Partida Rol por web

Llega a tu refugio una invitación al Centro Spa Corpus... y ya sabes que significa eso... Reunión de Clan.

El recibir aquella citación. Porque era como mejor podía definirse aquella supuesta invitación. No era algo opcional, debía asistir a la reunión del clan. Siempre era sentirme observado, examinado, casi como un reality show de esos que proliferaban por las televisiones de hoy día. Tras despertarme, acicalarme y vestirme con un traje elegante, baje al comedor. Hice el paripé de cenar algo, tras lo que me vi obligado a vomitarlo cual modelo que ha comido más que una hoja de lechuga.

Luego tome mi verdadero desayuno, una de mis chicas me esperaba para ello. Tras hacerle sentir aquel placer y alimentado, era momento de salir y partir. La limusina estaba lista, Thomas se había encargado de que todo estuviera listo, las chicas habían ido a sus labores y Robert, estaba en su guarida con sus locuras.

Monte y arrancamos escoltados por dos todo terrenos con la protección suficiente. El trayecto fue relativamente corto. Al llegar descendí y Thomas me escolto hasta la entrada, una vez dentro nos separamos, él se fue a tomar algo y a esperarme. Por mi parte me dirigí a la zona de la reunión. Despues de pasar la seguridad pertinente me presente en el lugar, para asistir a lo que viniera "Veamos que se cuece" Lo divertido era ver como mis hermanos se pavoneaban de sus posesiones, logros y más. Casi éramos un grupo de adolescentes alardeando del coche que papa nos compró.

- Oh Sergei - dice el único asistente al verte llegar - adelante, adelante - dice ese tipo pelirojo que únicamente va en toalla tumbado en uno de esos plegatines donde hacen los masajes con aceite. - ¿le apetece?

Buenas noches. Dije con un respetuoso saludo con la cabeza. En mí no vida había aprendido a respetar a todo el mundo, no se sabía quién podía ocultarse bajo cualquier apariencia. Un niñato podía ser un antiguo capaz de arrancarte la cabeza sin menor esfuerzo. Aparte era más fácil llevarse bien con todo el mundo, era más rentable.

Oh claro ¿Cómo poder negarse a un placer así? Expuse, por lo que me dispuse para recibir el masaje. Por fortuna tras mi abrazo el tono de mi piel era normal, no mostraba aspecto pálido como solía ser habitual. Vaya, igual vine demasiado pronto. Espero que eso no sea una molestia. Comente dado que estábamos solos, pero sabía que había llegado a la hora que marcaba, ante todo era alguien con una puntualidad inglesa. Además ese lugar no es que fuera el idóneo para una reunión, al menos para mi gusto. Me recordaba a una época pasada, donde asistía a saunas, ante viejos capos con los que negociar.

- Al contrario. El único convocado sois vos... - dice mientras hunde de nuevo la cara en el plegatin alcolchado mientras espera que alguien venga a masajearle la espalda - ¿todo bien en la ciudad?

Lo de ser el único convocado significaba que o bien pretendían felicitarme, o más bien encargarme algo sin que nadie lo supiera. Eso despertó mi curiosidad, al igual que un gato se ve atraído por un láser.

Al igual que mi contertulio, me dispuse para recibir el masaje. La verdad que parece todo marchar bien. Conteste a su pregunta. No puedo negar que solo ser el único invitado me intriga mi señor ¿Ocurre algo? Pregunte con educación. No era precisamente alguien que se andara por las ramas.

Levanta la cabeza sorprendido - ¿Necesito alguna escusa para poder charlar con el Ventrue más antiguo de la ciudad a parte de mi? - sonríe - ¿de verdad?

Claro que no mi señor. Charlar con usted siempre es un placer y un aprendizaje, pero dado el lugar y la invitación, creo que tiene algún motivo. Digo con respeto. Aunque si no es así será un agradable masaje con una conversación aún mejor. Estaba seguro que no era solo por una charla, de haber sido así seguramente hubiera escogido algún lugar que no fuera tan oficial. Básicamente era como ser llamado al despacho del jefe, cosa que no era solo algo social.

Una de las muchachas se acerca y se unta las manos con aceite y empieza a hacerte un masasje.

- Así ¿os habéis adaptado bien a la ciudad? - pregunta con tono curioso -

Las manos de la mujer ejecutaban su arte de manera precisa, podía apreciar el placer de sentir mis muertos músculos al recibir aquel masaje. Entonces Bertrand realizo una pregunta. Podía ser solo la típica conversación sin más o algo que llevara a otra cosa. Entre los nuestros era típico jugar con las palabras y las frases para hacerlo. Pero en ese momento no tenía datos para estar a la defensiva “Así que mejor estar tranquilo, pero alerta” Me dije.

Bueno mi Señor, diría que sí, aunque aún se me hace algo pequeña. Pero le he tomado aprecio al lugar. Dije, esperando ver que pretendía.

- ¿Pequeña? - se calla unos segundos - así que teneis aspiraciones de ascenso y mejora, no Sergei

De mejorar siempre mi Señor, creo que buscar mejorar es una buena motivación para despertar cada noche.  Aunque es algo complejo, por ello procuro fijarme en buenos modelos, como vos, mi Sire… Deje ahí mis palabras, obvie el tema de ascender, podía ser contraproducente ante mi primogénito, por ello tome la vía de mejorar.

- Aja, entiendo... - dice hundiendo de nuevo la cara en el plegatin - así que solo aspira a mejorar... y en que si puede saberse

Aquello más parecía una sesión con un psicólogo, que estar ante mi primogénito.

En alguna manera en ser un mejor hijo, un individuo mejor para mi clan y una herramienta más útil para nuestra Príncipe. Expongo a Bertrand. La realidad que había más cosas, pero eran más nimias y aparte no deseaba mostrar mucho de mí, aunque fuera mi primogénito, la información era algo valioso y más la personal. Sabía que algo había hecho que fuera llamado, pero Bertrand se andaba por las ramas y no me atrevía a soliviantarlo, apremiándole para que hablara, por lo que intuía que aquello se alargaría hasta que el Primogénito deseara.

Bertrand de repente se reincorpora

- Bien pues... como quieres mejorar... tengo trabajo para ti. - dice de repente serio mientras hace un movimiento con la mano y ambas muchachas se van de la sala dejandoos solos.

Bien parecía que Bertrand se había aburrido de mi cháchara, aunque era de agradecer que hubiera sido educado “Veamos cual es el encargo” Deducía que no debía ser algo físico, dado que no había que ser muy ducho, para darse cuenta que yo no era alguien de acción. Pero ahora lo averiguaría.

Al irse las damas, me incorpore y me senté para escuchar al Primogénito. Le escucho mi Señor.

- Han desaparecido algunos antiguos de la ciudad... la verdad no es que me importe, pero a su majestad si que le importa.

“Vaya no esperaba eso” La desaparición de antiguos era algo complejo, ya que si alguien era capaz de cargárselos, era más que posible que yo no le durara un asalto. Me extrañaba la frialdad de Bertrand. A mi modo de ver debía ser una cosa importante, los antiguos eran la alta clase de nuestra sociedad, al menos la Príncipe opinaba lo mismo. Pero Bertrand no estaba interesado “¿Simple pasotismo?¿O sabe algo?” No era descartable ninguna hipótesis.

Entiendo ¿Hay más datos sobre lo sucedido? Seguramente para realizar la investigación, deberé visitar los refugios de los desaparecidos y apretar las tuercas a algunos. No desearía soliviantar a nadie dado que no ejerzo cargo alguno. A menos que la cuestión deba hacerse fuera de la oficialidad. Comente, sabia lo quisquillosos que podían ser los vástagos con las preguntas e indagaciones. Y de paso saber hasta qué punto podía ser alguna especie de complot. Si la Príncipe prefería el anonimato, es que sospechaba algo  y eso me ponía en una difícil situación.

- No, la verdad es que no hay mas datos, pero por mi ya se puede pudrir esa hechicera. - dice serio - aunque he de mandar a alguien a investigar...