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Capitulo 2: Un pajaro tonto

Tras aquella transmisión los profesores prohíben que usen el móvil en clase y suspenden las clases, aun así, desde las aulas y mientras se preparaban para marcharse pueden escuchar las sirenas de la ambulancia y de la policía. Aquellos primero que salen pueden incluso ver como meten una camilla en el vehículo medicalizado que sale a gran velocidad hacia el hospital escoltado por dos coches patrulla, un par más se quedan en el instituto, aparentemente interrogando a las testigos y examinando la zona, incluso un policía sale corriendo hacia el interior del centro, por lo que pueden escuchar en dirección a la azotea. Según informan los profesores las clase se iniciaran las clases el día siguiente quedando suspendidas por el resto del día.

Durante la tarde las noticias locales hacen mención a lo sucedido.

Y en otras noticias, hoy en el instituto Ayamoto de Morioka ha sucedido un accidente, una estudiante A. M. ha caído desde la azotea de este en una caída de unos 10 metros de alto, la estudiante que no ha trascendido si se ha caído por accidente o ha tratado de suicidarse ha sobrevivido al golpe y se encuentra recuperándose en el hospital central de la ciudad. En otro orden de cosas…

Al escuchar la teoría de "suicidio" que dan en las noticias la ira de Rin es bastante visible, su amiga no tendría razones para ello, alguien le a tirado desde ese lugar y él no descansaría hasta darle caza, tenía en su mente a dos sospechosas para iniciar Takenaka Mieko y Seto Maki, con la primera en principio no veía un posible motivo, pero Aoi Chan dijo conocer a la segunda de antes o saber algo de ella, y talvez logro recordar, y hablar con ella, aunque no se le ocurre nada que pudiera saber que fuere un motivo lo suficientemente fuerte para tal acto.

Respira profundamente y tomo un transporte directo al hospital, es muy probable que no le dejen verla, pero al menos le gustaría preguntarte a sus familiares sobre su estado y ponerse a sus órdenes si requieren algo, no les conocé muy bien, pero se han visto en algunas ocasiones, y espera que le recuerden.

Sota se había quedado en el aula, apoyando el hombro en la pared mientras perdía la mirada por la ventana. Veía las ambulancias salir del complejo y algunos coches de policía con la sirena visual encendida, parpadeando para delatar su presencia y haciendo que aquello fuera más real de lo que todos pensaban.

Había preferido quedarse allí antes que volver a casa, ¿motivo? Ni él lo sabía. En su casa estaba solo y no era precisamente por miedo, sino que quería asimilar todo lo que había pasado antes de moverse.

Estaba esperando a que la policía le interrogara si fuera necesario aunque tampoco tenía nada que añadir a la investigación, esperando sobre todo a que Yui o Aki salieran para hablar con ellas.

Minamoto no tenía apetito. Tampoco ánimos para seguir dando clase. Se encontraba aún asimilando lo que sus ojos habían visto, además, para más inri, la televisión estaba comunicando lo sucedido. 

Menos mal que estaba con su amigo, porque si no... Se sentiría sola. Sus compañeros parecían iguales como ella, dispersos. 

Me entero de las siguientes actualizaciones desde la oficina de Takeuchi. Le he pedido quedarme, hasta que me sienta mejor. Pero mi cabeza no deja de dar vueltas: por muchas historias de miedo que hubiera leído, nada se comparaba con haberlo visto en directo y conocer a la víctima. Refrescaba una y otra vez las noticias, mandaba mensajes a las de clase*, con tal de saber si estaba bien. No soportaba la idea de que pudiera morir. Puede que no se lo hubiera dicho nunca, pero estar con ella me hacía sentir... bien. Sobre todo en épocas de exámenes, intentaba al menos hablar con ella un rato antes de entrar a clase. Aunque solo habláramos de si lo llevábamos bien o no, era suficiente para destensarme. Ahora que lo pienso, es lo contrario a lo que me hace sentir Maki...

Las noticias de que Aoi se está recuperando en el hospital me hacen saltar de mi asiento. Me giro hacía Takeuchi, intentando recordar si tiene algún medio de transporte.

—¿Puedes venir conmigo?—suplico. No me gustaría tener que ir sola...

Nao seguía profundamente afectada por lo que había visto. Respiró a gran velocidad durante largo rato. Aquello que había visto la había hecho revivir recuerdos dolorosos.

Los profesores enseguida decidieron dar a los alumnos permiso para irse a casa. Nao no perdió tiempo: quería irse de allí cuanto antes.

Fue directa a su casa, todavía con cara pálida. Dejó sus cosas en su habitación y fue al lavabo a echarse algo de agua fría por la cara.

—¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clase? —preguntó una voz detrás de ella, fría y seca.

—Han… Han suspendido las clases… —respondió Nao con voz apagada—. Una compañera ha… se ha… Estaba cubierta… de… de… sangre… y… y… —Nao se hizo un lío con sus propias palabras.

La expresión de la madre de Nao pasó a una de desconcierto por unos segundos. Enseguida pasó a una más neutral, menos severa que antes. Probablemente porque tenía un buen motivo para no estar en clase. Aún así, no dio muestras de consuelo o apoyo.

—¿Qué es lo que le ha pasado? ¿Sabes si se recuperará?

—No… No lo sé… Creo que ha caído desde la azotea.

— Vaya. Qué desgracia. Mira que se les dice que no anden por las azoteas. Los jóvenes de hoy en día no hacen lo que se les dice y acaban pagando las consecuencias. Si fue ella sola, le está bien empleado. —Esta última frase fue cargada de aspereza. Nao sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo—. ¿Cuándo se reanudan las clases?

—Dijeron que mañana.

—Bien. Sería una pena que los alumnos saliesen perjudicados por la actitud de una niña rebelde. —enunció la madre tajantemente, y a continuación se fue sin decir nada más.

Nao pasó el resto de la tarde completamente abatida. Trató de hacer algo productivo, como estudiar, pero no lograba concentrarse.

Por la noche, durante la cena, vio en la tele la noticia de lo que había ocurrido. Aparentemente, la chica había sobrevivido, lo que hizo que Nao se sintiese algo mejor. Aún así, seguía afectada.

Cuando se acostó, no pudo dejar de dar vueltas a lo sucedido y tardó horas en dormirse. El siguiente sería un día largo.

Sata había estado realmente sorprendido ante lo que había visto, no lo dijo, pero se notaba que le impresionaba la frialdad de la chica que había grabado las imágenes, mientras las veía comentaba:

Es horrible…

Había preparado té caliente para Mieko y estaba preocupado por ella, sin embargo, cuando escucho las noticias en la televisión se quedó sorprendido:

¿Cómo? Que ha sobrevivido…

Rápidamente sus pensamientos fueron cortados por la pregunta de Mieko, este asiente mientras cogía las llaves de su coche:

Claro, vamos al hospital a verla, aunque no creo que podamos verla hoy, si se ha caído desde el tejado del instituto y encima ha dado contra esa mesa de hormigón tiene que estar muy mal, y se ve medio destroza… esto, perdona

Se dio cuenta que había metido un poco la pata, quizás por eso fue algo más rápido al hospital.

La pareja llega al Hospital Central de la Prefectura de Iwate en donde habían llevado a Aoi, el lugar parecía tener la actividad normal de un centro hospitalario. Algo que quizás podría sorprender a un extranjero era que no hubiese siquiera ningún periodista para al menos enterarse de lo que había pasado, sin embargo, todos saben que el intento de suicidio de un estudiante en Japón no era algo tan extraño.

Un coche patrulla estaba aparcado en la entrada del edificio y un policía parecía estar hablando con la recepcionista, no muy lejos estaba Murasaki Rin hablando con otra recepcionista

Rin llega al Hospital Central de la Prefectura de Iwate en donde habían llevado a Aoi, el lugar parecía tener la actividad normal de un centro hospitalario. Algo que quizás podría sorprender a un extranjero era que no hubiese siquiera ningún periodista para al menos enterarse de lo que había pasado, sin embargo, todos saben que el intento de suicidio de un estudiante en Japón no era algo tan extraño.

Al entrar en la recepción del mismo, un amplio hall donde había varias personas, Rin pude ver como un agente de policía parece hablar con una de las recepcionistas, la otra que estaba cerca es la que le habla:

Hola, buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle?

En ese momento se da cuenta que por la puerta del hospital entra Mieko acompañada por un hombre de cerca de los 30 años, aunque aún no los ha cumplido

Algunos alumnos se habían quedado en el aula aun, entre ellos Sota, Natsuki y Yuka, a los pocos minutos un inspector de policía con aspecto descuidado entra en el aula, lleva en su mano una libreta a la que da golpecitos con un bolígrafo. Al ver a los chicos allí enmarca una ceja, parece sorprenderse un poco, sin embargo, decide entrar y les observa unos segundos. En un tono cansado dice con una voz bastante ronca y seca:

Supongo que vosotros tres sois compañeros de la chica… Aoi ¿no?

Se acerca un poco a los alumnos, el hombre desprende un fuerte olor a tabaco y resulta un poco desagradable, tras mirarles unos segundos y sentarse en una mesa, concretamente en la de Mieko coloca un pie en la silla y dice:

Bueno se han llevado a vuestra compañera al hospital, pero ya que estáis aquí necesito que me contéis un poco sobre ella. ¿Por qué pensáis que se querría suicidar? ¿Alguien le hacia Bullying o algo así?

Levanta el bolígrafo y señala a los tres y añade:

Os recuerdo que ocultar información a la policía es un delito y que el Bullying también especialmente si hace que alguien intente suicidarse… bien, ¿me contáis que sabéis?

Finaliza poniendo una sonrisa que trata sin demasiado éxito de ser amable

El día había sido más complicado de lo que podría esperar en un primer momento, aparentemente sus padres parecía que no querían darle mucha importancia a lo sucedido, la TV comento lo que sucedió como una pequeña noticia, al menos según la noticia Aoi había sobrevivido, aunque sin duda, tendría grandes consecuencias y estaría durante muchos meses en el hospital, realmente la vida de la chica iba a ser en ese momento muy difícil y con total seguridad no podría recuperarse totalmente. Justo cuando esta por acostarse el móvil de Nao suena, se trata del número de Aoi que le llamaba.

Había sido un día desagradable y angustioso, pero al día siguiente las clases continuarían como si nada, así que Nao debía acostarse temprano. Estaba a punto de irse a la cama cuando su móvil sonó de pronto. ¿A quién se le ocurría llamarla a esas horas?

Tomó el móvil, y cuando vio el contacto que la estaba llamando, se quedó helada. «¿¿Aoi?? Pero, ¿cómo es posible?». Aoi no debía de estar en condiciones de hacer una llamada, así que… ¿Habría cogido alguien su teléfono?

Asustada, Nao descolgó el teléfono y, lentamente se lo acercó al oído.

—¿Di…? ¿Diga? —dijo, con un hilo de voz.

La expresión del rostro de Rin cambia al ver a Mieko, para él es una de las posibles culpables de lo sucedido y no puede ocultar su desagrado por ver su presencia en este lugar, pero la ignora y se dirige a la recepcionista.

-Buen Día, ¿Podría por favor indicarme la habitación de Aoi Mureyama?- espera que no le impidan el pasó, realmente está muy preocupado por el estado de su amiga y quiere saber cómo se encuentra.

Seguía apoyado en la ventana, observando el exterior cuando supo que alguien iba a entrar, y no precisamente por “habilidades extrasensoriales”, sino porque antes de la presencia del policía llegó el olor. Nunca le había gustado el tabaco, era una “droga” apestosa que lo único que te provocaba eran futuros problemas médicos, algo que prefería evitar a la larga. Apestoso. Aun así, quitando su espeso olor corporal, reconocía que tenía cara de buena gente.

Éramos compañeros, sí, pero apenas hablé con ella.- Llevaba con Aoi en la misma clase prácticamente desde el comienzo, pero su personalidad tan empollona nunca la atrajo y hacia que el contacto fuera estrictamente estudiantil, es decir, que sólo hablara con ella cuando necesitara unos apuntes o preguntar alguna duda de clase. Nada más.- No teníamos mucho contacto, así que no sé qué podría haberle llevado a querer suicidarse.- Era sincero. Tampoco se había percatado demasiado en la presencia de la muchacha, pero no recordaba ningún episodio que le hiciera sospechar.- ¿Bullying? – Intentó rememorar. Personalmente no había visto nada parecido a su persona, aunque tampoco le sorprendería que se metieran con ella.- Lo siento, no me suena nada parecido.- Negó con la cabeza, sintiendo no servir de ayuda en la investigación.

Una vez terminó de decir todo lo que sabía, que por desgracia era nada, intentó resolver la duda que le consumía y el motivo de quedarse allí.

Perdone agente, quería consultarle algo. La chica del story del Instagram… ¿le pasará algo? Es amiga y estaba esperando a que saliera, pensaba que estaría aquí.

El viaje en coche lo pasamos casi en silencio. No tengo mucho que decir aparte de las teorías que tienen Yuka y Haruka, antes de volver a sumirme en mis pensamientos. ¿Un suicidio...? ¿Lo estaba pasando tan mal? Y yo... no tenía ni idea. Había pensado en que quizás alguien la habría empujado, o que se habría tropezado. Todo menos... que lo hubiera hecho ella queriendo. No dejo de pasar de un chat a otro, escribiendo y borrando mensajes, hasta que desisto. No sé que decir. 

A medida que nos acercamos al hospital, me noto el corazón en un puño. Estoy a punto de pedirle a Takeuchi que pare y demos media vuelta, pero me contengo. Me gustaría verl- bueno, quizás no verla, pues temo su estado... físico, pero si saber más de ella.

Entro con Takeuchi y me sorprende ver a Murasaki en la recepción, aunque tiene todo el sentido del mundo. Los dos se llevaban muy bien... Me acerco despacio, pensando en las palabras que le diré. Pero cuando llego a su lado, solo me sale un triste...

—Hola...—trago saliva, e intento añadir algo más.—¿Cómo estás? 

Me callo demasiado tarde. Soy una idiota, qué hago preguntándole al chico si está bien... La respuesta debe ser bastante evidente...

En el rostro de Rin se pone rojo de irá y su mano se aprieta con fuerza en la mesa de la recepción, se está conteniendo de no gritarle a la chica, le parece un total descaro que este aquí, pero su lógica que anda gritando en su cabeza, si bien él la considera sospechosa del accidente, eso no la hace automáticamente culpable, respira profundamente e intenta aparentar amabilidad, pero falla de lleno:

​​-Muy bien, si me comparó a como debe estar Aoi Chan- dice con un tono claramente molesto y sin mirarle, sus ojos continúan mirando a la recepcionista en espera de una respuesta a su pregunta.

Al otro lado del teléfono se escucha primero una tos y después una voz que resulta muy familiar a Nao, se trata de la voz de Aoi, la voz de la chica sonaba cansada, pero aun así estaba claro que era ella:

Fujimura… disculpa por molestarte a estas horas… pero sé que tu seguro que me ayudas. ¿Puedo pedirte un favor? Es sencillo

La chica hace una pausa como esperando la respuesta de Nao, esta puede escuchar de fondo que hay movimiento, los sonidos normales de un hospital a esa hora, pero también una voz de mujer no muy lejos, aunque amortiguada que dice:

El doctor Seto ha dicho que no pueden verla hasta mañana señor inspector, que seguramente mañana recupere la consciencia y pueda hablar con ella

La enfermera empieza a teclear en el ordenador y finalmente dice:

Lo siento, está en cuidados intensivos y no se permiten las visitas en estos momentos

La enfermera responde de forma profesional, mostrando un leve y seguramente ensayado tono de disculpa, un tono usado seguramente en multitud de ocasiones para mostrar o al menos intentar mostrar comprensión.

Sata que había escuchado lo que decía la enfermera y el tono de Rin arquea una ceja y mira al chico:

Oye chico… no deberías usar ese tono con Mieko ni con nadie, deberías controlar tus emociones, no creo que a tu amiga Aoi le guste mucho que andes así.

Después mira a la recepcionista, inclina la cabeza levemente dice:

Muchas gracias por la información, ¿se encuentra bien la chica?

La mujer asiente y dice manteniendo ese tono profesional:

Esta inconsciente, no puedo decirle nada más, están ahora mismo operándola, nuestro personal es muy cualificado y sin duda harán todo lo posible por ella.

Sata asiente y mira a los dos chicos, suspira y añade:

Deberíamos apartarnos del mostrador, venga, vamos a la cafetería y os invito a algo para que os relajéis un poco y poder hablar más tranquilos y así esperamos un poco para tener más noticias si queréis, ¿vale?

Dice en un tono conciliador, mirando a ambos, aunque a Rin le dedica una mirada más dura que a Mieko, a la cual mira con comprensión.

A las preguntas del policía Yuka que tenía los ojos lloros y con un tono de bastante pena y aun en Shock responde:

Yo hablaba mucho con ella… es verdad lo que ha dicho Sota, no creo que sufriera Bullying o al menos en clase, era amable con todos y si alguien necesitaba ayuda se la daba

Hablaba mientras se sorbía la nariz, se notaba que le daba bastante pena la situación, mira al policía de nuevo tras frotarse un poco los ojos y añade:

A lo mejor estaba triste porque sus padres no están casi nunca en casa porque trabajan en China mucho tiempo… pero lo escondía muy bien… pobrecita