Partida Rol por web

ya habeis curioseado en el, ahora tendreis que crear en serio.

os dejo el mapa para que podais situaros.

Tabahätta sentía celos de la dulce criatura que su Hermana Airlia había creado. Aunque para su punto de vista era un ser frágil e inútil, tuvo que reconocer que era fabulosa, semejante a su Creadora.

¿Por qué no podía hacer él algo así?

Descendió nuevamente al Corazón del Mundo y sonrió, satisfecho del trabajo que tenía ante él. ¿Y por qué no atreverse con una creación viva de su propia mano? ¿Qué se lo impedía? Raiza, Gálmaro, Airlia, Serune, Medusa... todos habían creado vida. ¿Acaso él no era capaz?

Con el dum-dum del Corazón del Mundo resonando en las cavernosas profundidades, decidió que no sería menos que ellos. Envidia, pensó. Hermoso sentimiento.

Primero, daría vida a aquellos a los que llamaría "Sus hijos". Sus predilectos. Aquellos que llevarían su rostro y cambiarían el mundo con sus manos, pues llevarían el espíritu de su Padre.

Introdujo las garras en el magma hirviente, rápido y ágil, y dio forma a una criatura. Pensó que, así como entre todos los descendientes de La Chispa había rasgos distintos, se fijaría en dichos rasgos para crear su propia prole. Tomó la imagen de Raiza y Serune, pero añadió cambios significativos.

Después, tomó la piedra envuelta en llamas de los alrededores, y recordó al compañero que Raiza había forjado para la "Mujer". Pera era demasiado frágil. No, sus Hijos serían fuertes y poderosos, como Gálmaro y él mismo. Sí, dignos hijos del Señor del Fuego.

- Ah... - el Dios del Fuego se sintió complacido ante ese pensamiento, y con ese suspiro de complacencia, la primera forma pensante que apareció en las entrañas de ese mundo, cobró vida.

Permitió que sus dos primeras creaciones le vieran durante apenas unos instantes, y en sus mentes quedara grabada la imagen de su Padre. Transmitirían esa imagen entre los suyos, y le venerarían. Escucharía sus voces clamando por él, y le llenarían en el silencio del Vacío.

- Vosotros sois los primeros, mis Hijos, los Tanar´ri. Tú, pequeña, serás Taba; tú, serás Hätta. La protegerás y cuidarás de ella. Y tú, engendrarás a su prole, como yo he hecho con vosotros. Así será por siempre.

Los observó y le gustó, y decidió hacer más. Diez hijos y diez hijas. Pero el espacio en los subterráneos era escaso, así que decidió que su capacidad de multiplicarse sería escasa, a cambio de tener un tiempo de vida mucho mayor.

- Khalis, Padre del Tiempo. Tu Hermano Mayor te llama - dijo, con imperiosa voz.

Mientras esperó a que Khalis, tan impredecible como él, apareciera, pensó en sus Hijos. Pensó que los Tanar´ri serían unos Guardianes perfectos para el Corazón del Mundo, pero para ello necesitaría imbuirlos de unas características específicas. Unas características que sólo su bélica Hermana podía conferirles.

Extendiendo dos dedos de sus metálicas zarpas, Tabahätta rasgó el tejido del mismísimo Espacio, que crepitó con un gemido lastimero, y ante él apareció la tierra que Raiza estaba construyendo para sus pequeños seres.

- Mi Amada Raiza, necesito de tu presencia - añadió, extendiendo la garra hacia ella.

Serune lloró. Lloró mucho, llenando el mundo de una ola de angustia y desesperación, aunque aún no había nada capaz de sentirlo allí.

Su tristeza le impedía hacer nada, pues era culpa suya. Era ella la que se había precipitado en su creación. Y por eso fue ella la que los abrazó en su lecho de...muerte. Muerte. Eso ella...ella no lo iba a admitir. Finalmente, con el sentimiento de deberselo a su creación, y a la de Raiza, además de las palabras de su gemela, Serune se levantó.

Llevó el cuerpo de la primera mujer allí dónde Raiza lo dispuso todo, y la dejó a su cuidado, confiaba en ella. Y sin más palabras, bajó al mundo, escuchaba y sentía lo que Tabahätta hacía, y eso la llevó a seguir adelante.

Recordó las creaciones de medusa, pero no eran suficiente, las tomó como punto de partida no obstante. Creó un árbol tan inmenso que se tardaría días, en llegar a la copa andando tal y como andaban los seres creados por ella y Raiza. Lo llamó, Yggdrasil, el árbol de la vida. De él, copió versiones, enormes, pero más pequeñas. Practicamente toda la isla se encontró cubierta por  esos árboles, excepto las cumbres de las montañas más elevadas.

El gran árbol, sería la cuna de su raza, no sería inteligente pero, si correspondería a quién lo amase, sus frutos crecerían continuamente, siempre que fuesen tomados con respeto y amor. Cada noche, sus flores se abrirían, reflejando la luz de la luna, liberando su aroma.

Pero, no era suficiente.

Debía dar variedad, y más belleza, a los serios y sonbríos árboles, por ello creó dos plantas más, dos plantas que se enrredarían en los troncos, que reptarían por el suelo. Tendrían espinas, pues el amor debe ser tratado con cuidado, o se hace daño. Pero darían unas flores bellisimas, las llamó rosas, y frutos muy sabrosos, a los que llamó moras.

También creo el loto negro. Pues si un amor se traiciona, solo merece la muerte. El veneno de las espinas del loto negro, flor que solo crecerá a la sombra de un árbol de cada cien, y solo durante las noches de luna llena.

Allí vivirían sus creaciones. Todas ellas, en armonía.

Los pequeños lémures, en las cópas de los árboles, saltando de un lado a otro sin parar, en busca de fruta para alimentarse. En las copas también, los grandes Buhos, que preferirán la noche, en la que verán mejor que ninguna otra criatura.

En el suelo, Los unicornios, animales cuadrúpedos, dolorosamente hermosos, que se encargarán con su cuerno, de proteger el bosque de cualquir daño, intencional o no. Se alimentarán de las hojas que caen de los árboles y de fruta. Y los gamos, que son criaturas bellas, leales si te ganas su confianza, pero rápidas, capaces de marcharse ante algún peligro, como la caida de un árbol ¿Qué otros peligros puede haber?

También serán, junto con los lémures, el alimento de los grandes buhos. Que reflejarán el lado peligroso de Serune. El amor, puede matar.

Todo ello da vueltas en la cabeza de la diosa del amor y la noche, creando, dando vida, sin pensar, sin querer nada a cambio, solo tratando de tenerlo todo en cuenta esta vez, para que, su nueva creación, esa para la que todo lo que acaba de hacer está siendo creado, no sufra como su pobre mujer. Muerta por su culpa...

Regresó a las ramas del gran árbol, el primero de ellos, y desde allí lo observó todo, y tomo decisiones.

Serían parecidos, algo más pequeños que las creaciones de Raiza y ella misma, pero más esbeltos, sus orejas serían alargadas, para escuchar mejor, su vista, más aguda, y sus voces, más hermosas. Todo ello para darles las mayores facilidades.

Creó 16 seres. 8 machos y 8 hembras, y los vistió con piel de gamos, adornó sus cabellos con hojas trenzadas, y les dejó que la vieran, que comprendieran lo que eran, y les habló.

-Sois mis hijos, los Elfos. Vivid y aprended en armonía, con amor.-

Mientras desaparecía, de regreso a La Casa, les dió su último regalo.

-Sabed que no envejeceréis, jamás moriréis por el paso del tiempo.-

Khalis observo el destino del primer hombre y la primera mujer, no era una muerte ligada al tiempo, pero aun asi estaba en la linea del tiempo que sucederia pero era necesaria para que los dioses supiesen como actuar.

Ahora es cuando la creación comenzaba realmente. Sus servicios se hacian necesarios y eso aumentaba la excitación de Khalis lo cual se podia apreciar claramente pues el dios se trasladaba de un lugar a otro en apenas segundos, habia sitio a los que llegaba antes de haberse ido del anterior.

Primero tomo una piedra, le susurro palabras y la dejo sobre el territorio de Raiza.

-Imagina el flujo del tiempo como una corriente de agua, esta roca hace que el cauce del tiempo se desvie y no toque tu creación, ahora es estatica. Cuando hallas terminado, retirala y la corriente de tiempo volvera a la normalidad.

Luego viajo hasta el nucleo, inclinandose ante el padre del Caos. Y observando detenenidamente sus creaciones. Hizo repicar los cascabeles de su gorro y resonaron bajo el subsuelo, de forma que todos los que abajo se encontraban pudieron escucharlo.

-Ahora el tiempo sabe que debe pasar mas lentos para tus hijos Tabahätta. Seran mas longevos pero sus sentimientos tambien estaran en concordancia asi que sera mas frios y despiadados... Claro que no creo que para ti eso sea un problema.

Despues visito a Serune, y su peticion le hizo entristecer.

-Quieres que el tiempo no los toque, que los aleje de mi, me entristece pero sea tu voluntad.

Se tapo los ojos y pronuncio palabras cargadas de poder, que salian a golpes del Dios. Y cuando volvio a mirar ya no veia a los elfos.

-Ahora el tiempo no puede verlos, ni tocarlos. Sus sentimientos se mantendran, pues tu eres la diosa de los mismos y tu se los ha inculcado. Pero estaran alejados de mi, con todo lo que eso conlleva.

Las palabras de Khalis hacen que Serune se sienta mal, no es lo que ella pretende.

-El tiempo si pasará para ellos, hermano. Los hará más sabios y acumularán experiencias. Pero no dejaré que mueran por él, si solo puedes hacer eso dejándo de verlos...así sea.-

No puede permitir que mueran, no de esa manera...es superior a ella. Abraza a su hermano, esperando que la comprenda mejor y rectifique, y pidiendole disculpas con ese abrazo, si no puede hacerlo.

Aunque Khalis parecia algo molesto, escuchar las palabras de Serune y su posterior abrazo parecio tranquilizarle, ese es efecto que causaba la diosa.

-Bueeeno, si lo dices asi....

Volvio su vista de nuevo hacia la raza de los elfos, y uno de sus ojos pareccio obtener un brillo.

-Tendre un ojo sobre ellos, asi el tiempo solo pasara en parte para ellos.

Deje a mis criaturas en su seguro lugar, tumbados juntos sonbre la roca para aparecer junto al hermano que me reclamaba. Tome su mano con la fuerza que me restaba.

- Aqui estoy hermano ¿Para que me necesitas?

Percibiendo el dolor que atenazaba a su hermana, el Dios del Fuego la rodeó con sus brazos, tan largos como cabezas de alfiler, y su calor la cubrió como un manto protector.

- Mira, mi amada Raiza. Estos son mis Hijos. Ellos serán los que protejan el Corazón del Mundo, y llenarán el Vacío con sus voces, acunándome cuando me sienta sólo. Quiero que sean fuertes, que no se rindan en su tarea. Quiero que tengan un espíritu noble, pero implacable con los que les desafíen.

Apretó un poco más fuerte a Raiza, aunque era imposible que la hiciera daño, y continuó.

- Sólo tú puedes otorgar esos dones, Hermana mía. Por eso te necesito.

Raiza dejo que su cuerpo sintiera la piel tosca de su hermano con agrado. Se giro para hablarle, mirandole a los ojos y le sonrio.

- Tendran lo que me pides, les dare pasion y coraje, seran perseverantes guerreros.-

Deje que mi cuerpo se pegara al suyo, sin dejar un solo centimetro en el y yo, besandole con pasion. Ese segundo eterno que solo Khalis sabria determinar en su duracion y una onda salio de nosotros alcanzando a las criaturas en cuyas almas quedarian grabados los sentimientos que mi hermano me habia pedido.

Estaba agotada de mis propias creaciones y al ayudarme me senti debil un segundo, cayendo en brazos de mi hermano, agotada.

- Ya son tal como me pediste, te ayudare en algo mas, si quieres pero tendras que darme un poco de tiempo.

El Titán tomó a su amada Hermana en sus fuertes brazos para recogerla, y la miró con arrobo. En la máscara metálica que formaba su rostro se percibían las señales del agotamiento que todos los Dioses estaban siendo víctimas. Con Raiza en sus brazos, sin dejar de mirarla, desdobló el Espacio a su alrededor con un sólo pensamiento, y de repente ya no estaban allí.

Medusa se personifico en el Mundo, sus hermanos empezaban a crear criaturas inteligentes, pero el aun tenia cosas mas importantes que hacer como equilibrar aquel mundo con un ecosistema. Aunque empezó a sentirse un tanto solo, ,momentos despues cerca de el aparecieron unas figuras felinas que le seguian. Patas poderosas y un buen pelambre le auguraban una buen resistencia. Despues de esa creacion tuvo que crear otro tipo de criaturas, criaturas de patas largas y cornamenta en la cabeza, la cual se alimentaria de una hierba verde que empezaba a crecer cerca de unos arboles Hometrees que empezaron a salir alli cerca. Con esto creo el primer circulo de la vida donde un carnivoro tendria comida de un herviboro y este a su vez tendria alimento de la flora del lugar.

Sabia que tenia que seguir haciendo cosas, tenia que expandier ese equilibrio por todo el planeta, pero por el momento ya habia sido suficiente. Justo en el medio

El dios del tiempo bajo a la creacion. Y algo le entristecio, sus conocimientos eran infinitos los rios del tiempo eran para el su forma de vida pero... Las criaturas que aqui moraban solo podrian elejir uno de esos caminos y seguirlo hasta las ultimas consecuencias. Tantos otros conocimientos perdidos... Penso que como minimo alguien debia de tener el potencial de poder discernir entre las posibilidades asi al menos podrian mejorar lo que les rodeases de la manera mas optima... Pero ningun ser podria acumular los conocimientos de un dios sin perder el juicio... Y eso en el mejor de los casos.

Asi que decidio esconder todos sus conocimientos en vez de en un ser, en una raza como una copia de seguridad. Se quito el sombrero y se concentro acumulando en su interior todos los conocimientos condensados y apunto de estallar, pero antes de que estallaran los dejo caer sobre la tierra y de hay nacieron los primeros protoss. En ellos y en los que nacerian a lo largo de la historia residian todos los conocimientos del Dios, faltaba por ver si serian capaces de ensamblarlos como debian.

Tomando un avatar bajo hasta los primeros habitantes, escoltado por 4 sabuesos.

-Yo soy Khalis y os he otorgado la vida, cuando mi discurso termine me olvidareis, quiza solo me veais en sueños pero mis palabras rigiran vuestra existencia. Os he dado un conocimiento infinito que debeis consolidar entre todos, utilizadlo para descubrir los secretos de todo cuanto os rodea y para mejorar... Pero sobretodo entretenedme con vuestros descubrimientos. Todo aquel que escape de este cometido o que intente almacenar conocimientos todo para el sera consumido por mis sabuesos. Recordad a quien debeis la vida y honradme.

Con una mano tendio una placa de mineral tallada.

-Este es mi simbolo, cada brazo representa, el espacio, el tiempo y el azar. El centro soy yo Khalis.

Y dicho esto tanto el dios como sus perros se desvanecieron y solo quedaron los confusos protoss dudando de si lo que habian visto era real o una vision... El disco era real.

Una onda de energia alzanzo a todas las criaturas que Raiza habia creado y dejado aletargadas en los lugares que entendia, eran mejores para ellos.

Todos distribuidos en los bosques y espesuras cercanas pero respetando el lugar de sus primogenitos. Los arboles y las plantas fueron las que primero se nutrieron de esa energia y crecieron cientos de años en un solo segundo. De haber alcanzado a los animales primero estos habrian muerto antes de nacer....

Despues los osos, los lobos y el resto de los animales despertaron correteando, explorando los bosques y buscando madrigueras algo desorientados. A diferencia de los animales, que creo muchos de la misma especie, sus hijos solo eran dos. Jovenes de mente y cuerpo. Ellos fueron los ultimos en despertar, sobre la roca del tiempo.

Recordaban el dolor y la muerte... como un sueño hasta un nuevo despertar. Asi, en sus conciencias quedaria que la muerte no es el final y al encontrarse de nuevo, juntos, en un paraiso comprendieron que su valor habia sido premiado en una existencia posterior.

Raiza se quito el casco que cubria sus cabellos para dejarse ver. Tomando la forma de una barbara normal. Extendio su mano y les ofrecio los dulces frutos rojos de una de sus plantas.

- No temais... todo lo que os rodea es mi regalo para vosotros. Yo soy Raiza... yo os he creado y dado la vida. 

El varon se puso ante su amada, protegiendola hasta que sintio que no habia peligro en la diosa y tomo un fruto de su mano, descubriendo el delicioso sabor. Despues fue ella quien lo probo con la misma satisfaccion.

Como niños, inocentes y felices, corrieron a explorar los alrededores. Mientras, Raiza levanto la piedra donde habian estado descansanso y con su espada tallo un asiento, un trono en el que se sentarian sus futuros lideres, cuando ella ya no estuviera a su cuidado.

- Khalos.. ya puedes liberar esta piedra de tu influjo. Mi gratitud sea contigo.- musito la diosa. Despues se sento a descansar, contemplando como su pequeños descubrian el frescor del agua que calmaba su sed, la hierva bajo sus pies.

Una onda de energia alzanzo a todas las criaturas que Raiza habia creado y dejado aletargadas en los lugares que entendia, eran mejores para ellos.

Todos distribuidos en los bosques y espesuras cercanas pero respetando el lugar de sus primogenitos. Los arboles y las plantas fueron las que primero se nutrieron de esa energia y crecieron cientos de años en un solo segundo. De haber alcanzado a los animales primero estos habrian muerto antes de nacer....

Despues los osos, los lobos y el resto de los animales despertaron correteando, explorando los bosques y buscando madrigueras algo desorientados. A diferencia de los animales, que creo muchos de la misma especie, sus hijos solo eran dos. Jovenes de mente y cuerpo. Ellos fueron los ultimos en despertar, sobre la roca del tiempo.

Recordaban el dolor y la muerte... como un sueño hasta un nuevo despertar. Asi, en sus conciencias quedaria que la muerte no es el final y al encontrarse de nuevo, juntos, en un paraiso comprendieron que su valor habia sido premiado en una existencia posterior.

Raiza se quito el casco que cubria sus cabellos para dejarse ver. Tomando la forma de una barbara normal. Extendio su mano y les ofrecio los dulces frutos rojos de una de sus plantas.

- No temais... todo lo que os rodea es mi regalo para vosotros. Yo soy Raiza... yo os he creado y dado la vida. 

El varon se puso ante su amada, protegiendola hasta que sintio que no habia peligro en la diosa y tomo un fruto de su mano, descubriendo el delicioso sabor. Despues fue ella quien lo probo con la misma satisfaccion.

Como niños, inocentes y felices, corrieron a explorar los alrededores. Mientras, Raiza levanto la piedra donde habian estado descansanso y con su espada tallo un asiento, un trono en el que se sentarian sus futuros lideres, cuando ella ya no estuviera a su cuidado.

- Khalos.. ya puedes liberar esta piedra de tu influjo. Mi gratitud sea contigo.- musito la diosa. Despues se sento a descansar, contemplando como su pequeños descubrian el frescor del agua que calmaba su sed, la hierva bajo sus pies.

tal y como Raiza y Tabahatta habian echo, sus creaciones hicieron lo mismo... mezclarse... un grupo de barbaros, encontro a un par de tanar'ri fuera del nucleo del mundo, confundidos con lo que veian a su alrededor... el dios del caos, habia estado haciendo algo, y unos pocos de sus hijos, se habian visto desplazados del inframundo... al igual que los barbaros que se encontraban deambulando por en medio de los paramos desiertos.... que habrian echo Raiza y Tabahatta, para que parte de sus creaciones aparecieran en medio del gran contiente... no eran creaciones creadas conscientemente, si no que parte de sus ideas de creacion, habian aparecido aleatoriamente en medio del continente, dos tanar'ri machos y seis barbaros, tres machos y tres hembras... se encontraron caminando en medio de la nada, unos venian del norte, los otros del sur, los barbaros parecian cansados y sedientos, necesitados de agua y sin ella, ansiaban tener algo que poder beber, mientras que los tanar'ri, parecian mas descansados.

su primera reaccion al verse fue intentar esconderse, pero donde, no habia nada, mas que piedras en el suelo, los tanar ri, ademas, eran grandes, mucho mas que los barbaros... uno de estos, cogio una piedra y se puso en guardia, ante lo desconocido, mientras que el resto les imito, ante la intimidacion, los tanar'ri se pusieron en guardia, sin armas, pero con sus garras en guardia... pronto, los hijos del caos y la guerra emprendieron una batalla, y por muy fuertes que fueran los tanar'ri, sun numero era de 3 contra uno, sus garras cortaron despedazaron a dos de los machos y una de las hembras barbaras, pero sucumbieron, con sus craneos aplastados, por las piedras que blandian los barbaros...

despues de la cruda batalla, que si no habrian echo los hijos de la guerra ante lo desconocido, se dejaron caer exaustos... y al ver la brillante sangre de los tanar'ri brotar del cuerpo de uno de ellos, se arrodillaron y bebieron... aquella sangre era diferente a la de los tanar'ri creados concientemente por Tabahatta, estaba mucho mas cargada con la magia del caos, y estos barbaros, al probarla, cambiaron, cambiaron para siempre.... sus musculos crecieron mucho mas, y sus ojos se encendieron como en llamas, la sangre, ahora recorria sus venas y les quemaba... primero se volvieron palidos, y despues, poco a poco, su piel fue variando de color asta volverse algo verdosa... asi, de el desliz entre la guerra y el caos, nacieron los orcos... sin ser una creacion creada a voluntad... nacieron y en el fondo de su ser... se volvieron algo mas irracionales, el fuego que arde en sus venas nunca se apaga y solo el fragor de la batalla genera la adrenalina necesara para poder sofocar un poco, las llamas que les queman.

Khalis observo la nueva especie que acababa de surjir un reflejo de dos dioses y a la vez se convertiria en un dolor de cabeza para ambos.

A el por el momento les preocupan sus protoss... Pero algunos de sus hermanos habian creado otros seres para que poblaran el mundo y el no queria ser menos.

Tomo un poco del agua, en el que Medusa habia creado las primeras celulas, de donde venia todo. La mantuvo en sus manos hasta que se impregno de su misma esencia y la devolvio.

Para si mismo sonrio y chasqueo los dedos. El instante que duro ese chasquido fue el equivalente a un eón, para las celulas. Su evolucion se acelero cada cual por su propio camino que ellas mismas escogieron y cuando el chasquido hubo terminado nuevas plantas y criaturas se encontraban por toda la creacion.

Y de pronto... El dios sintio como se desvanecia, empezo a caer de espaldas en caida libre y su ultimo esfuerzo fue para mover el espacio y que bajo el no estuviese la creacion si no su mullida cama en el palacio divino.

-Esto es mas agotador de lo que aparentaba....

Raiza se retorcio en su asiento de piedra siendo consciente de lo que su sacrilegio habia creado... no obstante no podia arrepentirse de lo sucedido. Sabia que lo que una vez habia sucedido jamas podria volver a suceder pero deseaba que pasara de nuevo. Ya no podia ver a Tab como su hermano ni a Serune como su amada gemela, se sentia herida y traicionada por ella... no ostante la queria demasiado como para reclamarle cuentas.

Los orkos eran su hijos.. sus bastardos... aunque jamas sentirian amor alguno por ella o por su padre o por ninguna otra criatura. Trato de buscar consuelo en sus pequeños...

- ¿Pero que...?.-susurro al comprobar que las frutas que les habia dado les habian causado un "interes" fisico mutuo. Raiza suspiro dejandoles intimidad pero vigilando que estuvieran a salvo a cierta distancia, escucho sus calidas risitas y sus gemidos... Recordando a Tab con una mezcla de añoranza y tristeza.