recopia el texto, que has llegado el ultimo.
Mientras miraba curiosa a los asistentes, tomó asiento a la mesa tal como la representante independiente había ofrecido. Jugueteaba un poco con un mechón de pelo, enroscándolo y volviéndolo a desenroscar una y otra vez en su dedo índice. Era evidente que estaba impaciente.
Volvió a repasar con la vista a todos los asistentes a la reunión, no puede evitar que un suspiro de su boca se escape ante la multitud de lo que parecían ser ghouls a la reunión. ¿Por qué los traían? ¿Necesitaban compañía incluso en sus horas nocturnas o es que temían dejarlos solos como si se pudiesen morir solos?
Reconocía que tener un ghoul podía ser beneficioso, por supuesto, pero no creía que ir enseñándolos por el mundo vampírico fuera la manera de hacerlos útil. Así, un vampiro avispado solo tenía que controlar a los ghouls para llegar a su amo, incluso asesinarlos por el capricho de provocar a otro era una posibilidad muy real.
Y otro recién llegado.
Llege al lugar en mi mercedes conducido por el chofer. El traje y los zapatos habian sido estrenados para esta misma noche de mi coleccion. Entro por la puerta sin fijarme demasiado en los mortales que alli aguardan al parecer armados, poco me preocupa eso.
Decidido camino hasta la mesa donde aguarda la primogenita. Al llegar me dirijo a esta.
-Buenas noches Lady carter me llego su citación para esta noche en este lugar-comente mientras me senté justo en la silla enfrente de esta en la mesa.¿En que puedo ayudarle esta noche, que clase de negocios me trae por aqui ?-junto mis manos delante del rostro entrecruzandolas pensativo y curioso.
Sam suspira, aun falta uno, pero no tenia nada claro que apareciera... así pues empezó
- Les he reunido aquí por orden expresa del principado. Como bien saben nunca suelen meterse en nuestros asuntos, pero hay algo que nos afecta al igual que les ha afectado a ellos. - mira directamente a Francesca - Estan desapareciendo antiguos de la ciudad... y no solo antiguos de la Camarilla.
-Ciertamente, ha desaparecido un antiguo de mi clan. Se relame sus pulposos labios de manera casi inconciente.
Observo como todos se van acomodando en sus sillas y voy observando sus reacciones.
Tras las palabras de la primogénita me quedo algo pensativo.
Mi señora, entonces debemos ser cautos e intentar vislumbrar la causa de las desapariciones, por el secretismo me resulta extraño que haya sido el Sabbat, suelen ser bastante....violentos.... Sabemos si hay otras fuerza sobrenaturales en la ciudad?
Simplemente niega con la cabeza.
- Me imagino que esa será nuestra labor. Descubrir a quien más beneficia esto.
Asi que el principado tiene un problema y nos pide a los nuestros ayuda. Es sensato buscar ayuda entre los nuestros,no por nada estamos bien preparados.La pregunta es la de siempre ¿Y que ganamos nosotros a cambio?Todo es un negocio en esta no-vida, la oferta de la ley y la demanda.¿O tan solo es " una orden"?
- Nadie ha ordenado nada a nadie... pero vos sois el menos indicado para hablar. Su clan ostenta uno de los altos cargos de la ciudad... y esta amenaza nos atañe a todos... no solo a la Camarilla.
Como bien decis otro de mi clan ostenta un alto cargo, no yo. Igualmente los mios no nos caracterizaramos por ayudarnos fraternalmente-añado con una sonrisa-Pero puedo entender sus motivos. Y tambien que quieren usar a todo aquel que pueda en sus asuntos. Si han desaparecido antiguos es una situacion seria.
Supongo que tendran informes y pistas desde las cuales partir verdad?
Echo una mirada furtiva al hombre trajeado.
Si están despareciendo vástagos usted mismo podría hacerlo en cualquier momento, creo que ayudando, por ahora ganamos en seguridad.
Efectivamente podria desaparecer. Por eso mismo me interesan esos datos sobre los que empezar a trabajar. Sin nada a mano no podria comenzar nada relativamente eficaz.
"Antiguos" Buff, la palabra sonaba pomposa y polvorienta como una galleta reseca. ¡Qué tostón! Ella no quería andar de un lado a otro de la ciudad en busca de sangre vieja y arcaica, sin sentido de la diversión. Si desaparecen, pues una cosa menos. Tampoco pasa nada.
Puso un gesto mohíno que no ocultaba su evidente desinterés y aburrimiento mientras veía como se lanzaban cuchillos verbales de unos a otros... La historia de siempre. ¡Ah... Y ella acababa de empezar el Devil Within! Qué vida más injusta...
Francesca había estado escuchando atentamente el resto de sus interlocutores. Percibió el gesto de hastío de la muchacha colorada, y no pudo evitar una pequeña sonrisa condescendiente. Esto aburría de sobremanera a la voluptuosa mujer, ya que prefería estar "jugando" a inmiscuirse en intrigas. Pasa una de sus largas uñas en su muslo derecho mientras que deja una línea de sangre en todo su trayecto.
No había hablado con nadie jerárquico de su clan, pero supo que la desaparición del sire del consillieri había sido una bomba puesta en medio de la famiglia. La desaparición de los antiguos, no era cosa fácil, evidentemente estaban buscando inestabilidad en el sistema, demostrar que hasta un poderoso anciano puede caer bajo sus garras...O acaso será otra cosa?...
-Podría averiguar los detalles de la desaparición del anciano de mi clan. Creo que sería prudente ver como ha sido la desaparición del resto y ver si podemos encontrar algún patrón en común...La muchacha emite un amplia sonrisa. Wow...he sonado extremadamente pomposa, casi como tú querido....dice en referencia al Sr. Mikaelson
Nadia hace rato que se ha alejado de la conversación. Tiene la cabeza puesta en las últimas escenas del videojuego de ayer y no para de recrearse entre ellas y sus cábalas mentales sobre la posible continuación de las mismas.
Incluso se permite recordar un momento la lista de videojuegos que tiene encargada antes de lanzamiento, ¿Cuál era el que más le interesaba? El de zombies, claro. Pero había unos de miedo con una pinta estupenda.
En esas estaba cuando la voz de Francesca la saca de su letargia, y al escucharla una risa cantarina y espontánea se le escapa.
Wow...he sonado extremadamente pomposa, casi como tú querido... Francesca Giovanni
No se molesta en disimularla y se queda mirando a la mujer con un brillito travieso en los ojos. Probablemente buscando una emoción que dudaba los demás pudiesen repetir.
Observo con mala cara la reacción de los jovencitas que nos acompañan, demasiado dadas a la vida "humana" según a primera vista o a sus instintos primarios.
Bien, entonces deberíamos saber el nombre de todos los desaparecidos, y la máxima información de ellos para iniciar una búsqueda de lugares en común.
Saque un poco los puños de la camisa fuera de mi americana Armani distraido intentando poner en orden la vestimenta que portaba.
-Esta claro que vuestro sire no os escogio por la famosa etiqueta italiana, estoy seguro que podria adivinar porque cualidades fueron "querida".-dije sin ni siquiera mirarla a la cara.
Despues me gire hacia la primogenita.
-La noche se acaba entregenos la informacion adecuada como a dicho el caballero y nos pondremos a ello. De pronto me dieron unas ganas enormes de mejorar la compañía.
- Así pues... ¿alguien va a colaborar con el principado de forma activa? - pregunta seca viendo como las cosas se van de contexto
La muchacha comienza a jugar con su abultado cabello negro. Se remueve en el sillón colocando la nalga de lado mientras que el cuero de su atuendo ajusta las curvas de Fran. Percibió la risa de la colorada, evidentemente la había sacado de su letargo.
Se dibujó una suave sonrisa socarrona al escuchar las palabras de Mikaelson. Miraba un punto dijo y ni siquiera la pudo mirar a la cara. Le hace una mueca libidinosa relamiendo sus labios y haciendo un breve juego sexual con su lengua. Lejos de dolerle sus palabras la divertían...
-Bueno, creo que muchos de nosotros nos hemos ofrecido para ayudar. Responde a la Primogénita. Levanta su larga pierna y echa un vistazo a su taco.
Su risa traviesa vuelve a escaparse ante el comentario malicioso del hombre trajeado. ¿De qué clan sería? Era muy estirado. Del tipo de hombres con el que tan a menudo le tocaba tratar a ella en el trabajo. Y eso no era nada estimulante...
El hombre barbudo de aspecto envejecido tenía pinta de profesor de secundaria de un instituto de los suburbios. Mezcla de dignidad que el tiempo y el cansancio han acabado por ablandar hasta dar con una persona que, en su día, tuvo que notar algo de vitalidad, pero ahora...
Tamborileó con los dedos en la mesa, mientras dirigía la mirada hacia todos lados sin detenerse más de unos segundos en cada cosa. Como si buscase desesperada algo que consiguiera atraer su atención. Solo las palabras de la primogénita parecieron surgir efecto en esa tarea:
-¿Eh? Decir de forma activa es un poco precipitado, ¿no? Yo no he visto que se nos haya ofrecido nada, ninguna recompensa o al menos un estimulante. Solo veo trabajo, trabajo y trabajo. Un montón de horas de mi precioso tiempo desperdiciadas metiéndome dios sabe dónde y haciendo quién sabe qué: Que si pregunta a este, que si busca esto otro, que ese dijo, aquel vio, que revisa esa información... -puso cara de fastidio- ¿Y de diversión, qué? Ni unas vacaciones, ni invitarnos a unas copas... -aseveró mientras miraba la mustia y vacía mesa en la que se habían reunido -Ni tratarnos como iguales pidiéndonos una reunión con los demás en el Elíseo, como seguro que han hecho con todos los demás. A mí eso de que me pidan cosas como si fuera responsabilidad mía sin tratarme como si fuera otro miembro más no me suele gustar mucho.