Partida Rol por web

INTRODUCCIÓN

Una figura observa la ciudad desde su celda del asilo de Arkham. La tenue luz de su morada desde hace mucho tiempo no impide que el cielo nocturno dibuje la sombra de los barrotes de su estrecha ventana sobre su rostro. El hombre se aferra a los barrotes para asomarse mejor. A varios metros por debajo de él, el acantilado se despeña contra el agua. Nadie sobreviviría a la caída. Pero quién podría romper o cortar unos barrotes gruesos de acero reforzado? El criminal conocido como el Jocker ha visto cómo el tiempo ha marcado su rostro con alguna arruga.

- Ahhh otra noche más. Otra igual a la anterior. Han pasado casi diez años, maldita sea dónde estás? Acaso te has roto la crisma contra el suelo con tanto salto entre azoteas?- La falta del hombre murciélago hace para el psicópata una vida aburrida y carente de emoción sin su Némesis. Pasa un rato más en silencio, al parecer su mente comienza esbozar una idea. Hace tiempo que no ideaba planes, bien es cierto que desde hace poco ha dejado de tomar la medicación que se lo impedía. Simula tomarla y luego la tira donde nadie la ve. Algo en él ha vuelto a renacer. Se siente con ganas de empezar algo. Algo grande.

- Si no apareces por tu cuenta, yo te haré salir de tu madriguera... Sí... Yo sabré cómo... Y si no apareces, será el fin de Gotham. Ahhhjajajajajajajajajajajaja!!!! - Como secundando sus malévolos planes un trueno estalla en medio de la noche. Los vigilantes se percatan del jaleo que comienza a crearse en la celda y deciden entrar para apaciguar los ánimos del alborotador.

- Eso, uniros a la fiesta chicos.... Ouch! Malditos bastardos lo pagaréis caro. Au!.... Creo que no dejaré propina esta vez... - Entre golpes, la escena se aleja del sanatorio para centrarse en el despacho del Comisario Gordon.

El despacho, lleno de papeles por todas partes, hace reflejo de un desbordado trabajo por las numerosas detenciones y denuncias. La ciudad está llena de pequeños delincuentes que son amparados por los altos cargos corruptos, siempre y cuando se ciñan a sus exigencias. Con ello, muchos de ellos ni siquiera pisan la cárcel. Tres figuras abren la puerta acristalada para presentarse. Dos de ellos visten de traje, el tercero se adapta un poco más a la moda actual y porta un vaso de cartón con café, aunque por el olor que emite, debe llevar algún ingrediente más. Tras presentarse al comisario, observan que otra persona está sentada junto a Gordon. Habéis oído hablar de él. Ha metido el hocico en el departamento en más de una ocasión. Se trata del ayudante del Fiscal, Dany Threev. Qué coño estará haciendo aquí? Se os pasa por la cabeza. El comisario hace las presentaciones oportunas y da paso al motivo por el cual se ha requerido vuestra presencia.

Un tanto cabizbajo, puede que sea por la avanzada hora nocturna. Aunque ya le habéis visto trabajar hasta muy tarde en otras ocasiones sin demostrar fatiga. Es como si algo hubiera afectado a los valores morales en los que se apoya desde hace varios años. Os comenta:

- Señores, he precisado de su ayuda por encontrarme en medio de un asunto que me crea gran inquietud. Alrededor de las 9 horas de esta noche, una mujer ha sido asesinada. Han sustraído el dinero y tarjetas, pero todo apunta que el robo se haya producido después del asesinato y no haya sido el motivo del mismo - Os miráis un tanto desconcertados, que se os haya convocado a todos a estas horas y para un homicidio, seguramente producido por un yonqui, os parece exagerado. Gordon prosigue a pesar de percibir vuestra reacción mientras abre uno de sus cajones. A parte de una botella de whiskey bastante apurada, el cajón contiene una bolsa donde se suelen guardar las pruebas de las escenas. La deposita en su mesa.

- Este objeto estaba incrustado en la cabeza de la mujer. Creo que habla por sí sólo -

Tras la etiqueta que cataloga el objeto descansa una pieza metálica con forma de murciélago. Hace ya muchos años que no habeís visto ese símbolo. Alfredo McCoist se adelanta y coge la muestra. - No me estará diciendo que el murciélago ha regresado para asesinar a alguien, verdad Señor? - Le pasa la muestra a Frank Adams que no puede reprimir una sonrisa. Gordon responde. - Según criminalística, el objeto es auténtico. Es uno de los utilizados por batman. Misma manufactura, aleación... Lo más curioso es que posee las huellas del psicópata conocido como El Jocker. Pero Jocker lleva recluído en Arkham casi diez años. Se debe mantener este incidente lo más al margen posible de la prensa. Ya ha comenzado a filtrarse y la Fiscalía ha sugerido que el Señor Threev les acompañe a un interrogatorio lo antes posible al citado criminal. Confío que se esforzarán al máximo y por supuesto tienen a su disposición el departamento de policía si lo necesitaran. Esto empieza a oler a la oleada de terror que sembró Gotham durante años. Pero ahora el justiciero o no está, o está con ellos. Buenas noches caballeros, manténganme informado -

Bien Jocker. Como puedes apreciar tú podrás ver todos los post para actuar en consecuencia. si alguno debo ocultar ya modificaré los destinatarios. Pero es importante que todos aquellos post que no estéis juntos marques como destinatario sólo al director para que no puedan anticiparse a tí. Ok? Vete preparándote que pronto irán a visitarte.

Tengo intención de que te trasladen, así que vete llamando a tu chusma, jeje.

- Frank Adams, nos hemos visto alguna vez Threev. Se presentó Frank mientras le daba la mano firmemente al ayudante del Fiscal.

Frank escuchó atento Las instrucciones de Gordon.

Tres detectives para un caso de asesinato, yo me bastaría para buscar a ese cabrón y enseñarle una lección suficientemente buena como para que no lo volviera a hacer, creo que al comisario le está pudiendo el estres... Pensó Frank al oir los acontecimientos que habían tenido lugar aquella noche, pero Gordon aún no había acabado de hablar.

Frank no pudo reprimir una sonrisa ante la afirmación de McCoist, mientras repasaba con la mirada el objeto.

¿Habrá caído el murciélago presa de la corrupción que se dice, ha estado intentando combatir durante estos años? Seguramente ese loco enmascarado se halla vuelto aún más desequilibrado por toda la suciedad que se arrastra por la ciudad, pero aunque sea así, el murciélago parecía ayudar a limpiar un poco las calles de tanta sangre y suciedad moral. El Joker ya nos ha demostrado ser un psicópata al que dar una buena lección...está demasiado tranquilo en Arkham, eso le parecerán unas vacaciones, creo que será buena idea ir a "hablar" con él.

Frank pensaba en los acontecimientos mientras escuchaba hablar a Gordon, mirándole fíjamente, y descubriendo lo abatido que estaba.

- Nos ponemos en camino comisario Gordon. Y diciendo esto salió del cuarto y, junto con sus compañeros, se dirigió al coche para ir en busca del payaso.

Alfredo estrecho la mano de los presentes. No habia trabajado con ninguno de los que alli estaban, pero las noticias vuelan en el GCPD, y esos hombres eran de lo mejor de la central.

-Detective McCoist, homicidios. Encantado.

McCoist cogio su copia del informe para ojearlo de nuevo. No habia mucho, hacia poco que el crimen se habia cometido.

Como demonios ha podido el payaso hacerse con un Batarang? Y lo mas desconcertante, por que no lo ha usado para escapara de Arkham y como ha hecho que alguien lo usase para matar a esa mujer? 

Una aguda migraña comenzaba a abrirse camino hacia el lobulo frontal del detective.

Necesito un RedBull y un par de Tylenoll como el comer. Me queda alguno en la taquilla?

Mirando al resto del equipo, Freddy arqueo las cejas.

Gordon no esta escatimando esfuerzos en este caso. El abuelo siempre me ha dicho que el Comisario siempre estuvo muy unido a Batman. Yo creo que todavia espera a que la figura del justiciero aparezca en el alfeizar de su ventana. Pero eso lleva mucho tiempo sin ocurrir, y no se que bueno seria que el murcielago volviese ahora. Pero estoy divagando demasiado.

-Bueno que, nos ponemos en marcha?

Cuando entra en el despacho no puede reprimir un saludo dirigido a Gordon inclinando la cabeza. Se respira algo de tensión entre ambos, pero en todo momento, Taylor permanece atento a las palabras del comisario de Gotham, quien parecía dejarse sobrellevar por la situación.

Sean permaneció en absoluto silencio ante las explicaciones de Gordon y las afirmaciones de MacCoist. Observó la "prueba del delito" sin llegar a tocarla en ningún momento. 

imposible - pensó. - no ha vuelto. Desapareció para siempre. Se puso a sí mismo una máscara que escondería su verdadero rostro, el rostro del murciélago. Y ahora lo que queda de él no es más que un foco viejo acumulando polvo en la azotea del GCPD

- ¿Es la primera vez que va a estar cerca de ese maníaco? - pregunta Taylor a Threev.

Interrogar al payaso. Aquello no podía acarrear nada bueno. En este mundo hay tipos peligrosos, tipos letales, auténticos monstruos... pero ninguno albergaba una mayor falta de escrúpulos que el Jocker. El terrorista sin causa, el caos personificado y convertido en un demonio con la cara pintada de blanco. Si yo tuviera que interrogarle... estoy seguro de que en menos de cinco minutos uno de los dos habría abandonado la habitación dentro de una bolsa de plástico.

- Por cierto, soy Sean Taylor. - comentó dirigiéndose a cualquier que pudiera no conocerle en aquella sala. - Como ha dicho Adams, no vayámonos. - se vuelve para dirigirse hacia la puerta pero en un momento Taylor gira la cabeza y lleva su mirada hasta la de Gordon. - Por cierto, ¿Cómo se llamaba esa pobre chica?

Cuando los tres agentes entran en el despacho de Gordon, Dany se limita a observarlos. Saca una libreta del bolsillo de su americana, y empieza a tomar notas según comienzan la conversación de Gordon. Parece estar más pendiente de lo que dicen los policias que de los acontecimientos que les está explicando el comisario Gordon.

Cuando Frank se acerca a darle la mano, Dany ni siquiera levanta la mirada de su libreta, simplemente, inclina ligeramente la cabeza, como escueto saludo. Lo mismo ocurre cuando se acerca a saludarle McCoist.

Y ante la pregunta de Taylor sobre Joker, simplemente le mira fijamente durante más de 10 segundos, hasta que vuelve a bajar la mirada para continuar sus notas.

Cuando todos se dan la vuelta para salir del despacho, Dany, con excesiva tranquilidad, cierra su libreta y la guarda junto con su estilográfica en el nterior de sus chaqueta. Este moviento revela que debajo de su caro traje de marca, también lleva un arma guardada en la sobaquera. De inmediato, se levanta de un salto de la silla, y camina hacia los tres policias.

-El nombre de esa pobre chica -se dirige contestando a Taylor-, así como los demás datos relevantes de este caso estan en el informe -digo mientras cojo la carpeta que contiene todos los papeles-. El comisario esta muy ocupado, así que salgamos a vuestra oficina y os explicaré más de este asunto.

Y abriendo la puerta del despacho, Dany se gira para despedirse de Gordon con una ligera inclinación de la cabeza: Siganme, caballeros, por favor, no tenemos mucho tiempo. Sólo tenemos dos objetivos: encontrar al hombre murciélago y comprobar si es responsable de este crimen.

El grupo sale del despacho de Gordon. Tras las cortinas venecianas, se pude entrever que el comisario da un trago largo a alguna botella. El hombre no está pasando por sus mejores momentos. Recorréis el estrecho paso del personal administrativo no menos ocupados de papeleo. El ayudante del fiscal encabeza la marcha, desde luego no teme a los detectives. De vez en cuando recibe alguna mirada de los agentes que pasan a vuestro lado. Queda bien patente que la gente "intocable" de la fiscalía no es bien recibida en esa comisaría. Las llamadas a pesar de las altas horas nocturnas son la banda sonora permanente. Llegáis al ascensor que con un sonido de campana avisa que las puertas se abren. Tras pulsar el botón correspondiente el ascensor os lleva al parking.

El silencio reina en aquel lugar oscuro. Una de las luces del techo parpadea como si estuviera emitiendo alguna señal a la que nadie hace caso. La flota disponible, a parte del clásico Chevrolet impala de McCoist que destaca sobre el resto, son patrullas comunes o vehículos de apariencia civil. Una vez escogido el medio de transporte, el guardia eleva la barrera y subís la larga rampa que os da acceso al exterior. Un par de patrullas pasan cerca vuestro con las sirenas puestas, alguna emergencia, eso seguro. Taylor se termina su bebida y arroja el vaso por la ventanilla. Sus modales distan bastante de un correcto caballero. Mira a sus compañeros y pregunta: - Alguien de verdad cree que ése psicópata va a confesar con las preguntas anotadas en la libreta de ése? - Dice mirando a Threev. Sus ojos no revelan miedo, como si ya se hubiera enfrentado a la ley anteriormente. Sus dos compañeros emiten un esbozo de sonrisa. En efecto, la capacidad del perturbado para hacer perder los nervios incluso a los psiquiátras más profesionales es una leyenda. Casi seguro no cooperará. Los tres detectives se miran, saben que alguno de ellos tendrá que distraer al ayudante del fiscal mientras los otros dos "interrogan" al Jocker.

El vehículo se desplaza por las calles donde cada vez más se puede ver personas tumbadas al cobijo de los cartones. - Esta ciudad es una cloaca... - Masculla Frank. Threev responde devolviendo el golpe por la pregunta de Taylor. - Bueno, si no me equivoco, es labor suya la de limpiar las calles de delincuentes - Ahora él sonríe sabiendo que ha tenído la última palabra. Continuais hacia el norte por la avenida del borde del parque Robinson. Finalmente, el puente que da acceso a la isla donde se erige el famoso sanatorio, se muestra ante vosotros. Un relámpago seguido de su trueno hace la vista un tanto más inquietante. El guardia os pide la acreditación para permitir el paso, pero vuestras placas son más que suficientes para convencerle. Retira la barrera y cruzáis el ancho paso. Cruzáis también el oscuro río y entráis en la isla. Habéis oído cientos de historias aterradoras de los pacientes que hay dentro. Tan sólo lo que veis por fuera ya altera vuestra dura personalidad.

Freddy se acomoda en el asiento del conductor de su coche. En el suelo de la zona de copiloto hay algun que otro envoltorio de Burger King con botellas de agua vacias.

Definitivamente tengo que limpiar el coche. Este fin de semana lo tengo libre... o lo tenia, no se cuanto nos va a llevar este caso. 

Ante las palabras de Taylor, McCoist bajo su ventanilla y alzo la voz.

-No estoy seguro de lo que podamos sacar del payaso, pero tendriamos que revisar quien ha estado en Arkham ultimamente para poder buscar una conexion entre el batarang de la escena del crimen y el Joker.

Dany Threev camina a buen ritmo por el parking de la comisaria, mientras observa a los detectives que Gordon a escogido para acompañarle subir a sus vehículos. Sin quitarles la vista de encima, saca su telefono movil del pantalón, dice unas palabras y cuelga. En pocos segundos, aparece un espectácular coche deportivo, con pintura metalizada plateada y cristales tintados. Frena a pocos pasos de Dany, pero sin apagar el rugido del motor. Se abre la puerta del conductor y del vehículo sale una mujer vestida con uniforme oscuro, gafas y un auricular inalámbrico en su oreja. Abre la puerta del copiloto para que el ayudante del fiscal suba a su interior, cierra de nuevo la puerta, sube de nuevo al coche, y conduce hasta la salida del garage, hasta llegar a la altura de los coches de los detectives.

Ante la sugerengia de McCoist de ir directamente a Arkham para hablar con Joker, Dany habla a traves de la ventanilla de su piloto:

- Bien, a Arkham pues... La investigación es suya detectives, yo sólo me limito a informar al fiscal de sus progresos y a faciliatrles cuanta ayuda necesiten para avanzar.

Dirigiendo su mirada hacia su chofer, Dany se dirige a ella:

- Asilo de Arkham, Kiley, rápido.

Acto seguido, y en medio de un estruendoso rugido de motor, el deportivo plateado sale disparado como una bala en dirección al temido sanatorio de Gotham...

La habitación permanece totalmente ha oscuras y totalmente en silencio. Se podría llegar a pensar que la habitación esta vacía pero sin duda eso seria propio de alguien corto de entendederas.
De pronto una sombra se levanta de la nada y se acerca hacia la ventana:

-Bien...la visita. Y empezaba a preocuparme, se retrasaban.

Con pasos torpes y ridículos, como si quisiera imitar a un mujer andando con unos tacones demasiado altos, se acerca al espejo y comienza a pintarse la cara mas y mas.

-Eso...eso es. Estas preciosa...si yo no fuera tu te comería entera.

Una vez terminado con la ceremonia del maquillaje se acerca a la puerta de la cerda desde la cual llama a voz en grito a los guardias.

-Vamos!! Gordos y sebosos funcionarios abrid puerta, limpiadlo todo!!! todo tiene que estar perfecto ¿es que no veis que tengo visita? AAA AAA JAJAJAJA.

Vuelve a si habitación y comienza a acerca la cama.

-Eso es...la primera imagen es muuuuuuy importante... la cama conforme la va haciendo va quedando mas y mas liosa eso eso...

Una vez terminado el trabajo una sonrisa se dibuja en su cara:

-Si! mi padre abria estado orgulloso de mi....puuuuuuuuuuffff AAAA JAJAJAJAJA y una pedorreta sale de su boca.

Coge una silla y la coloca cerca de la puerta de la celda y una vez en esta situación.

-Veamos si son rápidos.... comienza a dar patadas en los barrotes UNO...DOS....TREEEES...CUATRO....cuando al mismo tiempo que da una patada. si no están aquí para cuando llege a 20 me enfadareeeee....CINCO...

El camino hasta el Arkham Assylym se antojaba curioso por lo menos. Para pocas veces que el tal Threev parecía abrir la boca y nos deleitaba con esas perlas de sabiduría propias de quien se pasa la vida con la nariz metida en blocs de notas. Ante el comentario en el coche, no pudo evitar contestar.

- Si de verdad queremos limpiar las calles, tal vez haya que empezar por algunos despachos... - acto seguido se acomoda en el asiento y permanece observando las calles hasta llegar al imponente manicomio que trata a la peor escoria de la ciudad, el lugar donde las pesadillas llevan un pijama naranja y un número de serie cosido al pecho. Un lugar donde los barrotes y las esposas no significan nada. Un sitio dominado por el miedo y la locura.

- Estoy de acuerdo McCoist... por cierto... ¿De qué año es esta pequeña joya? ¿Es el modelo del 67? - comentó mientras fijaba su vista en algunos de los detalles del coche: salpicadero, marchas, tapicería...

Frank se quedó observando la situación en el garaje La gente muerta de hambre por las calles pero los de arriba siempre encuentran tiempo para disfrutar de un buen paseo en sus deportivos, ojeando cualquier noticia mientras sus chofers conducen por ellos...

Ante la situación, preguntó a Taylor.

- Bueno, ¿Vamos tu y yo en el mismo coche o quieres seguir la moda de irse cada uno en el suyo? preguntó con cierto tono de desaprovación ante el solitarismo de sus compañeros, aunque recapacitó unos segundos...no quería acostumbrarse a trabajar en equipo.

Durante el viaje la ciudad dejaba ver, como de costumbre, toda la podredumbre que la componía, prostitutas a la luz del día, gente malviviendo en cartones, gente desesperada y estresada, madres que hablaban por el movil, seguramente con sus amantes mientras pasaban de las peticiones de sus hijos, padres que se gastaban el dinero para alimentar a sus familias en el juego o las prostitutas nombradas anteriormente.

-Esta ciudad es una cloaca...Murmuró para sí Frank. Y eso no era lo peor, la sangre corría por las calles como si del agua de las alcantarillas se tratara, aunque a veces se atascaba para hacer que las ratas se ahogasen en la propia suciedad...habría que averiguar qué quería el Joker, aunque no iba a ser fácil.

Todo indica al Joker, no importa que esté en Arkham o que el arma sea una de las que solía utilizar el murcielago, las huellas estaban ahí, y el Joker siempre tiene ases en la manga...aunque sería un movimiento muy inteligente del propio enmascarado poner huellas de uno de los mayores psicópatas conocidos en un arma para intentar evadir sospechas...habría que aclarar esto rápidamente, antes de que muriera más gente...al menos gente inocente...

Taylor asiente ante la propuesta de Adams.

Mientras tanto seguía recapacitando para sí mismo.

¿Se habrá pasado de bando? Imposible. En tantos años de "servicio a la comunidad" fue incapaz de matar a ninguno de esos cabrones que pretendieron extorsionar, envenenar o hacer volar por los aires a esta ciudad. No puede ser un asesino... pero si lo ha hecho, no debe salir a la luz, o la única esperanza que tuvo esta ciudad se desvanecerá como la luz de una bombilla que se funde con un pico de tensión.

Sean se muestra algo reservado y serio. Su ropa desprende cierto olor a tabaco, y observas que de vez en cuando masca chicle, quizá para no matarse más rápido de lo que le gustaría.

- ¿Quieres uno? - le ofrece un chicle a Adams, mientras éste conduce. - ¿Has estado alguna vez cara a cara con ese cabrón?

A su mente le venían unas palaras que nadie jamás quiso oír, cuando las calles eran menos peligrosas que hoy día, pero aún así los callejones cobijaban cosas peores que ratas hambrientas. ¿Has bailado alguna vez con el demonio a la luz de la luna?

Mientras Kiley conduce el automóvil a toda velocidad por las calles de Gotham hasta llegar a Arkham, Dany repasa todas las notas del dossier del asesinato.

Desde luego... Cuando me marche de Gotham, esta era una ciudad corrupta, violenta, pero al menos había una figura a la que temer, el hombre murcielago, Batman... y aquí estamos, 20 años despues, con la misma corrupción y violencia, pero sin psicopatas disfrazados que lo hagan, sólo gente normal y corriente... Y este es el momento que Batman elige para volver? No me lo trago... No se que está pasando aquí, pero pienso averiguarlo...

Los vehículos no tardan en llegar a Arkham. La noche parece poco propicia para comenzar una investigación, y menos en un sitio como este...- Dany mira constantemente alrededor suyo, con una mueca de asco y desprecio hacia este lugar, nido de criminales.

- Bien, caballeros, hemos llegado. Puesto que parece que ustedes ya han visitado tan acogedor lugar, espero que no les importe que les deje pasar primero, y sean mis guias... Además, será interesante averiguar si los métodos policiales han variado mucho en los últimos veinte años...

Acto seguido, Threev se inclina sobre su coche para dar unas indicaciones a su chofer. Esta asiente, y aparta el vehículo de la entrada, aparcando oculto tras unos arbustos al borde de la carrtera, como si estuviera oculto y a la espera.

Ante la mirada de los agentes, Dany encoje los hombros, y dirigiendo una sonrisa poco tranquilizadora al grupo, comenta: - Es por precaución... Bien, entremos en Arkham.

Nada más dar el primer paso en el interior de Arkham, el móvil de Dany suena.

(Uff... Es de la oficina del fiscal...)

- ¿Si?... De acuerdo, ponme con él... Buenas noches señor... Si señor, ya hemos llegado...

Con cara de pocos amigos, Threev camina guiado por los guardias de seguridad de Arkham y los agentes Taylor, Adams y McCoist hasta la oficina del Alcaide de Arkham. Durante el trayecto, Dany está más pendiente de la charla telefónica que de de lo que van comentando entre sí los policias que van delante de él.

- Si... Tres detectives... Bueno, los ha escogido el Comisario Gordon... Si, de acuerdo señor, lo tendre en cuenta. Gracias señor, le ire informando.

Threev cuelga el móvil justo cuando el grupo llega al despacho del Alcaide de la prisión-manicomio de Arkham...

Freddy llega un poco mas tarde que el resto del grupo al sanatorio. Cuando baja del coche lleva una bolsa de Wallgreens llena de envoltorios y botellas de agua vacias. Esta termiando de beberse un RedBull bajo en calorias para ayudar a los Alieve a pasar por su esofago. Habia recogido un poco el suelo del coche para que no le diese vergüenza que los demas detectives mirasen al interior de su coche. Taylor parecia entender de mecanica (mucho mas que McCoist) y agradecio los alagos a su vehiculo.

Al entrar por la puerta de Arkham, el detective hizo verdaderos esfuerzos por alejar de su mente todas las historias horribles que se contaban sobre la institucion. Alfredo era un hombre valiente, pero nadie era capaz de mantenerse totalmente frio entre aquellas paredes.

Con destreza dejo su arma reglamentaria en la consigna, firmo en el registro y siguo al resto del grupo.

"Espero no tener que remangarme el traje. Es casi nuevo y seria un desperdicio..."

Los dos vehículos entran el recinto del sanatorio. El silencio tan sólo es roto por ocasionales campanas de las boyas que flotan cerca de la costa. Una vez que los vehículos quedan aparcados, os ponéis en camino hacia la entrada principal. Kiley espera en el vehículo por petición de Threev. Parece una mujer de firmes convicciones. Si admite las órdenes de un hombre quizá sea porque espera un ascenso. El complejo es grande y distribuído por varios edificios, cada uno con su función propia. En verdad, la sensación de estar entrando en una cárcel es más que notoria. Sean Taylor parece observar los altos muros de piedra un tanto incómodo. Decide romper el silencio ofreciendo al resto uno de sus chicles. Por lo demás, el sonido de vuestros pasos sobre la gravilla os acompaña hasta la puerta doble del edificio principal. Otro relámpago os ilumina el porche haciendo que la gárgola que descansa sobre vuestras cabezas parezca moverse.

- Qué lugar es éste? Cualquiera perdería la cordura aquí... - Comenta McCoist y revisa instintivamente que su arma permanece bien sujeta. Frank Adams pregunta al ayudante del fiscal. - Cree conveniente dejar a su "becaria" sola en el coche? No es el lugar más agradable para estar esperando - - No se preocupe por ella Señor Adams, sabe cuidarse perfectamente. Detrás de Ustedes caballeros - Responde sin mostrar importancia al comentario.

El timbre no podía sonar de manera más tétrica. Daba la sensación de que un decorador había elegido todos los ornamentos para causar un efecto paralizador en la gente. Una voz distorsionada por el antíguo altavoz pregunta para saber quién llama. Cuando Sean va a contestar Threev se adelanta diciendo: - La Fiscalía solicita formalmente una entrevista de caracter urgente con el paciente con el alias Jocker. Tengo los formularios debidamente cumplimentados - La voz comunica que en breve les abre la puerta. Sean mira con cara de pocos amigos al ayudante. No comienzan con buen pié. A los pocos minutos, un sonido metálico de cerrojos abriéndose liberan el portón. La gruesa hoja se desplaza cuyos goznes chirrían hasta que se detiene. Un hombre ataviado de blanco es el celador con el que habéis hablado. Ronda los sesenta años y parece un tanto molesto por haber sido despertado. Le coge la documentación de las manos de Threev y con un tono desganado les dice: - Síganme por favor - Los pasillos parecen muy largos. Con poca iluminación da la sensación de entrar en una gargante enorme. El hombre usa una tarjeta que cuelga de su cuello para acceder a algunas puertas. El edificio habrá gozado de esplendor en tiempos pasados pero hoy en día, a pesar de la rigurosa limpieza, la sensación de vejez y desfase es más que notoria. Un gran ascensor, como los que usan en los hospitales os eleva hasta la planta de pacientes peligrosos. Las puertas se abren a otro pasillo oscuro. - Por favor, no se acerquen a las celdas. No hablen con los pacientes. Nunca accedan si les piden que se acerquen, aunque pidan auxílio. Tengan mi tarjeta, la celda es la 315. Yo vigilaré el ascensor y estaré cerca del pulsador de alarma. Si percibo algo raro pulsaré y esta planta se sellará con nosotros dentro. Vayan todo recto siguiendo la línea azul central. No sé qué piensan hablar con ése tipo, está loco. Según estos documentos tienen autorización a portar armas dentro del recinto, pero francamente yo no entraría con un arma ahí -

Threev se adelanta al grupo, acercándose a la puerta de la celda 315. Pero antes de abrir la puerta y entrar, se detiene en seco.

- Una pregunta celador...- Aunque me dirijo a él, no giro la cabeza - ¿Está el interno esposado o sujeto de alguna forma? Según tengo leido en los informes sobre Arkham, a algunos presos se les tiene con camisas de fuerza, grilletes y sistemas similares. Si no es ese el caso del Joker, creo que los detectives deberían dejar sus armas aquí fuera... -

Y sin más comentarios, pasa la tarjeta de seguridad por el sensor de seguridad. La puerta chirría, y se abre pesadamente.

- Parece que no recibe muchas visitas... Supongo que no esperarán que entremos los cuatro en la celda...  No parece muy grande y tampoco me emociona de que un prisionero psicótico y demente se altere por ver como su habitual rincón de existencia es invadido por cuatro extraños... Sugiero que me acompañe sólo uno de ustedes, caballeros. Que otro vigile lo que ocurre en el interior de la celda y otro este atento al exterior... Una jaula de ratas, aunque jaula, sigue estando llena de ratas... No deben confiarse... -

Las últimas palabras dichas por Threev muestran un desprecio hacia los internos de Arkham similar al que sentiría un un condenado a muerte por su verdugo.

(Ratas. Eso es lo que son. Ratas que no merecen ni ser usadas para experimentos. Y sin embargo, tenemos que venir aquí, a hablar con la mayor de todas las ratas...)

Tras un segundo pensativo delante de la puerta abieta, Threev entra en la oscura celda...

-Si le parece bien, le acompañare yo, Mr Threev.-dice McCoist acercandose decididamente al ayudante del Fiscal.

"El abuelo me hablo del payaso. Tendre que andarme con ojo con ese tipo. Espero que ambos nos mantengamos lo suficientemente tranquilos delante de semejante elemento."