Partida Rol por web

Arlan, Catherin y Dakota comenzaron a andar giadas por el exclavo. Sus sentidos os alertaban cuando habia murmullos cerca y sus rapidos reflejos os sacaron del camino de alguno hombres armados a tiempo.

Las casas ardian y los gritos se escuchaban entre las calles, cada vez habia mas criados revelandose y las atrocidades subian de nivel. Visteis gente quemada viva, empalados.... Habiais escapado pero ¿Donde era seguro ir?

No suelto a las chicas en ningún momento y aunque pueda darles una cierta repulsión, me mancho las manos de la sangre de uno de los cadáveres y les apelmazo el cabello como si estuvieran heridas y les mancho el rostro, tratando de cambiar sus rasgos por si los ve alguien que las conozca.

Mi objetivo sigue siendo el de llegar a la zona de los muelles, a alguna de las naves de los esclavistas en las que nos encerraron y en las que se que hay hierros de marcar.

No levantar vista...no mirar ojos. Parecer pobres esclavas.

Deje que Arlan manchara mi rostro y mis cabellos, mientras lo miraba de forma dulce - Gracias... - Le dije sabiendo que eso si lo entenderia, aunque ese agradecimiento no era solo por lo que estaba haciendo ahora si no por no dejarme atras y cuidar de mi.

Otra vez no... el recuerdo de Harol usando la sangre de mi madre para enmascararme me hizo cerrar los ojos con fuerza. La ciudad era un campo lleno de violencia y horror. Debía soportar todo esto si quería segir viva. Me sentía muy agotada.

-Arlan ¿cuando podremos descansar?- esperaba que el esclavo me entendiera. No conocía su lengua pero al parecer, él comprendía algo de la nuestra.

No parar...descansar cuando seguras. Frunzo el ceño y miro a la joven. Es como todas las de esta ciudad maldita, joven delicada y que apenas pesara 40 kilos. Si no puede la llevare a la espalda, aunque eso nos hará ir mas lentos y ser vas visibles.

Aun así, veo que las dos están tan aturdidas como cansadas y busco n sitio en el que detenernos. Poco después veo algo que me recuerda a las ruinas de las ciudades en mi tierra. Una alcantarilla, un lugar excelente en el que descansar.

Levanto la tapa y miro el interior antes de hacerles un gesto para que entren.

Aquí...descansar poco.

- Arlan... bebida... - Pues dentro de poco terminariamos desidratados, teniamos que entrar en algun sitio a refrescarnos y coger algo que beber, mire a Dakota que cada vez parecia mas agotada y no podia evitar pensar en que habria sucedido con el resto.

Os alejais de las casas, veis al fondo unas naves industriales que parecen abandonadas. Alli al menos tienen aseos, aunque no muy higienicos y algo de agua potable en los grifos, aunque su sabor es malo y los bichos corren por el suelo.

Sigo a mi prima y a su esclavo hasta esa especie de refugio que Arlan ha encontrado. Al hablar ella de agua me doy cuenta de lo sedienta que estoy. Hace horas que no bebo nada. Por suerte ese depósito abandonado aun tiene suministro.

A pesar del mal sabor del agua, bebo bastante y luego me lavo un poco. Estoy harta de tanta sangre. Luego me siento contra la pared. No sé que hacer, hacia dónde ir. Espero que mis compañeros estén en mejores condiciones que yo para planear algo.

-¿Y bien? ¿Qué haremos?

Niego con la cabeza cuando no me ven. Ninguna de las dos esta acostumbrada a pasar ningún tipo de penalidades...bueno, de las penalidades de una vida sin lujos. De la locura en medio de la que vivían ya es otra cosa.

Tomo un sorbo de agua cuando ellas terminan y mientras descansan un poco registro el lugar de forma rápida buscando el mejor punto para descansar.

Necesitar hierro para Kathe...necesitar que descansar. Necesitar que fuera cosas parar. No seguro salir ahora.

Miro a Arlan mientras me contesta con los ojos vidriosos por el cansancio. Creo que ahora que me senté, no podré pararme nunca más. Que bien que el esclavo considere que es momento de descansar pues creo que no podría avanzar un paso más sin dormir.

Abrazo mis rodillas y recuesto mi cara contra ellas. El olor de la sangre que llevo en la ropa se me mete por las fosas nasales provocándome una arcada que logro controlar a tiempo. Decido respirar por la boca, hasta que pueda acostumbrarme a ella, más a los pocos minutos dejo de pensar en todas esas cosas y me voy sumergiendo en el sueño casi sin darme cuenta. 

Miro a las chicas y suspiro. Apenas se tienen en pie y por el momento no tenemos mas que un poco de agua rancia para ellas. Si el otro esclavo no se hubiera marchado podríamos dividirnos para vigilarlas y buscar comida.

Dormir ahora...seguir cuando descansar. Pronto.

Me apoyo en Arlan para descansar un poco aunque la verdad es que no tenia nada de sueño, mas bien todo lo contrario, estaba ams despejada y tensa que nunca.

Todos mis musculos estaban como si hubiera corrido una carrera y mi cuerpo auqnue se sentia desfallecido no se permitia el lujo de cerrar los ojos.

No to que el Ama esta tensa, con el miedo a flor de piel o eso es lo que me parece a mi. Mojo un trapo en agua y poco a poco voy limpiándole la suciedad y refrescando las partes del cuerpo que puedo sin resultar indiscreto, haciéndole después un masaje en los hombros, tensos a mas no poder.

Puede que les parezcamos salvajes a los de su clan, pero en los clanes de mi zona aun tenemos cosas buenas.

Noto las manos de Arlan en mi cuerpo, relajantes, placenteras... suaves jadeos salen d emis labios mientras mis ojos se cierran relajandose cada vez mas, notando su olor tras de mi, el calor de su cuepro y sus manos llevandome al abrazo de morfeo.

- Gracias...

Segundos antes de que el Ama se duerma le doy un beso en la frente y comienzo a vigilar a nuestro alrededor.

El tiempo pasa. No sé cuanto. De pronto despierto sobresaltada, aunque no recuerdo qué estaba soñando. Aún me mantengo apoyada contra la pared, abrazada a mis piernas. Siento frío. No sé si es producto del entumecimiento o si afuera ha caído la noche. Un poco desorientada miro a mi alrededor, para volver a situarme. Veo a Cath aún descansando y su esclavo vigilante, como si no se hubiese movido en todo este tiempo.

Con esfuerzo, me paro para estirarme. Los músculos me duelen a causa de la extraña posición en la que he estado durmiendo.

-Arlan...- hablo bajo para no despertar a mi prima. Hay un poco de duda en mi voz. No sé hablarle a un esclavo sin darle una orden. -¿Estaremos... mucho más aquí? Tengo frío... y... hambre...- trato de no sonar demandante, pero mi cuerpo me pide a gritos que le brinde un poco de atención, después de todo lo que lo he exigido.

Miro a la familiar de el Ama y entiendo en parte sus palabras. Trata de hablar con mesura pero sus ojos me indican que hay mucho mas que querría decir.

Me pongo en pie y dejo con cuidado al Ama en el suelo, sobre mi camisa como almohada y asiento a lo que me dice la chica.

Yo cazar rata y comer...bien?.

Escucho las palabras y lo que logro descifrar me pone la cara de color verde. ¡Rata! ¡no por favor! El hambre se me quita al instante. Siento arcadas pero mi estómago vacío no tiene nada que devolver. Me siento muy devastada. El mundo está de cabeza, no sé como podré sobrevivir aquí.

-No... gracias... no puedo comer eso- espero que no lo tome como una ofensa. -Creo que aguantaré- desanimada comienzo a pasear por la estancia.