Partida Rol por web

Rin miro a Mieko a los ojos, el temor se reflejaba en los mismos, pero su expresión denotaba que intentaba hacerse el fuerte, de los tres ella se encontraba en la peor situación y esperaba que lograra superarla, sin decir nada tomo sus cosas y se fue a la habitación que le habían asignado.

—Pero… —Pese a que estaba claramente asustada, Mieko estaba dispuesta a compartir la habitación con Seto, con todo el peligro que eso suponía.

De todas formas, no parecía que hubiese forma de cambiarla de compañera, pues el director se negó en rotundo. Nao inclinó la cabeza con frustración. Lo bueno era que, de momento, no tendría que pasar apenas tiempo a solas con ella, porque en breve tendrían la comida y luego un paseo.

Antes de dirigirse a su habitación, Nao se acercó a Mieko y le susurró algo al oído.

—Ten cuidado. Pasa el menor tiempo que puedas a solas con ella. Ten la puerta de la habitación abierta. Luego bajamos juntas al comedor.

Después, Nao se dirigiría a la habitación que le habían asignado. Dejó sus cosas y se cambió rápidamente, y luego vigilaría disimuladamente la habitación de Mieko y Seto, para asegurarse de que no ocurría nada extraño. Una vez Mieko saliera, la acompañaría al comedor.

A pesar de haber intercambiado unas breves frases con Seto no se sentía del todo convencido pero, ¿qué más podía hacer? Suspiró sabiendo que aquello acabaría mal de alguna forma u otra, pero por desgracia él y todos eran espectadores de un espectáculo de demasiadas dimensiones, sólo tenían que esperar.

Nos vemos luego chicas.- Miró al grupo en general, pasando la mirada tanto por Mieko, Seto o Yui sin dirigirse a ninguna en especial antes de dar un par de pasos hacia atrás.- No os matéis antes de tiempo.- Sonrió con cierta ironía mientras se giraba, guardando una mano en su bolsillo y la otra agarrando con fuerza el asa de su mochila, siguiendo por detrás a Rin. Al fin y al cabo sería su compañero de habitación.

Tras acomodar las cosas en su lado de la habitación volteo para mirar a Sota, en su mente tenia muchas dudas y preguntas, pero se sorprendió a si mismo que de todo lo que había en su cabeza salieran estas palabras -¿Sabes cómo se encuentra Aoi Chan?- la confusión se arremolinaba en su cabeza.

Acostumbrado a los lujos que había heredado por la fortuna de sus padres, sintió una leve decepción por la habitación que le había tocado. Era habitable, tenía lo básico en realidad para pasar un par de noches, pero hubiera preferido algo más sofisticado y, si pudiera, individual.

En todo caso de nada servía quejarse, quitándose la mochila para dejarla en el suelo mientras sacaba parte de su breve equipaje para acomodarlo mientras se hacía a la idea de que habría un silencio incómodo hasta salir. Sin embargo, para su sorpresa, Rin parecía dispuesto a hablar, sacándole una sonrisa a Sota.

¿Quieres que te diga la verdad o prefieres que te decore la respuesta para que estés tranquilo? – Siguió sacando cosas de su mochila para dejar unos segundos de silencio, aunque teniendo en cuenta la relación que tenía el chico con Aoi podía ver que la preocupación era real.- Es broma.- Después de terminar, dejó sus pertenencias a un lado antes de incorporarse, pegando su espalda a la pared para mirarle mientras él terminaba de recolocarse.- Físicamente está en su mejor momento. Sin ofender.- Aclaró por si acaso, ya que aquella frase podía dar a una malinterpretación.- ¿Mentalmente? – Ladeó el rostro, meditando su respuesta.- Confusa, tal vez un poco asustada al no entender qué ocurre.- Guardó de nuevo silencio mientras se percataba que estaba más serio, queriendo responder con sinceridad. Pero tras esa pausa terminó por encogerse de hombros, quitando un poco de tensión.- Con todo eso la balanza supongo que quedará en un “bien”. De todos modos dale tiempo, quédate a su lado y no la presiones. Sólo necesita tiempo.

Sabia que la mente de su amiga no estaba en la mejor forma, aun una parte de si mismo se negaba a aceptar que ella hubiere podido saltar, aunque la idea de que alguien la arrojase de la azotea pudiere sonar menos tranquilizadora para otros, él preferiría que esa fuera la respuesta, sus ojos miraban el suelo.

Pero había otra pregunta rondando su cabeza, junto todo el poco valor de su cuerpo y se obligó a hablar -¿Qué tanto control tiene Seto San sobre ustedes?- lo miro a lo ojos por un momento, pero no fue capaz de sostener la mirada, no sabía cómo había logrado decirlo, ¿Qué diría su antiguo y asustadizo yo?, pero habían pasado ya tantas cosas, que sentía en cualquier momento terminaría enredado en la tela de Maki y si eso iba a pasar, ¿no es mejor al menos reunir algo de información?

No pudo evitar soltar una carcajada ante su pregunta, como si acabara de contar un buen chiste.

Déjame adivinar.- Se apartó de la pared para acercarse un par de pasos a Rin, intentando una confrontación directa al ver que ni siquiera era capaz de mantener la mirada sobre él. Le causaba bastante curiosidad lo que pasaba por su mente.- Te han dicho que Maki es una especie de monstruo que controla al resto con un poder misterioso, ¿me equivoco? – Tampoco le sorprendía que pudieran tener esa visión con lo que sabían o habían visto, aunque seguía siendo sorprendente siquiera pensarlo.- Nadie me controla, soy libre de hacer y decir lo que quiera. La única diferencia es que dediqué un poco de mi tiempo a conocer a Seto en vez de huir de ella, algo que os aconsejé desde un primer momento que hicierais.- Ladeó el rostro mientras dibujaba una ladeada sonrisa en sus labios.- Murasaki, ¿acaso me tienes miedo? No muerdo, es más estoy con vosotros. Mieko lo sabe.

Ya lo había dicho y no podía retractarse, lo miro directo a sus ojos, su mente seguía luchando contra todo lo ilógico que había sucedido en ese tiempo y el miedo continuaba expandiéndose -Vi la sangre negra en el callejón, tienes el virus creado por el grupo del Doctor Seto, probablemente ahora no puedas morir igual que no puede hacerlo Aoi Chan-

Al pensar en su amiga el dolor le consume dejando atrás el terror en su mente -Sabes, ella intento suicidarse en su casa varias veces seguidas, cuando entre, vi su baño, estaba lleno de esa sangre negra- se encogió en su posición -Si hay alguien que no es capaz de aceptar tan fácilmente lo que esta pasando soy yo, es ilógico y totalmente opuesto a cualquier ley de la física o la biología, pero lo he visto con mis propios ojos-

Por un momento la decisión tomo el control del chico -Ese virus trajo de vuelta a Seto San luego del accidente con el bus, también lo hizo con Aoi Chan luego de caer de la azotea, el asistente del Doctor iba hablar, pero lo arrojaron por las escaleras y ahora en esta en coma, en el hospital estaba hablando con el doctor, quería evitar que Seto San continuara propagando el virus, estaba preocupado porque las cosas se estaban saliendo de control- dejo caer lentamente su mirada -todo es un caos y ella siempre esta en el centro de todo eso-

Su fuerza de voluntad se desvaneció por completo, ahora parecía un niño pequeño y no un adolescente.

El profesor confirma lo inevitable. La decisión está hecha. Es raro pensar que a ojos de los demás, es una pequeña petición para que dos amigas estemos juntas. Pero noto en el ambiente, de manera más o menos directa, la tensión y la preocupación de quienes saben lo que de verdad está pasando. 

Agarro mi maleta, dispuesta a seguir a Rin, cuando me intercepta Nao para susurrarme al oído. Mi única respuesta es un asentimiento de cabeza, los ojos fijos en los suyos. Una promesa sin palabras de que lo haré.

Desvío la mirada hacía Sota al oír su despedida. Apenas me ha mirado, pero sus palabras parecen destinadas hacía mí. ¿Es esto un juego para él? Porque el recordar lo que está en juego hace que mi previa convicción flaquee, y por un momento, temo que Nao pueda verlo.

Así que antes de que eso ocurra, abrazo a Nao y me acerco a su oído, donde susurro:

-Tú cuídate también. No bajes la guardia.-y con la misma rapidez, avergonzada por mi repentino impulso, me separo de ella y marcho en búsqueda de mi nueva habitación. 

¿Nunca te dijeron que espiar a la gente estaba mal? – Había intentado asegurarse de que no hubiera nadie por los callejones pero parecía que su sentido le había fallado. Aunque bueno, teniendo en cuenta que estaba mucho más “ocupado” en otras cosas que en vigilar, podía permitirse ese nuevo fallo.

Siguió escuchándole, más bien dejando que se desahogara y soltara todo lo que llevaba dentro, como si fuera una especie de psicólogo. Sin embargo en algún punto Sota enarcó una ceja, mostrando una leve confusión.

¿Hubieras preferido que Aoi muriera? Ambos sabemos que no hubiera sobrevivido a la caída. – Era una pregunta seria teniendo en cuenta lo que exponía.

Levantando su rostro y miro a Sota, su expresión había cambiado, sus ojos ardían como si fueran fuego -¿Qué si hubiera preferido que muriera?- se levantó, se sentía indignado y se acerco al otro chico -La verdad hubiera preferido que lo que paso en la azotea no hubiera pasado, preferiría que ella pudiera decidir si lo que desea es el fin, preferiría verla feliz y no siendo solo una marioneta del demonio al que llamas Maki- lo mira con gran odio y luego camina hacia la salida, pero antes de irse, voltea para decirle -No sé qué traman tú y tus amigas, pero daré hasta mi vida para detenerles- sin esperar respuesta salió del lugar.

Es una pena que no quieras escucharme porque realmente intento ayudaros.- Suspiró viendo que aquella discusión no llegaría a nada a pesar de sus intentos, dejando por concluida la conversación ante su marcha.- Suerte Murasaki. Te hará falta.

Esperó a que se marchara, queriendo escuchar sus pasos alejarse antes de saliera también de la habitación perdido entre sus pensamientos.

Yuka entra en la habitación y mientras deja las cosas dice a su compañera:

Bueno, parece que va a ser agradable este sitio, una pena que haya llovido… bueno, supongo que con un poco de suerte no volverá a llover y podremos hacer todas las actividades.

Se sienta en la cama y dar un par de saltos y añade mientras trastea con su movil:

Vaya… esta cama es muy cómoda, jeje. Oh… no funciona el móvil… parece que no tengo ni cobertura ni internet, que raro

Al llegar a la habitación Maki estaba allí, la chica había dejado su maleta sobre la cama de la derecha y estaba colocando una pequeña caja de música en la mesita de noche, al ver entrar a Mieko la observa y se sienta en la cama:

He tomado esta cama… espero que no te moleste

Maki observa a Mieko durante unos momentos en silencio, no parecía tener prisas en moverse, sin embargo, se pone de pie y empieza a cambiarse para ponerse la ropa de deporte con tranquilidad

Rin es el primero en llegar al comedor, es un lugar bastante amplio, algunos alumnos de otras clases ya habían llegado, sin embargo, los de su clase no lo habían hecho aún, pero si los profesores. Tras un par de minutos Aoi llega caminando con Yuki, Aki y Yui a su lado. Poco después llega Sota que puede ver lo mismo que Rin

Al llegar al comedor no pudo evitar echar un rápido vistazo, no precisamente para cotillear la disposición de la sala sino para comprobar las personas que habían llegado y sobre todo las grandes ausencias. Pensó si regresar sobre sus pasos para esperar en el pasillo pero al ver al grupo de Yuki reunido prefirió matar el tiempo de espera, acercándose a ellas.

Algo me dice que va a ser un día aburrido.- Mencionó en voz alta mientras se colocaba entre Yui y Aki, aunque sin dejar de mirar el pasillo de entrada ya que al fin y al cabo eran sus amigas desde que llegó a ese instituto.- ¿Queréis luego dar una vuelta? Me apetece un poco de aire fresco.

Rin solo permanece algo alejado de todos, su expresión es algo confusa una combinación de enojo y terror, cuando Sota habla reprime el intento de mirar hacia donde esta, pero no puede evitar fruncir su ceño.

Parece completamente inmerso en sus pensamientos, tanto que no se a molestado ni en comprobar si Mieko o Nao están es ese lugar.

Sota hizo un comentario extraño, que podría tener segundas intenciones, pero lo más probable era que no tuviese importancia, o eso creía Nao.

Muy a su pesar, debía dejarla sola, al menos durante un rato. Antes de separarse, se acercó y la abrazó inesperadamente. Nao se lo devolvió, lo que dejó un momento muy emotivo. Una vez se soltaron, asintió ante lo que le decía y fueron cada una a sus respectivas habitaciones.

Nada más entrar, dejó su maleta y organizó sus cosas rápidamente. No prestó demasiada atención a lo que le decía Yuka. En su cabeza solo podía pensar en Mieko y Maki, preguntándose si estaría a salvo.

Sin embargo, hubo algo que sí le llamó la atención.

—¿No… No hay cobertura? —murmuró, preocupada.

Sacó rápidamente su móvil y comprobó que, efectivamente, no había línea. No podría llamar ni enviar mensajes. Aquello hizo que le dieran escalofríos. Todo en aquel viaje le había dado mala espina, pero cada vez se sentía más intranquila.

—Yo… Lo siento, tengo algo que hacer. No vemos en el comedor —dijo, antes de hacer una pequeña reverencia y salir de la habitación.

Tal como había dicho antes, se acercó a la habitación de Maki y Mieko, y se quedaría fuera, esperando a Mieko y atenta a que no ocurriera nada malo.

-No, no me importa.-dejo mis cosas sobre la cama sin ocupar, notando que me mira en silencio. Si me está intentando poner de los nervios, lo está consiguiendo. Pienso en que el mejor plan será ignorarla, hacer como si nada, pero me llama la atención la caja de música de la chica. Un objeto tan pequeño y simple, pero que me hace pensar en la historia de Seto-san más allá de su vida pos-muerte.

-¿Funciona?-pregunto señalándole la caja, y entonces veo que se está empezando a desvestir, preparándose para la excursión. Rápidamente le doy la espalda, y al notar la puerta abierta, se la cierro para darle intimidad. Y el momento en el que cierro la puerta, la ilusión se rompe. La puerta debía estar cerrada por mi seguridad, porque a pesar de tener una caja de música,  Seto-san no es una chica normal y yo estoy en peligro. 

Y aún así, no soy capaz de volver a abrirla, ni de volverme hacía ella para vigilarla. Estoy atrapada, con la mano en el picaporte y el oído vigilando cualquier sonido que pueda indicarme que se me acerca por la espalda, o que ya ha acabado de cambiarse y puedo girarme hacía atrás. Es estúpido y no puedo creer que me esté haciendo esto, pero a pesar de todo, no puedo no tratarla como trataría a cualquier otra chica. Y entonces pienso en Nao y Rin, y un poco en Sota, y lo que pensarían de mí si justo ahora Seto-san me atrapara, si después de asegurarles que todo estaría bien, yo cayera. 

Mis dedos sueltan el picaporte poco a poco, todavía temerosa de lo que pueda ocurrir. Me giro hacía Seto-san, con la mirada clavada en el suelo, buscando la posición de los pies de la chica. No necesito (ni quiero) ver nada más. Solo saber dónde está en cualquier momento, advertir que no se me acerca mientras yo no la veo, a la vez que me dirijo despacio hacía mi cama a por la ropa que llevaré a la excursión.