Partida Rol por web

Cuando la hoja de Raiza apuntó a su pecho, Tabahätta se sintió complacido. Esa hoja, capaz de arrancar mil vidas con sólo moverla, era magnífica, propia de la mano que la había dado vida. Sus llamas se agitaron, como centenas de dedos que se retorcieran en torno a ella, pidiendo de forma silenciosa que atravesaran al Padre del Caos. Cuando Serune se interpuso entre ambos, las llamas se tornaron verdosas, y el Titán abrazó a la Diosa del Amor con sus fuertes y metálicos brazos.

- Mis pequeñas, mis preferidas - dijo, sin dejar de abrazar a una, pero clavando la mirada en la otra - No sería capaz de imaginarme una existencia sin ninguna de vosotras. ¿Quién si no me alimentaría? ¿Quién si no me haría tan feliz?

Y de repente, como si todo el tiempo hubiera estado allí, estaba entre ellas, con el mismo brillo que una estrella muerta, envuelto en llamas violáceas, con ambos brazos, tan largos como el Infinito, estrechándolas en un intenso abrazo fraternal.

- Mi amada Raiza - dijo, inspirando un aroma inexistente del cabello de la Diosa de la Guerra - Sabes que te amo con todo el odio del que soy capaz de expresar, y nunca sería capaz de alzar la mano contra tí para acariciar tus mejillas, así que intenta que la próxima vez que me amenaces, acabes con mi Existencia. Sé que le echas de menos, pero la pequeña Serune tiene razón...

Entonces ya no estaba allí, sino que era un pequeño ser en el hombro de la Diosa del Amor, que parpadeaba como una vela en una tormenta.

- Sólo nos tenemos los unos a los otros... No hay nada que podamos hacer. Además, Medusa no tiene ningún problema conmigo, ¿verdad?

Gálmaro observó tranquilamente a sus hermanos en su ir y venir. Sabía que ninguno de ellos haría daño a algún otro.

Había escuchado también la breve intervención de Medusa y estaba de acuerdo, éso era lo que él sentía, la falta de algo. Vio también como cada uno de sus hermanos encontraba una habitación a su pleno gusto... ¿Y él?

Dejó a sus hermanos discutiendo y eligió una puerta al azar, una que le pareció de su estatura. Era un discreto portal con un arco de medio punto, no debía medir mucho más de un metro y medio. Gálmaro se dirigió hacia él. Una puerta de piedra bloqueaba el paso, el dios de la tierra notó casi por inercia que era de granito. La empujó sin esfuerzo y entró.

Se encontró en una sala de planta cuadrada (A), de 3x3 metros. Medía dos de altura, más que suficiente para él, que medía menos de metro y medio. Los muros estaban excavados en granito vivo, y alisados a la perfección. En su centro, una mesa rectangular de cuarzo de una sola pieza llamaba toda la atención. Tras ella un asiento del mismo material y en la pared del fondo varios cofres y estanterías de roca aguardaban a ser llenados. Era un lugar fresco, el aire contenía un ligero olor a humedad y a tierra. De fondo se escuchaba un lejano pero profundo rugido, de un río subterráneo sin duda.

En las paredes laterales habían dos puertas idénticas a las de entrada. Una de ellas llevaba a un sobrio comedor para una persona (B). Flanqueando la puerta de entrada había dos estatuas de verde olivino, se asemejaban a dos caballos del ajedrez, sus ojos parecían moverse, pues estaban engarzados con ojos de tigre. En el centro aguardaba una mesa redonda de cristal de roca, acompañada de un trono del mismo elemento. Sobre ella había una jarra, platos y cubiertos de plata. Gálmaro no se lo preguntó, simplemente sabía que los contenidos de ésos platos aparecerían tan pronto como él lo deseara. De manera que se acercó a la jarra, la tomó, y bebió de la fresca cerveza que la llenaba.

Dio media vuelta y se dirigió al dormitorio (C). En él, los perfectos muros de granito estaban atravesados por una veta de andesita. La cama se encontraba en el muro de su izquierda, una enorme base de cuarzo con un mullido colchón y unas suaves sábanas cubriéndolo. Tan solo unas mesitas y un cofre de roca acompañaban la imagen.

A la derecha había otra puerta. Entró en el baño (D). A partir de la mitad de la habitación, el suelo se inclinaba hacia abajo, y ésa zona estaba llena de agua que corría fresca a través de unos orificios del fondo. Observó como un pez se movía en el fondo. Respecto a un lugar para hacer necesidades... ¡él no necesitaba hacer ésas cosas!

Se asomó por la puerta del fondo del dormitorio. Era una habitación ropera (E), llena de armarios, montones de ropa, armas y armaduras de lo más variado. De allí tomó una pipa de plata y la encendió mientras volvía con los demás.

Llegó justo cuando Tabahätta abrazaba a sus hermanas. Gálmaro tenía una gran sonrisa.

-¡Me encantan mis aposentos! ¡Son exactamente como quería! O... cómo recordaba. De cualquier modo voy a pasar mucho tiempo en ellos. -dijo alegremente mientras tomaba otro sorbo de cerveza- ¿Y vosotros? ¿Habéis hecho nuevos descubrimientos?

Una suave lluvia cae sobre Raiza apareciendo desde la nada, baja por su cabello, megollas y labios como suaves besos. Pero en vez de seguir hasta el suelo empieza a subir por el filo de la espada formandose una figura de agua cristalina y parada en la punta de esta.

- Hermanos y hermanas. La voz se escucha en un gran tono de baritono, no acorde con el tamaño del cuerpo que la producia. Es inutil discutir sobre trivialidades, EL no esta, EL se fue... eso ya no importa.

Ahora creciendo a un tamaño acorde a los demas presentes en ese momento, pero sin abandonar la punta de la espada.

- Hay cosas que sabemos, o creemos saber, memorias residuales de antes de nuestra propia existencia. Y solo se me ocurre una forma de ir recordando...

La figura se rompe y cae de golpe al suelo formando un charco, para luego resurgir y volver a estar al mismo nivel de los demas.

Loke gira su cabeza mirando a los demas, y esperando, queriendo saber si ha captado su atención.

La sensacion del agua en la piel es agradable, fresca y reconfortante. Envaine la espada en cuanto mi hermano dejo su filo. Al parecer, a mis hermanos les gustaba tomar formas extrañas.

Loke hablo de memoria, de conceptos que se me escapan. ¿Que habiamos sido antes de ser?¿Donde estabamos?¿Por que sabia que ellos eran hermanos mios si nadie me lo habia dicho?¿Como sabia quien era Él y lo que representaba pero no podia darle un rostro o un nombre?

- ¿Que forma es esa?.- pregunte con sumo interes.

Las palabras de Loke no me llaman demasiado la atención. ¿Recordar? Me basta con lo que somos, todos juntos. Soy feliz así.

Tarareando una melodía, sin letra ni música siquiera, solo una...expresión de como se siente, se coloca tras su hermana Raiza, para trenzar su pelo.

Nunca había estado allí. De hecho, probablemente, estaba allí desde que todo había existido. Subido en un equilibrio imposible sobre la más alta punta de la más alta cúpula, Tabahäta miraba alrededor.

Y seguía sin oir nada.

Y eso le enfureció, y al instante, toda la materia que flotaba alrededor de La Casa, todos los fragmentos inertes que viajaban a la deriva, se incineró y explotó. Y todo el Vacío se lleno de un resplandor de vivos colores, de azules, rojos y violetas.

Pero seguía sin oir nada. Y durante un instante que duró eones, alzó la garra recubierta por el metal divino que era a la vez su armadura y su piel, y pensó en lo fácil que sería destruirlo todo. Al fin y al cabo, ¿qué más daba? ¿Qué iban a hacer, todo el día allí, esperando?

Entonces Loke habló, y el Padre del Caos decidió esperar un poco más, a ver qué tenía que decir el Señor de las Mentiras...

¿Qué tenía que perder?

Raiza sintio como su hermana acariciaba sus cabellos jugando con ellos entre sus dedos. De pronto se sintio debil, como una marioneta a la que se le cortaran los hilos de pronto.

¿Mareada? Esa palabra le llego a la mente de pronto. Se sentia mal, el suelo daba vueltas bajo sus pies y las distancias se le confundian.

Clavo su espada en el suelo con un gesto brusco apoyando su peso en ella para no caer al suelo. Era demasiado orgullosa para ceder de rodillas en el suelo ante ellos. Ella era la diosa de la guerra y no mostraria flaqueza ante nadie, ni ante aquella horrible sensacion.

- ¿Que est....Que esta pasado?.- Logro preguntar mirando de reojo a sus hermanos, sin comprender lo que sucedia.

Medusa se acerco relajadamente hacia su hermano Loke para poco a poco estirar uno de sus manos hasta el cuerpo de su hermano, era frio al tacto...o era caliente? Nunca antes habia tenido esa sensacion y no sabia definirlo apropiadamente. Una sonrisa se puso en sus labios mientras su cuerpo empezaba a cambiar lenta e inexorablemente hacia el cuerpo de una pequeña ninfa

Llevandose los dedos a la boca saboreo aquella pequeña degustación

-mmm, estas muy rico Loken, tu y yo estamos destinados a hacer grandes cosas

Lentamente Medusa se alejo y tanto la distancia aumentaba su cuerpo volvia al anterior,a la mirada seria y tranquila

Levantando la mano Medusa invoco un trono de madera en el cual se acomodo dejando a su mente divagar en futuros verdes y cristalinos, con multitud de seres correteando entre sus pies. Pero algo le saco de su ensimismamiento, su hermana Raiza, la fuerte Raiza, la Guerrera... su espada fue clavada en el suelo de forma osca, casi extraña. Moviendo la mano ligeramente genero detras de ella un trono incluso si cabe mas elegante que el suyo, que era adornado con una espada igual de bella que la suya en lo alto del mismo trono.

-Serune, por favor deja que Raiza tome asiento, se la ve incomoda en esa posicion, has visto algo extraño Serune?

Medusa endulcoro lo que veia para no ofender a Raiza, podia entender que fuera el espiritu de la Guerra y por eso no queria mostrar debilidad, pero ante nosotros que somos sus hermanos??

En tu mente se dibujo algo... esa gran esfera de tierra, con una superficie muy irregular... era enorme... y flotaba lejos... lejos de todo, alrededor de una gran esfera de fuego, mucho mas grande que la de tierra, El la habia dejado alli... sin terminar, le faltaba algo, y tu lo sabias... pero... ¿que era? porque El la creo? que funcion tenia?... porque se quedo a medias? todo eso se te escapaba.

tras la explosion provocada, sientes que una fatiga, como si de un flato se tratase te invade, y despues sientes una sensacion parecida a la que raiza estaba experimentando... mareo... las fueras te abandonan por un instante.. y en tu mente se dibuja, la sensacion que experimento EL antes de desaparecer... agotamiento total....

Airlia, que se habia quedado dormida en su suave trono, se desperto por el ruido de una explosion. Una ventana aparecio justo a su lado, dejandole ver sorprendida el paisaje que habia ahi fuera. Tardo unos segundos en recuperarse de la impresion. Entonces, sin bajarse del trono, que ahora flotaba a unos centimetros sobre el suelo.

Cuando llego, de un pequeño salto bajo al suelo. Medusa y otros mas estaban sentados en tronos, mientras Serune trenzaba el pelo de su hermana. Se acerco a ellas y se unio al canto de Serune, mientras le ayudaba a terminar una trenza. Sin darse cuenta, se quedo absorta en sus pensamientos, imaginandose otro mundo como aquel, en el que ninguno de sus hermanos vivia. Pero enseguida volvio a la realidad. Odiaba ese mundo ficticio en el que sus amados hermanos y hermanas no existian.

Y de pronto, todo se volvió gris ante sus ojos, aunque los colores realmente no se habían inventado, y todo lo que había o existía sólo eran retazos de lo que Él había dejado.

Las terribles llamas que eran su cuerpo se redujeron, tornándose violáceas, y quedó postrado. La divina armadura que le recubría se mostró apagada y sin vida. Y no sabía por qué. Miró alrededor, buscando la razón de su debilidad, buscando a su enemigo, aunque no había inventado aún ese concepto.

Y pensó en Raiza, su querida hermana... y miró lo que él había hecho con el Cosmos... y comprendió.

Con un resplandor flamígero se materializó en la Sala donde ahora estaban el resto de sus Hermanos y Hermanas, y comprobó con sus propios ojos que la Diosa de la Guerra no estaba en mejores condiciones que él.

- ¡No podemos ni Crear ni Destruir! - rugió, haciendo temblar los cimientos de la sala - ¿Qué existencia lamentable es esta?

-Tab, yo creo que si podemos crear y destruir.-

Mira a su hermano, dejando de cantar.

-Quiero decir ¿Ves el pelo de Raiza? Antes era...eh...no sé ¿peor? no es la palabra..sencillo más bien. Pero ahora...- cogiendo varios mechones sueltos, los trenza entre si. -Ahora es más complejo. Más bello para algunos, y más desagradable para otros. En cualquier caso, he creado algo ¿no?-

Vuelve a tararea un poco.

-Solo digo que tal vez haya que empezar a intentar hacer cosas sencillas, por ejemplo, cambiar cosas que ya están, en lugar de crearlas desde cero ¿no?-

Serune se fija en que una parte del pelo de su hermana está distinta, más fácil de "jugar" con ella, pequeñas gotitas de Loke están por ahi. Estira la mano hacia Loke, y la pasa por encima de él, mojándola para humedecre el pelo de su hermana, de esa forma parece más sencillo.

Observando que algunos le habian prestado atención.

- Tabahätta, creo que en eso te equivocas. Tomando una profunda respiración. Hemos sido creados por EL, y no sabemos el motivo. Nuestros instintos nos guiaron a este lugar, nos hemos reconocido como hermanos y vimos su obra. Alejandose un poco. Creo que la forma de conocerlo mejor, es seguir sus pasos. Crear algo por nuestra cuenta... tal vez no podamos crear cosas como las que el hizo, pero si nos enfocamos en un solo punto podremos hacer algo.

Ahora estallando y lloviendo en todo el salon. Su voz proviene de todos lados y de ninguno.

- Entonces hermanos, ¿que les parece mi idea?. Hacercarnos a EL a través de nuestra propia obra.

Aquella esfera... la sentía con intensidad. Y entonces sintió el impulso de moldearla, de darle forma como había hecho momentos antes con sus aposentos... pero ésta obra era de un tamaño mayor. Debía pensar en todos los detalles, todos los matices... roca volcánica, arena, lodos... había muchos elementos que colocar, mucho que pensar.

Gálmaro ya no escuchaba a sus hermanos, parecía inmerso en cavilaciones desde que Tabahätta había iniciado aquella explosión de energía. Aún chupaba su pipa de vez en cuando, pero lo hacía sin ganas, por inercia.

Raiza se dejo hacer las trencitas que sus hermanas quisieron. Se sentia debil y cansada. Parecia que a ninguno de sus hermanos le importara que apenas se mantuviera en pie apoyandome en mi espada.

- ¿Alguno sabe como recuperar energia? Si la perdemos tambien podremos ganarla de algun modo... Seria lo logico...

Mire a mis hermanos agotada pero aun en pie. Enseguida comprendi que habia forjado un arma extraordinaria y el esfuerzo iba en consonancia.

Tabahätta estaba fuera de sí. Si no fuera porque hacía unos instante acababa de perder parte de sus fuerzas, aún sin saber por qué, habría reducido toda La Casa a cenizas. ¿Acaso es que su Hermano no se daba cuenta? Apareció entre medias de Raiza y Serune, apartando a esta última suavemente con el dorso de la mano. Estaba furioso, y tomó a la Diosa de la Guerra entre sus zarpas, mirando con los ojos encendidos a Loke.

- Me parece, Hermano, ¡que no me has entendido! - su atronadora voz retumbaba como un eco en todo el Infinito, y las llamas acariciaban el suelo y el techo como si buscaran algo - Te he dicho que no podemos Crear... ni Destruir. ¡Mírame a Mí! ¡Mira a tu Hermana! ¿Qué pretendes que hagamos para parecernos a Él?

Y repentinamente, era el Titán gigantesco que a duras penas podía entrar en la sala, aunque el Tiempo y el Espacio en ella bailaban a su antojo. Había tomado a la desfallecida Raiza en sus brazos pese a que la Diosa no quería aparentar debilidad, y la mantenía en su zarpa, agotada.

- ¿Y qué si no quiero parecerme a Él? ¿Qué éramos antes de eso? ¡NADA! Ahora somos algo, ¡tenemos poder! No quiero estar sólo - dijo, señalando con el dorso a Serune, haciendo referencia a su anterior comentario - como Él estaba. ¡Quiero crear vida! ¡Quiero ver cómo todo CAMBIA!

Sus ojos relampagueaban, y las placas de metal que eran su piel silbaban al rojo vivo. Era, sin duda, el Padre del Caos liberando su ira...

Raiza paso los brazos entorno al cuello robusto de su hermano, abrazandole con cariño.- Aprender.- le susurro.- Tenemos que aprender a mantenernos en pie solos, ahora que Él no esta, pero no estamos solos. Nos tenemos los unos a los otros y debemos permanecer unidos.