Partida Rol por web

El ascenso era duro, y el bombeo de sangre resonaba en la cabeza de Adams casi al compás de sus pasos. Uno tras otro sus zapatos iban subiendo los escalones, casi parecían infinitos.

La visión de que uno de los tres compañeros estuviera teniendo éxito lo animó a continuar, una sensación a medias entre la alegría de joder a esos psicópatas y la envidia de que fuera otro el que les estuviera jodiendo invadió al detective, que con renovadas fuerzas le pedía a sus músculos que continuaran la ascensión.

Una vez en la planta veintiseis, se pararon a descansar momentáneamente, claramente el nombre del departamento ocultaba algo, y ambos detectives creían que era lo que buscaban. Todavía con falta de aire y la garganta un poco seca, Frank se cubrió con la pared y se atrevió a echar un ojo hacia la habitación, el sonido llegaba desde la habitación de enfrente.

Adams observó rápidamente la estancia en busca de cámaras de seguridad, y, al no verlas , hizo un gesto con la cabeza a Taylor, para que este le siguiera. Su compañero estaba herido y Frank no sabía si llevaba protección, así que le pareció buena idea ir primero, mientras Sean le cubría.

Apuntando con su revolver cruzó la habitación, el enmoquetado azul se cubría con la sombra de ambos detectives, y cuando cruzaron la habitación y se cubrieron con la respectiva pared, el detective intentó agudizar un poco más el oído.

Los detectives hacen acto de presencia en la nueva planta. Taylor nota como su pierna se resiente del esfuerzo que han realizado con la ascensión. Decide sacar su pañuelo y anudársela en torno al muslo para contener la hemorragia. El pañuelo se tiñe de rojo pero consigue el objetivo y la herida es contenida, aunque, desde luego necesitará curación en cuanto pueda.

Adams se pone por delante y apoyándose en la pared de enfrente agudiza su oído. Los sonidos que llega a percibir revelan la presencia de alguien en la sala contigua. En la mesa junto al sofá hay un cenicero metálico. Taylor se lo presta y Adams lo usa a modo de espejo tumbándose en la moqueta. El reflejo os muestra a otro de los secuaces dentro de un mostrador. Parece distraído observando algo bajo su mesa. No conseguís ver sus manos y no podéis saber con certeza si va armado. El espejo además os revela que al final de la pequeña sala una puerta de seguridad está abierta. Es una de esas puertas que se desplazan sobre unas guías y se introducen en la pared. Debe de ser un control de seguridad de acceso a otra sala, quizá la verdadera sala donde tienen el laboratorio. En la pared del mostrador hay una salpicadura de sangre. Lo más probable es que sea del guardia de seguridad que habrá sido abatido. Quizá haya más matones más allá de la puerta de seguridad, así que habrá que actuar con el mayor sigilo.

Taylor se palpa la pierna. Pica como si estuvieran friendo bacon en ella. Escuece como mil demonios, y probablemente si nadie le atiende en un par de horas, esa mierda conseguirá infectarse. ¡Jodidos cabrones! piensa mientras imagina como se las va a hacer pagar a todos y cada uno de ellos. Después de todo, el mamón al que acaban de despachar quizá ha tenido hasta suerte, pero como le inflen un poco más las pelotas, puede que...

Mientras todos estos pensamientos le vienen a la vez a la cabeza, haciendo que su respiración se acelere, Taylor se da cuenta de que está cayendo en una espiral de malas vibraciones que no hará si no nublar más su ya de por sí afectado juicio.

Entonces saca la petaca y pega otro largo trago. Eso le mantendrá alejado del dolor al menos unos minutos. Quien sabe, puede que el escocés que guarda dentro de ese latón pueda desinfectarle la herida, piensa mientras ríe para sí mismo.

Mira a Adams y espera que le comente que ha averiguado utilizando el cenicero como espejo. Al menos se alegra de tener un compañero apañado. Si en la policía de Gotham hubiera tenido la oportunidad de haber trabajado con más tipos como este, otro gallo habría cantado.

A las afueras del edificio Wayne, comienza a reunirse un nutrido grupo de vehículos, muchos de ellos policiales, aunque ninguno mantiene encendida la característica sirena de alarma. Al frente de esta tropa de coches, se encuentra el automóvil del Fiscal de Gotham.

Los vehículos forman un circulo, creando una zona de seguridad, rodeando el edificio y eliminando cualquier posible obstáculo que encuentran en el camino. Varios hombres salen de los coches policiales, armados hasta los dientes. Aseguran la zona, con experimentados movimientos tácticos y llegan hasta la puerta de entrada.

Uno de los agentes, se acerca al coche del Fiscal. -"Señor, zona asegurada. Hemos encontrado algunos hombres del Joker en los alrededores, los hemos capturado y..." -en ese momento, Threev sale del coche con ímpetu, y observa con atención el despliege policial- ¿Capturado? ¿Habeis capturado a algunos hombres del Joker? ¿Acaso os capturan ellos? Combatiremos el fuego con el fuego. La Ley no toma prisioneros. Juzga a los culpables y ejecuta a los culpables. De modo que no quiero prisioneros. Impondremos la Ley de la única forma que entiende esta gente. Y ahora, ¡al asalto!.

El detective miraba tumbado mientras algunas gotas de sudor afloraban como el rocío en su frente. Consiguió divisar al tipo haciendo guardia algo distraido, pero mientras observaba la situación, advirtió la gravedad de la herida de su compañero, si los refuerzos no llegaban a tiempo, podría ir a peor...

Adams señaló con la mano que tenía libre para indicar la presencia de otro sospechoso, detrás del mostrador, posiblemente armado, lo indicó con la mano que estaba libre, primero alzó un dedo indicando la presencia de un individuo, luego movió la mano en señal de que estaba detrás del mostrador, y luego señaló su propia pistola para dar a ver que podía tener armas.

También le comunicó a su compañero la presencia de la puerta al otro extremo de la sala, podría haber más sujetos, así que, aunque sería fácil acabar con el que tenían al lado, no lo sería tanto hacerlo sigilosamente.

- Tenemos que eliminarle en silencio Sean- Dijo Frank susurrando para que su voz no se oyera al otro lado de la pared. - O podemos no arriesgarnos con este usando las armas y luego cruzar los dedos por que no nos hayan oido, o caigan en una posterior emboscada...

El nuevo Fiscal de Gotham llega a la Torre Wayne. Pronto deja claro las nuevas directrices sobre el trato a terroristas. Nadie cuestiona sus métodos, aunque sean crueles, temen por sus puestos y además ven que está consiguiendo en muy poco amedrentar a los "malos". Ha logrado en unas horas más que su antecesor en años. Hace un gesto y dos agentes se acercan a la entrada principal del edificio. Con un ariete de metal rompen las gruesas puertas acristaladas tras varios intentos. La compañía Wayne tiene buenos sistemas de seguridad y por supuesto estará asegurado. Threev se acerca con dos hombres más. La escena revela que alguien ha pasado por ahí limpiando de "malos" el lugar. Dany ya sabe quiénes pueden ser.

Un guardia comenta: - Señor, hay dos hombres abatidos por arma de fuego - - Y un tercero herido de gravedad esposado al pasamanos de la escalera! -

Dany se acerca hasta la altura del matón que con gran esfuerzo conserva la consciencia. Se enfunda las manos en sus guantes de cuero y dice con sorprendente calma: - Bien muchacho, ahora me vas a decir todo lo que sabes... -

El matón ve horrorizado que otro duro interrogatorio le viene encima. Un grito de terror proviniente de su garganta se pierde por el hueco de las escaleras.

¡Joder! se dijo a sí mismo el detective. En otro tempo no habría problema, pero hoy en día y más con la pierna ardiendo de dolores, el sigilo y la delicadeza no eran precisamente sus mejores aliados.

- ¿Crees que podemos pasar sin que nos vea? - preguntó con curiosidad y poca esperanza.

Lo de ir en plan comando no era lo suyo, y menos en estas circunstancias, pero algo había que hacer y se acercaban demasiado peligrosamente al premio gordo como para arriesgar demasiado, y no hacer todo lo que estuviera en su mano para no tener que tirar de gatillo en todas las habitaciones de la torre Wayne.

El detective analizó la pregunta de su compañero. Veía prácticamente imposible el atravesar la estancia sin que su enemigo les viera. Con su compañero herido, no podían arriesgarse a eliminarle en silencio con seguridad, y si se liaban a tiros, llamarían demasiado la atención y podrían tener problemas.

Estamos jodidos...

- Lo dudo, podríamos intentarlo, pero creo que lo menos arriesgado sería hacer una entrada fuerte...no me gusta la idea, pero no veo las demás factibles...-Frank hablaba distraido, miró la radio que había cogido de la sala de recepción...

- A no ser que se nos ocurra otro plan...- Dijo señalando al aparato de comunicaciones. Tal vez podrían tender una enboscada al guardia...fuera con la radio, o, con suerte, haciendo algún ruido, si es que solo acudía él...

- Tú eres el que está jodido Taylor, ¿Qué prefieres hacer?

El matón a sueldo del Joker no tarda en contar todo lo qu sabe, e informa con pelos y señales a Threev del paso de Adams y Taylor hace pocos minutos por allí.

- Bien hecho muchacho, -espeta Threev al malherido criminal- eso es todo lo que quería saber. Por tu ayuda a la nueva Justicia de Gotham, te perdono... - El maleante, asustado y gravemente herido, parece sonreir, farfullando un débil "gracias", cuando Threev toma su pistola con sus enguantadas manos, le apunta entre los ojos y le dice: -Por conspirar con el Joker, te condeno a tortura y muerte, pero al haber colaborado con la Ley, sólo te matare.

¡BANG!

Sin más explicaciones, Threev dispara en plena cara al sorprendido criminal. El disparo retumba en la pequeña sala. Restos de sangre y sesos salpican el traje y quemado rostro del Fiscal de Gotham, pero este no se inmuta. Parece que la dureza e insensibilidad de sus nuevo ser no es solamente exterior...

Inmediatamente, Threev se dirige a los hombres que han tomado la primera sala del edificio Wayne. - Adelante caballeros, tomemos el edificio. Y recuerden: no quiero prisioneros.

- Si... - titubea - si hacemos una entrada fuerte no tardará en llamar a sus amiguitos. Y entonces seremos presa fácil para ese hijo de puta con cara de bufón - Busca en la sala algún teléfono, interfono y mira directamente el comunicador que Adams requisó al otro tipo.

- Tal vez podamos atraerle hacia otro sitio antes de que de la voz de alarma, y allí librarnos de él... como sea.

No sabía bien como perfilar el plan. Noquearlo, o simplemente apartarlo del camino para que cuando volviera ellos ya se hubieran esfumado de allí. Lo primero era más seguro y arriesgado. Lo segundo, mucho más efectivo pero dejaba cabos sueltos. Decisiones... decisiones...

- Puede que sea una locura, pero tal vez yo podría distraerle para que tú puedas avanzar. Al fin y al cabo... - mira su pierna - esta puta no nos va a traer más que problemas. Estarás mejor solo.

Desde luego, y si la situación fuera al revés, Taylor lo habría hecho. Era así de pragmático, frío y por eso tenía tan poco amigos de verdad. Por eso era el mejor en su trabajo, porque solo tenía trabajo. Por eso su mujer se fue, y su familia no le habla. Por eso sus jefes le reprendieron. Por eso empezó su obsesión por el murciélago.

Pega un último trago a la petaca que ya queda vacía.

- Lo dejo en tus manos. Pero pase lo que pase, quiero que sepas que eres un tío cojonudo. - Se incorpora fingiendo que la pierna no le duele - deja que te abra el paso y no te moleste. Tienes una misión que cumplir.

En cierto modo Frank se alegraba de lo que había sugerido Sean, se estaba acostumbrando a estar acompañado, y solo Dios sabía cuanto odiaba acostumbrarse a alguien...por las consecuencias que ello traía...la pérdida de algo que importaba, no quería tener esa sensación nunca más, y eso unido al sentimiento de que así no se oxidaría le animaron a seguir el plan de Taylor, el cual, si fuera cualquier otra persona habría rechazado.

El arma ya estaba completamente cargada, y Adams la sostenía con fuerza. El frío del metal estriado le producía una sensación agradable, aunque el sudor estaba aflorando en la piel de sus manos...

- De acuerdo, a tu señal, me colaré, si piensas dejarle fuera de lugar, coge su radio después, nos mantendremos en contacto en el canal 8- Frank había comprobado anteriormente cada frecuencia para buscar alguna conversación entre guardias, y sabía, o al menos deducía, que ese canal estaba libre. - De todas formas, puede que apague la radio si necesito ser sigiloso, no te arriesgues demasiado.- Dicjo mirando a la pierna de su compañero.

- ¿Cómo piensas distraerle?- Interrogó Adams, mientras comprobaba una vez más que todo estuviera en su sitio, siempre intentando hacer el mínimo ruido.

Una vez había escuchado el plan de su amigo, asintió silenciosamente y se dispuso a llevar a cabo el objetivo, pero en el ultimo momento se giró y dijo.

- Nos volveremos a ver Taylor, pero, por si acaso, me ha gustado trabajar contigo, sabes lo que te haces...

Comienza a paladear el gusto por el caos que esta sembrando.
Todo el mundo continua haciendo los movimientos que mas le interesan y ni siquiera son conscientes de ello.
Una gran carcajada sale desde el interior de sus pulmones.

-Shiii puede irte...eses sabuesos son estúpidos pero no sordos.

Vagabundea por la sala en la que se cuentra mientras juega con su mano como si de un avión de juguete se tratara.

-Bien, bien ¿y que nueva jugarreta les haremos a esos culo prietos?

Hola Joker.

No te preocupes todos andamos ahora un tanto liados. Yo he bajado el ritmo de posteo para atender el curro. Bien en principio te tenía situado en la cima de la Torre Wayne, lugar desde donde transmitiste el mensaje con Gordon. El sombrerero se enfrentará con los detectives unos pisos más abajo. Tienes bajo tu "custodia" al detective McCoist. Puedes usarlo como arma emocional al cargartelo delante de los otros detectives. Ahora parece que pretenden separarse, será un poco más dificil para ambos. También el ayudante del fiscal ha sufrido un aparatoso accidente y se ha tornado en Dos caras. No es un villano, pero tampoco un angel de la guarda. En principio va a por tí, pero quién sabe si podrías atraerle al lado oscuro.

Tienes carta blanca para planear lo que quieras. No temas atacar al resto de jugadores, en esta partida pueden morir y ya estoy yo para salvarles el culo si fuera necesario. Tu saca al Joker que llevas dentro, jejeje. Si te apetece manejar al sombrerero me comentas y en breve te paso las riendas.

Un saludo.

Bien detectives. A ver si he entendido el plan. Taylor se las arreglará para que el matón abandone su puesto y Adams aprovechará para colarse. En caso afirmativo, Taylor hazme un ligero esbozo de tus acciones para que pueda continuar y si fuera el caso hacer alguna tirada.

Estoy teniendo mucho agobio en el curro, bajaré el ritmo pero continuaré al pié del cañón ok?

El matón canta como un tenor ante la mirada inquisidora de Threev. Al final del interrogatorio el matón recibe su recompensa por la participación. Los policías vuelven a ser testigos del nuevo brazo de la ley. Implacable, cruel, pero al parecer efectivo.

Unos cuantos agentes toman el ascensor, Threev y otro equipo suben por las escaleras. Dany nota su vigor incansable, como si sus músuclos fueran espoleados por corrientes eléctricas. Cuánto durarán estos efectos. Al menos confía que los suficiente como para terminar su labor.

Las plantas se van sucediendo sin altercados. Al parecer, los hombres del Joker no son tan numerosos como todo un cuerpo de policías. Hay un rastro de sangre en las escaleras, uno de los detectives está herido. Dany pasa su mano enguantada por el peldaño y acaricia la gruesa gota de sangre. Correrá sangre ahora por sus venas o también estará carbonizada? - Continuad! - Y espolea a los policías para que no se detengan.

Los muchachos se cansan conforme las plantas pueden ir contándose por decenas, pero el miedo a tí les estimula a no parar a pesar de sus jadeos y el sudor de sus frentes. Miras hacia arriba, la puerta de acceso de la planta superior, la 36, parece estar abierta....

Threev encabeza la subida por el edificio Wayne, mientras los agentes que le acompañan, dirigidos como un ejercito, se despliegan asegurando las distintas plantas, e informando al fiscal de cualquier posible incidencia o novedad. Threev sonrie, aunque sea más una mueca lo que se dibuja en su rostro mediocarbonizado. -Esto marcha bien, caballeros, parece que en la planta 36 tendremos que andarnos con más cuidado, -el letrado continua subiendo escalones con ritmo infatigable- pero tenemos las de ganar, el Joker será exterminado. ¡SIgamos!

- Escóndete tras esa puerta. Pronto ese cabrón estará fuera de juego. - dijo Taylor mientras señalaba la otra puerta cerrada que tenían en la habitación en la que estaban.

Taylor se situo en la habitación de al lado, la que tenía la puerta abierta. Entonces comenzó a gritar como si se estuviera desangrando. Se había colocado al fondo de la habitación, esperando atraer con sus gritos de dolor al matón, abandonando su puesto y dejando el camino libre para Adams. Eso les daría una oportunidad al menos.

Taylor lo iba a tener jodido, pero nada más que ese cabrón cruzara el umbral de la puerta, le volaría la puta cabeza. Intentó ponerse algo a cubierto para no dejarle el trabajo fácil al matón. Su mano derecha sujetaba el revólver y se la llevo al pecho dejándose de espaldas con el arma apuntando a través del cuero de la cazadora. Quedaría echa un guiñapo en el momento que su dedo se deslizara por el gatillo, pero si funcionaba la idea de hacerse el moribundo, el matón iría más desprevenido, hasta el momento que Taylor le hiriera. El hecho de que tuviera las manos llenas de sangre, hacía el cuadro algo más creíble.

- Suerte compañero - dijo entre dientes.

Su idea era dejarle el camino libre a Adams, y que si el cabrón del secuaz avisaba por radio, informara de que hay solamente un agente en el edificio, dejándole algo de margen a Adams.

Taylor ofrece a su compañero una estratégia bastante arriesgada, pero la situación lo requiere. Adams se coloca semioculto junto al sofá al tiempo que Taylor golpea con su puño la puerta del elevador y confiere un grito de dolor. Coloca el arma bajo el brazo opuesto al que la sujeta con el cañón apuntando hacia atrás. El matón no duda en comprobar qué ocurre.

Sale del mostrador y cruza el umbral de la puerta. Por fortuna, tiene su vista fijada en Taylor y no advierte la presencia de su compañero. Da un par de pasos más hacia el detective herido dejando vía libre a Adams. - Pero quién coño eres tu? - En ése momento, un sonido estridente, como de un gran taladro que estuviera perforando ataca a vuestros oídos. Taylor aprovecha la situación y usando el reflejo del metal de la puerta del elevador dispara su arma. La cazadora es perforada por el proyectíl que sale en busca de su presa ahogando el sonido de la detonación entre el ruido del taladro. Adams en un movimiento casi felino se introduce en la nueva estancia. La bala recorre toda la distancia en un suspiro y Adams no sabe si ha acertado al matón, pero si lo ha hecho, desde luego le ha atravesado ya que cruza la puerta a escasos centrímetros de su cabeza...

Aprovechas la grandiosa oportunidad que te brinda tu compañero para colarte en la nueva estancia. Ruegas que el plan salga bien o tu compañero va a verse en serios aprietos. Pero confías en su perícia, además, ahora debes centrarte en la misión y te obligas a continuar pensando también en tu seguridad. No sabes con qué te vas a encontrar. El ruido continua y conforme avanzas empiezas a notar también cierto temblor en paredes y suelo.

Llegas a la esquina donde la puerta de seguridad sigue plegada en la pared dejando que llegues a un nuevo pasillo.

La decoración cambia drásticamente a un entorno más sofisticado y futurista a la par que frío e impersonal. El pasillo parece desembocar en una puerta octogonal. Te acercas a ella con el arma desenfundada y con todo el sigilo que puedes, aunque con el atronador sonido del taladro podrías cruzar la distancia corriendo sin que nadie lo advirtiese. Una vez en el marco, asomas la cabeza fugazmente para observar...

...la entrada a otra nueva sala. Debe ser el laboratorio donde llevan el desarrollo de la tecnología armamentística. La imagen que queda en tu retina te advierte que hay otro matón tras otro puesto de control. Al final del breve tunel de entrada hay una columna detector de metales. No lo puedes ver desde ése ángulo, pero la columna gemela estará cerca. Sin embargo, podrías intentar disparar al matón desde tu posición. Con el ruido aún presente es una buena oportunidad. Deberías derribarlo de un sólo tiro o podría dar la alarma y no sabes cuántos más habrá en las inmediaciones.