Partida Rol por web

Esa noche, al despertar, tenéis (sea por carta, sms, guasap, mail) una citación de la Primogénita de los Independientes en el Bar "El Rincón de los Olvidados" en el Distrito 1.

La noche por fin había caído, últimamente había pocos casos para mí y pasaba la mayor parte del tiempo cavilando mis propias cosas, ni si quiera me preocupaba demasiado por la estirpe, casi todo estaba corrupto, ya no había la nobleza de antaño que tantas veces me había contado mi maestro, cuando los vampiros gobernaban el mundo con justicia, ahora solo cumplían sus propios deseos egoístas.

A los pocos minutos suena mi movil, un mensaje de reunión con la primogénita, no tenía idea de que querría, pero seguramente necesitaba algo de mi, yo era de los mejores investigadores en la ciudad.

Me vestí con mi típico traje ya gastado, lo cual dejaba claro que no era un hombre adinerado y me encaminé hacia el local envuelto en mis sombras, que era el motivo por el cual yo seguía vivo despues de tantos años huyendo.

-Y esto es Corpus Christi...menudo lugar-. Dice en un extraño inglés Hadrien muy característico del acento australiano, vestido con ropa deportiva de color gris, zapatillas A.D.I.D.A.S de color negro, una camiseta sin manga de color blanco holgada y un sombrero de paño color negro. El cabello castaño completamente desordenado que no toma mucha distancia de su barba larga hasta la altura de la clavícula y la presencia de un par de piercings en por oreja denotando ese tono de piel tendiente a trigueño. Destacando su estatura de metro ochenta y tres, pareciendo más una especie de rapero que preparador físico. A su lado derecho lo acompaña un hombre de edad avanzada de estatura no superior al metro sesenta de estatura vestido como magnate texano de color blanco, una sonrisa fácil acompañando su rostro junto a un puro sureño que parece estar disfrutando. Dedos adornados con anillos y los pocos cabellos grises decorando la nuca cuya calvicie oculta en esos sombreros ostentosos. A primera vista, parece más un personaje de los Dukes of Hazard o Dallas que un inversionista. A su izquierda , una mujer de piel morena que bordea el metro setenta de estatura, cuerpo exuberante y curvilíneo dotada de fibra muscular lo acompaña. Cabello negro largo hasta la cintura peinado en varias trenzas hacia atrás que se sostiene con un cinto de color rojo, facciones felinas de labios carnosos, ojos de pantera y mentón triangular que demuestran un toque entre egipcio como afroamericana a primera vista. Vistiendo vaqueros, zapatillas de color rojo con blanco, una camiseta ajustada sin manga que exhibe sus atributos además de una chaqueta semi formal de color negro. Hadrien había recibido el mensaje de texto enviado por la primogénita y había confirmado a través de ese medio su asistencia. Ingresando al local junto a sus dos criados, esperando no haber llegado con atraso a la reunión mientras mira su reloj de agujas que decora la mano derecha. Buscando con la mirada señal de lo que pueda parecer una reunión entre no vivos.

Cuando llegáis Samantha la Gangrel que realiza las tareas de representante independiente en el consejo de primogenitura os está esperando en una de las mesas del local. Hoy al parecer el local no ha abierto, no hay ningún humano y veis muchos miembros de seguridad armados hasta los dientes.

Observo la gran cantidad de protección que hay en el local, lo cual me deja un poco descolocado. Algo debe haber pasado y aún no se nada, lo cual me extraña bastante.

Aparezco enfrente de Samantha y me sitio en su mesa, en la silla que le queda justo en frente.

Buenas noches. Que ha ocurrido que me haces venir tan aprisa y con tanta seguridad?

- Esperemos a que lleguen todos... no quiero tener que repetir mil veces la misma historia. ¿Algo para tomar? - se ofrece - 

Asiento con la cabeza.

Como queráis mi señora, no voy a rechazar vuestra invitación. El tono de voz es totalmente cortés y una sonrisa amigable en mi rostro.

Somos muchos?

- He hecho llamar a todos los independientes de la ciudad. - dice mientas hace una señal para que sirvan sangre - 

Una limusina blanca se detiene en la puerta del bar. Un chofer buenmozo se baja de la parte delantera del vehículo y se apresura a abrir la puerta posterior. 

De allí emergen cuatro muchachas adolescentes de alrededor 16 años. Usan minifaldas y escotes pronunciados que no dejan nada a la imaginación, demasiado maquillaje y tacos aguja no condicen con los rostros de las mujeres-niñas. Hablan entre ellas, entre risas y demasiado alboroto. 

Luego de unos segundos sale Francesca. Una muchacha de unos 24 años, cabello negro abultado, el maquillaje enmarcaba un rostro de una belleza clásica aunque algo intimidante. Tenía un vestido ajustado al cuerpo que apenas cubría su trasero, negro como la brea y emitía destellos con las luces del bar. Para el que supiera de moda, era un clásico Jean Paul Gaultier. Tenía un collar con púas de plata y unos tacos de unos 12 cm bien empinados. Su mirada era de hastío, como si estuviera aburrida. Sin decir una palabra, se adelantó a sus primas y se dirigío con paso decidido al bar. 

El lugar esta preparado para llevar una reunión sin tapujos.

Piensa mientras observa el lugar detenidamente, decidiendo acercarse a la mujer de aspecto exótico llamada Samantha, realizando un pequeño gesto con su mano derecha a los ghouls de que tomen asiento en una de las mesas que se ubican en el lado izquierdo del local. Max termina por dejar escapar una bocanada de humo y deja asomar una risa ronca.

-Hay que mantener las apariencias-.

Dice con tono de broma a diferencia de Tala quien mantiene la expresión seria en su rostro, decidiendo hacer caso a su Domino de elegir la quinta mesa que permite mantener una distancia media con su Domino para poder brindarle la privacidad que necesita y al mismo tiempo estar atento a las necesidades que él pueda tener o en caso de que la reunión tenga resultados negativos.

Luego de tomar asiento en el lugar escogido, Hadrien avanza en dirección donde se encuentra la Representante de los independientes, con esa aparente expresión de calma y cierta despreocupación en su rostro que ha ensayado durante mucho tiempo para sobrevivir a las difíciles noches.

Sam, la primogénito independiente está sentada en una mesa del fondo del local junto con un tipo (John) veis que el local está vacío y solo hay presencia de esos dos en la mesa del fondo y miembros de seguridad altamente armados.

Había recibido un sms de parte de la primogénita de los independientes en uno de sus números de teléfono. Lo genial de ser ella es que tenía tantas formas de contacto como identidades alternativas.

Aquella noche no tenía ningún trabajo encargado, así que se calzó sus vaqueros moteros negros, sus botas de cordones y una camiseta de una serie llamada sons of anarchy que no había visto en su vida. En la cara, una sonrisa perenne y delineador negro.

El título del bar era un tanto deprimente, pero estaba contenta de ir a un sitio nuevo -la novedad era parte de su adrenalina diaria-. Así que se dirigió al local  con calma, dando vueltas y entreteniéndose por el camino con cada cosa que el llamaba la atención.

Cuando llega al sitio un rápido vistazo le basta para saber que hoy el local no debía estar abierto al público. Mientras se dirige a la mesa de la gangrel Samantha ignora  a todos los miembros de seguridad, a fin de cuentas, es algo que ella ve cada día. Y que burla.

Sam, la primogénito independiente está sentada en una mesa del fondo del local junto con un tipo (John) veis que el local está vacío y solo hay presencia de esos dos en la mesa del fondo y miembros de seguridad altamente armados. Cuando Nadia llega, una pareja más acaba de entrar en el local

Mira hacia la entrada donde ha llegado gente nueva y cojo mi copa y doy un sorbo.

Estos son tus nuevos chicos? Digo mirando a Samantha.

Hadrien queda a dos pasos de distancia ante quien es la representante de los independientes en la ciudad, apartando sus manos de los bolsillos y manteniendo ese aspecto de alguien calmado. Dedicando una media sonrisa que queda acentuada por la espesa barba semi arreglada, destacando las venas en sus dorsos y dando a entender que el chico tanto en la vida como en la muerte ha mantenido una condición física impecable.

-¿Primogenita Samantha Carter?-.

Pregunta en un extraño inglés que parece proceder de Australia, un inglés difícil de entender por el acento. Confirmando lo evidente y más bien la pregunta marca una pauta de protocolo en donde él no dirá más de lo que corresponde, quedando receptivo a las preguntas que ella vaya a realizar.

Sam asiente

- Adelante, tomen asiento. Bienvenidos.

El bullicio de las mocosas que acompañaban a Francesca, solo se vio mermado cuando entraron en la estancia, sofocado fugazmente por alguna risita tonta. La muchacha se acerca al lugar de reunión ampliamente custodiado. Su abundante cabellera negra y su pronunciado escote dejaba poco a la imaginación. Su movimiento casi felino distaba de ser chabacano en ella, ciertamente le daba un aire petulante y hasta elegante.

Mira al resto de los vampiros sin demasiada alevosía, y su atención se posa en la representante de los independientes. -Buenas noches. Y gracias por la invitación. Dicho esto toma asiento mientras que toma una copa al tiempo que cruza sus piernas contorneadas. 

Llege al lugar en mi mercedes conducido por el chofer. El traje y los zapatos habian sido estrenados para esta misma noche de mi coleccion. Entro por la puerta sin fijarme demasiado en los mortales que alli aguardan al parecer armados, poco me preocupa eso.

Decidido camino hasta la mesa donde aguarda la primogenita. Al llegar me dirijo a esta.

-Buenas noches Lady carter me llego su citación para esta noche en este lugar-comente mientras me senté justo en la silla enfrente de esta en la mesa.¿En que puedo ayudarle esta noche, que clase de negocios me trae por aqui ?junto mism manos delante del rostro entrecruzandolas pensativo y curioso.

De repente un nuevo actor llega a escena.