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Corsarios de Belfalas

Corsarios de Belfalas: Introducción

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07/12/2010, 18:31
marinos

-Buena mañana os den los Ainur, capitán Herion - se quita el gorro con una reverencia - señor Tarcil...

Alandur hace recuento: -Ya tenemos a casi todos los galeotes: noventa y tres. Hasta los cien totales nos quedan siete. Aunque no estaría de más llevar una remesa extra.  A nuestros treinta y un Hombres supervivientes de la guarnición se han unido quince más del Duque Celebdur; bravos y avezados guerreros, mas me temo que poco diestros con una cubierta bajo las botas. Aún así nos harían falta otros cinco infantes. Aunque ahora, casi todo lo que llega es escoria de Belfalas, Anfalas, Harondor y Lebennin, de mala índole y pocas ganas; gente díscola, carne de galera o reclutas engañados.

Alandur, haciendo cábalas en voz alta, recalculando costes y cuadrando la dotación continúa hablando -Ya tenemos a los 30 marineros; al piloto lo mandé al fondeadero hace poco; dos artilleros, un carpintero, el cómitre, que venía un poco cargado de zumo de uva. Mañana tendrá resaca; el espalder, el contramaestre y yo mismo.

-Aún tenemos que hablar con el cordelero de la fábrica de jarcia. Muchos aparejos eran de calidad discutible la última vez. Pero no se preocupe, he mandado a Eronion con un grumete para que se encargue. Mañana estará todo solucionado. Espero.

-Ah, y nuestra flamante Curandera, Elenezer. Nada más y nada menos, como sabréis, que la hija del Duque Celebdur, y que viene con su propio guardaespaldas, Rhogar de Tolfalas. Les dije que mañana por la mañana acudieran al Turupanto.No sin antes preguntar si sería suficiente con un guardaespaldas, y me dijeros que sí, que además, los soldados de su padre ya se encargarían de no quitarle ojo a la criatura. Espero que no descuiden sus quehaceres.

-También tenemos un mogataz* en la tripulación. Parece de fiar, si es que esos sarracenos pueden serlo. Pensé que quizás quisiera saberlo, capitán. Así que, como le digo: he visto a muchos gondorianos cargados de zumo de uvas, pero a un haradrim nunca. Tampoco juegan.

Notas de juego

*Hay tres de tipos de haradrim según su disposición hacia Gondor: haradrim de paz, haradrim de guerra y mogataces. Los haradrim de paz son los que tienen treguas con los gondorianos, negocian comida y todo lo demás. Y pagan tributos, que allí se llaman garrama. Los mogataces, eran haradrim que sin cambiar de religión combaten al lado de Gondor. Los haradrim de guerra, cada vez más desde la llegada de Hassan Bajà, son los enmigos contra los que se combate...

Sin más, ya podéis ir a descansar y acudir mañana al barco para ultimar detalles, pero en cualquier caso...

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07/12/2010, 18:32
Tarcil

Tuve la suerte de conocer a un mogataz en una de mis misiones anteriores; era un soldado como cualquier otro no había ninguna distinción en él que lo hiciera mejor o peor que otro soldado. Servía a Gondor por principios y eso era encomiable para mí. Era un buen hombre, lástima que una flecha envenenada cortara su vida de raíz.

- No parece mala guarnición...me da Herión que has ganado la apuesta... - digo a mi viejo amigo - ...son veteranos pero el problema es que no son verdaderos infantes... - añado a ver si logro que acabe pagando el la ronda - ...¿qué piensas capitán?

Que el duque ponga hombres me parece bien pero lo que me preocupa es que sigan sus propias órdenes en lugar de las del capitán. Tendré que hablar con ellos antes de partir y ver a quién son leales: a Gondor o al Duque Celebdur.

Me acerco a Herión y le comento en voz baja.

- Habría que reunirse con esos hombres viejo amigo...la lealtad la construye el oro...

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07/12/2010, 18:33
Herion

Inclino levemente la cabeza para escuchar el ultimo comentario de Tarcil y al escucharle, mis dientes asoman por mi rostro como si de un tiburón a punto de morder se tratara. En un tono parecido, pues no quiero llamar en exceso la atención, digo.

Como cualquier hombre de mi tripulación, suscite el mas leve atisbo de duda que pueda poner en peligro el cumplimiento de la misión, yo mismo le sacare las tripas y lo pondré a secar al sol. Un buen pedazo de mojama curtida, siempre es útil para abrir el apetito.

Dicho esto, es una carcajada cavernosa lo que surge de mi garganta. Pero una vez que me controlo, añado.

No hay mejor modo para asegurar la lealtad, que el incentivo adecuado. Si tenemos suerte y logramos capturar alguna presa, como siempre, el botín se dividira en tres partes. Una para la tripulación. Otra para Gondor, y otra para las reparaciones de la nave. Del excedente de esas reparaciones, saldrá mi beneficio personal. Si queda mucho bien. Y si no, también.

Dicho esto, me giro para mirar a Alandur. Y tras asentir aprobadoramente, añado.

Veo que, como siempre, tu trabajo es impecable. Y estoy totalmente seguro de que lograras que los suministros, en esta ocasión, sea de una calidad superior. Gracias por tu informe. He de admitir, que haberte escuchado me tranquiliza.

Ahora miro de nuevo a Tarcil antes de continuar en un tono mas normal que el usado anteriormente.

Pues bien. Creo que me debes un buen trago de ron de Pelargir. El mejor de toda la Tierra Media. Y también, podríamos aprovechar para almorzar. Esta tarde, podemos acercarnos de nuevo al Turupanto para comprobar como va el avituallamento. ¿Tienes algún lugar favorito?. La elección es tuya. Pues ya sabes, que yo siento cierta predileccion por los tugurios del barrio antiguo.

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07/12/2010, 18:33
Director

Vais hasta la Taberna de 'El Almirante', en el Barrio de los Fieles. Una lujosa taberna con vista a la ensenada y a la Torre de los Señores de Mar, a la que suelen acudir únciamente oficiales y algunos dúnedain de la baja nobleza, así como gente importante en general.

Veis a Aegwen con su esposo, el gobernador de Pelargir. No muy lejos, una mesa con algunos de los mejores oficiales de la Armada de Gondor: el almirante Artamir está acompañado por tres capitanes, dos de Lebennin y uno de Dor-En-Ernil. También está Baralin Belegornin, un hombre del norte que por sus propios méritos ha llegado a ser Almirante, en este caso por parte de la Casa de Terendul. Los dos capitanes de Lebennin visten casaca de artilleros, y el tercero, casaca azul con solapas amarillas del ejército de Dor-En-Ernil. Parece que hablan del reciente accidente en las costas de Anfalas, donde una tormenta hundió seis galeras del Rey.

Al fondo, veis algunos de los melifuos Teleri de Edhellond, que también parecen oficiales. Parecen excepcionalmente altos. Eso, unido a la ostentosa decoración del local os impresiona; sobre todo a Tarcil, que no había estado nunca.

Os sentais en un apartado para llamar lo mínimo la atención, puesto que vuestra indumentaria, pese a ser de calidad no acaba de estar a la altura de la de los presentes. Y cuando una neumática y rubicunda camarera de dorados tirabuzones se os acerca le pedís la bebida. Se aleja moviendo sensualmente el trasero mientras Herion calcula que le va a salir caro el trago a maese Tarcil.

Notas de juego

Intentad no perder mucho tiempo, al menos hasta que no estéis todos juntos. Así que en cuanto podáis acudid al Turupanto (mañana por la mañana habéis quedado), que hay que concretar un par de aspectos importantes.

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07/12/2010, 18:34
Herion

Una vez dentro de la posada y con el pedido ya hecho, me relajo en mi silla a la espera de que nuestra particular camarera, nos lo traiga. Y puesto que disfrutamos de tan grato ambiente, agarro el jarro de ron y le meto un trago largo y profundo. Poso la jarra sobre la mesa con cuidado de no derramar tan preciado liquido y mirando a Tarcil, digo.

Excelente elección amigo mio. Yo, a pesar de mis años de servicio, sigo sintiéndome mas a gusto en los muelles de pescadores. Pero no te puedo negar que aquí, el ron es de primera y además, el servicio excelente.

Sonrío. Y mi sonrisa aumenta al ver a la camarera de vuelta con sendas fuentes sobre sus manos. La camarera se inclina sobre la mesa, momento que yo aprovecho para echar un vistazo en profundidad, y deposita un par de percas del gran Anduin poco hechas como a mi me gusta. La camarera se alza y yo, mirándola detenidamente, primero guiño un ojo y después añado.

¡Así es!. ¡Un servicio de gran calidad sin duda!.

Y tan solo la presencia del mismísimo gobernador, me frena pues ya estaba dispuesto a averiguar hasta donde podria llegar.

No tardamos Tarcil y yo en atacar el exquisito manjar que tenemos delante. Y durante unos minutos, nada se escucha en la mesa pues nos dedicamos al menester de devorar nuestros respectivos almuerzos. Hasta que finalmente, habiendo dejado tan solo las espinas y la cabeza en mi fuente, acabo mi jarra de ron y también la deposito sobre la mesa. Y mirando a Tarcil con cierta sonrisilla, digo.

En fin, creo yo que es el momento de hacer frente al pago.

Alzo mi brazo derecho y la camarera no tarda en acudir. Señalo a Tarcil mientras mi sonrisa aumenta y digo.

La cuenta, hermosa doncella. Y no te apures, pues sera acompañada de una generosa propina. No se puede esperar menos de los hombres de la armada.

Y si. Parecía imposible pero mi sonrisa, aumenta un poco mas tras decir esto ultimo.

Notas de juego

Joer. Almorzar con prisas no es bueno hombre. Je,je,je.

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07/12/2010, 18:35
Tarcil

Almuerzo con el capitán como es costumbre antes de partir. La verdad es que lo conocí en una taberna cuando ahogaba la pena de la muerte de mi hermano en alcohol, y no era alcohol del bueno. El me instó a unirme a la armada de Gondor y dejar los viejos vicios, fue mi mejor elección en muchísimo tiempo.

El asado de la taberna es de buena calidad y la cerveza fresca con eso me llega. En el norte se come mejor carne aunque tengo que reconocer que se prepara de manera más tosca. Las especias no abundan en Fornost. Herión prefiere el pescado, en cambio yo soy de caza...costumbre del Norte seguramente.

- Bueno viejo amigo...una buena comida antes de zarpar anima siempre a uno... - digo mientras le limpio con un paño de mesa la cara

Me hace gracia ver al capitán gozando de la compañía de camarera y realmente me alegro de que esté alegre, eso significa que la misión no es de las complicadas. Normalmente suele estar de peor humor antes de zarpar aunque puede ser porque suelen darnos pocos veteranos y pésimo material. Política al fin y al cabo.

Tras almorzar me dispongo a regresar a mi modesta habitación a descansar y terminar de empacar mis cosas; no suelo llevar muchas cosas ya que me gusta viajar ligero a pesar de ir en barco.

- Herión ¿qué vas hacer esta noche? ¿Quieres descansar o pasear por el puerto y comprobar el barco antes de zarpar? - le pregunto

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07/12/2010, 18:36
Herion

Comprobar nuestro navío por supuesto.

Respondo yo a la pregunta de Tarcil.

Piensa que, después de todo, es el principal recuso en la mision. De su preparación, ni mas ni menos, dependerán el éxito o el fracaso y nuestra supervivencia. Pero tranquilo hombre.

Añado yo mirando al cielo desde la entrada de la taberna.

Aun faltan horas para que oscurezca. Tenemos, por tanto, tiempo de sobra. Y he de admitirte, que me gustaría conocer a la dama que esta dispuesta a embarcar con nosotros.

Como Tarcil me conoce de sobra, añado rápidamente.

Por interés puramente profesional hombre. No me voy a permitir olvidar de quien es hija ella y de quien soy hijo yo. Ya sabes, es una costumbre que data de los días de Numenor, el hecho de que los nobles tiendan a relacionarse entre ellos para así poder conservar su linaje.

Me encogo de hombros dicho esto antes de concluir diciendo.

Y me temo que mis antepasados, los hombres del oesternesse que desembarcaron en Tol falas hace ya tantos siglos, no eran muy seguidores de esta costumbre.

Y una breve carcajada, resuena en el umbral de la taberna.

Notas de juego

Por tanto, si hay que rular para conocer al resto del equipo, por mi sin problemas.

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07/12/2010, 18:43
Director

No sabías qué hacer con tu cofre. Los continuos ataques de galeras gondorianas han dejado abandonado la aldea donde naciste, ¿dónde ibas a dejar el cofre si ya no tienes hogar? así que ahí estás tú, agarrando fuerte el cofre, último recuerdo de tu familia, esperando volver a zarpar de una maldita vez...

Notas de juego

Los objetos del cofre son un par llaves extrañamente iguales con un símbolo de fénix dorado y un legajo de pergaminos. Entre los que se encuentra: algunas cartas que escribió a tu madre y unos ajados planos de su vida como corsario. Las cartas están en Adûnaico clásico y la última parece estar en clave.


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07/12/2010, 18:44
Elhediel

 Elhediel, como si de un rito se tratase, se sienta en el muelle, mirando al mar, con el cofre de su padre junto a ella. Lo observa y acaricia, anhelante. 

Como echaba de menos los días que pasaba con su padre, en el mar, cuando ambos se ponían a pescar, mientras los pies de ambos rozaban la superficie del mar, desde el muelle.

No importaba cual muelle fuera, los recuerdos recorrían la mente de la joven corsaria. Tan rápido fue que creció y se convirtió en aquello que su padre seguramente no querría que se convirtiera, ya que se lo había ocultado durante toda su vida...No se dio cuenta de que ya poseía los 18 años. Una mujercita bella que anhelaban mas de uno.

Sus dedos se paran en una caricia en el candado del cofre, el cual abre con la llave que la llevaba colgada al cuello. Sonríe al ver las pertenencia de su padre. Lee una a una las cartas de amor dirigidas a su madre, cuantas historias hubiese imaginado si aquellas frases no le trajeran malos recuerdos. Cada sentimiento de su padre parecía bello y profundo, verdadero.

Palabras de amor escritas con sentimiento. 

Suspira.

El sol casi caía por el horizonte. Las estrellas empezaban a asomar en la oscuridad, pero ella permanecía en el mulle, observando cada pergamino, cada mapa, cada carta. Para luego cerrar el cofre de nuevo, y abrazarlo con cariño, el pequeño cofre podía transportarlo de un lado a otro.

Muchos pensaban que poseia una pequeña fortuna dentro de ese cofre, algunos incluso intentaron robárselo. Pero jamas se separaba de él. Era algo único, de incalculable valor para ella.

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07/12/2010, 18:46
Director

Notas de juego

Panorámica de Umbar.


Plano de Umbar (versión de la web Lindëfirion).

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07/12/2010, 18:47
Director

Estás en tus días de descanso. Unos pocos días después de casi un mes a bordo del Manawnûl. Saqueando navíos de bandera gondoriana. Te daba igual el blasón: de Lebennin, de Dor-en-ernil, de Ithilien, de Andrast, de Lamedon, de Anfalas, de Tolfalas, de Anórien, de Harondor o el de Arnor. O los jodidos elfos de Edhellond. De criaturas mágicas y especiales nada: lloran y sangran como el resto. Bueno, avistar los gallardetes y banderas de Arnor te producía una especial emoción, un cosquilleo especial, pues la posibilidades de derramar sangre de los descendientes de Eldacar o robar las pertenencias que iban a sus sucios descendientes te motivaba especialmente: de cumplir tu trabajo y las ordenanzas a disfrutar rebanando pescuezos. Cuando, intempestivamente un mugriento muchacho te avisa de que te reclama uno de los alguaciles de Umbar, un influyente gerifalte. Y eso es bastante raro. Además, nunca te habían molestado en tus días de descanso. Así que, tras darle una moneda de cobre al zagal, vas al encuentro.


El alguacil presenta su saludo y sus respetos a tan renombrado capitán, muy afablemente. Tras lo cuál, su semblante cambia; así, te explica la naturaleza de la misión, durante la cuál parece muy nervioso e inquieto, aunque dicha misión no parece presentar especial peligro. De hecho, has realizado con éxito otras más peligrosas.

Tendrás que reunir a tu tripulación e ir hasta Pelargir. Allí, un contacto de los castamiri te dará un cofre aherrojado, que no deberás abrir bajo ninguna circunstancia, y que deberás proteger con tu vida. Y traerlo hasta la inhóspita isla de Kjwàjyarântan, en el archipiélago de Tol Uialgaer. A diferencia de otras misiones, lo relevante en esta no es su peligrosidad, sino lo que te juegas. Tu tripulación de confianza sólo sabrá lo que tú estés dispuesto a decirles, pero recuerda la discreción y evita el engaño.

El alguacil os proporcionará el pasavante para corso en regla. En cuanto a la mayor parte de la tripulación ya la tienes: los buenos profesionales. El resto no serán demasiado difícil de alistar, sabes donde buscarlos: marineros, pescadores, chusma portuaria, extranjeros y refugiados de la más baja condición, entre la calle del Ataúd y la de la Sarna. Umbar es una jodida maravilla para eso.


Notas de juego

Resumiendo: Debes conducir tu barco hasta las inmediaciones de Pelargir. Después acercarte en persona hasta el muelle, en la ciudad exterior del foso. Al callejón de los Ahorcados. Sin que te vea u os vea nadie. puedes arribar en cualquier sitio inhóspito e ir andando desde allí hasta las afueras de Pelargir. No debes hacer preguntas. Sólo recoger un cofre, que deberás llevar hasta los Brujos del Templo de Los Mil Ojos en la isla volcánica de Kjwàjyarântan. A costa de tu vida: es cuestión de estado. Y por supuesto, debes pasar discreto y desapercibido, y sólo combatir si es inevitable. De dichos Brujos únicamente has oído hablar de ellos, aunque tú, como todo guerrero que se precie, desprecias la brujería.

+100 PE por currarse la historia del PJ
+100 PE por participación

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07/12/2010, 18:48
Capitán Cyryatan

Cyryatan se encontraba en una de las habitaciones del mejor burdel de la cuidad cuando aquel andrajoso muchacho fue a entregarle el mensaje, más concretamente encima de una jovencísima Haradrim, a la que embestía con fuerza cuando sonó la puerta. El capitán hizo caso omiso de los golpes instando de malos modos a quién quisiera que fuera el que había al otro lado a que esperase en la parte de abajo del edificio, cuando este se fué, el numeroneano siguió con su labor cada vez con más violencia hasta que se descargó dentro de la muchacha, acto seguido comenzó a vestirse. Solo llevaba unos días allí, pero no era la primera vez que acudía al prostibulo, las largas estancias en alta mar hacían del sexo algo necesario cuando pisaba tierra firme, a pesar de que en el barco también solía hacerlo con parte de la tripulación femenina.

El capitán acabó de vestirse y se marchó de la habitación sin ni siquiera despedirse, dejando a la chiquilla tumbada sobre la cama, mientras bajaba las escaleras pensó en la belleza de aquella chica, Cyryatan no era precisamente un hombre tolerante con las demás razas de la tierra media pero apreciaba a los Haradrim, ellos lo acogieron y le dieron cobijo después de su experiencia en las galeras de Arnor, además, era aliados del reino y los rasgos orientales hacían de sus mujeres algo especial, aparte de que en cuestiónes sexuales no hacía ascos ni siquiera a las mujeres gondorianas, a las que le gustaba ver sufrir cuando lo tenían encima.

Cuando aquel muchacho le transmitió el mensaje, Cyryatan se sorprendió bastante y decidió ir a la reunión con el alguacil inmediatamente, no era normal que lo molestaran en sus días de descanso, al menos hasta entonces nunca lo habían hecho. El numeroneano no tardó en presentarse ante el gerifalte y este en comentarle los pormenores de la nueva misión que querían encomendarle. Tras una breve conversación para ultimar unos pequeños detalles Cyryatan abandonó la estancia rumiando las posibilidades de exito y la peligrosidad de la misión, bastante alta a juicio del experto capitán, tenía que internarse en territorio enemigo hasta Pelargir para recoger un paquete y llevarlo hasta Tol Uialgaer, y para ello casí veía más peligrosa la primera parte de la misión que la segunda. La cosa parecia bastante importante para los mandos así que decidió reunir a su tripulación lo antes posible en un sitio fuera de oídos y miradas indiscretas, el Manwnûl, que se encontraba anclado en uno de los muelles del puerto.

Ya en la calle de camino al puerto volvió a ver al muchacho que poco antes le entregó el mensaje en el burdel y dandole otra moneda, le encomendo la misión de reclutar a los principales miembros de su tripulación lo antes posible en el barco.

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07/12/2010, 18:50
Director

Te quedas mirando por un rato como el chiquillo desaparece por el polvoriento camino de la calle de la Fragua esquivando transehúntes. Finalmente te vuelves para huir del calor por la calle del Aceitunero, a través de calles encaladas y estrechas, de casas amontonadas, que excepto por tener terrazas en vez de tejados recuerdan un poco a las de Linhir, con buenos cantones de piedra y pocas ventanas, siendo estas bajas y protegidas por esteras y celosías, hasta llegar a la taberna del Kraken Negro, que es dode sueles quedar con tu tripulación. A la que no se de prisa, la colgarás del palo mayor...

-¡Posadero¡ !Ponme algo fuerte, que me han jodido mis días de descanso, y eso da una sed de mil demonios!..

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07/12/2010, 18:50
Capitán Cyryatan

Cyryatan entró en la taberna con su habitual andar erguido, su porte atlético y su también habitual cara de malas pulgas, instando al tabernero a que hiciera su trabajo cuanto antes, cuando tuvo lo que había pedido buscó con la mirada una mesa libre desde la que se divisara bien el resto del recinto y se sento en una de las banquetas a esperar a sus compañeros. El capitán degustó la bebida poco a poco mientras le daba vueltas a la misión que acababan de encomendarle, desde su posición miró a los parroquianos que allí se daban cita, todos de la misma clase de gentuza que sin duda acabaría siendo parte de su tripulación...

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07/12/2010, 18:57
Director

Pertenecéis a la tripulación del Manawnûl, propiedad del capitán Cyryatan. Ahora estáis en Umbar. Recién estrenáis unos días de descanso tras una dura jornada de casi un mes de abordajes y saqueo de navíos gondorianos. Aún tenéis un poco de resaca: ¡qué malo es el ron!, y ya habéis gastado parte del botín que os corresponde por vuestros últimos saqueos. Saqueo, pero legal. Patente de Corso lo llaman. A vosotros os encanta, pero torcéis la cara la mueca con un rictus de sonrisa: ¡joder, saquear siempre ha sido saquear!... xDD.

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07/12/2010, 18:57
Director

De repente, veis avanzar hacia vosotras a un andrajoso niño. Al llegar se os queda mirando un rato y sonríe. Le faltan varios dientes, y no sabéis si es por su edad o porque algún adulto le ha quitado alguna limosna a bofetones - el capitán Cyryatan ha dicho que vayáis inmediatamente a la posada del Kraken Negro, donde os espera - dicho lo cuál vuelve a sonreir y a miraros, esta vez sin apartar la mirada, desplegando toda la simpatía de la que puede disponer un niño ajado y polvoriento del que no acabáis a discernir su raza, sólo que es cetrino, como los haradrim....

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07/12/2010, 18:58
Elhediel

Elhediel disfrutaba de los dias en tierra, pero no se sentia tan bien como en pleno mar, aunque la gente que recorrian las calles, los muelles eran de lo mas curiosa, el mar era su pasion y su vida. Estaba mas agusto sobre los tablones del barco zarandeado por el mar que en una comoda cama de plumas en la habitacion mas lujosa de la posada mas rica de la zona.

Cuando sus pasos se dirigian paseando por los muelles, un niño se acerca a ella y sus compañeras. Su capitan las requeria en la posada.

-Gracias jovenzuelo

Con su mano remueve el pelo del jovencito mensajero de Cyryatan. Y sonriendo a sus compañeras asiente.

-Vamos chicas, os invito a una buena jarra de cerveza, ¿Que mejor remedio de quitar la resaca que darle mas alcohol?

La cabeza la tentia algo embotada a causa del ron bebiedo dias anteriores, pero aquello no l equitari el animo de beber un poco mas. Solo en aquellas ocasiones bebia hasta reventar, ya que en cubierta, debia estar avizora y atenta de cualquier cosa, el trabajo de uno puede costar la vida de muchos.

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07/12/2010, 18:58
Director

Según os alejáis del lugar, oís de fondo maldecir por lo bajo al mocoso de forma casi ininteligible, mientras escupe por un colmillo y patalea el polvoriento suelo: -¡judidas, rameras miserabeles! ¡ni una miserabele muneda de cobre!... ¡Alautalah! ... ¡Alautalah!...

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07/12/2010, 18:59
Director

Hay hachones clavados en la arena, bajo la muralla exterior de Umbar, que iluminan a trechos La Caleta y permiten adivinar las formas próximas de los botes y embarcaciones menores que flotan en la marea alta, cerca de la orilla silenciosa lamida por el agua negra y tranquila.

Las llamas verticales de las antorchas alumbran con su resplandor rojizo los colmados y tablaos adosados al muro de pieda, que en esta época del año son figones de pescado y marisco durante el día y lugares de música y baile por la noche. En la media luna de la playa de la Caleta, al quedar fuera del recinto amurallado, no rigen las restricciones nocturnas y las  ordenanzas se aplicacn con relajo. Por eso siempre acudís a esta taberna, el Kraken Negro, donde se junta lo mejor de cada casa. La puerta de la ciudad que da al arrecife es un trasiego continuo de gente con pasavante o dinero para contentar a los centinelas.

La proximidad de los navíos de guerra que tienen que salir con premura y que no llegan a entrar al puerto militar también animan el lugar aportando grupos de oficiales y tripulaciones. Alborotan por todas partes conversaciones ruidosas, risas de hembras fáciles, acordes de arpas, cante, murga de borrachos y rumor de peleas.

Y ahí estáis, sentados ante una mesa hecha con simples tablas clavadas. El capitán ya ha engullido unas cuantas jarras, y borracho se pone especialmente violento, sobre todo cuanto tiene que estar esperando por su tripulación.

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07/12/2010, 19:00
corsarios

Han acudido forzosos a su cita -en realidad Cyryatan sabía de sobra que la mayoría ya estaría aquí-: Roncillo, pequeño pero recio, almilla negra ribeteada de rojo, mirar zaino, con una cuadrilla de tres o cuatro primos de aspecto tan honrado como el suyo. Y Kreontas, un astrólogo haradan, hombre de facciones ratoniles y acento gutural además de hechicero del barco, con su usual gorro carmesí de filigrana característica de su tierra. Tras ser avisados de que se acaban los días de descanso, y entre rumores de desaprobación, esperan que se les informe. No están todos, pero de momento será suficiente...