Partida Rol por web

Aoi sonríe levemente y niega ante las palabras de las chicas:

No lo habéis entendido… todos los que estamos contagiados hemos muerto. La muerte es la que ha activado esto, a mi me contagio Maki el primer día de clase… estuvimos en la azotea y me beso… pero no fue hasta que me lanzo por la azotea que no me contagie realmente. La oscuridad no es controlada por ella, es una oscuridad que sientes al morir, un monstruo que te rodea y justo en ese instante despiertas… pero ya ha tocado tu alma y la ha contaminado, Maki solo sabe como hacer uso de esa oscuridad

Se toca el pecho y a continuación empieza a hablar de nuevo:

Yo he aprendido a controlar ese impulso… esa bestia que constantemente escucho en mi interior que me pide que me descontrole, incluso ahora la escucho… me pide que os mate… que os contagie y os mate de mil formas… haciéndoos mucho daño, pero yo he podido aprender a controlarla y dominarla… y es agotador.

La chica sonríe levemente y dice:

Maki sabe que yo no estoy con ella, por eso siempre me mantenía vigilada, yo puedo hacer lo que ha sugerido el señor Sata e ir a la casa cercana que había en la entrada, allí había teléfono fijo y podre llamar a la policía, pero creo que vosotros sois los que tenéis que ocuparos de Maki.

Aoi se acerca y toma un par de inyectables y dice:

Solo Maki sabe que no estoy con ella, pero por si es necesario me llevo uno… el que sobra…

Mira a Rin y le sonríe con gran dulzura y amabilidad y dice:

Quiero descansar

Con gran esfuerzo Sota empieza a marcharse de allí ante las risas de las dos chicas, Aki se acerca a el con su arma y dice:

¿Quieres huir? Pero si aun no hemos terminado de divertirnos

Propinándole de nuevo un golpe, aunque en esta ocasión Sota logra evitarlo en gran medida, poco a poco va saliendo aunque sigue recibiendo golpes Es entonces cuando sale de allí y ve una escena dantesca, de película de terror, sus compañeros y compañeras corren de un lado para otro, los que no están contagiado huyendo de los primeros que tratan de contagiarles o matarles hay sangre de varios colores por todas partes, realmente todo es un desastre

El chico mira al suelo -Lo sé, debe ser horrible para ti soportar todo esto- una lagrima cae de su rostro al suelo, vuelve su miranda a Aoi y dice -Sabia que tu no habías saltado, de los dos tu eres mucho mas fuerte- la abraza por ultima vez -gracias por todo y espero algún día nuestras almas puedan volver a encontrarse- al separarse sus lagrimas corren y su rostro sonríe con amargura.

-Nosotros detendremos a la oscuridad que hay en Seto San y evitaremos que alguien mas tenga que sufrir igual que ustedes-

El tiempo se agotaba, y ya no sabía si era porque desconocía el aguante que tenía su nuevo cuerpo o la rapidez de los “no infectados”, pero en cualquier caso era consciente de que perder un solo segundo podría ser fatídico para todos.

Gruñó ante un nuevo golpe, impulsándose hacia delante y abriendo la puerta de la entrada de la cocina, el lugar donde quería ir y donde parecía que la cosa no estaba mejorando. Aun así, haciendo acopio de las fuerzas que todavía sentía, y sabiendo que las chicas estarían siguiéndoles, corrió hacia los fogones para abrir la llave de todo lo que hubiera con tal de que el lugar se llenara del máximo de gas posible.

Estáis a tiempo de iros chicas. Esto no va a ser agradable para ninguno.

Parece que soy la única pensándose dos veces lo de matar a Maki. Nao opina, al igual que yo, que los contagiados puedan ser salvados, pero ahí termina la similitud de nuestros pensamientos. Me intenta hacerme entender que Maki ya está muerta,  y yo me quedo callada, incapaz de darle la razón o de contraargumentar. Aunque en cierta manera entiendo a que se refiere, pienso en la caja de música que había en su cuarto. Aquel detalle de humanidad que vimos. Ya había muerto, ¿pero acaso no había vuelto a ganarse su vida? Sus planes eran terroríficos y malvados, pero... ¿seguro que no había alguna otra manera?

Aoi sigue explicándonos el alcance del poder de Maki. El como murió, el como usa a los contagiados. Como Aoi quiere descansar, y lo que ello supone... Rin se acerca a la chica y la abraza, despidiéndose de ella. Me sorprendo intentando luchar para no echarme a llorar yo también.

-Entonces, si lo he entendido bien, tenemos que matar a todos nuestros compañeros, porque solo aquellos que no estamos contagiados podemos sobrevivir. Vamos a tener que ir a sus funerales y ver a sus padres y familiares llorarles. Solos nosotros tres.-se me hace un nudo en el estómago al pensar en cuando no estaban contagiados. Sus caras, sus sonrisas, las bromas y comentarios en clase. Y ahora, Aoi nos pedía morir.

Yo era la delegada. Yo era la representante de los alumnos del curso, la intermediaria entre ellos y los profesores. Quién debía ayudarles. Año tras año, los había conocido a todos, uno por uno. Quizás no tanto como me habría gustado, pero ahora me daba cuenta de que siempre los había considerado que eran mi responsabilidad. En como lo había dejado de ser por razones que ahora veía completamente egoístas. En como no había hecho lo suficiente para detener a Maki.

-¿He condenado a la muerte a todos nuestros amigos, compañeros y profesores?

Me detengo delante de Sata, y me lo quedo mirando, buscando en él una respuesta. Mi pregunta es sincera, pero con doble filo. Aprovechando que sus ojos están en los míos, le quito uno de los inyectables, y tras responderle a Aoi:

-¡Tiene que haber otra manera!

...echo a correr hacía la puerta.

El discurso de Aoi fue descorazonador. La bestia trataba de obligarla a hacer daño a todos, pero ella era más fuerte. Pese a que debía usar todas sus fuerzas, continuaba resistiéndose. Y no solo eso: además estaba aceptando su muerte. Estaba dispuesta a perecer de forma definitiva para no hacer daño a los demás.

Nao clavó la mirada en el suelo. Las lágrimas luchaban por brotar de sus ojos. Era todo tan injusto… Aoi era una auténtica heroína, pero no podían hacer nada por ella.

El arrebato de Mieko hizo que Nao la mirase con el rostro descompuesto. Sus palabras le hacían darse cuenta de lo horrible de la situación: Todos sus compañeros estaban muertos. No podían salvarlos.

A continuación, Mieko salió corriendo, ante la atónita mirada de Nao. ¿En qué estaba pensando?

—¡Takenaka-san! ¡No! —exclamó, e intentó agarrarla del brazo para que no se fuera.

¿Tendría ella razón? ¿Habría de verdad otra manera? Nao quería pensar que sí, pero Aoi aseguraba que no la había. Y si ella lo decía, tenía que ser cierto.

Aoi sonríe a Rin y dice:

Gracias… aun podéis salvar a mucha gente. Los contagiados deben estar contagiando o nantando a los que no lo están. Maki seguramente este en donde dio el discurso protegida por los profesores o por Aki y Yui

Mira a Mieko y niega mientras dice:

No… no todos, no todos están contagiados que yo sepa han venido dos autobuses completos y Maki no los ha contagiado a todos, ella quiere contagiar ahora a todos los que pueda para tener su pequeño ejercito e ir a la ciudad y matar o contagiar

Cuando Mieko sale corriendo hacia la puerta Aoi no hace nada, simplemente mira a los demás y dice:

Todos tenemos algo que hacer… tened cuidado

Mira a Rin y sonríe:

En otra vida o en el mas allá seguro que nos volveremos a ver. Prometeme que seras feliz

Sata mira a Mieko y dice:

Es como ha dicho Aoi, tenemos que salvar a todos los que podamos. Espera Mieko espera

Rápidamente se hecha encima una de las mochilas y coge un inyectable, mira a Rin y a Nao y dice:

Es duro… pero tenemos que hacerlo, pensad en lo que ha dicho Aoi… Rin toma esa mochila, esta llena de inyectables… tened cuidado. Si inyectáis a alguien que no este contagiado solo sentirá nauseas durante un par de días, tened cuidado.

Tras aquello sale corriendo detrás de Mieko.

Cuando Mieko sale ve una escena dantesca, sangre por todas partes, incluso algunos miembros cercenados. Gritos se escuchan por todas partes y a lo lejos puede ver como algunos alumnos parecen huir de otros, es justo en ese momento que Haruka aparece, la chica tiene sangre negra en la nariz:

Ah que susto Mieko… ¿estas bien? Menos mal… corre no te quedes ahí, tenemos que huir, vamos

Se disponía a agarrarla cuando se pasa un dedo por la sangre negra quitándose en gran parte:

Venga… es tinta… si te lo pones se creen que eres de ellos y no te hacen nada… vamos, tenemos que irnos

Aki es la que habla a Sota en esos momentos:

Idiota… no te das cuenta que si haces eso tarde o temprano nos vamos a recuperar… y tu también, pero a los que quieres proteger a esos humanos que corretean por ahí

Dice mientras con su arma señala a algunos alumnos que parecían no estar contagiados y trataban de huir de allí o incluso enfrentarse a los contagiados

Ellos no van a resistir a lo que quieres hacer… ven y divirtámonos

Estaba buscando ya una caja de cerillas cuando escuchó las palabras de Aki, notando que su cuerpo se paralizaba. Mierda. ¿Tenía miedo? Por supuesto, y más que importarle la muerte de los que estaban a su alrededor le preocupaba la suya. Podía considerarse egoísta, pero no dudaba que aquello dolería demasiado, aunque luego las células de su cuerpo se restauraran.

El lugar olía a gas y su heroísmo se estaba diluyendo tan rápido que casi parecía querer regresar junto a Maki, pero hacerlo significaría dejar que su cabeza se despegara de su cuerpo. Joder, menuda excursión.

Queriendo dejar una mesa por medio entre su amiga y él, se agachó lo suficiente como para apoyar sus brazos en la superficie de manera ocasional, informal, no sin antes escupir un poco de sangre que tenía en sus labios.

Tenemos conceptos distintos de diversión.- Miró de soslayo a los humanos que quedaban, queriendo por primera vez tener poderes mentales para gritarles con telequinesis que huyeran de allí lo más rápido posible.- Me da igual morir.- Soltó una sonrisa nerviosa.- Bueno, en realidad no, pero me aterra más que nos volvamos como zombis sin cabeza matando a todo humano.- Respiró hondo, preguntándose cuánto tardarían sus huesos en restaurarse para dejar de sentir esas punzadas de dolor.- Te propongo un trato.- Se incorporó, llevándose una mano en el pecho, justo a la zona donde le habían apuñalado. Seguía siendo extraño verlo.- Di que me has matado y me iré.

Os daré tiempo a que podáis terminado con lo que sea que tenéis aquí y a mí a buscar una manera más eficiente de acabar con esto.- Sabía lo que estaba proponiendo, una locura, pero ahora el mundo ya no tenía ningún tipo de cordura.- No digas que no tienes curiosidad de saber quién lo logrará antes.

Pese a que intentó tomar el brazo de Mieko para que no se fuese, ésta fue demasiado rápida y se escabulló sin que Nao pudiese impedirlo. Observó consternada cómo cruzaba la puerta.

Por lo que decía Aoi, no todos sus compañeros habían muerto aún. La situación era horrible, pero no había nada que pudiesen hacer ya por ellos. Mieko parecía creer que había alguna manera de salvarlos, pero, al parecer, estaba equivocada. Lo mejor que podían hacer era detener a Maki cuanto antes y salvar a todos los que pudieran.

Después de que el periodista saliese de la habitación, Nao se giró hacia Rin, con la cabeza ligeramente inclinada y evitando mirarlo directamente a los ojos.

—Deberíamos ir tras Mieko. Se ha ido sola. Y no lleva ninguna inyección —dijo con voz queda.

Si Rin se la ofrecía, tomaría una de las jeringuillas y la sostendría firmemente en la mano. En cualquier caso, Nao saldría de la habitación en busca de Mieko.

Toma cuatro inyectables de la mochila, le pasa dos a Nao y se queda con dos en las manos, luego se pone la mochila.

Mira a Aoi, sus lagrimas aun bajan por su rostro, pero sacando fuerzas le dedica una sonrisa -Ten cuidado- dice sin darse cuenta de lo irónico de sus palabras, le pasa su celular -En los contactos está el número del detective Jin Kashiwagi, puede que si hablas con él sea más probable que te crean y envíen a más oficiales-

Mira a Nao -Vamos, debemos alcanzarlos e idear un plan, no podemos actuar solo por instinto-

Comienza a salir del lugar, pero se detiene en la entrada y mira a su amiga una ultima vez, sin saber si la volverá a ver con vida -Jamás te olvidare y siempre te llevare en mi corazón, Adiós Aoi Chan- conservaba la sonrisa que le había dedicado hacia poco, al darse la vuelta para continuar el dolor le invadió y las lagrimas volvieron a caer, pero estaba seguro que ese sentimiento seria su fuerza, no permitiría que alguien mas tuviera que sufrir como lo había hecho ella.

Noto que alguien me intenta agarrar del brazo, pero no me detengo. Al otro lado de la puerta, me detengo al ver la cruel escena delante de mí. Doy un paso hacía atrás, ahogando un grito tapándome la boca. Hay un brazo cercenado abandonado delante de la puerta, y algo más allá, Haruka. Veo la sangre en su nariz, y sé bien lo que significa. Pero cuando me habla, la noto como siempre. Hasta me explica que lo de la nariz es tinta, y que no está contagiada de verdad. ¿Es que puede hacerse pasar por uno de los no contagiados? ¿O dice la verdad?

-¿Entonces estás bien?-la agarro de los brazos, mirándola bien. Abrazo a Haruka, genuinamente contenta de la noticia. Parece que Aoi no se equivocaba cuando dijo que no todos estaban todavía transformados.

Veo salir a Sata y sin perder tiempo, cojo de la tinta ofrecida por Haruka y me la pongo. Luego se la ofrezco a Sata, indicándole así el plan de la chica. Si eso evita que cualquiera de nosotros acabe como el propietario del brazo en el suelo, no haré más preguntas. 

-¡Mira, podemos hacernos pasar por ellos!-le explico antes de volverme hacía Haruka. Nos pide huir a otro lado, pero yo también tengo algo planeado.-¿Adónde ibas ahora? ¿Has visto a Sota-san?

Haruka parece algo sorprendida de ver a Sata, pero rápidamente responde a Amaya:

La ultima vez que le vi parecía herido y corría a la cocina… las dos Yankee le seguían, pero estaba herido… esto es demasiado raro… no se que es lo que le ha pasado a todo el mundo

La chica parecía que realmente estaba asustada y tenia intenciones de salir de allí

Sata se coloca la falsa sangre y mira a Mieko:

No vuelvas a hacer eso, me has asustado bastante… .

Mira a Haruka y dice:

¿Has visto la puerta por la que he llegado? Entra ahí y no te muevas, no le abras a nadie y toma…

Le da una de las inyecciones y dice:

Si entra alguien que de verdad este contagiado con esa sangre pinchale con eso y lo mataras… si te contagian, tienes que pincharte rápidamente, es la única forma de salvarte

Haruka que parecía que iba asustandose por momentos asiente a las palabras de Sata

La chica no pudo evitar soltar una carcajada mientras decía:

¿Dejarte marchar? ¿Porque? Tengo todas las de ganar y sabes que no podemos morir… no hay nada que nos pueda detener.

La sonrisa de la chica parecía la de una autentica maniatica mientras daba golpecitos con su arma en la mesa:

No… no… no voy a darte una oportunidad de que nos detengas

Aki salta sobre la mesa en dirección a Sota el cual por el rabillo del ojo puede ver que algunos de los chicos han salido, pero otros parece que han decidido esdonderse en la cocina, a fin de cuentas parece que unicamente están el y Aki como infectados en esa zona

Al salir de allí la escena es dantesca, se escuchaban gritos por todas partes, había sangre en todas partes e incluso algunos de sus compañeros estaban muertos en el suelo. Mientras caminan puden ver un brazo amputado de alguien tirado en el suelo.

Es justo en ese momento que escuchan unos pasos, se tratra de Yui, la chica lleva un cuchillo en sus manos y sonriente habla canturreando:

Os he vistooo. Jajaja. Que bien… el rarito y la calladita. Vaya, que pena que Aoi no te ha convertido besandote ¿verdad?… pero es normal, no eres mas que un friki rarito… tu…

La chica mira con deseo a Nao y dice:

A ti si que te quiero… ¿sabes? Siempre me has gustado… como rollo pero… ahora… umm se me hace la boca agua de verte…

La chica comienza a acercarse con una sonrisa de maniaca y esgrimiendo el cuchillo que lleva en la mano.

Las palabras de Sata de repente me recuerdan a un padre. Un padre preocupado, quizás enfadado, pero que lo deja claro sin gritos ni hacerme sentir culpable. Una manera mucho más efectivo, descubro, a la hora de hacerme querer arreglar la situación. 

-Lo sé, perdón... Pero tú me entiendes, ¿verdad? No puedo dejar que mueran todos... Y no hay apenas tiempo...

Sata le da una de las inyecciones a Haruka y le recomienda esconderse.

-Espera, Haruka. También puedes ir con Rin y Nao. Enséñales el truco de la sangre falsa, están por ahí.-y le señaló la puerta correspondiente.-Están con Aoi, pero es de las nuestras. Y también están armados.-y me giro hacía Sata.-Nosotros deberíamos ir con Sota-san. Si está herido y acorralado, necesitamos ayudarle. Él nos ayudo antes.

Mira por un momento a Nao, por lo poco que ha visto de ella en estos días esta seguro que debe estar aterrada, camina para ponerse entre ella y Yui, siente el temblor en sus piernas, sabia que debía enfrentarse ellos, pero ha sido muy pronto y no cuenta con el factor sorpresa, mueve sus manos lejos de la vista de la chica infectada, tratando de evitar llamar su atención a ellas y empuñando con fuerza los inyectables.

-Lamentablemente ella reúsa ser parte de tu comunidad- intenta sonar sin miedo, pero esta aterrado y su voz se quiebra, su mente va a mil, su cuerpo segrega adrenalina sin parar, su respiración es acelerada, pero intenta aguardar el momento preciso, dejarla a ella hacer su movimiento, luego intentar esquivarlo, para finalmente contraatacar clavando un inyectable.

“¿Este será mi fin?” piensa.