Partida Rol por web

Le quitas la gracia.- Estaba claro que no iba a funcionar, pero al menos quería haber dado la oportunidad de los que pudieran a escapar… ¿¡Por qué coño queda gente aquí dentro!? Intentó esquivar el salto de Aki mientras agarraba unas cerillas, no teniendo ya demasiado tiempo de pensar.- ¡¡SALIR DE AQUÍ U OS MATARÉ!! – Gritó hacia los que habían decidido esconderse en la cocina, esperando que recapacitaran.

Pero tampoco podía estar esquivando todo el día y desconocía si Maki seguía dentro del edificio por lo que dio un único minuto a que se marcharan antes de encender la cerilla con el gas encendido.

—Sí. Tenemos que darnos prisa —contestó Nao, preocupada.

Viendo la emotiva despedida entre Rin y Aoi, casi se le escapó una lágrima. Pero la situación era demasiado tensa para pensar más en ello.

—Adiós, Mureyama-san… —Se despidió apresuradamente, antes de salir de allí.

Lo que encontraron fuera fue horrible, mucho peor de lo que ella se imaginaba. ¿Dónde estaba Mieko? ¡Debían encontrarla lo antes posible! Sin embargo, se encontraron con un obstáculo en su camino.

Inmediatamente, Nao se quedó paralizada de miedo. ¡Llevaba un cuchillo! ¡Y debía de ser tan fuerte como Maki! ¿Qué podían hacer?

Oyendo las palabras de la chica, Nao se quedó perpleja e incrédula. ¿Estaba diciendo que… le gustaba? Nunca había oído algo como eso, y menos de una chica. No sabía cómo responder.

—P…Por favor, déjanos en paz —suplicó.

Quería evitar peleas si era posible. Sin embargo, agarró una de las inyecciones con fuerza, por si la chica se abalanzaba sobre ellos.

Sata asiente a las palabras de Mieko mientras se recoloca bien la bolsa:

Si… quizás el como Aoi pueda ayudarnos.

Ambos ven como Haruka se marcha corriendo de allí y Sata se dispone a caminar, cuando dos chicos aparecen, el hombre que parece mas rápido de lo que aparenta consigue inyectarles el liquido sin que se den cuenta. Tal y como le padre de Maki dijo apenas tardan unos segundos en paralizarse y caer al suelo, pero la pareja no se detiene, tienen que llegar a la cocina. Al llegara la cocina pueden ver a Sota con unas cerillas mientras parecía esquivar a Aki, aunque quizás por el despiste de que ellos llegan esta ocnsigue darle un fuerte golpe con un bate

Aki falla el ataque mientras que Sota la esquiva con cierta dificultad, pero justo en ese momenot algo llama la atención de Sota, Sata y Mieko entran en la cocina, el hombre lleva una mochila llena de algo y en las manos lo que parecen ser inyectables, de los cuales la chica lleva uno en la mano.

Pero Sota siente un fuerte golpe en el costado, es el bate de su compañera de clase que le ha alcanzado con fuerza

Yui mueve el cuchillo y lo coloca cerca de su cara, los dos pueden ver que tiene sangre, pero la sangre no era roja, era negra y sonríe:

A ti puedo dejarte pasar… pero tendrás que pagar un peaje… con un beso sera sufiente… en cuanto a ti

Dice mientras mira a Rin, es entonces cuando sin mediar palabra se lanza contra este con el cuchillo preparado, el chico a duras penas consigue esquivar a la chica que le hace un pequeño corte. Sin embargo, ha sido demasiado rápida para el y no ha conseguido clavarle el inyectable. Ahora Yui esta entre ambos, mirando a Nao a la que se acerca caminando con una sonrisa desencajada

Su corazón late a mil, ha recibido una herida, pero si apenas siente el dolor en este momento, la adrenalina que corre por su cuerpo en este momento lo amortigua, pero no lo hará por mucho tiempo, pero ahora no hay tiempo para dudar.

Mira a Nao directamente, en sus ojos luchan el miedo y la decisión, en un intento desesperado hace un gesto a su compañera, hay que aprovechar la ocasión, la información es poder y por lo que Aoi les conto podía intuir que el virus explota sus emociones y nubla su razón, pueden usar eso a su favor.

Empezó a moverse lentamente para salir del campo visual de su atacante y flanquearla, esperando que su atención se centrara en Nao, si en el peor de los casos se volvía hacia él y le atacaba nuevamente le diera la espalda a Nao y ella pudiera contraatacar.

Al ver entrar a la ex delegada no pudo evitar soltar un chasquido con su lengua, molesto mientras tiraba la cerrilla que había intentado encender. Si Maki ponía intención podía entender lo que había intentado hacer, el calor olor a gas por toda la cocina y la caja de cerillas en sus manos.

¡Arg! – Distraído por la presencia de ambos, no se percató del golpe directo en su costado, torciendo el cuerpo mientras soltaba un quejido de dolor. Pero de alguna forma ese golpe le había servido para reaccionar, girándose hacia Aki para intentar agarrarla e impedir que se moviera.- ¡Maki está dentro, corred! – No sabía lo que tenían pensando pero esas jeringas parecían ser las que pondrían punto y final a esto, queriendo darles tiempo.

Me alivia ver como Sata está de acuerdo en mi plan, y los dos salimos corriendo hacía la cocina. Pero primero tenemos que enfrentarnos a dos obstáculos. Dos chicos, que se nos interponen. Intento detener a Sata, pero él es más rápido que yo, y les inyecta el liquido. Los dos caen a nuestros pies. Me quedo un segundo viendo sus cuerpos, pensando en si ya habrán muerto. Me digo a mi misma que si no fuera por la rapidez de Sata, nos podrían haber atacado, que necesitamos llegar cuanto antes a la cocina, pero sigo sin poder evitar sentir pena y dolor por su destino. 

No tardamos en encontrar a Sota, luchando contra Aki. Me quedo mirando la cerilla en su mano, mientras noto el inconfundible olor a gas. De nuevo, tengo dudas. Pero sí quiero salvarlos a todos, no puedo quedarme. Sobre todo oliendo y viendo lo que huelo y veo, lo mejor es salir corriendo de aquí. Claro que no sin antes lanzarle un aviso, un ruego.

-¡Aguanta vivo todo lo posible!-y agarro a Sata, saliendo corriendo hasta la habitación que Sota nos ha indicado para buscar a Maki.

Sata observa la situación y dice mientras deja un par de inyectables en una mesa:

Con eso puedes detener la infección… usalo, pero asegurate de usarlo primero con ella, porque ya no hay marcha atrás

Decia esperando que Sota captara el mensaje, tras lo cual se marcha siguiendo a Mieko

Aki no ceja en su empeño y vuelve a golpear a Sota con fuerza, este nota como un par de costillas crujen rompiéndose, el dolor es casi insoportable y ve como sangra por el costado, la chica sonriente dice:

Idiota… ¿como puedes tener aun sentimientos por ellos? ¿Sabes que? He decidido que te voy a cortar las piernas y te voy a atar para que veas como violo y desmiembro a Mieko delante tuya… si y a lo mejor después la convierto en una de los nuestros… que buena idea ¿verdad?

La pareja entra en el comedor, allí en la misma tarima que había estado antes estaba Maki con aquella sonrisa suya tan inquietante, pero no estaba sola, a su lado estaban el director y el profesor de informática ademas de la enfermera, los tres claramente contagiados, al verles llegar Maki empieza a hablar:

Vaya… ¿que habéis venido a rogarme que os de el regalo de la oscuridad? ¿O a intentar clamar a mi bondad?

¿Detener la infección?

Estaba claro a qué se refería pero no quería preguntar por temor a escuchar la respuesta. ¿Qué pasaría cuando Maki cayera? ¿Lo harían el resto también? Era curioso tener miedo a la muerte después de rozar la casi mortalidad, aunque más todavía que empezara a anhelarla si éste era el precio.

De nuevo un golpe fuerte, haciéndole retroceder mientras apretaba esa zona. Aki parecía desquiciada, olvidando esa amistad que una vez los unió para centrarse en acabar con él. Poético.

Lo siento, ya sabes que me pueden las mujeres débiles.- Siguió bromeando con media sonrisa dolorida mientras agarraba una de las jeringuillas, escuchándola de fondo sobre las intenciones con la ex delegada.- Estás loca, pero sé que me lo agradecerás.- Guardó la otra jeringa para más tarde, teniendo únicamente una en la mano.- Lo harás, Aki.- Y se lanzó a por ella, intentando clavarle la jeringa para detener la infección.

«¿Qué…?». Oír lo del beso la dejó de piedra. Eso significaría…

La chica atacó a Rin, pero, por suerte, no pareció hacerle mucho daño. Luego, para horror de Nao, la chica fue acercándose a ella, con claras intenciones.

—¡No…! ¡No te acerques! —exclamó, dando un paso atrás.

Detrás de la chica, podía ver que Rin se preparaba para atacar, tratando de pillarla por sorpresa. Si dejaba que se acercase a ella, podrían sorprenderla en el último momento. Pero se arriesgaría a que la contagiara. Estaba muerta de miedo. Sin embargo, esa parecía ser la única opción.

En un intento de pillarla desprevenida, Nao esperó, inmóvil. Cerró los ojos, esperando que, ocurriera lo que ocurriese, pasara rápido.

Al ver como Nao cierra los ojos Yui sonríe y dice:

Bien… eres mas inteligente de lo que pensaba… ven

La chica camina completamente confiada hacia Nao y esta a punto de alcanzarla cuando Rin le ataca por detrás, el chico le clava el inyectable con la solución que Sata les había dado. Yui mira para atrás y dice:

Idiota, ¿Te crees que eso va a poder conmigo? Jajaja

La chica lanza un golpe para tras que derriba a Rin, con su arma preparada dice:

Parece que tendré que matarte prime… ug.. ¿que? ¿Que me pasa?

La chica parece ponerse pálida, los dos pueden ver como abre los ojos de par en par y justo en ese instante cae al suelo completamente inerte

El terror se apodera de Rin quien deja caer el otro inyectable al suelo, la acción de poner el inyectable en su mente no era algo tan grabe, pero al ver el efecto causado choca con la realidad, ella podía estar infectada, pero era una compañera que conocía desde hacía bastante tiempo y él la acababa de matar, la razón ahora no servía de nada, los hechos eran más fuertes y no sabia si seria capaz de hacerlo de nuevo.

Su voz sonó insegura y quebrada -yo… yo la mate- estaba temblando y su entorno se desdibujaba, y sus ojos no se apartaban de ella, aun cuando quería mirar a otro lado.

Nao estaba muerta de miedo. Su corazón latía a toda velocidad. Si llegaba a besarla, se convertiría en uno de ellos…

Sin embargo, justo antes de que llegase siquiera a tocarla, notó el movimiento de Rin y el sonido del inyectable al ser aplicado. Abrió los ojos justo para ver que la chica caía al suelo, inmóvil.

Inmediatamente, Nao se tapó la boca con las manos y se estremeció. Yui estaba completamente quieta. Estaba… muerta…

Oyendo la reacción de Rin, se obligó a sí misma a reaccionar. Él se sentía culpable. Y con razón…

—No… Rin… Ya estaba muerta… —susurró. Realmente, opinaba que sí acababa de morir, aunque fuese por segunda vez. Pero quería hacer que Rin se sintiese algo mejor.

Los dos chicos forcejean, Aki lanza un golpe realmente fuerte con su arma que Sota siente que rompe y perfora órganos dentro de el, haciendo que escupa sangre, sangre que cae sobre una desquiciada Aki la cual no dejaba de sonreír, sin embargo, la chica sabedora de su inmortalidad no hace ningún amago por evitar el ataque, con sorna dice:

¿Te crees que algo así puede matarme? Deberías saber que no somos tan faciles de matar… que aunque me claves algo no pasara nada, que podemos disfrutar de este dolor… idiota, te voy a cortar en troci…

La chica sufre en ese instante un espasmo y da un paso para atrás, mira a Sota y dice:

¿Que? ¿que has…

Y en ese momento cae al suelo totalmente inerte con la mirada sorprendida

Mientras los chicos hablaban escuchaban sonidos de gritos y golpes a lo lejos, podía ser que para ellos había terminado el encuentro con su compañera, pero aun había muchos mas chicos en peligro y contagiados en la zona.

Y por los sonidos, parecia que algunos se estaban acercando a donde ellos estaban

Entrar en el comedor supone quedarse en blanco. Empezar a dudar de hasta que punto había sido buena idea esto. Ellos son cuatro, tres de ellos adultos y todos con habilidades sobrenaturales. Mientras, nosotros solo somos dos humanos, un periodista y una adolescente insegura. Claro que como si no quisiera que lo notara, me animo a gritar a Maki.

-No vamos a clamar a tu bondad, pero tampoco nos estamos rindiendo. Hemos venido a negociar.

Doy un paso al frente, aprovechando para guardarme la pistola en la espalda, sujeta por el elástico de la falda, dejando así mis manos libres.

-Tiene que haber algo que quieras, algo que podamos darte. Seguro que hay maneras más rápidas de conseguirlo que no sea perdiendo a la mitad de tus infectados.-y señalo a la puerta por la que hemos entrado.-¿No has visto lo que está ocurriendo ahí fuera?

Nao se sobresaltó al oír los sonidos de personas acercándose. Si se quedaban allí, serían presa fácil.

—Rin… Tenemos que irnos —susurró cogiéndolo del brazo y tirando de él—. Si nos encuentran, nos atacaran. Vámonos. —Tenían que seguir buscando a Mieko y al periodista.