Partida Rol por web

Velented se había convertido en un lugar desolado por el temor y la incertidumbre ante los motivos reales de porqué en los últimos años los señores más oscuros del mundo habían decidido alojarse aquí.

Las familias más adineradas lograron irse del condado para irse a otros más seguros de modo que lo único que quedaba en aquella porción de tierra eran las personas menos pudientes que no tenían otro lugar donde ir.

La posada de la Sierpe Borracha se construyó con la esperanza de atraer a héroes tanto locales como extranjeros que quisiesen buscar un punto de encuentro donde conocer el estado actual de las atrocidades que poblaban tanto el subsuelo como los alrededores.

El local era escueto, pobremente iluminado y muy mal decorado, pero no faltaba bebida y sobre todo: información.

Bobby llegó agotado hasta el pueblo de Velented. No sabía como había llegado hasta allí, pero Velented parecía un lugar poliracial. Había infinidad de seres y criaturas de todas las clases, había averiguado que se trataba de un lugar tranquilo y seguro, pero recientemente, había aparecido un terrible mal que asolaba las tierras. Si el profesor lo había mandado allí es porque consideraba que había un asunto grave que resolver. Así que aprovechó su entrada en la posada de la Sierpe Borracha. Pidió una buena cerveza y se sentó en un taburete a la espera de que alguien con la suficiente energía se atreviera a hablarle. Y no un simple parroquiano.

Quien pudiera observarle vio como, al agarrar la jarra de cerveza, ésta se congelaba casi inmediatamente. Así, bien fresquita, como ha de beberse una buena birra.

Shadia bajó de un salto del carromato. El aire estaba impregnado de una maldad casi palpable. Esto iba de mal en peor, nunca había sentido algo igual. Justo en el momento que sus pies tocaron el suelo, un escalofrío le recorrió la espalda. Acomodó la capucha sobre su cabeza y abrazó su cuerpo, como si quisiera formar un escudo para protegerse de la vileza que había en el ambiente. Giró la cabeza de lado a lado para observar el poblado de Valented y, justo como lo imaginó, el lugar estaba desolado. Sólo la gente que no tenía a donde ir seguía aquí, "lo siento por ellos". Encaminó sus pasos hacia la posada de la Sierpe borracha; si en algún lugar podía conseguir información sin duda sería ahí.

Cruzó el umbral y echó un visitazo alrededor. Lo mismo de siempre, granjeros y peones olvidando sus penas diarias en alcohol y uno que otro mercenario gritando escandalosamente sus aventuras exageradas. Sin embargo, un joven captó su atención. Su tarro de cerveza barata se había congelado de forma misteriosa e inexplicable. Parecía obvio que se trataba de alguna especie de hechizo, pero sorprendentemente no había dicho o hecho nada que pareciera un conjuro. Pidió al tabernero un vaso con agua y lo tomó sin quitarle la vista. Decidió sentarse lo más alejada de él y se quedó ahí pensativa, mirándolo con curiosidad, como esperando ver que otras extrañezas guardaba.

La puerta de la posada se abrió y un hombre de 2 metros, media melena y bastante musculoso entró en la posada. Se dirigió al posadero y le pidió un entrecot de ternera y una jarra bien grande de cerveza. Mientras esperaba en la barra a que le dieran su pedido, observó el local y la gente que allí había. Después de su última visita al laberinto del Minotauro para salvar a un hombre, no había pasado nada emocionante. Hércules estaba aburrido y sentía la necesidad de vivir una nueva aventura, motivo por el cual hizo caso a los rumores de unos aldeanos, quienes mencionaron que Velented era un lugar hecho para los muertos y no para los vivos.

Por esta razón, Hércules se encontraba ahora en la Posada de la Sierpe Borracha, y había tres cosas que necesitaba: un lugar que mereciera la pena visitar, un compañero de viajes que fuera competente y un buen plato de carne. Esto último acababa de llegar de manos del tabernero, quien le indicó que podía sentarse donde quisiera.

Hércules cogió la cerveza y el plato, y se sentó en una mesa que había pegada a la pared. Allí empezó a devorar el entrecot y pensó en quien podría ser su nuevo compañero. La mayoría de los que hay aquí, huirían nada más ver los peligros que nos esperan, pero ese chico que parece extranjero y la chica con capucha tienen pinta de ser de los que no le temen a la muerte. Esperaré por si aparece alguien nuevo y en cuanto termine de comer y beber, hablaré con uno de ellos.

Hércules pegó un gran trago a su cerveza y continuó con la comida, mientras observaba al resto de clientes y prestaba atención a la gente que allí había, por si escuchaba algún rumor sobre un nuevo lugar en el que aventurarse.

Con un sonoro "BLUM" la puerta de la posada se abrió violentamente. Un sujeto vestido de ridículo cuero rojo y negro saltó dentro del edificio, extendió los brazos hacia arriba y vociferó sin muchas complicaciones:

-¡Llegué, mi amor! ¿Qué hay para comer?

A continuación, y sin que pasara más de una fracción de segundo, echó un vistazo rápido y se movilizó a grandes zancadas y saltitos, cual niña que juega a la rayuela. Cruzó el salón y mientras caminaba señaló con ambas manos, con el gesto de pistolas, a un joven de mirada glacial.

-¡Oh! -gritó sin verguenza- ¡Amé tu "performance" en las pelis! Seguro que ese pelado tiene lo suyo, ¿eh? ¿Será gay? Es bastante ardiente, ¿no? Aunque eso creo que no te gusta... ¿Entiendes? ¿Ardiente? ¿Hombre de hielo? Eeeeeeen fin.

El extraño personaje, armado hasta los dientes, continuó caminando, pronunciando un diálogo que no parecía tener sentido para nadie.

-¿Quién me manda meter aquí? -preguntó a la nada- ¡Ah! ¡Cierto! ¡Que torpe! ¡Es que NO ha sido idea mía! ¿Hola? -parecía hablarle al aire, como esperando una contestación- ¡Si! Estoy esperando una contestación. ¡Dah! -el sujeto estaba completamente desquiciado- ¿Desquiciado? ¡Contigo no se puede hablar! -regresó a su ensimismada charla- De repente a un imbécil se le ocurre que quiere meterme en una puta cueva y termino en este pueblito. ¡Y todo para el entretenimiento de unos cuantos sádicos enfermos! ¡¿Me escucharon?! -dijo, agitando efusivamente su puño al aire- ¡Me ca...! -súbitamente vislumbró a un hombre de proporciones descomunales, mientras comía y bebía- ¡No! ¡Oh! -se llevó las manos a la cara, alucinado- ¡Pero que pechote! ¡Qué brazos! ¡Qué melena! Igual déjame decirte que prefiero a Ades. Sí, otro pelado, ¿será un fetiche?

Giró en redondo, clavando sus ojos en una muchacha que se encontraba sentada.

-Eh... -murmuró- Mhm, bueno, no tengo ni puta idea quién eres.

Finalmente, para el regocijo de los presentes. Se arrojó sobre la mesa de Hércules, sosteniendo su cabeza con ambas manos y levantando las piernas al aire.

-Algo me dice que buscas compañía. -concluyó guiñando un ojo.

Sentado en un rincon, casi indetectable, Chat Noir observa a los heroes que ingresan por las puertas. Uno mas valiente y valeroso que el anterior. "La salvacion ha llegado a Valented". Piensa. Y se toma su vaso de leche tibia, el joven y apuesto Chat Noir de 16 años, mientras piensa en su amante perfecta, Ladybug.

La barca atracó llevada por la corriente hasta las orillas de la aldea de Valented. El aire arrastraba un hedor putrefacto desde el Este. La aldea había perdido las luces de la convivencia de sus habitantes. Tan solo el murmullo y algún grito esporádico asomaba desde el fondo de lo que parecía la taberna de la aldea, que se revelaba como el lugar más concurrido en aquél momento, con el tenue brillo de las luces de su interior.

Valdärikel abandonó la tambaleante barca que la había traído hasta allí. Recogió el pliege de su túnica sobre uno de sus antebrazos, y caminó serena y decidida hacia la Sierpe Borracha. 

Cuando se halló frente la puerta, empujó la madera con desconfianza, ajena a este tipo de civilización, contemplando el decadente panorama. El olor a vino derramado y cerveza fermentada llenaba el lugar. El humo se concentraba y se mezclaba con el aroma de la comida condimentada. La sacerdotisa quedó parada en la puerta de la entrada, iluminando tenuemente el marco de madera mientras contemplaba a sus alrededores. 

Su mirada se fijó en la figura encapuchada de la esquina. Distinguió la figura femenina de Shadia, y caminó hacia ella dispuesta a hallar información sobre la maldad que emanaba en la tierra de Valented.

- ¿Aceptáis que os haga compañía? La noche es larga y fría, y busco una cara amiga que me indique sobre el mal que acecha esta aldea. - Aguardó de pie, frente la mesa, esperando una respuesta.

Mientras Hércules comía tranquilamente su entrecot, un hombre vestido con un atuendo extravagante a la par que único, había hecho acto de presencia. Tras comportarse de una manera bastante extraña y osada, aquel hombre pareció quedarse asombrado ante el aspecto del hijo de Zeus. Este no pudo evitar sonreír ante tremendo espectáculo.

Cuando el enmascarado se lanzó sobre la mesa, Hércules hizo gala de sus reflejos para coger la jarra de cerveza y el plato con carne, y evitar así que se echaran a perder.

- Estás en lo cierto. Pero a donde yo voy, no es lugar para inexpertos o fanfarrones, necesito a alguien intrépido y diestro. Tengo una idea, probemos tus capacidades.

Hércules cogió una piedra del suelo y tres vasos iguales que había en la mesa de al lado. Entonces dejó estos cuatro objetos sobre su mesa.

- La prueba es bien sencilla, voy a esconder esta piedra dentro de uno de estos vasos y comenzaré a moverlos. Cuando pare, debes decidir en qué vaso se encuentra la piedra. Si la encuentras, dejaré que vengas conmigo.

Dicho esto, colocó los tres vasos en fila y boca abajo, y metió la piedra en el vaso de en medio. Al mismo tiempo, algunos clientes de la posada comenzaban a acercarse a la mesa, seguidos por otros que veían una muchedumbre, pues en aquél lugar, cualquier evento que se saliera de lo normal resultaba un entretenimiento.

- Veamos de qué pasta estás hecho.

Hércules comenzó a mover los vasos. Realizaba movimientos lentos y algún borracho iba "cantando" donde se encontraba la piedra. Ciertamente estaba resultando una prueba que hasta un niño de 6 años podría resolver. Pero ese no era más que un calentamiento, pues Hércules comenzó a cambiar los vasos con más velocidad a medida que pasaba el tiempo. El resto de clientes se habían quedado mudos intentando concentrarse en el vaso donde estaba la piedra. Pero finalmente, Hércules comenzó a hacer unos movimientos de manos tan rápidos, que uno ya no podía ver ni siquiera si aquellos objetos que estaban siendo movidos eran vasos.

Comenzaron a escucharse murmullos y gritos de sorpresa ante aquella increíble hazaña y finalmente, Hércules dejó de mover los vasos. Uno a la izquierda, otro en el centro y otro en la derecha. Exactamente en la misma posición en la que había comenzado el juego.

- Ahora dime, enmascarado, ¿en qué vaso está la piedra?

Los espectadores comenzaron a divagar, pues ninguno era capaz de decir con seguridad donde se encontraba la pidra. Unos decían que estaba en la izquierda, otros que estaba en la derecha y algún otro juraba por su madre que estaba en el centro. Incluso dos borrachos comenzaron a increparse por ver quien tenía la razón. Y mientras tanto, Hércules esperaba la respuesta de aquel misterioso hombre enmascarado.

"-Tengo una idea, probemos tus capacidades.-"

Cuando escucho eso, supo o deseo, que si participaba tendria compañero. Aunque habia visto varios heroes entrar recientemente, al parecer se corrio la bola. Valented estaba infectado. Y los cazafortunas empezaban a llegar.

Necesitaba un compañero, eso era cierto. Dejaria que el destino lo llevara hacia la persona indicada.

Tal ves el fanfarron era el de los vasos y no valia la pena participar.

Penso en Ladybug mientras observaba con detenimiento los vasos pero sin esforzarce. Los movimientos del caballero, fueron torpes. Sin inmutarse cualquiera podia seguir la piedra.

Se dedico a seguir observando a los ahi presentes para saber con quien iria.

Lo que si sabia era donde estaba la piedra.

En un primer momento creyo que se trataba de un habil mago y que realmente la piedra al final no estaria en ninguno de los vasos para sorpresa de todos.

Finalmente descubrio que...

-Parece que eres rapidito con las manos... -dijo Deadpool, levantándose y poniéndose de cuclillas encima de la mesa- Eso explicaría esos brazos -abrió grande los ojos mientras su diestra sacudía acaloradamente un vaso invisible, un gesto de lo más curioso- En fin. Creo, y digo esto solo porque estoy muy aburrido y al parecer no hay una puta mazmorra en este pueblo que se suponía lleno de malotes, que tu piedra está en ese recipiente, mi querido muchachote -concluyó, señalando el vaso izquierdo.

El sujeto de malla roja se puso de pie de un salto, sobre la mesa, y cual dramaturgo arrojó una mano sobre su frente, en gesto de lamentación.

-¡Si solo fuera más "pericioso"!

Se giró en redondo y señaló, con tono hiperbólico, a un joven de verdes ojos y dorado cabello que se encontraba oculto en un rincón.

-¡Tú, muchacho! Me da que eres sociable, ¿a que no?

La Torre de la Demencia

 Durante siglos la Torre de la Hechicería, como era conocida antes, era un lugar de obligado paso para los hechiceros, brujos y magos que pasaban por la pacifica Valented. Creada por el buen Magnus Magnánimus hace tanto tiempo, la torre era un lugar de aprendizaje, en el que ocasionalmente Magnus aceptaba nuevos alumnos para aumentar su biblioteca y enseñar recónditas artes del arcano. Además, los magos de la torre protegían la región de todos los males y comerciaban con la villa con magníficos artefactos y pócimas maravillosas.

Pero todo eso cambio hace apenas un año, pues algo ha ocurrido dentro de la torre. Nadie sabe el que fue, pero una noche fatídica se vio una luz violácea salir de las ventanas superiores de la torre y desde entonces no se ha vuelto a ver a ninguno de los aprendices de la torre. Aquellos que han ido a la torre han regresado completamente locos o no han regresado directamente. Ahora la situación se empeora con la aparición de nuevos peligros en la región, extrañas desapariciones y sucesos de lo más extraños incluso en la antes placentera Valented.

¿Qué temibles males han anidado ahora en la ruinosa torre?¿Que tesoros y conocimientos de antaño aguardan dentro, esperando a ser rescatados?¿Quien se atreverá a enfrentar a la locura o a algo mucho peor, en la temible Torre de la Demencia?

Pero todo eso cambio hace apenas un año, pues algo ha ocurrido dentro de la torre. Nadie sabe el que fue, pero una noche fatídica se vio una luz violácea salir de las ventanas superiores de la torre y desde entonces no se ha vuelto a ver a ninguno de los aprendices de la torre. Aquellos que han ido a la torre han regresado completamente locos o no han regresado directamente. Ahora la situación se empeora con la aparición de nuevos peligros en la región, extrañas desapariciones y sucesos de lo más extraños incluso en la antes placentera Valented.

¿Qué temibles males han anidado ahora en la ruinosa torre?¿Que tesoros y conocimientos de antaño aguardan dentro, esperando a ser rescatados?¿Quien se atreverá a enfrentar a la locura o a algo mucho peor, en la temible Torre de la Demencia?

La Prisión Astral

¿Conoces la torre de guardia cerca de las montañas? ¿La que está en ruinas? Dicen que por las noches se escuchan ruidos escalofriantes, y que figuras sombrías entran y salen por el por el portón cuando la luna se esconde tras las nubes. Muchas almas la han recorrido: desde valientes soldados a curtidos héroes, de arriba a abajo, pero ese lugar está vacío. No hay un rey, ni un fantasma, ni una mísera moneda que rescatar de los rincones. 

Pero yo sé la verdad, muchacho. En los sótanos hay una poza, probablemente formada a partir de las gotas de lluvia que caen desde los pisos superiores. La superficie está tan en calma que parece un espejo, pero sus aguas son negras como la boca de un muerto. Seguro que ahí hay algo de valor. O la muerte misma.

Entrar es ese lugar es adentrarse en la locura misma, pues en cuanto pones un pie en esos senderos de piedra gris sabes que debes abandonar toda esperanza. No hallarás techos ni paredes, ni caminos seguros. Sólo el vacío cuajado de estrellas te rodeará, y pronto podrás olvidarte del arriba y el abajo, la izquierda y la derecha. Restos de fortalezas en ruinas flotan en ese vacío, como restos de una antigua civilización perdida tiempo atrás.

Una brillante estrella ilumina todo, pero cuanto más te acercas, más te das cuenta que no es ningún astro, sino un rey sentado en su trono que observa todo tras su máscara dorada. Se encuentra allí, cercano e inalcanzable a la vez, juzgando cada uno de tus pasos, seguro de tus pensamientos y tus deseos. Y es en ese momento, cuando centras tu atención en él, que la Prisión Astral te atrapa y te consume, devorando tu alma.

Los rumores corrían con el viento en el pequeño y atormentado pueblo de Valented. Pronto arribaron aldeanos y viajeros, trayendo malas nuevas, a la Posada de la Sierpe Borracha.

En un momento de la velada, un leñador se apersonó en el lugar. Se detuvo en el umbral, mientras recuperaba el aliento, estaba pálido como un cadáver y murmuraba sombríamente palabras tenebrosas. Clamaba con horrible pesar la existencia de criaturas propias de pesadillas en las inmediaciones de una antigua torre de magos. Decía, entre temblequeos, que la oscuridad moraba allí.

Súbitamente, rompió en llanto. Sin dudas estaba cerca de la locura, transitando el sinuoso pasaje hacia ella. Pero su demencia no le impidió recordar a un ser amado, su mejor amigo y compañero leñador, quién afirmaba había desaparecido frente a sus ojos.

Fue entonces cuando Deadpool, interesado en juegos de vasos y piedras, se puso de pie de un salto y avanzó raudamente.

-¿Torre dices? ¡Justo lo que me recomendó el doctor! -bajó la voz, aproximándose al loco, y le susurró al oído- Y el narrador. -afirmando con su cabeza dio un paso en retroceso y giró en redondo, levantando su pistola al aire- ¡Debo irme! ¡Mi planeta me necesita!

A continuación, abandonó la posada dando pequeños saltitos.

Chat Noir vio al que se marchaba, y pensó en lo poco prudente que podía ser ir solo a semejante desafío y las pocas probabilidades de volver con vida... Lo que angustio a Chat al pensar en aquel intrépido desconocido y decidió salir tras el de la taberna esperando hacerlo cambiar de decisión para que aceptara compañía...

Chat vuelve a entrar a la taberna, mira a los allí presentes, todos expectantes esperando no se que... Y se da cuenta de que ya es hora que alguien tome la palabra y enuncie lo que se tiene que enunciar, lo que todos quieren oír, lo que todos necesitan oír!
Mira a los forasteros, que bien parecen valerosos héroes y a los aldeanos y parroquianos del lugar con ese gesto, una profunda congoja por los acontecimientos que se llevan a cabo en Valented y que están oprimiendo la vida de los lugareños. Para eso se quedo Adrien, para ayudar.

Finalmente tomo la palabra, tomo valor, una bocanada de aire...

- *ejem, ejem* gentes de Valented y forasteros! Especialmente Forasteros! Ya me conocéis, soy un supera héroe de Valented hace tiempo, pero ahora un mal como nunca antes habíamos presenciado, acongoja nuestros corazones, allí afuera se gesta el mal! Anida la maldad mas perversa y destructiva. Infectos seres han invadido nuestra soleada villa para convertirla en un lugar siniestro de oscuridad y terror. Mi bastón de hierro y el poder de mi magia esta a vuestra disposición para combatir estos males. Pero claro que solos no podemos. Veo un rayo de esperanza en la llegada de estos forasteros que parecen nobles guerreros, aventureros y luchadores. ¿quiero saber quien mas me apoya? Debemos organizar partidas de batalla contra las criaturas que moran allí fuera en la oscuridad. Ahora han empezado a llegar los rumores sobre donde se localizan estos monstruos y es el momento adecuado para empezar nuestras partidas! Os escucho gentes de Valented! ¿quien esta conmigo? ¿quien opina como yo y esta interesado en combatir este mal que acecha en la oscuridad? -

Tras realizar la prueba con los vasos y la piedra. Hércules sonrió al ver que Deadpool había logrado encontrar la piedra. Ciertamente, no había elegido esa opción al azar, sino que había sido capaz de seguir el vaso que contenía la piedra en todo momento. Sin embargo, antes de decir nada, Deadpool se fue a hablarle a otro chico. Hércules también se había fijado en él, puesto que a pesar de no haber participado directamente en el juego, sí le había escuchado murmurar que estaba en el vaso de la izquierda. Estos dos aventureros sin duda poseen habilidades que la gente común no tiene, una pena que se vayan a ir juntos.

Tras terminar este pequeño juego, los clientes de la posada volvieron a su lugar y la posada volvió a su ajetreo cotidiano. Hércules continuó con su comida mientras escuchaba hablar a los pueblerinos sobre distintos rumores. La sangre de Hércules hirvió ante aquellas leyendas que allí se estaban contando. Por fin iba a tener una aventura emocionante. Aunque también era posible que aquellos pueblerinos solo estuvieran exagerando y no se encontrara nada. Pero valía la pena correr el riesgo.

Deadpool fue el primero en dirigirse hacia uno de aquellos lugares, concretamente a la Torre de la Demencia. Aunque a Hércules le sorprendió que se fuera solo. Cree demasiado en sus habilidades, incluso yo que soy el mismísimo hijo de Zeus reconozco la importancia de tener un compañero de viajes.

Entonces, el chico disfrazado con orejas de gato pareció pronunciar un discurso. Hércules se alegró, pues aquel chico finalmente no se había ido con el hombre disfrazado de rojo, y además parecía tener unas capacidades ocultas que sin duda le resultarían útiles.

Tras darle un último trago a su jarra de cerveza, Hércules levantó su enorme cuerpo del asiento y se acercó a Chat Noir.

- Chico, tus palabras te honran y tus objetivos son sinceros y nobles. Mi nombre es Hércules y creo que podríamos embarcarnos juntos en una gran aventura. Hay un lugar al que hacen llamar La Prisión Astral, dicen que todo el que ha entrado allí, no ha vuelto con vida. Y misteriosos seres se encuentran en aquella morada. ¿Eres lo suficientemente valiente como para acompañarme en esta aventura?

El paso pesado de Deadpool se dejó escuchar a medida que se hacía paso por la taberna. Venía cabizbajo y entristecido, con una margarita detrás de la oreja. Hubiese sido una buena pregunta el cómo había logrado colocarla allí, si tenía una máscara de cuero que le cubría totalmente la cara y la cabeza, pero fue una cuestión que no le llamó a nadie la atención.

Todo el mundo centró sus ojos (dejando escapar algún que otro grito) al ver el increíble espectáculo de varias armas clavadas en su cuerpo, cual muñeco vudú. Una espada le atravesaba completamente el vientre, otra estaba clavada en su pecho, y un hacha separaba su hombro del resto del cuerpo. 

-¡Si, lo sé! -dijo irritado y aburrido- Mis botas se han embarrado, ¡que vergüenza! -por un instante dudó si salir a limpiarlas y así evitar ensuciar el suelo de la posada, pero finalmente se encogió de hombros y siguió adelante.

Tomó asiento sobre la mesa de Hércules y comenzó la tediosa tarea de quitarse instrumentos de guerra de su cuerpo.

-Emm... ¡Buena noticia, gente! -exclamó con alegría- ¡He logrado sindicalizar a las armaduras encantadas de la Torre del Mago! ¡A pratir de ahora lucharán por un salario digno! La paga será acorde a la cantidad de gente que descuarticen. Sin duda un avance en políticas sociales en Valented. ^{Todavía hay que negociar las vacaciones y el seguro.} _{¡Y no olvidemos la licencia maternal, por caridad!}

Tras retirar de su cuerpo el armamento, echó un vistazo a su alrededor. Allí estaba Hércules, Chat Noir, Bobby y Valdarikel.

-Debo hacer una aclaración -continuó-, no volveré a esa maldita Torre si no tengo un compañero bueno, guapo y con poderes mágicos. ¿Hay alguno por aquí? ¡Quiero llegar a la fiesta! ¡Apenas si pude pasar el vestíbulo! ¡Imaginen la cantidad de chimichangas que habrá allá arriba!

- Bien, bien, ya somos tres. Mi nombre es Chat Noir.- Le respondió a Hércules.

Conocia a los aldeanos y lugareños. Sabia quienes eran forasteros.

Miro a su alrededor y observo al joven que helaba una cerveza misteriosamente, y a la cautivadora Dama de túnica blanca.

- ¿Usted estaría interesado en aventurarse para ayudar a Valented? - Dijo mirando a Boby para voltear y mirar a Valdarikel - ¿Y usted? ¿usted estaría interesada en colaborar?...-

Miro a todos - Mientras mas manos mejor! -

- Dime quien eres - Le hablo a Deadpool - ¿Que has encontrado? Todo nos sera de utilidad. -

- Así podremos empezar a organizarnos mientras vamos recibiendo mas informes de donde están localizados estos villanos que siempre gustan de llamar la atención y son fáciles de encontrar pero difíciles de vencer. -

Edit.:
Ahora miro a Hercules y al resto.
- Si estoy interesado Hércules, respondiendo a tu pregunta. Mas, primero debemos saber quienes y cuantos somos, para organizar las excursiones a estos oscuros sitios, para luego intercambiar información e ir mejorando en nuestras estrategias. Aparte de que se rumorea de la existencia de otros tantos sitios de los cuales todavía no hemos recibido información de la ubicación exacta. Debemos esperar un poco. Tenemos mucho trabajo por delante y no sera fácil.-