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Constantinopla Nocturno - El sueño perdido

Diálogos

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10/09/2014, 15:55
Director

En esta escena, los personajes podrán tener conversaciones con los personajes jugadores y no jugadores que deseen. Éstas pueden estar relacionadas con la temporalidad de la trama principal, en cuyo caso, los personajes deberán indicar en la misma que se acercan a hablar con tal o cual personaje, ya sea en la narración o en notas, y deben tener en cuenta que podrán ser escuchados o interrumpidos si alguien decide aproximarse. 

También pueden estar al margen de la trama principal, en cuyo caso, se deberá indicar el marco temporal en el que se pretende actuar, la localización y aquellos que intervienen en la conversación. 

Es principalmente una escena para forjar relaciones entre personajes jugadores, y entre personajes jugadores y no jugadores, muy aprovechable, que se tendrá en cuenta también a la hora de repartir experiencia. 

Notas de juego

NOTA: Dado que abrir una escena por cada conversación es muy trabajoso para mí y llenaría la partida de escenas hasta un nivel absurdo, pongo esta escena con todos como destinatarios posibles. Eso quiere decir: MUCHO CUIDADO AL MARCAR EL DESTINATARIO DEL MENSAJE. No me hago responsable de tramas echadas a perder y secretos desvelados XD

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10/09/2014, 17:06
Tiberius Fabius Lupus
Sólo para el director

Diálogo con Varvara.

 

Lugar: Patio interior de la mansión de Ana en Lampsaco. Justo después de la reunión.

Aprovechando que la reunión ha terminado encamino mis pasos hacia la solitaria figura antes de que se aleje demasiado. Educadamente intercepto el recorrido de Varvara y me preparo para saludar.

- Lamento que estrictamente no nos hayan presentado antes formalmente. – digo haciendo una leve inclinación mientras tomo la mano de la vástaga con suavidad y la llevo a mis labios. – Debo disculpar a Ana, comprenderéis que se encontraba en un momento tenso. De lo contrario seguro que me hubiera presentado también a vos. –

Vuelvo a erguirme mientras sonrío a la mujer. – Y bien, querida. ¿Complaceréis a este anciano permitiéndome disfrutar de vuestra compañía mientras estemos en esta ciudad? He oído historias sobre Hungría y sobre vuestros señores, tanto Rikard como Bulscu. –

Le ofrezco mi brazo por si tiene a bien acompañarme y comienzo a andar por los pasillos naturales de los jardines del patio. - ¿Qué podéis contarme de esas tierras? He estado mucho tiempo alejado de la política y ando un poco perdido en estos temas. -

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10/09/2014, 17:09
Tiberius Fabius Lupus
Sólo para el director

Diálogo con Gustavus:

 

Lugar: Justo después de la reunión, en cualquier lugar de la mansión de Ana en Lampsaco.

- Mi señor Gustavus. – Digo alzando levemente la voz para llamar su atención. – Disculpadme, no pretendo molestaros o consumir mucho de vuestro valioso tiempo. – Valiosísimo seguro, pequeño emisario. Ni te imaginas cuánto me consume por dentro tener que rebajarme a hablar con un gusano como tú, y más encima teniendo que inflar tu ego para que te sientas importante y hables más de la cuenta. - Tan sólo quería presentarme formalmente y deciros que cuando regreséis a Hungría con vuestra señora le transmitáis mis respetos. La fama de Nova Arpad ha traspasado fronteras y hay pocos de los nuestros de los que pueda decir que me encuentro orgulloso. Transmitidle mis saludos, por favor. – Inclino levemente la cabeza a modo de saludo.

 
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10/09/2014, 17:10
Tiberius Fabius Lupus
Sólo para el director

Diálogo con Nabuk: En cualquier momento en el que Nabuk y yo podamos estar a solas, en algún pasillo de la mansión mismamente.

Por fin a solas. Ya pensé que sería imposible, pero aquí estamos. Tú y yo, Nabuk, de tú a tú. Veamos de qué pie cojeas y porqué Ana está tan enganchada a ti, aunque puedo oler el Vínculo de Sangre. No me gusta que tengan esclavizado a nadie de mi Familia, y desgraciadamente para ti, Ana es de mi Familia.

- Vuestra fama traspasa fronteras, mi Señor. – Digo a modo de saludo inicial. Confío en que mi portentosa voz atraiga la atención del Depravado. Tiene alma de artista, o eso creen todos ellos. La voz es una forma de arte, y es una pena que no haya perdido el tiempo en cultivar mi arte. Ahora podría cantar como los ángeles y te tendría rendido a mis pies. Debo recordar en el futuro que hasta la habilidad más insulsa puede resultar útil en alguna ocasión. Es mejor no desdeñar nada.

- Había oído hablar mucho de vos. – Continúo con una sonrisa sincera que en realidad no lo es. Pero la he practicado tanto y durante tanto tiempo, que todo en mí, cada molécula de mi cuerpo parece estar mostrando que realmente estoy contento, que me encuentro a gusto en presencia de este vástago.

No diré que lo que he oído es todo bueno, pues ambos sabemos que no es así. – Me alegra de poder contar con vuestro apoyo en esta cruzada. Sin duda nos facilitará mucho las cosas. ¿Os fue bien en vuestra misión para recaudar apoyos para Ana? Imagino que traeréis buenas nuevas. – Vamos a ver hasta cuánto puedes resultar útil, mi querido catamita*.

Catamita: joven sirviente sexual pasivo, era un término en la antigua Roma comúnmente usado para insultar o ridiculizar a alguien.

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13/09/2014, 23:49
Varvara Almassy

Varvara te mira fijamente mientras besas su mano fría— Despreocupáos. Sin duda conozco la situación y sé que no era el momento propicio para reclamar atenciones— dijo, con tono cordial, aceptando tu ofrecimiento, tomando tu brazo y dejando que llevaras el compás de los pasos— Además, sé quién sois. Quizá yo no os resulto especialmente familiar, pero de vos se oye hablar en muchas partes—esbozó una sonrisa— Os complaceré por esta noche. Sólo Dios sabe qué puede ocurrir en noches venideras. 

Se mantuvo en silencio, escuchándote. Su porte era distinguido, elegante, y sus gestos comedidos y pausados. Era una mujer mucho más calmada que Ana, con un aspecto decoroso y recatado— Me sorprendéis enormemente. No parecéis un hombre alejado de la política, pues tenéis el porte de un gobernante adusto— miraba al frente, admirando la vegetación de los jardines— Ah, pero no es menester poneros en duda y esa no es mi intención. En absoluto. Así que puedo deciros algo que muchos saben, y es que el valeroso Bulscu duerme desde hace años, y que en su ausencia es Vencel quien puede considerarse el pilar de Hungría, y yo que suelo situarme a su lado, no puedo sino elogiar su asombrosa capacidad de gobierno. 

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15/09/2014, 20:25
Tiberius Fabius Lupus

Se oye hablar de mí en muchas partes. Debo asumir que es algo bueno… y malo. Mientras no todo lo que se diga sea cierto, que mis enemigos pierdan el tiempo en discernir rumores de la verdad.

Bien Varvara, me pareces una mujer muy interesante. Más que Ana desde luego, aunque nunca se lo diría a mi sobrina. Tú pareces controlarte mucho mejor. Más callada y menos renombre. Buena combinación si eres inteligente. Veamos si lo eres.

Ah, en su día me interesaba más la política. Pero casi podría decirse que llevo un tiempo retirado, aunque las viejas costumbres se quedan. – De ahí el porte. Así que Bulscu yace en letargo… De ahí que Vencel sea el Príncipe. Y si lo que dices es cierto, tú eres su mano derecha, o algo similar. – Transmitidle entonces mis buenos deseos a Vencel. Quizás algún día si tenemos tiempo pueda conocerle en persona, estaría encantado de poder conversar con tan asombroso gobernante. Y si vos disponéis de tiempo quizá podáis enseñarme alguno de los placeres de Hungría. – Sonrío amablemente.

¿Puedo preguntaros algo, querida? – Continúo con la conversación por otros derroteros. – Yo también había oído hablar de vos, pero no mucho he de añadir para mi sorpresa, pues sois una mujer de lo más interesante. Sois chiquilla de Nabuk, ¿cierto? – Espero con paciencia su respuesta, una respuesta que ya conozco. - ¿Puedo preguntaros por vuestra relación con él… y con Ana? Mi querida hermana no ha tenido a bien explicarme nada, y he notado ciertas… tiranteces entre ellos. Tiranteces que han asomado a la superficie de forma evidente con la nueva chiquilla de Nabuk, pero no con vos. –

Asiento con la cabeza mientras continúo sonriendo. – No me malinterpretéis… Vuestra postura me parece la más correcta. Mantenerse al margen en ciertos asuntos… personales, es lo más sensato. La gente hace tonterías por lo que dice llamar “amor”.  Yo no respeto el amor, respeto la inteligencia y vos parecéis ser de sobra inteligente. -

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11/10/2014, 16:46
Varvara Almassy

— Me halagáis, sin duda. —dijo, esbozando una sonrisa cordial— En efecto, soy chiquilla de Nabuk, el Micaelita, aunque sospecho que eso es por todos bien sabido. No poseo la fama que posee mi sire, pero en su momento se habló mucho de mí, dada mi ascendencia. —declaró, con tono comedido— Mi abrazo llegó antes de que él y Ana pudieran reunirse de nuevo, tras la desgracia de Constantinopla. No así el de mi pobre hermana de sangre, Naida, por la que profeso un afecto genuino y una preocupación para nada infundada, me temo. Sé que ha debido incurrir sin quererlo en las iras de vuestra hermana, y creo saber el motivo. Y sé que vos también lo sabéis. Pero como bien habéis alabado en cuanto a mi comportamiento, prefiero mantenerme al margen en los asuntos... Personales de mi sire. 

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14/10/2014, 00:01
Tiberius Fabius Lupus

Quieres sacarme información, ¿verdad querida? Muy bien, juguemos a tu juego. Se me da bien y siempre podemos jugar los dos.

- Ana no me ha confirmado nada. – Respondo con fingida paciencia a las palabras de Varvara. – Pero sí he notado cambios en su estado de ánimo cuando se enteró de que vuestro Sire había engendrado a otra Chiquilla, y más cuando se enteró de que venían ambos juntos. – Comento obviando el tema de la belleza de Naida.

- Ana me preocupa, somos familia y por tanto sí que intentaré hablar con ella y tranquilizarla un poco. No os preocupéis por vuestra hermana, haré cuanto esté en mi mano para que los ánimos estén relajados. No creo que Naida quiera iniciar algún conflicto personal con mi hermana, ni creo que Ana quiera meterse en semejantes problemas cuando tenemos una empresa tan magna por delante.

Giro la cabeza negando categóricamente. No, no pienso dejar que Ana se meta en problemas antes de reconquistar Constantinopla. Luego ya es libre de cometer todas las tonterías que quiera.

- Bien. Aclarados esos temas, eso nos deja mucho tiempo libre para conocernos mejor antes de que el estrés y las preocupaciones por la próxima tarea hagan que Ana comience a llamar a todo el mundo a sus aburridas reuniones para hacer planes y trazar estrategias. – Sonrío y continúo caminando junto a ella.

- Cuando acabe todo esto estaba pensando en buscar un lugar para establecerme. Mi residencia actual me mantiene un tanto apartado de otros cainitas, así como de la política y debo decir que lo echo algo de menos. ¿Creéis que podría residir en Hungría? ¿El Príncipe Vencel tendría a bien de acoger a este viejo soldado? – Pongo ojos de fingida y pretendida pena, aunque esta vez no me preocupo por ocultar que es un gesto fingido. Vuelvo a sonreír antes de continuar. – No creo que tema que alguien como yo llegue a su feudo, pero si es así podríais aclararle que sólo busco un retiro pacífico, y si lo desea puedo ayudarle en cualquier tarea en que pueda necesitar de mi consejo.

Obviamente Hungría y sus territorios me dan lo mismo pero eso es algo que tú, Varvara, no tienes por qué saber. Sin embargo Hungría no es un mal lugar desde el que lanzar nuevos ataques contra los Brujah, y no pierdo nada por tenerlo en cuenta en mis planes de futuro.

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16/10/2014, 16:25
Nabuk el Micaelita

— Me temo que se habla demasiado y con poco acierto en estas noches tan decisivas. Lo que hayáis oido de mi, de seguro es una exageración o en gran parte, una falacia —dijo, esbozando una amplia sonrisa, mostrando sus blancos dientes alineados— Vuestra fama tampoco debe menospreciarse, Tiberius. Se escucha hablar de vos en lugares que no imaginaríais. ¿Es cierto que sois un gran estratega militar? En ese caso, mi querida Ana tiene suerte de poder contar con vos. 

— En cuanto a apoyos recaudados, debo admitir que me siento satisfecho. Las Siete Ciudades de Hungría han accedido a prestarnos ayuda en forma de hombres y apoyo logístico, de ser necesario. Otras facciones de la zona viven claramente muy centradas en sus propios asuntos como para estar en posición de ofrecer cualquier clase de favor.

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16/10/2014, 17:01
Tiberius Fabius Lupus

Niego un poco con la cabeza mientras sonrío fingiendo estar halagado. – Oh, sí, soy un estratega militar, al menos he tenido experiencia en muchas batallas. Pero no diría un “gran” estratega. Eso depende de la suerte y del futuro. Si gano mis próximas batallas seguirán diciendo que soy un gran estratega. En el momento en que pierda una, “gran” no será el adjetivo calificativo que usarán. 

Me encojo de hombros mientras camino. – Las masas son volubles. Tienden a seguir los valores en alza, y en estos momentos podría decirse que tanto vos como yo somos valores en alza. Pero dudo que nos apoyen si en algún momento caemos de su pedestal. –

Por fortuna para mí no tengo la necesidad de aclarar mi garganta. Mi condición vampírica y mi portentosa voz hacen el resto. – Me alegra saber que contaremos con el apoyo de las Siete Ciudades de Hungría. Es sin duda una noticia que celebrar y una noticia que hará aumentar el miedo en el corazón de nuestros enemigos. – Extiendo las manos y gesticulo mientras me expreso. Se me da bien y siempre he sido un orador nato.

Entiendo también que esas ciudades que se centran en sus asuntos no tendrán la osadía de venir a mendigar favores a Constantinopla cuando nuestra empresa triunfe, ¿verdad? Sería muy poco juicioso por su parte. – Continúo caminando dejando que mis palabras recalen en los oídos del antiguo. Después de todo Nabuk es más viejo que yo y la antigüedad, si va acompañada del buen juicio, es algo que respeto.

Por cierto. Debo felicitaros por vuestra nueva Chiquilla, ¿Nadia verdad?. Es una mujer muy bien educada y por supuesto muy bella. Una elección muy acertada por vuestra parte. – Un buen halago, merecido pero un halago al fin y al cabo. A todo el mundo le gusta que le halaguen de vez en cuando, sea de forma sincera o no. El ego de cada hombre y vástago es un punto débil que siempre está ahí, incluido en mí. 

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16/10/2014, 17:06
Nabuk el Micaelita

— Por desgracia para vos y para mí, nuestros nombres se alzarán y caerán en desgracia una vez tras otra a lo largo de los años, me temo. Al igual que las ciudades y los imperios. Precísamente por eso que decís. En efecto, las masas son volubles. Y en un determinado momento podemos contar con su favor, o tener claras sus preferencias, pero nada garantiza que eso pueda ser así en el siguiente. —aquello parecía una diatriba cortés y sin embargo, no carecía de cierto énfasis que volvía aquellas palabras algo más personal.

— Es por eso que debemos sacar provecho de nuestra situación, buen Tiberius. La fortuna nos sonríe y nosotros debemos devolverle el gesto antes de que nos vuelva el rostro— dijo, cruzando sus manos tras su espalda mientras caminaba a tu lado— No sé si la mención de las Siete Ciudades hará temblar corazones ajenos, pero cuento con que sean un añadido de utilidad para nuestra empresa. Espero que contando con más apoyos, consigamos que esta contienda dure menos de lo previsto y cause pocos estragos. 

Entonces, al oirte mencionar a su chiquilla, asintió, con expresión divertida— Naida es una muchacha excelente y sin duda merece toda clase de parabienes. ¿Podéis creer que poseía esa belleza incluso antesde recibir mi sangre?

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16/10/2014, 17:36
Tiberius Fabius Lupus

Todo buenas palabras y buenas voluntades. Bien, en ello te pareces a mí, Nabuk. Me pregunto si tu actitud será igual cuando te enfrentes a la adversidad y a la pérdida. ¿Serás igual de cortés? ¿Desatarás tu irá? Bueno, lo iremos viendo con el tiempo.

Eres un enemigo sabio, digno de elogio y por tanto muy a tener en cuenta. Sé que debo tener un ojo sobre ti, así como tú tendrás uno sobre mí. Pero mi comentario sobre tu Chiquilla ha calado. Finjo un poco de sorpresa, para que no parezca exagerado.

¿En serio? ¿Vuestra sangre no realzó sus dones ni tan siquiera un poco? No me malinterpretéis pero su belleza es cuando menos… sobrenatural, si es que se pudiera calificar de alguna manera. – Más halagos. – Estoy seguro de que es una muchacha inteligente, y que ha cultivado sus modales y costumbres bajo vuestra tutela. – Obviamente todo el tema de las costumbres vampíricas no ha podido conocerlo siendo humana. – Debe ser refrescante conversar con ella. Ver sus puntos de vista, que imagino serán muy distintos de los de dos viejos como nosotros, en muchos temas. –

Continúo el paseo y ahora cruzo yo también mis manos a la espalda. Camino erguido pero con la cabeza algo gacha, con familiaridad, como si estuviera con un antiguo amigo. – Supongo que tendréis muchos asuntos que tratar con nuestra querida Ana. Si no es indiscreción, me gustaría pediros el honor de acompañar a vuestra chiquilla mientras conversáis con Ana, para que no se quede todo ese tiempo sola y podáis estar tranquilo, dure lo que dure vuestro encuentro con mi hermana. – Que estoy seguro de que durará mucho en cualquier caso. Ana no es de las que perdonan fácilmente, y ni para bien ni para mal, te soltará a primeras de cambio. - Os garantizo que no seré grosero y que estará a salvo conmigo, pues mi único deseo es conversar con ella. – Sonrío amablemente. – Pero entiendo que dada su belleza y juventud pueda preocuparos meterla en una situación quizá incómoda para ella. Pensadlo, y ya me diréis cuando os reunáis con Ana. -

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17/10/2014, 12:51
Nabuk el Micaelita

— Sin duda aún es joven, y aunque confío en que haya sacado provecho de mis explicaciones, debe ponerlas en práctica y aprender aún más.—dijo, adquiriendo una expresión algo más seria— Pero no andais muy desencaminado. Hablar con ella es refrescante, y porta los ideales de otros tiempos que no fueron los nuestros. Es una buena referencia. Un vivo reflejo de los mortales de hoy en día. 

Escuchó entonces tu petición, elevando ligeramente las cejas— Es obvio que debo hablar con Ana. Sin embargo, el que podáis disfrutar de la compañía de mi chiquilla o no, no depende de mí. A pesar de todo ella sigue teniendo el derecho de decidir, como dama, qué caballeros pueden acercarse o no, aunque no poseáis pretensiones de ningún tipo. —se encogió de hombros— Se lo preguntaré, y si desea cambiar la compañía de su hermana de sangre por la vuestra, de seguro os acompañará. 

 

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18/10/2014, 02:56
Tiberius Fabius Lupus

Suelto una leve carcajada. – Por supuesto, claro que ella es libre de decidir con quién pasar su tiempo. Nada más lejos de mis intenciones. Sólo quería pediros permiso primero para asegurarme de que mis intenciones eran de vuestro conocimiento y de vuestro agrado. No querría caer en vuestro enojo si creyerais que pretendo molestar a vuestra Chiquilla.

Hago una pequeña reverencia. – Transmitidle mis saludos a la joven y bella Naida. Y si tiene a bien de pasar un rato conmigo cuando vos estéis ocupado, que no dude en hacerme llamar.

Así que pasa tiempo con Varvara. Claro. Tiene mucho que aprender de su hermana mayor. Confío en que ella le dé buenas sugerencias acerca de cómo tratar con Ana. Y con suerte le hablará bien de mí. Debo tomar nota pues a través de la chiquilla mayor, puedo llegar a la menor. Interesante.

Y estoy convencido de que ambas reverencian a Nabuk, aunque quizá Varvara tenga los ojos más abiertos, después de tanto tiempo.

- Sabed que si puedo ayudaros en algo mis puertas siempre estarán abiertas para vos. Confío en que tengamos la oportunidad de charlar en más ocasiones mientras dure nuestra estancia aquí. – finalizo a modo de despedida. – Ha sido un placer charlar con vos, Nabuk. Lamentablemente debo recoger un mensaje de uno de mis hombres y transmitirle nuevas instrucciones. Ansío que nos veamos de nuevo. – De nuevo una inclinación de cabeza, espero su despedida y luego marcho en otra dirección, hacia los barracones designados a mis hombres. Realmente no hay ningún mensaje pero quiero ponerme al día de cómo se encuentran, y necesito una excusa para deshacerme de Nabuk por un rato. Ya habrá más ocasiones de hablar.

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26/10/2014, 22:14
Varvara Almassy

— Sin duda las encontráis aburridas. No hay más que oiros— dijo, esbozando una suave sonrisa, sin añadir más sobre el tema de Ana, sus reuniones, o su sire, escuchándote mientras miraba al frente y caminaba.

 ¿Y qué encontraría alguien como vos, acostumbrado a grandes ciudades como Constantinopla, en Buda-Pest? No menosprecio mi tierra, eso ni pensarlo. Pero no me parecéis el tipo de hombre que pueda encontrar satisfacciones en un ambiente como ese, tan distinto del que se respira aquí, en estas tierras—expuso, con un leve alzamiento de cejas— Sin embargo, si tenéis intenciones de retiraros a Hungría, no tendré ningún inconveniente en hablarle a Vencel de vos, y en ponerle en conocimiento de vuestras nobles intenciones.

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27/10/2014, 12:29
Tiberius Fabius Lupus

Cuando acabemos nuestro cometido aquí, y Constantinopla sea nuestra, no tengo intención de quedarme. No sería más que un estorbo para Ana o cualquier otro vástago de nuestro bando que permanezca por aquí. He venido a ayudar pero nada más. – Explico a la chiquilla de Nabuk.

Digamos que Buda-pest… al menos por un tiempo, puede servirme como retiro para cambiar de aires. Es una gran ciudad, no lo dudo, pero aun así queda lejos de la enormidad de algo como Constantinopla, y me vendrá bien el cambio. Si por lo que fuera no me adaptase a la vida en Buda-pest, imagino que siempre podría volver aquí y pedir asilo al futuro gobernante de Constantinopla. – Una mera cuestión de hastío querida. Hastío y gustos. No pienso pasarme siglos en un mismo lugar, y necesito nuevos objetivos Brujah que destruir.

No dudo que en Buda-pest habrá muchos que estén dispuestos a recompensar bien mi ayuda si echo a los Celotes de allí. Sonrío sólo de pensar en ello.

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28/11/2014, 23:13
Director

Tras atravesar la puerta principal del hogar de Ana Comnena, os dirigís a los frondosos jardines de la villa, en los que la luna brilla en lo alto dando un color místico al denso follaje que parece crecer por doquier y sin embargo guardando un orden tangible, impuesto por manos de jardineros. 

Hermosas fuentes de mármol blanco coronadas por esculturas clásicas y bancos de piedra asoman entre árboles frutales y flores de colores vivos que irremediablemente atraen vuestra atención, no de un modo subyugante pero sí perceptible. La maldición que ambas portáis en vuestra sangre se agita levemente, tanto al observar vuestro entorno como al miraros la una a la otra. 

Un encantamiento místico envuelve la noche, que posee como únicos sonidos las voces que proceden del patio interior, la suave brisa que acaricia la vegetación y el ulular de las aves nocturnas. 

 

Notas de juego

Pueden hablar por aquí, así queda separado de la escena principal y no se ve entorpecido por los post de otros jugadores.

Cuidado con los destinatarios :-D

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01/12/2014, 13:58
Naida

Naida caminaba pensativa. Su entusiasmo parecía haberse evaporado cuando vio la mirada de Nabuk. Paseaba junto a Beatrice y miraba hacia el jardín, sin llegar a verlo realmente. 

Cuando escuchó a su compañera pidiendo permiso a su sire para salir, pensó en que ella lo había dado por hecho. ¿Le habrá molestado que me tomara esa libertad? Pero es que necesitaba salir, no soportaba más la mirada de aquel vampiro que se encontraba junto a su anfitriona. Sentía que si se quedaba mucho tiempo más acabaría volviéndose loca. Continuamente sentía sus pupilas fijas en ellos, en aquellos ojos que daban miedo. 

¡Oh...! Deja de pensar en ello.

Finalmente llegaron al jardín y allí, Naida se detuvo y se quedó contemplando las hermosas hojas con las pupilas dilatadas. Miró a Beatrice y una suave sonrisa aleteó en sus labios. Olvidando por un momento la mirada de Nabuk y la advertencia muda que ocultaba, tuvo la osadía de tomar la mano de su compañera y tirar de ella, con suavidad. - Mirad que hermosas son estas flores - . Su voz sonó temblorosa, contraída por el deseo de tan sólo contemplarlas.

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01/12/2014, 19:46
Beatrice Lasso de Gamboa

La postura de Beatrice se suavizó un poco al salir del salón donde todos estaban congregados. Sus ojos castaños seguían con curiosidad cada movimiento de Naida, apreciando con admiración cada una de las emociones que se mostraban en su rostro inocente y cándido. 

Sentía el agradable cosquilleo de lo que algunos consideraban una maldición bullir en su interior cada vez que contemplaba a la hermosa Naida. La presión en las encías que lejos de molestarla le resultaba un recordatorio de su condición y las ventajas que conllevaba. Y al ver los jardines giró sobre sí misma, apreciando su belleza. Si hubiera sido todavía mortal probablemente habría contenido la respiración. Pero hacía mucho que esos gestos se habían eliminado de su subconsciente. 

Sintió la suave textura de la mano de Naida tomando la suya y no pudo evitar sonreír al contemplar su atrevimiento. Por Caín que Nabuk debería inculcarle algo de desconfianza a su chiquilla antes de que alguien se la arrebatase. Aunque comprendía que el micaelita no hiciera nada para contener la vivacidad de la muchacha pues contemplarla en toda su inocencia era sencillamente arrebatador. 

Permitió que la joven la llevase hasta el parterre que había atraído su atención y su sonrisa se amplió con el temblor de la voz de Naida. Beatrice se agachó para rozar un pétalo de una de las flores con la punta de sus dedos. Eran realmente hermosas. 

Con un rápido movimiento cortó la flor y se puso en pie, para rozar la mejilla de Naida con los pétalos. No estaba segura de cuál de las dos texturas sería más suave y fina y sus ojos se posaron sobre los de la joven mientras deslizaba la flor por su piel. - El mundo está lleno de belleza, querida niña. - Susurró mientras sus pupilas se dilataban. Su voz brotaba aterciopelada y profunda, cargada de hermosos matices. - Y vos ya no tenéis ataduras que os limiten tan sólo a contemplarla de lejos. - Una sonrisa extasiada apareció en sus labios. Tomó la mano de Naida con la suya y llevó sus dedos con delicadeza hasta el lugar donde la flor tocaba su rostro, para dejar que fuese ella quien la sostuviese. - Podéis rozar la belleza con vuestros propios dedos. Podéis tomarla y sentir el placer cuando se funde con vuestra esencia. ¿Sentís el enorme poder que eso os confiere? - Preguntó todavía en voz baja y sin apartar sus ojos de los de Naida.

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04/12/2014, 18:39
Naida

Al escuchar las suaves palabras de Beatrice, Naida se volvió a mirarla con una sonrisa brillando en sus ojos azules. Sintió la caricia de la flor en su piel y la sujetó contra su rostro, como ella le había invitado a hacer.

Podía perderse en la mirada de la mujer, mientras la escuchaba hablar. Nunca había sentido que la voz de alguien la turbara de esa manera. Era como una caricia, como un sueño hecho realidad. Sus pupilas se anclaron en las de Beatrice y sus suaves labios se entreabrieron, mientras extasiada, la contemplaba.

Pero le daba vergüenza decirle nada. ¿Qué pensaría de ella si le decía que su voz era como el dulce néctar de una flor? Se mordió el labio y apartó la mirada, deslizándola nuevamente por el jardín que se extendía ante sus ojos. Retiró la flor de su rostro y la enredó en sus cabellos pelirrojos. - Aquí estará mejor - Murmuró, volviendo a mirar a Beatrice. Ahora que sentía que su voz no la delataría, una nueva sonrisa se perfiló en sus labios. - Sé a qué os referís. Desde que desperté a esta nueva vida, las cosas que antes me parecían hermosas, ahora hacen que todos mis sentidos despierten. Puedo pasarme horas enteras contemplando un cuadro, descubriendo con cada minuto que pasa, nuevas sensaciones - . Mientras hablaba, sus ojos brillaban, emocionados.