Partida Rol por web

-Te aferras al cuerpo, del anciano. Haces una plegaria, pidiendo la ayuda de pelor, para otorgar durante unos instantes, de la capacidad del habla, a aquel cuerpo, ahora vacio de vida.

La boca, en un principio parece moverse, de manera descordinaria y con espasmos, pero a medida que pasan los segundos una tenue  y entrecortada voz, parece salir de ella. En ese momento como dicta la plegaria, le susurras al oido las preguntas que ansias que responda-....yo...yo...dormia..dormia....el dolor.....me....me hizo despertar....aparecer..aqui.......yo...yo....dormia...dormia...el dolor...me...me hizo despertar....aparecer aqui....-Parece, que el mensaje se repetiria sin variacion, asi que sin dudarlo, le susurras la segunda pregunta.-....discipulos.....discipulos..de Nerull....maldicion......Nerull...maldicion.....discipulos....nos atormentan.....nooosss....- El tenue hilo de voz, se pierde y su boca eja de moverse.

Llegas, lo mas rapido que puedes al establo, preparas lo mas rapido que puedes al tu caballo y al terminar montas en el. Co un intenso espuelazo, el caballo se percata de tu impaciencia y decide salir rapido del establo, llevandose en su trayectoria, varios tablones de la puerta del establo.

Al salir, desde donde estas puede visuaizar la  entrada de la taberna y como de ella sale Laredian, con Weelksy entre sus brazos.

Koinzell condujo el caballo hacia ellos y lo detuve cerca de Laerian para que pudiese cargar a la chica herida. Le tendió la ultima ahumadera por si las cosas se ponian feas. Y tan pronto hubo terminado cabalgó rapido hacia la puerta.

- Si ves que no puedes con el llama a la guardia y huye, nos reuniremos en el templo. - dijo antes de partir.

Al salir de la taberna, entre el gelido viento, la lluvia, la tension, la rabia, el dolor puedes percibir como una figura montada a caballo, se dirige hacia vosotros.

Maiar maldiciendo la escasa información recibida por el clérigo decide salir de allí, cierra la pesada puerta y se dirige hacía la posada donde están sus compañeros, necesita consejo, toda esta situación le viene muy grande.

Vió alejarse a su compañero, volvió a desenfundar el arco mientras llamaba a gritos a la guardia, se quedó esperando enfrente de la taberna, no podía con él en cuerpo a cuerpo , pero al menos intentaría que no escapase

Llegas a la puerta cabalgando, esta como la dejastes, cerrada. Los guardias que deberian estar custodiandolas, sabes que se encuentran  a una distancia considerable de la misma. El ruido de la lluvia y el viento, dificulta considerablemente que los guardias te oigan la peticion, de que te abran la puerta.

No obstante, aunqe sea algo aparatoso, puedes abrir la puerta tu solo.

Sales, tan rapido como tus piernas te permiten, del templo. Al abrir las puertas, para salir de camino al pueblo, el cambio brusco de temperatura, te hace tiritar un poco. El viento aunque no sopla con excesiva fuerza es gelido y el sonido que deja tras de si, es silbeante como voces del mas alla. La lluvia cae con mediana intensidad, haciendo que la sensacion de frio, junto al viento se considerablemente mayor.

Caminas por el sendero de gravilla y barro, hasta que por fin vas llegando a las puertas de la ciudad. Bajo un gran arbol (alejado de la entrada y por consiguiente del poblado), se encuentran un grupo de guardias, intentando resguardrse de la lluvia.

-..¿Quien anda ahi?.....- oyes una voz proveniente de uno de los guardias que empieza a acercarse a ti.

Maiar sin titubear se dirige hacia el guardia y le saluda al estilo militar:

- Soy la capitana Maiar, vengo del templo, acaban de asesinar al sacerdote del templo, dentro del templo, podeis rodear el templo y que no salga nadie?? Voy a avisar al resto de mis compañeros que estan alojados en la posada y volveremos al templo cuanto antes, que nadie se acerque al templo.

Koinzell bajó del caballo y guiando sus riendas se acercó a la puerta. Destrabó el cierre y empujó la puerta con dificultad debido al barro.

El guardia parecia pensativo, como si estuviera analizando la informacion que le acabas de dar,antes de que puediera transmirtirte una respuesta. La puerta, de madera de la empalizada (la entrada al pueblo) empieza a abrirse, es Koinzell que con dificultad la esta abriendo, el solo.Atras suya, esta su caballo y encima de el desplomada se encuentra Weelksy.

Abrir la pesada entrada de madera, es mas dificil y duro de lo que a simple vista parece, ademas el barro  te quiere amargar un poco la existencia. No obstante consigues abrirla, cuando lo consigues a lo lejos puedes ver a Maiar, que esta hablando con el jefe de guardia.

- "¿Pero que hace ahi?" - se sorprendió el picaro al ver a Maiar junto a los soldados. Rapidamente montó a caballo y lo diriguió hacia donde se encontraba su capitana asegurandose de que el cuerpo de Weelksy no se cayese.

- "¡MAIAR! ¡Han herido a Weelksy!" - gritó intentando superar a la tormenta.

Maiar que estaba esperando a que los guardias le hicieran caso a sus ordenes ve como Koinzell se acerca alarmado con Weelksy tirada encima de la grupa del caballo.

- ¿Que ha pasado? - dice Maiar acercandose al cuerpo de su compañera - dime rápido que tiene para usar uno u otro hechizo.

Ves como el guerrero cargando sus pertenencias, sale de la humareda saltando por encima de la barra, el tabernero que se encontraba tras ella, se aparta con extrema rapidez.

El desconocido, te dedica una ultima mirada, antes de girarse y empezar a correr hacia la cocina.

Weelksy, tiene dos heridas en su cuerpo, una que se localiza en la boca del estomago, no es una herida limpia parece producida por algun tipo de arma cortante que le a atravesado y posteriormente ha sido retorcida dentro de la herida para hacer mas daño, una herida grave sin duda hasta que ves la segunda.

En el cuello de vuestra compañera, presenta una herida limpia producida por un arma cortante, que le rebaña gran parte de la garganta.

No respira, tampoco se mueve, su corazon esta parado y de sus heridas ya no emana sangre, su piel se torna blanquecina por la perdida de temperatura y su rostro con los ojos abiertos de par en par miran al infinito.

Toda muestra de vida, se a esfumado, dejando tras de si un cuerpo vacion...frio e inerte.

Maiar viendo el estado de su compañera solo puede hacer el símbolo del sol en su frente y llorar.

- Koinzell viejo amigo, nuestra compañera no puede ser sanada, por lo menos no con mi reducido poder y lamentablemente esta noche también ha muerto el último de los sacerdotes de Pelor del pueblo.

- Llevémosla al interior del templo, - dice mientras cierra los ojos de su compañera - mañana le daremos justa despedida a su cuerpo. Ahora debemos reunirnos y e ir al lugar donde encontraste a Weelksy. Os advertí que no os separarais, pero ya da igual, supongo que la culpa ha sido mía, debí obligaros a quedaros conmigo en el Templo. Maldita aprensión a los sitios cerrados.

-¿Dónde vas?, aún no hemos acabado nuestra charla

Dicho esto le lanzó dos flechazos, con la intención de frenarlo lo suficiente para que llegara la guardia

Koinzell golpeó furioso la silla de montar debido a la frustración, ya presentia que poco se podria hacer por la chica pero solo confirmaba sus peores expectativas.

- Templo... templo siempre el templo... los templos son para los fallecidos y los dioses y fuiste tú quien decidió quedarse allí probablemente si hubieses estado con nosotros ella seguiria con vida. - bramó presa de la frustración. - No se que preferirás hacer tu, cleriga... pero yo voy a hacer que ese bastardo vuelva a rendirle cuentas a Weelsky en el otro mundo. Aun andará cerca y Laerian necesitará mi ayuda.

Tras entregarle el cuerpo a los soldados enfilo a Selim de vuelta a la ciudad.

- Koinzell!! - dice Maiar saliendo detrás de su compañero - No es justo que me cargues a mi la muerte de Weelksy, yo solo acato ordenes igual que tu, y también seguía una pista igual que vosotros. Debajo de la iglesia hay unas catacumbas y estoy segura que algo contamina a los fieles que vienen a rezar a la iglesia, por eso no os insistí en que os quedaseís para, si eran ciertas mis sospechas, enfermar yo sola y no vosotros.

- Yo estoy tan enfadada como tu, y quiero vengar la muerte de nuestra compañera. Iremos si como dices Laerian puede estar en peligro, y si hace falta moriré en el intento por salvar a mis hombres y lo sabes, si no no estarías en mi equipo - dice Maiar sacando la maza ignea de su Dios.

- Simplemente quería descansar para pedirle a Pelor que me concediese el poder necesario para la misión ya que ha sido un día duro y casi he usado todo mi poder. Pero si Laerian está en peligro no hablemos más, iré contigo.

 Maiar se sentía mal porque su compañero la había acusado de tener la culpa de la muerte de Weelksy, aunque ella sabía que esa chica había muerto sola, sin ayuda de sus compañeros, probablemente se la habría encontrado muerta igual que ahora lo estaba. A pesar de que Maiar sabía que su presencia no habría cambiado nada, la sola acusación ya la hacía entristecer, ya había pasado por eso antes, cuando fue la única superviviente de su aldea arrasada por los Orcos, hace muchos años. Todavía podía ver a sus padres escondiéndola de los invasores mientras ellos morían, asesinados sin compasión, cuantas veces se había hecho la pregunta, ¿que habría pasado si no hubiera sido tan cobarde?