Partida Rol por web

-Pues sí y no, hijo mío. No es una relación directa, pero sí la hay: las correosas raíces del Mal se entretejen profundo.

-Manawnûl no me suena. Pero supongo que será el enviado -argüye Gaelitos-, el encargado de llevar el paquete a la isla de Kjwàjyarântan, que es el agujero donde moran los Brujos. O donde antaño moraban. Tiene que ser allí donde lo llevan... debimos exterminar toda su simiente cuando pudimos... Después titubea. No parece nada cómodo hablando de los Brujos Rojos.

Si questo es, en tanto mi mano entra entre mis ropajes y lentamente lo saca, desenrollándolo y mostrándolo a los presentes
Que tan poderosos son esos Brujos a los que tanto teme o mejor dicho a los que en tan poco aprecio les quiere

- ¿Maese Gaelitos, podria dejarme echar un vistazo a esa nota?, algo ronda mi cabeza...

Tendio la mano hacia el Paldin de la orden de Salmar, sin duda su mas alto rango dentro de ella. Cuando tuvo la nota en su poder, Aërengoll la miro bien, demasiado cerca incluso para estar leyendola. La giro a un lado, luego a otro, despues la toco con los ojos cerrados, la olio incluso paso la punta de la lengua por una de sus esquinas. No es que buscaba nada en particular, parecia estar entrando en concordancia con ella, como si eso fuera posible. Despues de toda la parafernalia se dispuso a leerla detenidamente, despacio, comprendiendo cada palabra, cada parrafo, todo su contexto.

- Creo que hemos dado por sentado algunas cosas... - dijo pensativo aun, como si el mismo no supiera que era.

- Zardono el negro es un marino, eso lo sabemos, enemigo del bien y terror del mar.  - comenzo a decir como si no hablase con nadie en particular. - A mi parecer esta carta podria ir dirigida a el, o a algun otro capitan de su calaña... - hizo una pausa.

- Mirad bien esta frase - señalo con el dedo aquella que leia, haciendo enfasis en una de las palabras. - Lo importante es que EL Manawnûl consiga su propósito. - un breve silencio preceido a su explicacion. - Bien podria tratasre de una embarcacion, la del propio Zarono, o la de algun otro. - Aërengoll creia haber dado con algo importante.

- Del resto solo entiendo una cosa. El enemigo ha penetrado, o lo hara en breve, en Pelargir - segun lo decia se acordo de esos hombres que escaparon por entre los barrotes, dejando aquel mal olor a pescado, alla en las celdas, antes de emprender su viaje - Aquellos hombres resbaladizos que lograron escapar... ¿recuerdas Erandil? - no dejo contestar al paladin y prosigio. - podrian haber recogido algo, algo importante para ellos, un Presente - señalaba la palabra en la nota que ahora estaba en la mesa - y de alguna forma lograran, si no lo han hecho ya, llevar ese presente hasta esa embarcacion, el Manawnûl, sea de Zarono o de cualquier otro. Creo que el objetivo final es entregarselo a "Sus Paternidades", los brujos rojos, como bien ha indicado su merced - dijo señalando a Gaelitos para despues quedar unos segundos en silencio

- Sabemos quien govierna el mar, quien es el causante de los males en el, Zarono el negro. - dijo seriamente - mas me preocupa no identificar al que lo manda en tierra, tal vez los propios brujos... - inspiro finalmente y tendio la nota de nuevo a Gaelitos.

-La nota parece escrita por el contacto para informar a la Orden de Dagon. Y hablan de Pelargir. También alude a cumplir su trabajo en tierra, con lo que no puede referirse a Zarono, pues Zarono, a parte de no rondar Pelargir, se encargaría del mar y no de la tierra. Aunque esto es sólo un supuesto, como el de vuesa merced. En cuanto a la embarcación de Zarono, puedo asegurar que no es El Manawnûl sino el Ar-Adûnakhôr.

Atandil, que ya ha hecho varios ataques al vino, se le ha soltado la lengua y la viveza.

-Por lo que este hijo de su madre entiende, el contacto se comunicaba con la secta de Dagon con palomas. Me extraña que Zarono se comunique con palomas con esas execrables criaturas, pues incluso podrían ir hasta su barco para informarle. ¡Alabados sean los valar, no quiero ni pensar en la clase de rituales demoníacos que tendrán lugar en ese barco!-dice el bardo mientras un escalofrío recorre su espina dorsal.

Hizo una pausa para hacer un par de visitas más al vino y prosiguió, mientras le mirabais atentamente; pues ya sabíais que este entrañable zoquete, a veces tenía momentos de lucidez.

»Pero el asunto es en Pelargir. Y no sabemos si ese Presente se ha entregado todavía o no. Y vuaced quiere que vayamos a Pelargir, ya que tenemos que ir de todas formas, y tratemos de encontrar a ese traidor. Pues sólo un traidor de la peor ralea puede hacer de intermediario con semejante ralea.... -después se queda mirando a Gaelitos-... ¿no?

- Bien, debemos pues ir a Pelargir y descubrir al traidor. Eru quiera que ese "Presente" no haya sido entregado y podamos averiguar algo sobre el, detener a aquellos que lo buscan. Iremos a la ciudad portuaria e intentaremos averiguar algo, aunque no se bien como debemos hacerlo o por donde debemos empezar....

...Tras ver que de la notan mis buenos compañeros tienen mejores entendederas, les muestro el otro pergamino en el que habia dibujado una zona de Pelagir...

Con sumo cuidado despliego y extiendo el documento para dejarlo a la vista de los presentes... este es el mapa de que les hable, lo mismo tienes sus mercedes mejores ojos y ven en el algo que a la simple vista de un Paladin de Ulmo, se le pudiera escapar...tras esto doy un largo trago del vino que aun no se habia tomado el bueno de Atandil, al que le sonrio con gesto de agrado

Gaelitos observa el plano desplegado sobre la mesa, recorriéndolo con su dedo índice mientras, a duras penas, trata de leer los nombres bajo la macilenta luz de la estancia.

-Es la zona norte de Pelargir, bajo el primer círculo de muralla. Una zona peligrosa pese a estar parte de la guardia de la ciudad. El Agujero es un barrio de chabolas -indica-, más arriba está la zona de lupanares, mala vida y perversión. Eru los perdone. Y abajo el barrio de esos malnacidos sarracenos. Haradrim de paz* los llaman, aunque poco me fío yo de esos usureros...

»Quizás sea la zona donde vive el contacto. O quizás no. Aunque podría ser un buen sitio por donde empezar vuestra investigación -inquiere el veterano paladín-. No obstante, me gustaría conservar este mapa, creo que con un estudio más profundo podría revelar más cosas interesantes para la Orden. Y para nuestra investigación.

...que así sea Maese Gaelitos,...tras unos instantes mirando el mapa y estando algo dubitativo ... por lo que veo en el mapa parece indicar la ubicación de una torre de un mago, bien no sabría decirme, quien la habita y sus tendencias, pues quien sabe si no necesitaríamos de su ayuda en pro de la misión...

- Bien, descansaremos y prepararemos el viaje hoy. Mañana, al alba, emprenderemos nuestro camino hacia Pelargir - dijo Aërengoll - Encontraremos a ese traidor, pues para vivir en la ciudad, sin duda alguna lo es, y pasa desapercibido.

El hombre de fe quedo esperando a que Gaelitos diese por terminada la reunion, queria dormir bien antes del viaje de vuelta.

Miraba el plano, intentando recordar los detalles, aunque en general parecia un sencillo mapa, sin secretos ni nada relevante.

Si descansemos pues, que mañana será un largo día, pero aun mas larga será la semana... ciertamente no tenia claro como acabaría esto, ni que le diría a la dama Aerewen si al fin nos topásemos con ella o si la guardia nos diera el alto, pues desde aquellos disturbios con los que ahora sabemos que son hombres pez, imagino que los soldados estarán mas alerta con las visitas extranjeras... pero bueno mañana Ulmo dirá...

Gaelitos da pues la reunión por finalizada, contentas las partes. Y os acompaña hasta uno de los salones de las catacumbas de los paladines de Salmar, donde un par de mortecinos hachones crepitan a cada lado. Después se despide de vosotros y se retira a sus aposentos. Vosotros hacéis lo propio, ya que desde dicho salón sabéis volver solos a vuestras habitaciones. Mas de camino, a Atandil se le ilumina la mirada y se para, esbozando media sonrisa. Entre curioso y travieso.

-No sé vuestras mercedes, pero yo creo que aún no hemos acabado aquí-os susurra Atandil enigmático-. Gaelitos no ha querido hablar de esos brujos, pero seguro que sabe mucho más de ellos de lo que nos hadicho; está claro que no quiere involucrarnos demasiado en el asunto, pues parece que está más allá de nuestras manos llegar tan alto -hace una pequeña pausa y os observa, a ver si compartís sus inquietudes; y sin daros tiempo a reaccionar, finaliza- Mas nunca se sabe, y aunque sólo sea curiosidad de bardo para después poder cantar odas de gestas ignotas, este hijo de su madre va a enterarse por otras vías...      

- No hagas nada de lo que puedas arrepentirte Antadil. Gaelitos es un claro aliado, no debemos inmiscuirnos en sus asuntos, mas de lo que ya lo hemos hecho. - dijo Aërengoll al bardo.

- Descansemos, mañana emprenderemos un largo viaje, durante su duracion pensaremos bien que contar y que no contar a Pelargir. encontraremos a ese traidor y descubriremos que trama el enemigo. - Y de la misma se marcho a dormir.

Atandil torció el morro, como un niño al que no le conceden un deseo que él considera accesible. Desde luego, en Aërengoll, la aventura y el riesgo no tenían cabida. Después observó a Erandil, también era un aburrido hombre de fe, mas los paladines eran mucho más intrépidos.

-Qué-le dijo finalmente, cuando el clérigo ya se retiraba a sus aposentos-¿a vuaced tampoco le hace saber más de esta intrincada misión? O al igual que al viejo -susurra con sonrisa burlona, señalando el camino que había cogido el clérigo-, obedecerás las órdenes sin esperar explicaciones... sólo pretendo hablar con alguno de los paladines, quizás haya suerte...-termina, besándose el dedo gordo como a modo de juramento.

... tras observar con detenimiento al intranquilo y curioso bardo.... y... bien Atandil, que es lo que en mente tiene su vuaced, para pronunciarme en uno u otro sentido... pues la verdad y como con sabiduría habla Maese Aerengoll, Gaelitos es nuestro amigo, nuestro aliado y nuestro salvador a ojos vista de los hecho acontecidos...
Pero he de decir que tengo interés en saber "algo" más sobre este enemigo del que desconozco prácticamente todo y al cual sin duda habremos de enfrentarnos...
Si lo que propones es honesto y legal contad conmigo... en caso contrario habremos de esperar a ver que nuevas nos trae Gaelitos en sus pesquisas...

-Pretendo-te contesta Atandil acercándose hasta tu oído para terminar la frase-... sonsacar a uno de estos valientes paladines, para ver si saben algo más de esos Brujos Rojos y de por qué le mudó la cara a Gaelitos cuando los recordó. O cuando le preguntamos sobre ellos -después vuelve a su posición original, enhiesto, el gesto heróico y la sonrisa de nuevo iluminándole la cara-. Como puede ver es para no inquietar a Gaelitos con preguntas intempestivas, ya que parecían escarvar en un pasado que no quiere recordar. O tal parecióme. Y todo es para que vayamos lo más informados posible para buscar a ese espía que de seguro ha tratado con los mismísimos brujos.

Finalmente, mira de una lado a otro del corredor para comprobar que seguís a salvo de oídos indiscretos. Y efectivamente, sólo se oyen las pisadas de Aërengoll perdiéndose a lo lejos.

ummm tras escuchar dicha propuesta... solo te acompañare para confirmar que tales son tus propósitos, y no los do hostigar sin quererlo a estos leales servidores de Ulmo, pues por el bien de esta misión se ha de ser lo mas discreto posible y no levantar suspicacias entre nuestras propias filas creo yo...

El bardo te golpea el hombro, franco.

-No se arrepentirá. ¡Vayamos!

Atandil se queda pensativo unos segundos. Después murmura algo por lo bajini, cómo elucubrando. ¿Dónde andaba el comedor?, que además daba acceso a una sala de guardia.

-Por ahí, dice finalmente, señalando el lado opuesto al que había tomado el clérigo.

Algo aun perturbado por la idea de poder llegar a molestar con nuestras pesquisas a Gaelitos o a cualquiera de los seguidores de la orden que aquí hay, sigo receloso al Bardo, por los pasillos hasta el lugar que parece buscar con ahínco...