Partida Rol por web

Corsarios de Belfalas

La Calavera de los Mares 2 - Los Dos Cofres

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16/03/2012, 20:10
Director

Kreontas espera. El enemigo tiene que estar muy cerca para que el sortilegio de protección sirva. A tiro de balista como mínimo. Con lo que todavía os queda aguantar las andanadas de las balistas, artillería con la que sin duda estarán equipadas las embarcaciones enemigas. Los elementos desencadenados mágicamente tienen un alcance determinado, que no suele ser demasiado. Dos detalles le inquietan al astrólogo: uno, que ignora el alcance y efectos del sortilegio que se dispone a -intentar- invocar; y dos, que si espera demasiado, quizás se pongan al alcance del Archimago naval, con lo que entonces, si hacen honor a la fama que tienen, estaréis perdidos. Aunque está seguro que esperar poco sería un error más grande. Así, el viejo rumia el momento justo de usar el cofre.

Uno de los proyectiles os cae cerca, levantando un pique de agua junto al Manawnûl. De momento sólo dispara el palanrist, y los disparos se hacen esperar en el tiempo. Y siguen acercándose. Otros proyectiles caen más desviados para alivio de la tripulación, aunque ya se empiezan a oír murmullos de algunos haradrim, que elevan sus extrañas jaculatorias a su particular panteón de los valar.

El primer proyectil enemigo en golpear el casco del Manawnûl hace volar astillas como puñales*. Y a este le sigue otro que golpea en la cubierta, en la base del palo mayor*, que afortunadamente está reforzado en hierro fundido en Mordor.

El resto se van al mar.

Kreontas, aprovecha y va a por el cofre, tiene la impresión de que al aire libre tendrá más posibilidades de éxito. Aunque como casi todo en esta misión es dando palos de ciego.

- Tiradas (3)

Motivo: Número de Disparos turno 2

Tirada: 2d5

Resultado: 5

Motivo: Alcance disparo

Tirada: 5d20

Resultado: 12(+6)=18, 14(+6)=20, 9(+6)=15, 8(+6)=14, 14(+6)=20

Motivo: Alcance disparo

Tirada: 5d20

Dificultad: 13+

Resultado: 7, 2, 15, 17, 3

Exitos: 2

Notas de juego

*perdón, la primera tirada múltiple me equivoqué, puse la dificultad -y mal- en el modificador... es decir:

número disparos onagro (2D5): 5

Éxito (13+): 2

Todos los que estén en cubierta que tiren suerte (1D20): si no sacáis 5+ os alcanzarán las astillas. Y al último que saque un 1 -si lo sacáis- le vendrá el proyectil encima xD.

Bueno, Cyryatan, tendrás que decidir ya qué haces. el as de kreontas es más del cofre que el propio hechicero y tardará demasiado en ejecutarlo para asegurarse que hace efecto. así que a ver a qué das prioridad. o dais, que podéis hablarlo entre todos en la Introducción general... ¡Suerte! ^^

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16/03/2012, 21:40
Elenna
- Tiradas (1)

Motivo: Proyectil

Tirada: 1d20

Dificultad: 5+

Resultado: 7 (Exito)

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17/03/2012, 15:21
Elhediel
- Tiradas (1)

Motivo: Astillas

Tirada: 1d20

Dificultad: 5+

Resultado: 19 (Exito)

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17/03/2012, 15:24
Capitán Cyryatan
- Tiradas (1)

Motivo: Suerte

Tirada: 1d20

Dificultad: 5+

Resultado: 4 (Fracaso)

Notas de juego

Astillazo, mi buena estrella se extiende xD

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17/03/2012, 15:54
Director

Una piedra del tamaño de la cabeza de un troll había golpeado contra el costado del Manawnûl, despidiendo una lluvia de grandes y puntiagudas astillas, algunas de medio metro de largo. La piedra había continuado su trayectoria a través de la abarrotada cubierta, derribando a un corsario y chocando contra el palo mayor, ya casi sin fuerza. Unos ayes de dolor  demostraron que algunos fragmentos de madera habían hecho blanco entre la marinería, y poco después, apresuradamente, dos marineros llevaban abajo a un compañero, dejando a su paso un rastro de sangre. Mayor fortuna había corrido Cyryatan, que más alejado del impacto, fue interceptado por una astilla relativamente pequeña, que se le clavó en el hombro.

El resto, se libró. De momento.

- Tiradas (2)

Motivo: Crítico B PE

Tirada: 2d50

Resultado: 49

Motivo: Pérdida PV

Tirada: 1d8

Resultado: 5

Notas de juego

Bueno, suponiendo que cuanto menos se saque mayor gravedad, con un 4 será la mínima, en este caso un crítico B de PE: Golpe contra el hombro del adversario: -5PV, aturdido 1 asalto y pierde 1 PV por asalto.

Y ojo a las heridas!

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18/03/2012, 12:22
Elenna

A Elenna no le estaba gustando nada el cariz que estaba tomando el asunto, así que decidió que era hora de que los galeotes echaran el ánima en cada bocanada. Al menos se alejarían lo suficiente de esos envenenados pedruscos. Qué irónico sería morir aplastado por una de esas piedras o que alguna perforara el casco del Manawnûl. Y que precisamente fueran los gondorianos... la tierra de la piedra... eso significaba Gondor...

Así, descendió al sollado por la escotilla de proa, marcando ritmo de tacones en el tablazón y bamboleando el trasero de un lado a otro, como navío en marejada, sin prisa -era hembra de cuajo- pero sin pausa -todavía llovían rocas-...

-¡Calad toda la palamenta! ¡Ropas fuera!-había dicho.

Los galeotes, que nada sabían de vuestra apretada situación, habían a murmurado mosqueados -algo gordo se temían-, aunque cumpliendo las órdenes. Sólo faltaba.

-¡Silencio!-había bramado la cómitre cuál ángel castigador-¡No lo voy a decirlo más veces!¡A bordo sólo se pueden escuchar las voces de mando y los pitidos de los sotacómitres!

Inmediatamente, se fue aumentando el ritmo de bogar, acuciado por el grito repetido de uno de los sotacómitres, un ¡Ujuu!¡Ujuu! tan especial y característico que aún treinta años después suelen escuchar entre sueños los que han sido galeotes. Mas el rendimiento de la chusma era regular. Estaban también agotados, más que cualquier otro miembro de la dotación del Manawnûl. Lo cual, no era suficiente para evitar sacar de quicio a Elenna, mientras su rebenque restallaba a una y otra banda y ya empezaban a dolerle los hombros y el brazo.

-¡Os aseguro que las rendidas mujeres y rabizas del harén de Hassan Bajá bogarían con más energía que vosotros, sodomitas de mierda! ¡Sois la chusma más floja y quebrajosa que ha caído bajo mis manos desde que estoy en esta mierda... tomaré las medidas necesarias, y si no bogáis con mejor ritmo en la próxima hora arrojaré al agua la menestra de mediodía!-gritaba Elenna, tan encolerizada que de puro sexy espantaba.

 

Notas de juego

Nota dejota: je, je, perdona la intromisión, pero tenía esto pendiente, y quizás os libre de los disparos de onagro. hazme una tirada por ti (ME) y otra por los galeotes (1D6) a ver si podéis libraros, al menos, hasta que Kreontas pueda hacer algo. O alguien ^^

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18/03/2012, 18:23
Yazân

Una piedra de enrome tamaño Al golpear contra el costado del Manawnûl, despidió una lluvia de proyectiles que a bien poco estuvo de costarle la vida.

Esos hijos de mil rameras han estado a punto de costarnos la vida. -Yazân se acercó al capitán.- Es hora de armar a los hombres, llegado el momento habrá que luchar a sangre y fuego y llevarse a cuantos podamos por delante ¿ Da la orden capitán?

La cosa se había complicado en demasía y se iban aponer peor

- Tiradas (1)

Motivo: Suerte

Tirada: 1d20

Dificultad: 5+

Resultado: 7 (Exito)

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19/03/2012, 17:24
Elhediel

Elhediel miraba de un lado al otro, casi podìa escuchar los gritos de la còmitre cuando se sacudiò salvàndose por poco de que una astilla la golpeara. Buscò con la mirada al capitàn, iba a acercarse pero no lo creyò prudente asì que aguardò a la nueva orden del hombre que los guiaba o que al menos parecìa que los guiarìa.

-Eru, vamos a necesitar de tu venia.

En el horizonte, aunque no muy lejano, entre la marea picada y las esquirlas, a veces podìa ver a sus seguidores, quizàs habìa llegado la hora de partir entre salina y bruma de un canto de sirenas pero aùn faltaba para eso y como decìa su padre: no debìa darse por vencida, ni aùn vencida.

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19/03/2012, 17:38
Capitán Cyryatan

Luego del estupor inicial por el impacto de la astilla a la altura de su hombro, el capitán retiró el desafortunado proyectil de un tirón y llevó su mano derecha sobre la herida sangrante para ejercer presión sobre ella y así mitigar el sangrado.

- Mierda... ¡Traed al galeno! Lucharía con esta hemorragía, pero esos desgraciados de Gondor ya tienen suficientes ventajas como para sumarle otra. - Gritó el capitán con una mueca de dolor en su rostro y mientras su mano y ropas se iban pigmentando lentamente de rojo sangre por la herida abierta.

Mientras esperaba la aparición del matasanos, no se contenía de buscar con la mirada al anciano Kreontas que lo había convencido momentos antes de dejar el asunto del cofre en sus manos. Si el astrólogo fallaba no quedaría más opciones que rendirse o luchar. Lo único seguro seguía siendo la Muerte.

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19/03/2012, 20:29
Director

Rûmus, el matasanos del Manawnûl, acude presto con lienzos limpios, y tras cercionarse de que no ha quedado ninguna astillita en la herida, aplica un ungüento -que desde luego prepara Kreontas-, y te venda la herida.

-No hará falta coser, señor-te dice. También te diría que no muevas mucho el brazo, pero le echarías una mala voz, y además, en estas circunstancias no era cuestión de pedir imposibles. Desde luego, si no se infectaba, de esa herida no morirías ^^

Elhediel habría sido más delicada y más hábil con el vendaje. Incluso Elenna. Siempre has ido dejando el enrolar un galeno competente, pero como tienes a Kreontas, lo has ido dejando, y ahora que va haber sin duda heridos, ibais a echar de menos a un buen curandero... porque Rûmus, ni sabe quién es Estë, ni Yavanna ni la madre que le parió...

 

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19/03/2012, 20:31
Director

Pincha para ver en grande

Notas de juego

Ahí va una comparativa de barcos.
Donde a) es la carabela (cairon), b) es el Manawnûl (incursor corsario, los de la peli del sdla), c) es el palarinst y d) el jabeque, que son dos ^^

Adjuntaré esta imagen en la Escena de GALERÍAS para que esté más accesible. También adjuntaré otras imágenes del Manawnûl para estéis más dentro de contexto.

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20/03/2012, 00:14
Capitán Cyryatan

- ¡Qué todo el que pueda blandir un arma se prepare para la batalla! ¡La agonía ha terminado, el acero se inquieta ahora y la sangre ha de teñir pronto el mar sobre el que flotamos! ¡Esta puede ser nuestra última ofrenda al Señor de las Profundidades! ¡Qué sea con la sangre y el llanto de los hijos de Gondor!

Tras la sentida arenga a su tripulación, Cyryatan se acercó con un poco más de discreción a su teniente para hablarle en un tono sosegado aunque igual de resuelto.

- Escuchame bien, fiel Yazán. El combate será nuestra última alternativa. Si Kreontas falla en sacar algún provecho del cofre, aún contamos con la posibilidad de negociar una tregua entregando la carga. Sin olvidar que tenemos prisioneros que podrián llegar a querer de regreso en sus ciudades de piedra. Llegado el caso, tomaré el esquife y me encargaré de las negociaciones. Y por más amargo que sea mi destino, si lograra un acuerdo con esos perros deberás tomar el mando del barco y escapar lo más lejos posible sin contemplar por un instante mi suerte. El Manawnûl no ha de caer en manos enemigas, es preferible que arda antes que eso...

Notas de juego

Pensandolo bien, quizás se podría negociar con la vida de los galeotes. Amenazar con ejecutarlos es lo único que podría llegar a detener de momento el avance de la flota gondoriana, aunque habría que sumar el cofre para que todo esto fuera creíble.

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20/03/2012, 18:35
Yazân

Si Kreontas falla no quedará más remedio que luchar y llevarse a cuantos podamos por delante, pero con todo el respeto señor, no creo que la carga deba ser entregada a esos hijos de puta, antes hundirla que entregársela. - Yazân estaba demasiado tenso para seguir hablando, las palabras se le quedaban en la garganta, quizás fuera efecto de la adrenalina que le corría por las venas preparándole para la batalla.

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20/03/2012, 20:55
Director

El casco fino y largo del Manawnûl parecía volar sobre un mar que se rizaba por momentos. A popa, el tambor redobló el toque de zafarrancho. Los corsarios, con desgana, empezaron a acercase a los cofres y cestones que acababan de abrirse para que cada cual tomara sus armas fuertes -en travesía normal, sólo el capitán podía llevar arma en el barco-. A algunos les temblaban las piernas ante lo que se les avecinaba, aunque por otra parte, admiraban la extrema valentía de sus capataces, a los que no les temblaba el pulso ni la voz pese a que se iban a enfrentar ellos solos a cuatro barcos de una de las escuadras más afamadas de Gondor. Y sus únicas posibilidades, murmuraban, eran Kreontas y no sé qué carajo de un cofre. La falta de ánimo era porque 'esas', se les antojaban pocas posibilidades. Y por el cansancio de la persecución.


Recorriendo el Manawnûl de popa a proa, Azrûbel, departía órdenes: un poco a estribor, me cago en Melkor, amolla ese cabo, tensa aquella driza; que boguen más rápido o bajaré al sollado y les arranco la piel, voto a Eru y al fruto que Yavanna guarda entre las piernas que bajo, le decía también a los galeotes, que evidentemente, ni le veían ni le oían, pero sí le conocían, y sabían de sobra que estaría cagándose en sus muy bellacas muelas.

La tripulación, por oficio, también había reforzado las empavesadas con rodelas, jergones, mantas y coys, para que ayudaran a protegeros lo más posible de sus proyectiles. De proa a popa y abajo en el sollado, al cascabeleo de la chusma que seguía bogando, empapada en sudor y con los ojos desorbitados, sumóse el resonar del hierro con el que los corsarios del incursor y los marineros destinados a defensa y abordaje se equipaban para reñir en corto; toda una sinfonía de metal, de la que no escapaba algún tintineo por tembleque de piernas.

–¡Armados y a sus puestos!–había gritado Azrûbel. Finalmente, cuando las amuras hervían de hombres preparados para la lucha, se le ensombreció el gesto. Más parecían una banda de asaltadores de caminos que una escuadrón listo para la guerra; y encima los iban a enviar contra unos soldados adiestrados y motivados como eran los gondorianos. ¡Pardiez!¡Qué lejos quedaba la estirpe de Ar-Pharathôn!... 

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21/03/2012, 00:18
Elenna

No era Elenna mujer que se fuera a esconder bajo cubierta mientras los demás luchaban, y al poco rato ya había aparecido junto al capitán, espada en mano y látigo al cinto, preparada para pelear, y tal vez morir, aunque por vida suya que hubiera preferido hacerlo junto a mejores hombres que los que formaban aquella tripulación.

-Puestos a ser abordados, más nos valdría darle la vuelta al barco y embestirlos directamente. Al menos no aguantariamos este pedrisco. ¿Armaremos a los remeros?

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21/03/2012, 02:55
Capitán Cyryatan

- Mientras tengamos esperanzas de salvar nuestras cabezas, no intentaremos ningún ataque suicida que nos lleve irremediablemente a las profundidades. Por otra parte, puedes ir preparando a los galeotes para ascender a cubierta. Tengo pensado darles una verdadera utilidad a esa panda de infelices sometidos...

Una vez comunicada tal orden a Elenna, el capitán se apresuró a interrogar al astrólogo sobre sus avances en el reconocimiento y empleo de las posibles facultades sobrenaturales de aquél infernal cofre que reposaba en cubierta.

- Se acaba el tiempo, viejo necio. Como capitán me toca elegir ahora entre nuestra misión y nuestras vidas. Ya sabes mi respuesta, ahora quiero oír la tuya sobre esa caja endemoniada...

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21/03/2012, 20:49
Elhediel

De una cosa estaba segura: Elhediel no iba a entregar el cofre de su padre a nadie, primero tendrían que matarla. Lo que hicieran con el otro cofre, le importaba poco menos que nada. Cyryatan estaba tomando decisiones, podía equivocarse pero era el capitán, más allá de que hubiera sido el hombre con el que había yacido, ya eso no le importaba a ella. Respiró profundo se armó bien y aguardó, no tenía esperanzas pero no se iba a rendir, ni aún con acciones tan cobardes como las que se temía terminarían ordenándoles.

Miró al capitán intercambiar palabras con Elena, ellos parecían entenderse bien y aunque pudiera ser que eso le doliese de alguna manera, también la hacía sentirse mucho más fuerte. Además, se sabía capaz, había surcado los mares desde que era una pequeña, un polizón seguro en los viajes de su padre y ahora, ahora tenía que volver a enfrentarse a la muerte. Órdenes, había que cumplir pero también tenía que cumplir como una ofrenda a su padre y a Eru.

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21/03/2012, 21:27
Director

Por fin apareció Kreontas, cofre en la mano. Un cofre negro como los carbones incandescentes que Morgoth tenía por ojos. Una efigie de Ossë rematada en sibilina filigrana mostraban que era un objeto rico y poderoso. Y para la mayoría de los presentes, algo nuevo (muchos se aupaban de puntillas para intentar ver el famoso cofre).

El destacamento de abordaje se iba apartando al paso del hechicero. Lo miraban extrañados, confusos. Con miedo: aquello atufaba a magia más que el azufre. Pero también con cierto alivio: fuera lo que fuera lo que se traían entre manos el viejo y el capitán, debía ser lo único que podía sacarlos de esta. Aunque ni siquiera osaban imaginar cómo. Salvo que ese malcarado objeto, que tan mala suerte les había traído, hiciera desaparecer los navíos de Gondor de repente.

Cuando llegó a la amura de babor, a la altura de los obenques del palo mayor, Kreontas alzó el cofre. El silencio era absoluto. Sólo se oían el chapoteo de piedras que aún caían y el rumor del viento a través de los obenques de estribor.

El demacrado astrólogo susurró entonces una palabras en alguna lengua olvidada. Y pronto, el cofre empezó a vibrar. Y como si tuviera ojos propios, escapó de las manos del hechicero, que se vio obligado a cortar en seco su salmodia, confundido, mientras el cofre caía sobre la cubierta del Manawnûl.

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22/03/2012, 00:46
Capitán Cyryatan

- ¿Qué ha sido eso, Kreontas? Parece que los maleficios de esa caja escapan a la fortaleza de tu físico. Quizás podría sostenerla con la fuerza de mis brazos para que así puedas terminar de pronunciar tus profanas oraciones. - Sugirió con determinación el capitán corsario mientras se acercaba a la escena, preparandose ya para alzar el cofre y encomendarse a los designios de los dioses corruptos y a los conocimientos arcanos del anciano y decadente hechicero de Suk Akhôr.

Su escaso entendimiento en el tema le sugería que probablemente tanto él como el astrólogo cayeran víctimas de la malicia de aquél cofre infecto. Y aunque hubiera preferido con seguridad otro tipo de muerte, Cyryatan se resignaría a aguantar el dolor y en última instancia maldecir por fuera y dentro a una suerte que ya parecía echada.

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22/03/2012, 22:31
Director

-¡Cuidado-Kreontas levantó su brazo para que nadie se acercara-, ha escapado a mi control! Kreontas no sabía si temer o alegrarse de que el cofre supiera defenderse por sí mismo-no soy yo quién lo ha activado!¡O eso creo!

El cofre continuaba vibrando, y el repiquetear contra la madera de la cubierta os daba escalofríos... Una a una, las volutas que decoraban el cofre se fueron iluminando hasta que convergieron en una de las runas que tenía gravadas, que se encendió en un tono azul eléctrico. Una escena hermosa de no ser por puro tétrica. La luz espectral que emanaba ahora del objeto acentuaba los rasgos demacrados de Kreontas, ya que la tarde estaba dando paso de la luz a las tinieblas, y cualquier brillo llamaba mucho más la atención.

Después, todos posasteis la mirada en la grímpola, el viento había rolado de componente oeste y arreciaba por momentos. Pronto, los que tenían el pelo largo tuvieron que atarlo o apartarlo continuamente de la cara. El Manawnûl perdió velocidad: ¡el viento os venía ahora prácticamente de frente!

Desde luego, el viejo hechicero nunca había tenido en su poder un objeto tan poderoso. Y si no estuvierais de su parte, tan peligroso. Después miró al Cyryatan -quizás no debería haber conspirado en su presencia, capitán...