Partida Rol por web

Tao acarició la grupa de su caballo. Había sido fiel corcel.

Volvió a la calle principal. Allí estaba, ante la taberna. No tenía sentido llamar si quienes estaba buscando no lo oían por estar dormidos...

Cruzó la calle y se sentó en el suelo, en la callejuela (por llamarla de alguna manera) formada por dos casas en frente de la posada. Apoyó la espalda contra el muro. Desde allí tenía buena visión de la entrada. Sus tripas no compartían su criterio de esperar, y empezaron a llamar a la comida.

Es humilde y sabio reconocer que hasta tu estómago puede saber más que tú.

Se alejó un poco de las casas y buscó sin éxito el alimento que la naturaleza proporcionaba. Aún hambriento, volvió hasta la posada esperando que estuviera ya abierta.

Bruck se levanta soliviantado por las pesadillas, el camastro parece un campo de batalla con las sábanas arreguñadas a los pies del osgo. Carraspea, tose y esputa tratando de desatascar su garganta presa de los mocos, babas y esputos que llevaba atesorando ronquido tras ronquido durante toda la noche.

Se pone en pie y se rasca salvada parte, tira de su taparrabos hacia atrás y suelta una sonora flatulencia. Estira su brazos y piernas y comienza a pertrecharse con su pertenencias.

Baja hacia el salón de la taberna entre eructos y faltulencias que seguramente se oigan dentro de la estancia, lo cual al osgo le importa un bledo. Abre la puerta de una patada y saluda.

A los buenos días por la mañana.... Tabernero.... Un desayuno continental... Ya sabe.... un par de huevitos, unas lonchas de bacon, unas tostadas con mantequilla y mermelada, unas aluvias pintas y.... hablando de pintas.... una pinta de cerveza.

Hace una ligera reverencia al jefe y dice...Hoy se acaba el adelanto que me provisionaron en el cuartel ¿Cómo vamos a solucionar el tema de mi salario?

No consigues encontrar nada de caza alrededor, tan solo unas pequeñas frutas con no muy buena pinta en un arbol.

Cuando vuelves la taberna ya esta abierta.

Varick ya se encontraba en la sala cuando todos llegasteis.

Lo de tu salario, tendras que hablar con Angford a la vuelta, yo no tengo nada para pagarte ni debo ser yo quien lo haga. Limitate a hacer bien lo que se te pida y punto.

Da un ultimo bocado a su tostada

Hoy tenía pensado que salieramos a ver que podemos encontrar por el bosque. Será bastante mejor que limitarnos a buscar gente cagando...

Enarco una ceja ante eso ultimo, pero la idea del bosque es acertada.

-De acuerdo. Podemos aprovechar las habilidaes de Elara en esa circunstancia.

Miro a la exploradora, reconociendo su presencia en la mesa con un gesto de saludo. Tengo confianza en que sera capaz de dar con algo, si lo hay. Sin embargo... Volteo a ver a Varick para interrogarlo sobre una cosa mas, mientras viene el desayuno.

- Si lo que encontramos es hostil, no cabe duda de lo que haremos.... Pero, si no lo es? Me refiero a si es alguna clase de espiritu o criatura benigna... Hablaremos o lo destruiremos?

Me remito a quedarme sentada e ignorar al "líder". Su idea de encontrar algo a plena luz del día es digamos, la menos acertada para mi, pero que más da, ya se resiganará supongo.

Asiento al saludo de Menara y me quedo a la espectativa de lo que se decida.

Justo en ese momento entró por la puerta principal de la posada un humano desarmado, moreno y de pelo corto, con barba de chivo y bigote.

Caminó hasta la barra y tomó asiento, esperando a que le atendieran.

El osgo babeaba, deglutía y eructaba por momentos, tragaba como un pavo famélico sin atender a las palabras de los allí presentes, cuando hubo acabado la pitanza soltó su tradicional grito de guerra.

Brrrrrrrrrruuuuuuuuuuuuuuuuuuuucccccccccccckkkkkkkkkkkkkkkkk

Disculpen sus distinguidas señoría pero como dijo un hidalgo soñador... "no se puede llevar el peso de las armas sin el gobierno de las tripas".

Dirigió su mirada a Varick y le lanzó una mirada furibunda Mire usted... eh.... ummm.... caballerete, aquí el tito Bruck no sabe lo que es trabajar si no hay dinero por medio, así que si no le importa volveré al cuartel a negociar el tema de mis estipendios... Que tengan ustedes un buen paseo por el bosque, ha sido un placer compartir sus monedas conmigo por sólo dos días de viaje.

Ahí queda la cuenta atiendan a mis gastos.

El osgo se levantó he hizo una cómica reverencia a los presentes, luego encaminó sus pasos hacia la puerta mientras miraba hacia atrás, por lo que chocó con el humano que acababa de entrar en la taberna.

Oye tú, a ver si miras por dónde vas....

El tabernero se acercó hasta el cliente que acababa de entrar

¿Queria algo? dijo en un tono servicial

Escuchó a Menara con atención, no cabia duda de que la mujer tenia dotes de mando y no le gustaba dejar nada al azar.

Si encontramos algún espiritu, como los del pueblo dicen, tendremos que hacerlo entrar en razón. Primero lo intentaremos por las buenas, y si las palabras no surten efecto, seguro que tu magia resulta bastante convincente, ¿no crees?

Entonces interrumpió Brugck con uno de sus eructos. Volvió a sacar el tema de su paga, al parecer estaba decidido a crearproblemas con respecto a eso.

Ya se te dijo que cobrarias a la vuelta y yo te acabo de decir que no es mi deber pagarte ni tampoco tengo dinero ni ganas para hacerlo. Eso si, si te vas ten por seguro que no volveras a servir para el ejercito de Talkmaar, y tal y como están las cosas no creo que eso te convenga. Varick miraba directamente al grandullón osgo, no parecia amedrentarse por el tamaño del guerrero ni por sus rudos modales. Ya habia tratado con bastantes mercenarios insolentes. Sabiendo esto, puedes hacer lo que quieras. Quedate y ayudanos a acabar el trabajo o vuelve y tal vez te paguen lo suficiente para que vivas bien durante una semana.

Se hace cargo de las palabras de Varick, asintiendo suavemente ante la desicion de hablar primero y atacar despues, en esa circunstancia... No dice nada mas, concentrandose en desayunar, dejando que el nuevo jefe se haga cargo del bruto osgo y sus pretensiones. Su fuerza les seria util, pero su actitud es demasiado arrogante e irreflexiva para otros asuntos, por ende le da igual si se va o se queda... Un soldado que no obedece ordenes es tan peligroso para el enemigo como para las propias fuerzas. En ultimo caso, habra que disponer de el, del mismo modo que con los anteriores...

*Esta carne de cañon ... no saben su lugar. +piensa, mientras come con tranquilidad.

La escena no desentona con las que solemos ver por parte de los mercenarios, pero que más da. El joven que acaba de entrar tuvo la mala suerte de tener un contacto directo con tan hediondo personaje. Pero ese tampoco es mi problema.

Tao se aparta del osgo maleducado que acababa de chocar con él.

Mil disculpas, señor. Sin duda ha sido culpa mía.

Después se dirige al tabernero.

Posadero, ¿haría el favor de prepararme un desayuno caliente? La especialidad del cocinero, o cualquier otra cosa. Llévemela a aquella mesa de allí.

El humano señalaba la mesa donde un instante antes Brugck había dado plantón a Varick. Tras unos pasos, se acercó a la mesa e hizo una reverencia.

¿Les importaría que me sentara con ustedes ahora que ha quedado un sitio libre? Hasta los pétalos de los cerezos en flor gozan de la compañía del viento.

El osgo gruñe y le enseña los dientes al humano con el que chocó.

Desde luego que ha sido culpa tuya, la próxima vez ten más cuidado y mira por donde andas no vaya a ser que tu cabeza se separe de tu cuerpo.

Luego mira a Varick y le dedica una sarcástica sonrisa. ¿El ejército?... Ah, sí.... el todopoderoso ejército de Talmaar, aquel que tiene que contratar mercenarios y demás gentucilla para acometer sus fines... lo dije desde el principio o hay dinero o Bruck se larga... no estoy aquí para perder tiempo dando paseos por el bosque.

Ale.

El osgo sale de la taberna dando un estruendoso portazo.

Ensilla su caballo mientras mira hacia un lado y hacia otro. En Tiriael me van a crujir cuando me vean así que voy a ver qué se cuece en la frontera... Quizád los del otro bando sean mejores pagadores que esta panda de miserables.

Me dirijo a Tarilia.

Ahí tiene, caballero dijo a Tao el tabernero sirviendo lo que le acababa de pedir

Solo espero que no tengamos que echarlo en falta... pensaba Varick mientras veia al osgo salir por la puerta de la taberna.

Entonces un joven se acercó a la mesa

Pues verá, ya estabamos acabando de desayunar y nos pensabamos ir dentro de poco, pero no pasa nada porque conversemos un poco. ¿Es usted del pueblo o un viajero?

Muchas gracias, posadero.

Una cosa es segura, si pregunta si pertenezco a este pueblo es que no conoce a la gente de este pueblo. Y eso es como decir que usted si que no es de este pueblo.

Le diré que yo tampoco soy de aquí. Yo nací en el sur.

Se ve que es usted una persona de trato agradable: estamos teniendo una conversación sin pretensiones y no nos hemos presentado si quiera.

A pesar de haber dicho esto, Tao no mostró pretensiones de presentarse.

Dijo que ya se iban. Es una lástima. ¿A dónde se van? Porque si ninguno de nosotros somos de este pueblo, puede que parte del camino que debamos recorrer para abandonarlo podamos recorrerlo juntos.

Esperó la respuesta aplacando su hambre con la comida que le habían servido.

Hay algo extraño en este hombre, además de la forma de hablar. No te fias de él, aunque parece que Varick si y eso os puede traer problemas si finalmente se trata de un enemigo.