Partida Rol por web

Uno tras otro el hombre del cartel se presenta como Jan, el chofer que les llevará al hotel. Les explica que han encontrado un muy buen hotel y que espera que su estadía sea de lo más agradable y entretenida. Allí en Praga aman a los turistas según les explica.

Los primeros en llegar son Or-Deux, un hombre de buen vestir aunque un ojo entrenado vería que sus trajes son más bien baratos y Martin Meyer. Meyer tiene unos 50 años y viste de modo impecable, cuando se presenta lo hace de la forma más cortés posible.

Algo más atrasado llegar el Dr Mac Donald, un atractivo joven que como Or-Deux intenta vestir lo mejor posible con lo poco que tiene.

Por último llega Daphne, con un aire algo perdido en aquel aeropuerto parece aún más atractiva de lo normal. Es joven, no debe ser mayor de 20 años, y arrastra la mirada de muchos hombres a medida que pasa.

Mientras caminan hacia el coche, con el chofer guiando, Meyer os hace una seña de silencio. Aquel no es más que un hombre común enviado por el hotel para buscarlos.

Luego de un lindo paseo por la ciudad en el cual Jan con un muy marcado acento les va señalando distintos puntos de interés de Praga llegan al hotel Rott en el centro de Praga.

Allí Martin habla con la recepcionista, una hermosa morocha de ojos verdes, y luego de dar sus datos y firmar en un libro os hace firmar a ustedes. 1 botones vestido con un traje con los colores del hotel es llamado y luego de colocar su equipaje en un carrito los dirige a sus habitaciones. Uno por unos os va dejando en sus habitaciones, primero Daphne, luego Or-Deux, luego Meyer y por último a Flanagan. Antes de dejar a Daphne en su habitación Martin les dice que mañana llegaran otros 2 integrantes del grupo, vienen desde América así que su viaje es más largo. Por razones políticas prefiere no actuar hasta que lleguen todos así que tienen el día para acomodarse y conocer Praga. Si necesitan algo su habitación es la 213.

Las habitaciones son muy cómodas y se encuentran todas en el mismo corredor aunque no una junto a la otra. Tienen una bonita vista a la calle desde el segundo piso donde se encuentran. Cada habitación cuenta con una cama doble y un cómodo escritorio, así como televisión, aire acondicionado y acceso a internet inalámbrico por medio de una clave que se les provee en recepción si la requieren.

Trás acomodarme en mi habitación extiendo sobre el escritorio la información que poseemos, A continuación pido por teléfono hablar con mis compañeros para invitarles a venir  a mi habitación a tomar la cena y comenzar la labor que se nos ha encomendado. Básicamente ponernos al tanto unos con otros y comenzar a conocernos.

hablando solo lo necesario me presento con toda la compostura de una doncella ante Martin Meyer, Deux y el Doc. Flanagan -yo soy Daphne Wind-Holy... estoy encantada de conocerles, mucho gusto...-

sin embargo, no puedo evitar mostrarme sorprendida por la enorme hospitalidad de nuestro anfitrión el Sr. Meyer... me sentía agusto ante tantas atenciones... y aun más tras llegar al hotel -oooh... que lugar tan bonito Mr. Meyer, vos sois todo un caballero, os lo agradezco...- tras escuchar que esperaremos a otros dos colegas magos entro en mi habitación y me recuesto un rato...

luego de asearme la cara... escucho que alguien llama a la puerta, el ver a Deux sonrío y añado -"hola Señor Deux"... "claro" sera un honor para mi cenar con vos, me muero de hambre... dadme 20 minutos para arreglarme y ya les alcanzo en su habitación, vale?...-

me acicalo un poco el cabello y me cambio de ropa (otro uniforme igual XD), y voy a reunirme con el Deux y el Doc. para charlar un poco, conocerlos mejor y hablar del problema que nos acontece... -se realmente poco sobre ese libro, pero mi Maestro me dijo que era realmente muy serio, y que iba a ser muy arriesgado... no se, que opinan ustedes...?-

Diario del Dr Flánagan Mac Donald. Praga, Lunes, 17 de Noviembre del 2011 Antes de la cena.

Qué largo y tedioso viaje. En esos monstruos bastos y torpes.

La verdad es que me consumo de envidia al ver el maravilloso regalo que el Consenso ha hecho a estos tecnócratas grises y aburridos: ¡funcionan! ¡Y son tan aburridos! No se cómo pueden aguantarlo, ni un incidente en todo el viaje.

Antes de encontrarme con mi recepción, pasé por el reservado, a pasar la plancha de viaje, patentada por mi, por mi indumentaria, para dejarla en óptimas condiciones. Ya presentable, recogí mi pequeña maleta. Mr Meyer me esperaba. Un hombre vulgar, quizá, pero un hombre. Le saludé como a un igual, y disfruté del pequeño viaje turístico por Praga. Ni el frío ni las nubes de esta época del año pudieron estropearme el disfrute: ah, la Vieja Europa.

Mis colegas, aquellos con los que tenía que formar equipo, eran una bellísima señorita y un caballero. El hotel era apropiado: más de lo que acostumbro, desde luego, ya que mi liquidez deja mucho que desear. Sin embargo me desenvolví perfectamente.

En la habitación, y antes de deshacer mi maleta, rastreé concienzudamente, en busca de aparatos espías, tanto tecnológicos como de otra índole, equipado con mis Viejas Gafas y con mi ingenio.

Sonó el teléfono: era la línea interna. Mr Or-Deux (menudo nombre) nos invitaba a un ligero refrigerio, para conocernos mejor.

Tendré mucho gusto en acudir, caballero. Sin embargo debo pedirle que espere aún unos instantes: todavía me encuentro poniendo en orden mis cosas. Respondí.

Repasé toda la información que había podido reunir sobre nuestra misión y volví a codificarla inmediatamente. Ya estaba listo para reunirme con mis colegas.

Flánagan tiene acento inglés, pinta de inglés y... le falta el bombín, ya que es un inglés anticuado. El brillo de locura en su mirada se encuentra atenuado. Casi imperceptible. Besa la mano de Daphne y sacude vigorosamente la mano de Or-Deux, con una familiaridad relajada pero fría. Nada más llegar al hotel, toma el te. Su traje es de lana, con un dibujo a cuadritos muy pequeños. Lleva pajarita, camisa con cuello duro y zapatos bien abrillantados. Todo "muy bien conservado"

El primero en acercarse al hombre del cartel es Payne, momentos más tarde Jackson llega reconociendo a aquel sujeto tan peculiar que había viajado junto a él desde Berlín.

El hombre tras saludarlos se presenta como Jan, trabaja para el hotel Rott y ha venido a buscarles. Colocan el equipaje en un carro para llevarlo hasta el auto hacia donde Jan les dirige. Dejan las maletas en el baúl del oscuro mercedes y emprenden viaje hacia el hotel. Jan que no habla un excelente inglés se limita a señalarles algunos puntos de interés por los cuales van viajando mientras se acercan a su destino.

Extiendo la mano para saludar a Jan, y luego a Payne ---Hola, soy Jackson, ¿y tú?

Una vez en el auto, miro a Payne, y con una sonrisa le digo: Tengo la leve sospecha de que eres un Ecstático.

Saludó a ambos dándoles la mano.

—Payne, un placer —sonrió educadamente y se adentró en el vehículo, abrochándose correctamente el cinturón de seguridad y apretándolo un poco más de la cuenta.

—¿Ajá? ¿No deberíamos dejar esos detalles para cuando estemos en el hotel? —hizo un gesto sutil señalando al conductor. No era bueno que los durmientes oyeran cosas extrañas.

---No creo que al chofer le importe demasiado tu religión--- miro a Payne, y guiño. ---Pero, no hay problema, hablaremos al llegar.

Miro el paisaje por la ventanilla, y presto atencion a lo que describe Jan.

He pedido la cena y bebidas para los tres. Cuando entra en mi habitación los acomodo.

Bienvenidos a mi habitació señor, y señorita mis modales son corteses, pero no de naturaleza aristocrática. Pueden llamarme Or-Deux. Vamos a colaborar juntos para subsanar nuestra valiosa pérdida, y por ello sería bueno que aún faltando integrantes de nuestro equipo de búsquedanos integremos lo antes posible.

No dudo que además de recibir información previa habremos realizado nuestras labores de documentación pertinentes, y no cabe sino preguntarnos si lo mejor no sería poner en común el trabajo previo y las sospechas personales. Por mi cabe estoy convencido de ello.

Permitame ser el primero en romper el hielo y la natural desconfianza. Ésto es lo que he averiguado hasta el momento...

Comienzo a relatarles cuanto sé sobre el Codex y a pasarles los recortes y demas papeles que lo atestiguan.

Or-Deux demostró tener un conocimiento realmente extenso sobre el Codex, aquellas explicaciones tomaron casi todo el día. Comieron en la habitación y salvo por la llegada de los camareros y una llamada de Meyer para averiguar si ya estaban todos acomodados y a gusto no hubo molestias.

Al caer la noche Or-Deux continuaba con su diatriba sobre el Codex Gigas y recién llegando a las 10 de la noche creyó que todo lo que sabía había sido explicado con claridad. Ni Daphne ni Flanagan eran demasiado versados en temas de historia o humanidades por lo que fue necesario explicar algunos puntos que a otros quizás no fueran necesarios para que comprendieran realmente lo que Or-Deux intentaba decir. Ninguno de los escuchas conocían a Rodolfo II ni a Konigsmark pero al menos conocían algo de los trabajos del alquimista Jacobus Horcicky de Tepenecz y Georgius Barschius. Por otro lado Or-Deux no estaba preparado para aquello por lo que varias veces le fue necesario volver atrás en sus palabras de modo de buscar mayor coherencia y explicar mejor aquello que a veces Daphne, a veces Flanagan, no parecían comprender.

Poco antes de dar por terminada la improvisada conferencia reciben una llamada de Meyer. Los americanos deberían de llegar al hotel por la mañana, a las 8 am si es que el vuelo no se retrasa. Les pide por lo tanto que estén listos para apenas hayan llegado ir a la biblioteca, el punto donde cree que deberían comenzar las investigaciones.

Con la hora marcada deciden descansar por lo que queda de la noche para así al otro día poder tomar el desayuno del hotel y salir con tiempo.

El hotel resulta ser un lujoso cuatro estrellas, el señor Meyer debería de estar pagando un buen precio para tenerlos cómodos.

En la recepción una hermosa muchacha les recibe con una sonrisa, sentado en un sillón un hombre de buen vestir se les acerca y estrechándoles la mano se presenta como Martin Meyer. Según les dice el resto del grupo está terminando de desayunar.

Mientras Meyer habla un botones del hotel se les acerca y toma su equipaje colocándolo en un pequeño carrito de metal para llevarlo a sus habitaciones. 

La recepcionista les pide que firmen un libro donde se marca su llegada y así les llevan hasta sus habitaciones.

Payne es dejado primero en su habitación, donde Meyer les pide que no se demoren demasiado. Si se apuran aún podrían llegar a comer algo para el desayuno pero desea comenzar con el asunto lo antes posible. Les indica también las habitaciones de cada uno de los miembros del equipo, las cuales se ubican en el mismo corredor, así como la suya.

Meyer les esperará en la recepción cuando estén listos.

Las habitaciones son realmente cómodas, tienen una bonita vista a la calle desde el segundo piso donde se encuentran. Cuentan con una cama doble y un cómodo escritorio, así como televisión, aire acondicionado y acceso a internet inalámbrico por medio de una clave que se les provee en recepción si la requieren.

Diario del Dr Flanagan Mac Donald. Por la noche.

El señor Or-Deux parece ser el más versado en estos asuntos. Varias cosas me suenan de algo, desde luego. Ha sido una tarde agotadora. La señorita Wind-Holy y yo atendíamos, y tomábamos notas. Leyendo las mías propias, las que traía en mi lector, pude llegar a rellenar varios de los espacios vacíos de las informaciones más comunes: la reiteración, por dos veces, de un incendio relacionado con el códice, el primero en la residencia Koningmark y el segundo en casa del astrólogo y teólogo Taddeus Rejcha. Puede ser interesante, lo del incendio, si.

Está claro que el libro dio muchas vueltas, aunque no creo que por eso sea muy diferente a otros. Habrá que investigar todo lo posible sobre esos nombres. Hoy, temo, dormiré poco. Voy a la sala común, a ver si me puedo conectar a internet. Hasta que no sepa cómo conectar el Artefacto a una red de información, estoy condenado a arrastrar estos trastos coincidentes por el mundo.

Pero antes de todo, bajaré a tomarme una copa, necesito relajarme.

Flanagan se comporta muy seriamente, durante la reunión de trabajo. Trae sus propias notas, a las que añade todo lo que de nuevo pueda aportar Or-Deux bani Bonisagus. Alza las cejas cuando escucha hablar sobre los posibles poderes del libro.

Si, el fuego podría estar relacionado con intentos de utilizarlo. Una forma de Gigul de lo más drástica.

Finalizada la reunión, estrecha calurosamente la mano del mago hermético, y besa la de Daphne.

Me he sentido muy afortunado de formar una Cábala con ustedes. Trabajaré en esta información durante unas horas más. Buenas noches, amigos.

Las maneras y el tono contrastan con su marcada juventud (entre 20 y 23 años, como mucho) y con la mirada casi ansiosa que tiene a veces. Al darle la mano casi parece... que algo se mueve por debajo de su piel. Pero en el momento en el que se despide, sale por la puerta.

Le doy una propina al botones, y le digo "gracias" en el checo quebrado que habré aprendido del librillo.

Sólo tardaré un instante---, le digo a Meyer.

Dejo las maletas en la habitación, junto a las cosas incómodas de llevar, y aprovecho para cambiarme la camisa y usar el baño.

Saco un pequeño anotador y birome, para llevar en el bolsillo, y vuelvo al lobby del hotel para encontrar a Meyer.

Enarcó una ceja ante la respuesta del tal Jackson, pero no la pudo bajar ni siquiera cuando llegó al hotel. ¿Hotel lujoso? ¿Sus nombres registrados por todos lados? ¿Esta gente no recordaba la era de la Tecnocracia? Él no vivió directamente los puntos más álgidos de la Guerra de la Ascensión, pero desde el principio le habían enseñado a guardarse bien de que su nombre fuera registrado. Todo lo que se registraba en cualquier sitio quedaba automáticamente a disposición de los mayores magnates de la información, del Gran Hermano; eso le habían contado, así que escribió su nombre en el libro de huéspedes con cierta reticencia y sin poder evitar mirar alrededor, esperando una transformación sorprendente seguida de un tiroteo al estilo Matrix. Pero no ocurrió: la Unión estaba menos activa en los últimos tiempos, después de que las Tradiciones sufrieran su horroroso debacle en la Guerra del Horizonte. Y fuera como fuera, el tal Meyer y sus superiores bien podían estar muy interesado en guardar muy bien la información de sus contactos. Hay tan buenos maestros de la información entre los Adeptos Virtuales y otras Tradiciones como en la Unión Tecnocrática. La diferencia suele ser los medios disponibles, mucho mayores para los que tienen metidas sus manos en casi todas las estructuras de poder sobre la tierra (y fuera); pero tampoco parecía que a la Orden de Hermes le faltaran recursos.

Fue a la habitación y cuando le fue dicho que no tardara mucho, simplemente dejó su chaqueta en el interior, sobre el equipaje que tan diligentemente ya habían llevado hasta allí. Ya tendría tiempo de colocar las cosas y hacerse su pequeño templo improvisado. No era precisamente el desayuno ni el miedo a molestar a su anfitrión lo que le animaba, sino la idea de conseguir cuanto antes la información que quería. Siguió a Meyer hacia la recepción y esperó que Jackson volviera. Mientras tanto, decidió presentarse ante el organizador:

—Encantado —le tendió su mano tatuada y escarificada—. Payne bani Éxtasis, como podrá haber supuesto —miró alrededor metiéndose las manos en los bolsillos—. ¿Somos Hannigan y yo los únicos, de momento?

- Un gusto conocerle en persona, Harada ha tenido muy buenas palabras para con usted, confío en que sepa mantenerse a la altura de la situación - responde en un tono que no logras definir completamente, no te queda claro si era aquella algún tipo de reprimenda o si realmente te decía que confiaba en tu capacidad - Además de usted y el señor Hannigan se nos unirán el doctor Flanagan Mac Donald, el señor Or-Deux y la señorita Daphne Wind-Holy. No deberían tardar demasiado en llegar. Discúlpeme un momento por favor.

Meyer se dirige hacia la recepcionista e intercambia algunas palabras con ella que no logras comprender, cuando vuelve Hannigan está saliendo del ascensor que lo lleva desde el segundo piso.

Cuando Hannigan llega a recepción Payne y Meyer ya se encuentran allí. Payne está de pie esperando junto al mostrador y Meyer hablando con la recepcionista.

Cuando Jackson llega a recepción Meyer termina de hablar y vuelve a dirigirse a Payne.

- He rentado un coche, según me informa la señorita ya nos está esperando frente a la entrada.

Daphne y Or-Deux son los primeros en unirse a los recién llegados Payne y Hannigan en recepción. Los herméticos tomaron ya su desayuno y ahora están dispuestos a comenzar con la búsqueda.

Mac Donald por su parte llega algo más tarde bajando por el ascensor, con su infructuosa investigación nocturna se fue a la cama algo tarde y la hora de desayuno era una hora de sueño demasiado valiosa como para perderla comiendo unas medialunas.