Partida Rol por web

Cornago

V. El reclamo de Cornago

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10/04/2016, 17:35
Director

Recorrísteis durante la noche las cuatro leguas, a paso ligero (ni muy rápido ni muy lento). Al amanecer llegásteis a la muy noble villa de Cornago, y oísteis los gritos de alerta de los guardias puestos en tensión. Corrían a las almenas del castillo, en donde también veíanse ya a la Señora, María de Luna, y al oficial al mando, Pedro Sáez, allí subidos.

Avanzásteis sobre la montura con don Tomás y el escribano real mientras que Pedro Sáez, sin discerniros aún, demandaba atención a la puerta oeste, por donde veníais como escolanto al noble beaumontés. Vuestro hasta ahora oficial del ejército mandaba a formar a los pocos hombres de Cornago y preparlos para la defensa. Tras recorrer los recodos del camino, os plantásteis ante las puertas cerradas del castillo.

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10/04/2016, 17:42
Pedro Sáez

¡Pero si son...! -Pedro Sáez exclamó al veros, encaramándose un poco entre dos almenas para veros mejor desde la altura-. ¡Son mis hombres!

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10/04/2016, 17:43
Ernesto

A punto de hablar estuvísteis, cuanod don Tomás levantó la mano, haciendo gala de su condición y alto porte. Acto seguido, uno de los guardias os preguntó el motivo de vuestra presencia en las tierras de los Luna. Ernesto, aún sobre el caballo, sacó de su zurrón bien zurcido un pergamino, concretamente un edicto real, y comenzó a leer (vosotros estábais a su lado).

Por Real Cédula, su majestad Enrique IV, rey de Castilla, rey de León, rey de Asturias y rey de Galicia -dijo con voz clara haciendo acopio de una gran entereza al leer-, en el día 12 de Marzo de 1464, otorga a don Juan de Beumont, Vizconde de Abarca y Aberoa y Virrey de Catalunya, aquí presente -señalando a don Tomás- el señorío de Cornago, con sus aldeas Igea y Valdeperillo, así como la fortaleza y la villa de Cornago, sus tierras de labranza y pastoreo y los derechos otorgados a dichas posesiones.

Ernesto cerró el documento, y a continuación leyó otro:

Yo, Juan de Beaumont, Vizconde de Abarca y Aberoa, Virrey de Catalunya y Señor de Cornago, otorgo el gobierno del señorío de Cornago a don Tomás de Fornas y Beaumont, pariente y familiar, al que doto de poder absoluto sobre dichas tierras y posesiones.

Finalmente, el escribano cerró el segundo documento y guardó ambos en el zurrón. Acto seguido habló a doña María de Luna y Pedro Sáez.

En nombre del Rey, y con el poder que me concede la Secretaría Real, os ordeno que abráis las puertas y cedáis paso franco al nuevo gobernador.
 

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10/04/2016, 17:47
Tomás de Fornás y Beaumont

Finalmente don Tomás habló.

Señora -dijo con voz solemne-, estos documentos me otorgan poder sobre estas tierras y la fortaleza. Venimos en paz para hacer valer nuestra responsabilidad para con el reino y sus gentes. Mas no temáis por vos o vuestros fieles, que serán tratados con honor y respeto, y se os permitirá permanecer en la fortaleza hasta que os sea a bien de preparar el viaje hacia donde vuestra merced disponga.

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10/04/2016, 17:50
María de Luna

¡Esos son tus hombres Pedro! -dijo María de Luna al oficial-. ¿¡No confianbas en ellos!? -a voz "limpia"-.

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10/04/2016, 22:11
Uloxio Arrugas

Mi señora Maria de Luna, fuimos al encuentro del Arzobispo y fuimos apresados. Alli nos trataron como animales... hasta que logramos escapar. Este hombre que reclama estas tierras alli lo encontramos preso. Dice tener unos papeles que le acreditan como nuevo señor de Cornago. Yo no entiendo de papeles... lo siento si os sentis traicionada pero no se que mas puedo hacer...nos acompaño en este viaje y nada mas... dice Uloxio mostrandose totalmente dolido y desesperanzado. No tenia opciones a ojos de Dios bien vistas.

Solo hay una solucion... ¿sere capaz de llevarla a cabo? piensa mientras rememora segundo a segundo como una cabeza se aleja de su cuello al ser rebanada por un hacha.

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10/04/2016, 22:38
Fadrique

Fadrique hizo recular a su caballo, de manera que saliera del "aura" que tenía este Tomás de lo que fuera. No dijo nada, que ya Uloxio estaba dando cuentas. Pero miró al tipo y luego a su señora encogiéndose de hombros y negando relación con él en el plan que parecía que creían.

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11/04/2016, 00:05
Xilda

-En verdade podedes confiar en nos-contestó Xilda, con la irreverencia que le caracterizaba-A Casa de Carrillo xa non serán un problema. Los malfeitores que allí moraban han sido ajusticiados et dos seus responsabeis tan só queda este malpocado, de nome Juan Luís, a quen traemos para que sea axusticiado. A temida toma de Cornago non se levará a cabo. Traemos con nos ao que di ser o lexítimo heredero de estas terras quen se presenta pacíficamente, sen outra escolta que a nosa para resolver este asunto.

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11/04/2016, 13:26
Manuel de Fonseca

Estába sorprendido ante la osadía del tal Tomás de Fornás. Pues su plan no era otro que plantarse en la puerta y leer la carta de marras. Esperé, ya habían hablado tanto Uloxio como Xilda, uno exponiendo su relacción con el nuevo "invitado" y la otra explicando lo que hicímos en casa Carrillo. Ahora sólo faltaba que Doña María de Luna ordenase lo que le pareciese mejor, y llegado el caso, nos ejecutaríamos aquí mismo al bueno de Tomás de Fornás. Todo este tema de casa Carrillo me estába descubriendo una vena bastante sádica que desconocía de mí, ni siquiera antes cuando estuve en el frente presté la disposición que ahora tenía a matar, algo había cambiado en mi interior.  Esperé a lo que nuestra señora mandase.

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14/04/2016, 12:45
Pedro Sáez

Mi señora, una cédula real... -dijo Pedro Saez, como advirtiéndola-. Creo que... creo que deberíais dejarle pasar. Al menos no viene con más soldados que los míos hombres.

 

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14/04/2016, 12:45
Director

María de Luna, lejos de parecer "la viuda desconsolada" que vísteis el primer día, parecía ahora envuelta en sinrazón. Y es que en verdad no quería dejar el castillo que hasta el presente día habitaba con el suyo marido (excepto cuando iba a la guerra) a un noble sólo por mandato del Rey. Refunfuñando, las puertas del castillo se abrieron, y empujásteis al indeseable Juan Luis adentro.

Quejábase el hideputa del dolor en la pierna, pues la tenía destrozada et no podía caminar. El caso es que os internásteis en el patio de armas. Una vez allí, algunos mozos tomaron vuestras monturas y las metieron en los establos. Mientras ésto ocurría, salían de la fortaleza hacia el patio María de Luna y tras de ella Pedro Sáez, a paso aprisa. Pronto os encararon.

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14/04/2016, 12:46
Ernesto

Señora -dijo el escribano real-, debéis dejar esta plaza libre -prefirió omitir el término "rendir amistosamente"-. Como ya dijo don Tomás, tendréis la vía libre y bien provista de nuestra ayuda para ir a un lugar seguro.

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14/04/2016, 12:47
María de Luna

¡¡Callad!! -le dijo al escribano-. Éste castillo es de mi difunto marido, don Juan de Luna, legítimo él en esta tierra y esta villa.

 

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14/04/2016, 12:47
Pedro Sáez

Pero, mi Señora -replicó Pedro Sáez, que aún no os había saludado formalmente para intentar hacerla entrar en razón-. Haced oídos. Es un escribano real con órdenes de la Corona.

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14/04/2016, 12:48
Director

María de Luna rechinó sus dientes y se metió en la fortaleza, quién sabe si para encerrarse en su alcoba. Hasta ahora no lo habíais notado (vosotros estábais abajo, a expuertas, y ella sobre la almena), pero sus párpados parecían cansados y tenía cuantiosas ojeras la hermosa viuda.

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14/04/2016, 12:49
Pedro Sáez

Mis disculpas, señor -le dijo a Tomás-. ¿Podría ver la cédula real? -le preguntó al escribano-. Éste se la dió, et allí mismo la ojeó el oficial y así bien y sin engaño le pareció lo que ponía. Luego os miró. Señores, habéis vuelto, me alegro de veros. ¡Criados! Acomodad a don Tomás et el suyo escribano en una alcoba y cuidadle y obedecedle -ordenó, et así cuatro sirvientes lo hicieron-. Cuando desapareció, Pedro reparó en Juan Luis. Et aqueste que traéis... ¿quién diantres es? Entre el espectáculo a las puertas del castillo se había olvidado del nombre... -se refería a Juan Luis, que quejábase herido et apenas podía andar-.

Notas de juego

El que quiera puede hacer una tirada de Descubrir (PER) en su próxima intervención.

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14/04/2016, 13:02
Uloxio Arrugas

Un ideputa que nos encerro y obligo a ser sus esclavos durante un tiempo... hasta que la astucia y coraje que tenemos por bandera nos hizo escapar. No se que deciros mi señor... esto es un malfario para nuestra señora. Culpa a los hados de traeros a este tomador... de haberlo sabido antes tal vez no hubieramos liberado... susurra para Pedro Saez mientras se sacude el polvo del camino.

Tal vez debiera hablar con la señora de Luna... 

- Tiradas (1)

Notas de juego

No descubro nada XD

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14/04/2016, 14:39
Manuel de Fonseca

La señora s elo había tomado bastante mal, como no hacerlo, pero no nos había mandado ajusticiar a Tomás de Fornás, de modo que imaginé que entraría en razón y acabaría cediendo la villa de Cornago.

Me callé mientras Uloxio esplicaba nuestro periplo en casa carrillo y quien era el hideputa de Juan Luis. Todavía quedaba colgarle, pero de eso ya se encargaría la justicia del castillo, nosotros habíamos cumplido.

- Tiradas (1)
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14/04/2016, 15:37
Dámaso Montalvo

Mientras Uloxio explicaba, yo iba añadiendo cualquier detalle que al guerrero olvidásele, Y entre ambos contamos la historia de nuestras bruscas y malogradas peripecias en manos de los hombres del arzobispo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Estamos todos igual, será que venimos cansados XD

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14/04/2016, 18:44
Fadrique

Fadrique asintió a lo que decía Uloxio et lo mismo a lo que remedaba el pequeñajo. Mientras miraba et buscaba, por si había algo que se le estuviera escapando, que no las tenía todas consigo et la política que se estaba fraguando ahí bien confundido le tenía. Pero debía estar cansado del viaje, que no pudo descubrir cosa alguna.
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Fracaso. Pues si...