Partida Rol por web

-¿el abuelo?... soy haradan, al igual que Huraiva. Únicamente podría ser el abuelo de la chica -dice el astrólogo señalando a Huraiva -Porque difícilmente un haradan cetrino como yo pudiera ser el abuelo de númenóreanos. Además, no soy tan viejo-Kreontas frunce el ceño.

-En cuanto a familia... no veo hijos pequeños, ni diferencia de edades a parte de mi -dice mirando al grupo, que para Kreontas no da el pego- pero sí así lo creéis, capitán...

Cyryatan contesta al hechicero sonriendo, le han hecho gracia algunos de sus comentarios -Es una idea que lanzo, evidentemente habría que depurar la historia, que no tiene porque ser esa, desarmarnos un poco y posiblemente disfrazarnos en la medida de nuestras posibilidades Solo estoy dando algunas opciones que no sean la de meternos en terrorio enemigo sin ningúna carta bajo la manga,. Además ... eso solo sería en una posible situación de peligro, no vamos a dejarnos coger tan facilmente, pero sinceramente, no creo que podamos colarnos hasta el corazón de Pelargir sin tener alguna y, siempre nos quedará la fuerza como última opción-

Finalmente llegan a la arboleda, se acerca a una piedra grande y se sienta en ella para descansar y estirar las piernas. Entre sus dedos juguetea con una pequeña rama del suelo, atenta a la explicación del capitán. Pone una cara de poco convencida- no creo que sea buena idea eso de la familia…-mira hacia Kreontas- opino igual que él…no lo aparentamos para nada...

Hace una pequeña pausa, pensativa y mirando hacia el infinito- quizas...-mira hacia el suelo, sumergida en sus pensamientos- ayudaria mas que nos hicieramos pasar por un grupo... que ejerce un empleo concreto...-dice esas palabras sin estar convencida al 100% ella misma.

Tal vez estén demasiado altos para ti viejo

Cojo un pedazo de queso y lo corto en finas lonchas que como despacio escuchando los planes del Capitán y esperando una decisión acerca de como entrar.

¿Hay una hora concreta para recoger el paquete? Si está en un lugar concreto y tenemos que entrar por él, podemos simplemente esperar a la noche, si la ciudad está amurallada podemos entrar nadando por el puerto, supongo que la carga estará en los muelles, allí ya será fácil cargarla en un barco y salir pitando, además una vez más, la noche nos ayudará

Ya me había acostumbrado a ir en volandas cuando el Capitán me dejó en tierra. Acabábamos de llegar a la arboleda y el contacto de los pies en el suelo se me hizo extraño, pero el dolor de pies había remitido hasta casi desaparecer.

Busco los rayos del sol entre las espesas hojas de los árboles, todavía no he terminado de entrar en calor, y me dejo caer cuan larga soy. Tengo hambre, busco algo que llevarme a la boca. Hasta un mendrugo de pan duro me sabe bien.

Con el estómago ya más lleno voy cobrando energía y me animo a entrar en la conversación.

-Yo creo que lo primero de todo deberíamos buscar algún lugareño que pueda alquilarnos una barca. Somos 3 mujeres, podríamos camelarlo y contarle cualquier cosa, ya sabeis como son los hombres cuando ven un buen escote.- no puedo evitar mirar al Capitán tras decir una verdad como un templo.- Podríamos hasta sonsacarle información y ropas limpias. Evidentemente la idea de que somos una familia es un tanto disparatada si tenemos en cuenta la diferencia de razas. ¿Qué papel tendríamos cada uno? La gente sospecharía y pondría sobre aviso. Lo mejor sería hacernos pasar por comerciantes...pero no se me ocurre de que…o por titiriteros…-si Elhediel, ahí has estado bien- nadie sospecharía de un grupo de titiriteros…eso me lleva a lo mismo de antes, tenemos que conseguir ropajes más acordes…y ahí es donde entramos las mujeres con nuestro poder de seducción.

De tanto hablar me estoy quedando seca…pego un par de tragos y prosigo, no sea cosa que pierda el hilo y me deje cosas en el tintero.

-Veamos, es importante calcular el tiempo que nos va a llevar la misión, el cofre hay que recogerlo a la hora de las ánimas…por lo tanto hay que calcular llegar de noche y no a plena luz del día. Si vamos en barca como es el plan, debemos improvisar algunas cosas sobre la marcha…por lo menos debemos entrar hasta el muelle que está en el exterior de la muralla…y si no hay gondorianos en la costa…entrar lo más aproximado posible. Si no recuerdo mal, hemos quedado en el callejón del ahorcado.

No es que sea el mejor de los planes…pero a falta de pan…el plan del Capitán no sería descabellado de ser todos del mismo color. Los titiriteros son de lo más variopintos…por lo que la idea por absurda que parezca…es bastante coherente.

-Lo de que os cameléis al lugareño me parece bien. Los gondorianos son estúpidos y viciosos. Aunque unas monedas quizás ayuden también. Lo que no me gusta es que nos tengan que ver, y para hablar con el pescador tendrán que vernos. Por ello, la opción de robar un falucho y navegar y acechar, para mi es la mejor, y si hay que rajar alguna gorja, pues se hace, que al fin y al cabo es lo que mejor se nos da hacer. Y si nos pillan que escape el que pueda. Y si no, pues empacho de esparto y a cenar con Melkor... otra cosa, por brillante que sea, es complicarnos la vida... ¿no capitán?

Cyryatan escuchó la opinión de todos sus compañeros pacientemente a la vez que comía algo y trazaba el plan en su cabeza. Acababa de decidir como lo harían. Cuando acabaron de hablar, tomó la palabra.

-Bien, entonces nos acercaremos a la aldea de pescadores y veremos como está el asunto. Si podemos robar un falucho sin ser vistos lo haremos, si no ... Las mujeres pueden camelarse a algún lugareño con algún engaño, ofreciendole un alquiler o que el mismo vaya con ellas. En caso de ser así podemos encargarnos de él cuando vengan a buscarnos río abajo. Una vez tengamos la barca nos acercaremos calculando la distancia y el tiempo para no hacer tarde a la noche y descansaremos un poco escondidos. Para ir más tarde a por el dichoso cofre ...-

-Por mi, podemos continuar cuando queráis- digo alzándome y atusándome las ropas de forma exagerada- Yo lo que necesito es un buen baño, ya se me ha olvidado lo que es oler a jabones y sales, así que haré lo que haga falta. El resto, ya lo decidiremos cuando lleguemos.

Retomáis el camino. Cruzáis aún más caños estrechos con agua, hasta que entráis en un ramal del canalizo cuyas aguas cubren hasta media pierna. El salitre espeso de ese agua os ha erosionado el calzado y malherido los pies*.

-Cuidado ahí -susurra Kreontas- Pasad por el otro lado... Eso es. Si os metéis ahí, os hundís enteros. Ese fango se traga a un jinete con caballo y todo.

Un pato vuela bajo sobre las salinas, hasta que de repente, es abatido de un certero flechazo. Lo que provoca el graznido de otras aves que revolotean por los alrededores, asustadas, al igual que vosotros, que dais un respingo. Luego vuelve el silencio. Al cabo de un momento, cuatro figuras se recortan en lontananza. Llevan la camisola anaranjada sobre cota de malla y el morrión típico de los soldados de Pelargir, y avanzan encorvadas, cautas, lanza y arcos en mano. Tres de ellas se quedan atrás, sobre un pequeño talud arenoso, cubriendo con sus arcos a la cuarta, que busca entre los matorrales al animal caído.

-No os mováis -musita Kreontas- creo que son soldados de Lebennin, quizás de caza -se ha tumbado en la orilla de un estrecho caño de agua, en el fango salitroso, observando a las cuatro figuras**.

En el silencio de las salinas cualquier ruido se oye desde lejos, y el soldado adelantado, con el pato en la mano, alza la cabeza y mira en vuestra dirección mosqueado. También hace un ademán a sus compañeros.

-¡Que Melkor los confunda -susurra Kreontas- esos gondorianos malnacidos nos han visto!

Los tres soldados que se habían quedado atrás avanzan chapoteando hasta el soldado adelantado. Uno de ellos ligeramente atrasado -quizás por si tuviera que ir a dar la alarma si no les sale un buen naipe- mientras desenvainan las espadas. El soldado más adelantado escruta el horizonte en vuestra dirección, parece que trata de ver quiénes y cuántos sois, mientras carga su arco.

Cyryatan se quedó algo sorprendido cuando vió al grupo de soldados, pero en seguida reaccionó. En cuanto los divisó, sabía que iba a tener que acabar luchamdo, el capitán bajó su yelmo, embrazó su escudo con fuerza y saco el alfange, avanzando algunos metros por el agua, que les llegaba hasta practicamente la rodilla y quedandose en el medio, intentando llamar su atención.

-¡¡Flanqueadlos!!- dice desde el interior del yelmo con actitud imponente

Todo pasa muy deprisa, el graznido de las aves, un pato…una flecha…y ¡sorpresa! los soldados de Góndor haciendo su aparición. Me quedo tan inmóvil que juraría que ni respiro. ¡Que me aspen si uno de los cuatro soldados que alcanzan a ver mis ojos, el más adelantado, no nos ha visto! ¡Por todos los valar!, se están acercando…el más próximo está cargando su arco…este para Huraiva, me digo. El resto van desenvainando sus espadas. ¡Que no cunda el pánico, somos uno más que ellos para luchar, y tenemos a Kreontas!

Las órdenes del Capitán me hacen reaccionar rápidamente- esperad – digo en un susurro:

- Más que flanquearlos deberíamos formar una especie de semicírculo con Kreontas en medio, seguramente algo puede hacer, aunque sólo sea darnos tiempo para maniobrar más rápido que ellos. Huraiva tiene trabajo, uno de los soldados se dirige hacia aquí con el arco ya cargado por lo que eso nos deja con 3 soldados para nosotros 4. Con Kreontas en el centro como escudo nos cubrirá de alguna forma y les desorientará, y podremos abordarles en un cuerpo a cuerpo, tres para tres, má lo que pueda hacer el astrólogo para salvaguardarnos.

- Kreontas, ¿Cómo lo veis? ¿Podríais hacer algo?

- Huraiva, ¿preparada?

-Soy un viejo astrólogo, señorita, no un joven mago. Puedo calcular la longitud y la latitud de una isla sin necesidad de sextante u obervar más allá del alcance los ojos humanos, mas el combate cuerpo a cuerpo no es mi fuerte. Y por cierto, ¿desde cuándo actúas como si fueras el capitán, pelirroja?

Upss. La pelirroja se avergüenza y baja la cabeza. La idea no era desautorizar a nadie y mucho menos al Capitán, de lo que se trata es de salvar nuestras vidas. Soy mujer, pero no tonta, y también se pensar lo que es conveniente para todos, aunque no lleve colgado el título de "Capitán " o de "Astrólogo". También se que el viejo es astrólogo...pero no es desconocido por nadie que siempre tienes ases guardados en la manga.

Ahora solo me queda rezar.

Los soldados gondorianos avanzan hacia vosotros gritando:

-¡Ténganse a fe! ¡Ténganse que yo lo digo! -y los consabidos gritos de en nombre de la justicia y del Príncipe de Pelargir. No parecen estar aún seguros de a qué se enfrentan, pero sí que no sois trigo limpio. De hecho, por la última voz del que parece el oficial, intuís que os tratan de rufianes*.

-¡Téngase a la justicia, rufián mornumedain!

Parece que se conocen el terreno y avanzan decididos, protegiéndose con el escudo por posibles disparos de proyectiles.