Partida Rol por web

Mira a Threev cuando lee la nota y sus ojos se engrandecen como platos. Rapidamente afirma con la cabeza y se dispone a echar una carrera de fondo a contrarreloj hacia su coche.

- Estoy contigo. Ven, tengo el coche justo ahí, si nos damos prisa puede que aún podamos seguir al comisario.

Aplasta el cigarro contra el suelo y las ascuas rápidamente se apagan. Desde donde están se puede ver el coche del detective aparcado. Rapidamente llegan y Taylor se dispone a arrancar para dirigirse a la esquina de la plaza donde se supone van a recoger a Gordon. Intenta pasar desapercibido, ya que no le interesa que la "cita" del comisario sepa que ellos también acudirán a la velada.

Vale...ahora necesito ayuda master...lo de la nota no lo tenia previsto...como voy a hacer ahora para echarle la culpa si saben que tengo a su mujer...¿¿???

Threev mira sorprendido como Taylor sale disparado a su coche. Bien, parece que hoy tampoco empezare a fumar... Corre detras del detective, subiendo al automóvil de un salto.

- Bueno, otra persecucióm... ¿Es así siempre el trabajo de un detective en Gotham?

Mientras se abrocha el cinturón de seguridad, gira la cabeza a los lados para ver si McCoist y Adams les siguen en sus vehículos o si se unen a la "fiesta" en el coche de Taylor.

Adams no tenía claro como seguir al coche desaparecido, así que descartó la idea de ir hacia su coche para continuar la persecución, al menos inmediatamente. Sus compañeros salieron disparados, parecía que ellos sí tenian claro hacia donde dirigirse. El detective fue a seguirles, pero se le vino a la cabeza otra idea, salió hacia la fiesta de la plaza, y comenzó a buscar al policía que le había dado la carta a Gordon, el cual había visto entregarsela y creía recordar su cara perfectamente.

Podría ser un lacayo del Joker disfrazado, haberla encontrado cerca o cualquier cosa, pero la poca información que pudiera sacar serviría. Si más tarde podía se dirigiría hacia sus compañeros. Mientras se dirigía al lugar sacó su movil y llamó a la comisaría.

- Soy Adams, Peter, dime si el movil de Gordon no tendría por casualidad un rastreador o algo parecido, es urgente...

Dependiendo de lo que le diría el policía que le había entregado la carta a Gordon, ordenaría dispersar a la gente de la plaza o no...

Taylor y Threev Suben rápidamente al coche de Taylor. Adams parece tener otra idea, y decide ponerla en práctica dejando la persecución para el resto. McCoist parece haberse perdido entre la muchedumbre y no consiguen localizarlo, así que Taylor decide no perder un segundo más y arranca el motor de su vehículo. Un grave sonido indica que las revoluciones son altas, es un coche potente y ha llegado el momento de ver de lo que és capaz. El sonido de los neumáticos rozando el asfalto advierte de una brusca salida. Threev le mira de reojo y decide abrocharse el cinturón. El coche sale como una flecha disparada en medio de la calle. No tienen una imagen clara del vehículo al que seguir, deberán poner mucho de su parte. Salen de las inmediaciones de la plaza para incorporarse a las vías principales. Dos vehículos que se siguen situados a unos cincuenta metros circulan a una velocidad excesiva. Tienen toda la pinta de ser los captores. El tráfico no es muy denso, pero si Taylor quiere pisar el acelerador y alcanzarlos va a tener que concentrarse en ello. Un impacto a gran velocidad puede desestabilizar el coche y estrellarse.

Mientras, en la plaza...

Adams consulta en la comisaría si el móvil de Gordon posee algún sistema de rastreo o por el cual pudiera rastrearse. - La única manera de localizarlo sería si efectuara alguna llamada con él. Lo siento Adams, ese tipo de tecnología es demasiado cara para nosotros. Quizá algún pez gordo de la ciudad la tenga... -

Con esa información, Adams es consciente de que el Joker, habiendo conseguido su objetivo, la plaza llena de gente es un suculento manajar para satisfacer sus instintos psicóticos. Quizá deba desalojarla inmediatamente. Pero son tantos!

¡¿Disparar?! Threev se concentra en no vomitar, ya que Taylor conduce su coche como un maníaco. A pesar de estar usando el cinturon de seguridad, el ayudante del fiscal se agarra con ambas manos al asiento.

- ¿Es necesario que vayas tan deprisa? - Consigue balbucear entre el ruido ensordecedor del vehículo. - Espero que seas un conductor de primera, porque a esta velocidad... ¡nos mataremos si chocamos! -

Llamar al movil de Gordon sería una locura, si no lo tiene en silencio se lo quitarían, más vale que se le ocurra a él...

Adams pensaba mientras le daban las noticias por el movil, pero dejaría eso para más tarde, ahora había otras prioridades, buscar al agente que le entregó la carta al comisario y ordenar a los demás que dispersaran a la gente, el caos empezaría a correr por la ciudad si empezaban a movilizar al gentío, pero era mejor que arriesgarse a que algo explotara o peor...

- ¡Agente!, disperse a la gente vamos, ¡Que los demás le ayuden!- Dijo al policía más cercano, y mientras los agentes de Gotham trabajaban se dedicó a buscar la cara de aquel que había llevado la mala noticia a Gordon.

Taylor pisa el acelerador. Para variar ha puesto algo de John Fogerty y compañía, dando caña con ese trallazo que es el fortunate son, canción que ameniza las persecuciones. En el fondo, Taylor tiene un corazón de irlandés, atrapado por el encanto sureño.

Mira a Threev quien no parece gustar de altas velocidades. Igual ese bomboncito de chófer que tiene no es tan cañera como el detective pensó en un principio. Lástima.

- Agárrate fuerte Dan, esos cabrones van quemando caucho a toda ostia.

Mientras el coche sale esquivando milagrosamente a otros transeúntes, vehículos y una bicicleta que se cruza en su camino (jodidos abrazaarboles y sus costumbres...) Taylor está totalmente concentrado en la carretera y en los dos coches a los que persiguen y que cada vez ve más cerca.

It ain't me, it ain't  meeee, ain't no fortunate sooon so yeah! - tararea Sean al rito de la Creedence.

Habría que ir aminorando un poco sin perderlos de vista, para que no sea un cantazo. Mientras el pie sigue pisando a fondo el acelerador y Fogerty clava un punteo de guitarra al más puro estilo southern, el detective saca un pitillo y se lo ofrece al ayudante del fiscal.

- Ahora es buen momento para desahogarse. Por cierto... ¿vas armado? - alza una ceja sin perder de vista la carretera.

Threev mira de reojo a Taylor cuando este le ofrece un cigarro. - ¡Gracias, pero creo que paso, se me han quitado las ganas de fumar...!- responde a gritos sin soltar las manos de su asiento.

Dany no le quita ojo a la carrtera, viendo los coches pasar a velocidades de vertigo a un lado y otro del vehículo de Taylor. Pasado unos segundos, el detective parece que aminora y toma un ritmo más normal, al haber dado alcance a la presa.

Esto hace que el nervioso letrado se tranquilice de nuevo, y que ante la pregunta de Taylor de si va armado, le mire sonriendo y sacand su pistola de la funda sbaquera bajo la chaqueta.

- ¡Armado y listo, agente! - dice Threev mientras abre la ventanilla del coche y dispara a los neumáticos del coche perseguido.

Con una rápida sucesión de disparos, las balas alcanzan al vehículo que persiguen. - ¡Vaya! ¡Esto si que es puntería!

En la plaza la muchedumbre continua con el evento sin ser conscientes de una situación crítica. Adams, reacciona rápido. Su olfato de detective huele algo. Si perder un segundo, avisa a varios agentes para que desalojen la plaza lo antes posible. Éstos, le preguntan el motivo, sin percibir nada fuera de lo normal.  - Señor, hay agentes apostados en las azoteas colindantes, no creo que debamos... - - Mueva a esta gente ahora o prepárese a controlar el tráfico el resto de su vida! - Le grita Adams acercándole la cara. El agente, confuso pero servicial hace un gesto a sus compañeros que no tardan en ir informando a los presentes que abandonen la plaza de forma ordenada.

Cuando aún no está desalojada del todo, un sonido metálico resuena bajo los pies. La gente no le presta atención y continúa andando. Es entonces cuando un objeto sale de las entrañas de la tierra de forma violenta, expulsando los adoquines en todas las direcciones. Muchos ciudadanos son golpeados sufriendo heridas en diversas partes de sus cuerpos. Incluso los dos detectives tienen que esquivar la andanada. El atril es destrozado y el alcande también es alcanzado en una pierna. Con el caos reinando en el lugar, el polvo tras despejarse revela un objeto extraño donde los haya. Se trata de una monstruosa imitación de un balancín. Una cabeza de metal con cara de payaso y un grueso muelle como base, que hace que se agite pesadamente. El rostro del payaso, siniestro, tiene los labios pintados con spray de forma burda. Aquellos que están cerca, pueden oir una grabación de una risa macabra.

En las calles de Gotham...

El coche de Taylor aulla como un lobo en busca de su presa. Su conductor, da muestras de igual desprecio al miedo en tales circunstacias. Threev va venciendo el miedo inicial y trata de adaptarse al nuevo medio. Cambiar el despacho por un vehículo a toda velocidad es un paso demasiado brusco. Las luces de las farolas se suceden a gran velocidad mientras el vehículo más cercano de los dos fugados es alcanzado. Taylor consigue ponerse a la par del fugado y con un golpe de volante obliga al otro coche a juntarse con un muro de piedra. Las chispas saltan creando una cortina de incandescencias. Es el momento, Threev extrae su arma de la funda y espera el momento oportuno. El vehículo responde girando su volante y esta vez, es el coche de Taylor quien es obligado a cambiar el rumbo. Otro coche es rebasado pasando entre los dos oponentes y por fortuna no se ha colisionado con él. Taylor grita tras la maniobra, mezcla de alivio y excitación y que a pesar de la música alta es oído por Threev. El ayudante del fiscal asoma el brazo armado por la ventanilla. Va a disparar, pero otro coche se cruza entre ellos. Taylor le apremia. - Vamos Threev dispara! - Las detonaciones se suceden, Algunas perforan la chapa, pero una impacta en el neumático delantero. A esa velocidad, la pérdida de control con un rebentón es inminente. El vehículo se cruza derrapando hasta que la inercia de hace volcar y dar vueltas de campana destrozándose hasta que finalmente se detiene. El otro coche fugado no se detiene a pesar de que el semáforo cambia a rojo. El resto de vehículos sí lo hace aglomerando los carríles haciendo imposible seguirle. La gente sale de los vehículos para observar el siniestro. Threev jadea por la tensión acumulada y Taylor detiene el coche con un frenazo en seco marcando la vía. - Guauu! Buen tiro amigo! - Su rostro presenta gotas de sudor. En efecto se ha empleado a fondo.

Cuando Taylor frena su vehículo, Threev se percata de que está sudando como si estuviera en una sauna. En efecto, la tensión acumulada ha sido suprema. Ve las consecuencias de la persecución, con uno de los coches que perseguían abollado en la cuneta de la carretera.

- Espero que esto haya valido la pena, Taylor. Hemos puesto en peligro nuestra vida y la de la gente que había cerca... -

Sin más palabras, Dany Threev sale del coche, caminando aún un poco mareado tras la carrera, aunque aún con la pistola en la mano, y se acerca al vehículo siniestrado, apuntando con el arma al interior.

- ¡Oficina del fiscal de Gotham! ¡Salgan con las manos en alto! -

- ¡Mueva a esta gente ahora o preparese para controlar el tráfico el resto de su vida! Decía Adams amenazantemente al agente para que empezara a actuar, el detective se temía lo peor.

El desalojo iba bien, y de momento no parecía ocurrir nada, ¿Me habré equivocado?, Pensaba Frank, deseando que su instinto le hubiera fallado esta vez, pero no fué así. La plaza no estaba completamente vaciada cuando se pudo empezar a apreciar un sonido metálico. Adams no sabía de donde procedía pero no le gustaba nada.

De repente, el suelo se resquebrajó al lado del detective, y de él salieron a toda velocidad los adoquines metálicos, levantando con ellos el polvo y los restos de piedra del suelo. Frank reaccionó rápido y saltó hacia el lado para evitar el impacto. En medio de la confusión se levantó y apartó a una mujer de la trayectoria de otro golpe, obligándola entre gritos a salir corriendo del lugar. Después de pasar todo el estruendo, el polvo dejó ver no solo a los heridos del atentado, si no al mecanismo causante, el gran balancín del payaso.

Adams apretó el puño con furia. Esta va a ser tu última función payaso...después de esta no habrá otra...se te va a acabar el jugar...

Después de un momento de abstracción, el detective volvió en si, y apresuradamente salió en busca de McCoist dispuesto a ayudarle por si había sido alcanzado por uno de los adoquines, mientras le buscaba, Adams, sacó su teléfono, llamó a los servicios de emergencias, para que vinieran a ayudar todo lo rápido que pudieran. También buscó al alcalde para ver como se encontraba, y después de asegurarse de ellos, con la ira todavía dentro de él, fue a buscar al agente que entregó la carta a Gordon, esta vez no se escapaba.

McCoist sale de su coche y se apresura a reunirse con sus compañeros cuando los adoquines comienzan a volar a su alrededor.

-Pero que co...!

Taylor sigue los pasos del ayudante del fiscal y cubre a éste con el arma empuñada y cargada. Se acerca despacio al coche siniestrado y no deja de apuntar en ningún momento a la puerta del conductor. De quedar alguien vivo ahí dentro el conductor seguro que será uno de ellos. Deja hablar a Threev, ya que lo de las palabras no es lo suyo.

Mientras una mano sostiene el arma, la otra se aferra al teléfono. Llama al primer contacto de la policía que se cruza en la acera.

- Aquí Taylor y Threev, solicitamos refuerzos en... - tras dar detalladamente su posición, espera respuesta.

- ¡Threev! ¡Deberíamos ir a por el resto, aun estamos a tiempo! - dirigiéndose a su compañero a modo de sugerencia.

- De acuerdo Taylor, ves tu a por el resto, yo me quedo aquí hasta que lleguen más policías, y veré si puedo obtener respuestas de alguno de los supervivientes -

Lo cierto es que a Threev no le entusiasmaba volver a jugarse la vida en una persecución mortal por las calles de Gotham. Había tenido suerte acertando al disparar a los fugitivos, pero prefería no agotar toda la buena fortuna del día en una carrera de automoviles.

Taylor vuelve al coche como alma que lleva el diablo. La bestia sigue en marcha, de modo que mete la marcha directa y sale disparado de nuevo hacia una nueva persecución endemoniada. Sólo espera que esos cabrones no estén todavía demasiado lejos. Lo que daría por un poco de apoyo desde las alturas, pero si tenía que esperar a que el GCPD le cediera un helicóptero podría jubilarse... dos veces.-

Vamos, pequeño, haz que papi se sienta orgulloso... - dice mientras sus dedos se aferran al volante y su vista no se aparta de los coches que tiene que esquivar a un lado y a otro. Mientras tanto, la Creedence pone a tono un "proud mary" cañero, ideal para ocasiones como esta.

Threev oye alejarse a Taylor en su "cohete con ruedas". Vivirá poco si sigue conduciendo así, -piensa Threev para sus adentros- aunque yo no lo tengo más fácil... Hasta que lleguen los refuerzos de policia aquí, estoy solo con estos tipos.

- ¡Vamos! ¡Salgan del coche con las manos donde yo pueda verlas! - Sonrio un momento, mientras se daba cuenta que imitaba a un policía de película para intentar calmarse. - ¡Como vea que alguno hace una tontería, no dudaré en disparar! -

A lo lejos, oyó un fuerte ruido, como de una explosión... aunque no supo identificar de donde provenía. - Esto se está complicando cada vez más...- murmuró en voz baja.- ¡He dicho que salgais del coche! ¡Ahora!