burger-Boy... ¡B-burger-Boy! T-tu no eres un organismo vivo... digo... perdón... digo... y si lo que vi es... como tu, ¿sabes? Chapoteando patosamente entre las contramedidas azucaradas, Patricia volvió a fijarse por la ventana. S-solo por si acaso... ¿como nos defendemos si viene un malo, Burger-Boy? ¿Y nos podemos comunicar con otras naves?

El Robot giró su cabeza 180 grados para mirar a Patricia y así poder responderla de la mejor forma que este sabía, o tenía programado, una de las dos cosas. Sea como fuere, la respuesta que daría no solo iba a ser negativa, sino que además iba a ser terriblemente pesimista, al menos en cuanto a la concepción y apreciaciones que tenía el Robot.

No creo que una Hamburguesa de Fideos esté en mitad del Océano, al menos no tan profundo.

Puesto que tanto el pan como los fideos flotan... si es que no son devorados antes por algún animal.

La cabeza de Noodle Burger-Boy volvió a girar, siguiendo el sentido con el que venía girando, dando por tanto una vuelta completa y volviendo a su punto de partida, mirando hacia los mandos de aquella nave. Al parecer, el Niño-Robot se sentía parcialmente culpable por burlarse de la loca idea de Patricia de encontrarse con Hamburguesas de Fideos tan abajo.

Si esto te hace sentir más segura...

Hay un arma en la nave que NO tiene nada que ver con Condimentos.

Así que pulsad ese botón de ahí si nos ataca una Hamburguesa de Fideos.

No entendía el porque mis amigos se aferraban tanto a nuestro robótico piloto,yo preferí estar en mi asiento preguntándome si el casco no tendría algún tipo de pajilla para beber de nuestro líquido limoso -¿Esto no tiene para beber?.

Mientras miraba nuestro verde entorno no pude evitar emocionarme con la idea de ser un Burger-Boy y empecé a mover mis brazos de forma rítmica pero robusta bailando como un robot,mientras hacía ruidos con mi boca,aún mineras oía las voces a mí alrededor.

Al escuchar que teníamos armasequipadas en la nave no pude evitar dejar mi baile robótico para saltar/nadar para oprimir el botón -Yo quiero ver eso.

El botón fue oprimido pero nada ocurrió. A lo que podríais mirar hacia Noodle Burguer-Boy para ver, como este en efecto te devolvía la mirada con un gesto de desaprobación, al menos el gesto que pudiera hacer al tener un rostro inexpresivo, fijo y nunca cambiante; todo sin soltar las manos de los mandos.

No he inicializado las Contramedidas.

Eso fue decepcionante,solo dijiste que al oprimir el botón podría usar las armas,activa las contramedidas- ordene a Burger-Boy esperando por poder ver la tecnología ofensiva de la nave.

-Patricia, digo, jefa -ahora que eran un equipo serio con una misión seria, tenían que mantenerse unas formas -exactamente, ¿qué has visto? Si el Burger Boy no ha detectado nada vivo, igual es otro robot -preguntó Saiki, ahora que los ánimos se habían calmado un poco, en parte gracias al hipnótico bailecito de Zaki.

-Creo que Burger Boy es el que decide cuando se activan las Contramedidas, ¿no es así? -dijo, mirando a su robótico aliado. -Tampoco es plan que nos pongamos a gastar munición o lo que sea que usen las Contramedidas sin saber qué nos podemos encontrar más adelante. Tengo un mal presentimiento -añadió. Más valía que hiciera lo que hiciese la nave fuese útil, porque a saber a cuántos cientos de metros de profundidad en un océano en otro planeta, pocas vías de escape veía Élan que no fuesen ganar cualquier posible confrontación.

En el radar de calor apareció un punto de gran tamaño, algo que incluso alarmó a Noodle Burger-Boy, el cual inicializó las contramedidas, representando esto como que el boton rojo se iluminó dispuesto a ser pulsado por cualquiera de los presentes, a fin de cuentas, estaba lo suficientemente lejos de Noodle Burger-Boy como para que este le alcanzara.

¡Una criatura de aproximadamente algo más de 100 metros de largo está enfrente nuestra!

¡He fijado el objetivo hacia la fuente de calor!

Los tres aventureros podían saltar a las ventanas para ver la criatura, pero lo único que veían era una formación de roca que, por algún motivo, parecía moverse. Hacia adelante. Fijándose un poco más pudieron ver lo que podría ser una cola de langosta, así como enormes tenazas. Parecía ser un monstruo mitológico, el cual parecía estar bajando en picado hacia el lecho marino.

Patricia le rió la gracia del baile robótico a Zaki, y tomó nota mentalmente. Ha cambiado los ánimos, como hacía Haruko. Por otro lado, estaba el bicho. Empezó a pensar en como definir lo que había visto, e-era una cosa... Pero no hizo falta. Pegó un bote, se agarró bien al burger-casco, y señaló temblorosamente al otro lado de la ventana. ¡E-esa cosa! Y también se sonrojó un poco. Miró a Élan miró al suelo, d-dime Patricia, p-porfa... Y se abalanzó hacia la ventana.

Pensó que le daba un mareo. Puede que le diera un mareo. Puede que fueran nauseas. En todo caso, era mejor dar una respuesta rápida, una directriz clara. ¿Qué sería aquella langosta gigante? Si era otro robot, lo tendría que haber construido alguien, pensó Patricia. ¿O quizá era como el bicho contra el que habían luchado antes de abandonar su planeta natal? Pero... ¿Y si trae gente? ¿Y si es como Burger-boy? Patricia no se sintió capaz de arriesgarse a atacar sin saber a qué o a quien. Respiró profundamente. N-no ataquéis todavía... la... langosta no nos ha atacado... Además si la atacamos y luego no podemos con ella estaremos en problemas... c-creo que l-lo mejor será v-ver que hace de momento... s-si os parece bien... a-aunque estemos atentos... por si hace falta... defendernos...