Partida Rol por web

 Taylor escucha a su compañero. Su opción era arriesgada, pero era la mejor manera de asegurarse que ese malnacido no volvería a aterrorizar la ciudad de Gotham. El precio era alto, el más alto que podían pagar, pero si salía bien merecía la pena. Pero aún así, se resistía a creer que fuera la única salida que se les abría. El enorme repertorio de explosivos repartido por la azotea podría volar prácticamente todo lo que había en un radio de varios metros. Eso sin contar los destrozos que provocarían la metralla y los escombros que saldrían disparados desde lo alto de la opulenta torre Wayne.

- Mi idea era llegar hasta la grúa... - dijo Taylor con voz algo apesadumbrada - pero mucho me temo que ese cabrón pulsará el botón rojo si activamos los mandos o peor... los tendrá conectados. Cuando ese desgraciado te mira, puedes sentir como calcula perfectamente la situación.

Sin duda el número de opciones factibles se reducía, pero la esperanza y el coraje de los agentes no mermaba en absoluto. Tan cerca del fin, que el movimiento acertado podía librar a la ciudad del peor enemigo que había conocido... al menos por un tiempo. Puede que aquellas bombas fueran las responsables de sus ceses de servicio, puede que no fueran más que parte del decorado del payaso, el cual les reservaba algo peor, pero fuese lo que fuese, había que mantener la cabeza fría y pensarlo bien antes de ar cualquier paso.

- Pero... ¿estáis locos o el payaso os hace decir estupideces por el miedo? - el rostro de Threev, ya desfigurado por las quemaduras, era más extraño dever ahora, con la mueca que desencajaba su rostro, sorprendido por las ideas de los detectives.

- Volar el edificio... ¿esa es vuestra solución? Apuesto que eso es lo que quiere Joker... que la desesperación termine haciéndonos cometer alguna estupidez. - El fiscal camina ahora con pasos cortos, cabilando y hablando en voz baja, como si discutiera consigo mismo un plan de acción.

- Está claro que Joker es el maestro del caos, ¿verdad? - pregunta clavando una aterradora mirada en los detectives Adams y Taylor. - Y la explosión de la torre Wayne, centro de Gotham, sería la guinda del pastel a lo ocurrido. Así que nada de detonar explosivos, ¿entendido?

Threev continua caminando alrededor de los agentes, explicando su plan. - Si tantas ganas teneis de volar en mil pedazos, al menos hacedlo para lograr algo: ¿alguno podríais desactivar los explosivos? ¿O en vuestras clases de "Proteger y Servir" sólo os enseñaron a sujetar una pistola, fanfarronear y beber licor de mala calidad?

Frank se enfureció ante las palabras de Threev, era la única idea que tenían, pero estaba visto que el fiscal quería perdurar después de esto para implantar su propio régimen de actuación en Gotham.

- No lo se Threev, ¿A ti te enseñaron a destruir carcasas de combate en esa central eléctrica por casualidad?- Respondió el agente, sabiendo que lo decía con toda la intención de que doliera.

Al decirlo el agente miró cabizbajo a otro lado. Se estaban peleando y el Joker seguía fuera, ¿También era su plan que los compañeros se pelearan?, si era así, le estaba saliendo perfecto.

- No se mucho de bombas, soy detective, no artificiero, pero a juzgar por el entramado y su creador, debe estar llena de circuitos trampa...- Dijo Adams, ya más calmado, casi con un tono de arrepentimiento- Esta bien Threev, si tienes una idea mejor de como derribar al Joker, compartela con nosotros, y así se nos pasarán las ganas de volarle por los aires - El detective cruzó los brazos esperando una respuesta del fiscal.

 Taylor parecía tener la mecha de su paciencia a puntito a puntito de extinguirse y explotar de forma más violenta que cualquier invento de ese maníaco enfundado en armadura metálica.

- No me toques los cojones Threev o lo primero que volará de esta azotea serás tú.

La pierna se le engarrota y el dolor vuelve por unos segundos. A pesar de ello su rostro permanece inmutable, esperando que se les ocurra algo mientras los segundos juegan en su contra. Un estruendo metálico les indica que el cabrón está logrando que su "juguetito" se incorpore y aún queda pendiente la sorpresa que les tenía prometida, aunque tampoco le pillaría desprevenido que lo hubiera dicho sólo por tocarles un poco más los huevos y hacer que dudaran a la hora de hacer cualquier cosa.

- Venga ¡joder! Algo se nos tiene que ocurrir - dice casi a gritos para poder hacerse oír - si tocamos ese montón de cables podemos darnos por fritos o algo peor - dice mirando a Threev cuando se refiere a eso de "algo peor" - pero si llegamos a esa grúa tal vez podamos derribarlo... sólo habría que asegurarse de que ninguno volamos por los aires mientras le lanzamos al vacío... por mucha armadura no sobreviviría a una caída desde la jodida torre Wayne.

Seguro que ese yupi repeinado que viste de Armani y pasa los fines de semana alternando pádel con playmates tiene un seguro de puta madre que le cubre el hecho de que un terrorista prófugo de Arkham sea el responsable del deterioro de uno de sus juguetitos.

- ¿Queréis un plan? - increpa Threev a los dos detectives cuando estos le encaran ante su reprimenda - Pues este es el plan.

Me llevo el auricular a la cara para contactar con el helicóptero. - Soy el Fiscal. Dirijase contra ese engendro mecánico. Quiero que lo entretengas el tiempo suficiente para que podamos tenderos una trampa, ¿entendido?

El crepitar del comunicador parece indicar ciertas dudas por parte del piloto del helicóptero. - Repito, ¿ME HAS ENTENDIDO? - El tono de voz de Threev se alza por encima de los múltiples ruidos que le rodean.

- Bien, ahora subiremos a la torre de la grúa, y la usaremos como brazo armado contra Joker, mientras él se cena en el helicóptero. ¿Os parece un buen plan o queréis que también opine el payaso? - Y sin esperar respuesta, Threev sube por los escalones.

Ya no era solo la actitud del Joker lo que hacía incrementar la ira de Frank, sino también la de Threev.

- Algo es algo...- Dijo el detective hacia sí mismo más que para Taylor, al menos había usado como escusa el plan de Sean y no había inventado uno propio, eso estaba bien.

- Vamos Taylor, al menos tendremos la suerte de que si hay trampas, la primera será para él...- Intentó animar a su compañero mientras seguía escaleras arriba al que para Adams todavía era el ayudante del fiscal, refiriendose a él con el chiste.

Este era el final, todo cambiaria ahora, para bien, o para mal. Tenían que ser valientes, afrontar la situación y sobre todo, ser precisos, y porqué no, tener un poco de suerte.

La verdad es que el detective, aunque no le tuviera demasiado aprecio, echaba de menos la presencia del murciélago en esa azotea.

 Ríe ante la aguda observación de Adams y se dispone a seguir el camino. Con un par. Que no se dijera que los polis de Gotham no tenían pelotas. Parece que el plan a seguir iba a ser el de usar la grúa. Anhelaba el momento de ver como el enorme gancho de acero forjado golpeaba y embestía al payaso hasta hacerlo caer. No era capaz de vislumbrar el momento en que acabara toda esta pesadilla y pudiera descansar tranquilo.

Mientras tanto, el recuerdo de Gordon y del murciélago seguía presente en su mente. ¿Cómo diablos les habría ido a ellos?

El caos inicial parece disiparse lo suficiente como para estar de acuerdo en ascender y hacer uso de la grua. Threev vuelve a usar su cargo para enviar al helicóptero a una segunda carga contra Joker. Por la radio, podéis entender vagamente las quejas del grupo de policías que viajan a bordo, Se ha vuelto loco? Nos derribará... - - Silencio Phillips! Cumple con la orden. Señor... Nos aproximamos - Y se corta la comunicación para poder observar una mueca de satisfacción en el orgullo del Fiscal. Así pues, dejáis la bomba para manos más expertas y ascendéis por los peldaños metálicos como si la vida dependiera de ello. Quizá no estéis tan desencaminados en la idea.

Por fin la puerta. Ese panel de metal que os acerca a la prueba final. Esa puerta que os separa del mayor criminal que ha conocido esta ciudad, al alcance de vuestra mano. Una vez cruzado el umbral no habrá marcha atrás. Os miráis, conscientes de que hacer frente a dicha máquina de muerte en manos del psicópata puede traer consecuencias funestas. Es Taylor quién rompe el hielo. - Qué demonios! No vamos a quedarnos aquí parados con todo lo que hemos pasado esta noche - Armas en mano, y listos para enfrentarse a lo peor, el pié del detective Taylor empuja con fuerza la barra horizontal que abre la puerta y la desplaza sobre sus bisagras de forma brusca con un sonoro ruido.

- Bienvenidos a la fiesta polizontes! - Nunca se coge por sorpresa al Joker. Los dos grandes cañones os apuntan con intención de convertiros en unos coladores. Pero para fortuna vuestra, al menos en parte, el helicóptero ha vuelto a acercarse y descarga una nueva ráfaga de su ametralladora sobre la armadura mecánica. Esta vez, ha debido dar en algún punto crítico ya que de su espalda, sale un gas dispersándose. Al parecer, el sistema encargado de la puntería ha sido dañado y Joker no consigue un objetivo claro. Los planes de Threev pueden ser cuestionados moralmente, pero no hay duda de que son eficaces. Pero un fallo técnico en el sistema no quiere decir que no vaya a abrir fuego. Y así sucede. Con un cañón, os apunta y dispara, haciendo salir decenas de trazas luminosas que os desean dar caza cual lobos hambrientos. Con el otro, apunta al helicóptero y también dispara. El volumen del aparato lo convierte en un blanco facil y las balas trazadoras alcanzan su vientre para herirlo de muerte. - Sopla las velas pajarito, hahahahaaa! -

En el panel de instrumentos del helicóptero se van sucediendo numerosas luces rojas parpadeando. Está herido de muerte. Un policía cae del aparato muerto. Las balas le han alcanzado. Un humo negro sale del helicóptero como si fuera su propia sangre. El control también abandona la aeronave que comienza a realizar movimientos caóticos.

Vosotros, os lanzáis en plancha para protegeros con los contenedores que tenéis a unos metros por delante. Son recipientes metálicos presurizados qué Dios sabe qué contendrán, pero por fortuna parece que aguantarán unos minutos la pesada artillería del engendro mecánico.

Lo primero que vieron los detectives nada más abrir la puerta fue la imagen del Joker apuntándoles directamente, Frank se sintió incapaz de hacer nada para parar las balas, lo único que pudo hacer fue mirar desafiante al payaso que se disponía a acabar con ellos, pero por suerte, una ráfaga impactó en el robot.

El helicóptero de Threev había llegado y parecía haber salvado la situación, pero esa sensación solo duró unos instantes, el Joker giró uno de sus brazos y apuntó hacia el helicóptero. El pájaro caía después de ser alcanzado con movimientos descontrolados, la mayoría de su tripulación estaba muerta, y el resto no sobrevivirían a la caída, esto distrajo a Adams, que volvió la cabeza un segundo para ver como el payaso intentaba hacer un tiro preciso hacia ellos.

Unos bidones cubrían parcialmente al grupo, el esforzado detective intentó tirarse cuerpo a tierra lo más rápido que pudo, pero, no fue suficiente...

 Taylor siguió a su compañero. Cayó en la cuenta de que ahí arriba estaban totalmente a merced del Joker, y de pronto una lluvia de plomo se les vino encima. Buscaron cobertura donde buenamente pudieron, pero la situación era crítica. Aquella azotea iba a quedar como si un jodido apocalipsis hubiera pasado por ella tras las acometidas del maníaco.

De ellos dependía detener esa locura, por lo que Taylor, sabiendo que hacer lo correcto no implica siempre hacer lo que uno quiere decidió que si sus compañeros iban a tener una ínfima oportunidad de detener a ese cabrón, debía colaborar aunque su vida fuera en ello. 

- Estad atentos - les dijo - intentaré llamar la atención de ese cabrón, y entonces tendréis una oportunidad para flanquear sus ataques.

Threev, junto con los detectives Adams y Taylor, trata de lanzarse tras los containers, evitando la lluvia de fuego y balas que el engendro Wayne, en manos del maníaco Joker está acosándoles y dándoles caza.

Pero algo extraño ocurre. De repente, pese al atronador ruido de disparos, maquinaria, y explosiones, el Fiscal no oye nada. Observa como las balas vuelan a su alrededor. Cree ver como alguna pasa cerca de los detectives... demasiado cerca, tal vez. Parece que los tipos duros han sido alcanzados.

¿Pero por qué él es capaz de observarlo? ¿Por qué permance inmovil, mientras sus compañeros, con muchas dificultades, siguen avanzando? Mueve su cabeza a izquierda y derecha y hacia abajo. Parece caminar sobre una gran mancha de aceite... hasta que se da cuenta de que no es aceite... es sangre... SU sangre...

Multitud de impactos adornan el raido traje del Fiscal, del que brota, apenas con fuerza, la sangre y la vida del sorprendido Threev. Cada impacto que recibe le hace retroceder, primero algunos pasos, hasta que finalmente, se desploma boca arriba, aún con los ojos abiertos como platos, incapaz de comprender lo ocurrido.

Tirado en el suelo, como un muñeco roto, nota los latidos de su corazón, cada vez más lentamente, mientras apenas puede intentar respirar entre los borbotones de sangre en los que que han convertido sus órganos internos.

El tiempo se detiene. Su corazón también. Y el pequeño Dany, que hace 20 años decidió luchar por la Justicia, muere.

Taylor abre la puerta, pero en realidad parece haber abierto la caja de pandora y una red de decenas de puntos luminosos van en vuestra búsqueda. Los disparos se suceden tan deprisa y son tan numerosos que vuestra mente deduce en fracciones de segundo que alguien saldrá herido con total seguridad.

Vuestros cuerpos caen al suelo protegidos momentáneamente por los contenedores. Una risa queda como telón de fondo al finalizarse la lluvia de proyectiles. Es cuando recuperáis la consciencia del momento. Adams, percibe entonces un ardor en una pierna. Descubre que un proyectíl ha cruzado su muslo es entonces cuando un dolor perforante le quita el aliento. Pero las desgracias nunca vienen solas. Taylor, también se lleva la mano a la parte baja de su hombro. La herida también es considerable. Quizá tenga alcanzado un pulmón, ya que su respiración es entrecortada y necesita escupir esputos sanguinolentos, dejándole la comisura de su boca rojiza. - He... Hemos tenido me...mejores.... puestas en escena... Verdad? No dices nada... Dany. Dany...? -

El cuerpo de Dani yace boca arriba sobre una alfombra de su propia sangre junto a ellos. Los detectives se acercan arrastrándose a pesar del terrible dolor. - Maldita sea Dany responde! - Trata de gritar Adams mientras toca su cuello. Aún hay pulso en él. Tiene varios impactos en su pecho. Un hombre normal y corriente hubiera muerto en el acto, pero Threev parece estar hecho de otra pasta. Oís al helicóptero que está a punto de caer cuando un rugido cruza el cielo nocturno. Un vigilante actúa de nuevo. Una aeronave con una forma que recuerda vagamente a un murciélago se acerca y lanza un garfio que hace presa al helicóptero para alejarse con él en cuestión de segundos. Joker por unos instantes parece olvidarse de vosotros.

- Síiiiii, sabría que vendrías!!! No sabes cómo te he echado de menos rata voladora! Aquí te espero para iluminar Gotham!!! -

A pesar de estar en una situación más propia de un paciente de hospital y con una mente azotada que bien podría pasar una temporada en Arkham, Adams y Taylor se arrastran mientras el payaso observa a la aeronave alejarse en el otro sentido hacia la grua. No sin esfuerzo, van asiéndose a los barrotes hasta alcanzar la puerta de la enorme grua. Han dejado un rastro de sangre en su avance. Los controles son básicos, pero antes hay que ponerla en marcha. Una llave fija parece ser el contacto. Es girada, pero, nada ocurre. - Cómo podemos tener tan mala suerte! Qué coño le pasa a este trasto? - Revisáis todo el panel por si algo se os pasa por alto, pero deducís que los disparos de Joker habrán afectado al sistema de puesta en marcha. Taylor piensa en alto, - Cómo demonios vamos a simular una batería ahora... -

- Así... - La mano enguantada de Threev se apoya en el panel de voltaje y emite una descarga eléctrica que ilumina la cabina de forma espectral. Después, cae de rodillas ante vuestros rostros incrédulos y se deja apoyar contra la pared agotado, pero vivo. Sus orifícios de bala parecen haberse fundido cicactrizando más parte de su cuerpo de manera deforme, evitando que se desangre. De su boca un susurro parece oírse. - Yo soy la ley... Y la ley nunca muere. Hagan su trabajo... Detectives -

Os cuesta reaccionar, pero os giráis y os ponéis a los mandos de una grua operativa cuyo panel se ha llenado de luces.

 Taylor coge los mandos de la grúa. El intenso dolor que le producen sus innumerables heridas es casi insoportable, pero un par de alientos más y todo habrá acabado para ese maldito hijo de perra. Junto a su compañero ponen en funcionamiento el aparato no sin antes dedicar una mirada agradecida a un desfallecido Threev que acaba de salvarles el culo con su última acción antes de caer rendido. 

La grúa se pone en funcionamiento. La idea de Taylor es dejar caer el enorme garfio sobre la armadura para aplastarla y después girarla para precipitarlo al vacío.

- Vamos, ahora te toca morder el polvo a tí, ¡pedazo de cabrón! - Con pulso firme en un último y extenuante esfuerzo Taylor maneja los mandos - Saluda al demonio de mi parte

Gracias Threev, lo has hecho bien...Se dijo a sí mismo el detective, aunque estaba agradecido hacia el ayudante del fiscal, Adams no lo reconocería a la ligera.

Frank vió como Taylor se disponía a manejar la grúa, pero una idea se pasó por la cabeza del detective.

- No falles Sean, no tendremos muchas oportunidades...voy a entretenerle, cuanto más distraido esté, más fácil será...buena suerte.- Dijo Adams con tono decidido y comenzó a bajar las escaleras para encararse con el Joker y que este no estuviera tan atento a la grúa.

Tenía que llamar su atención de alguna manera (incluso aunque se diera cuenta del movimiento de la grúa, el detective no debía dejar que pudiera pensar en eso ahora).

Así, cuando se alejó de sus compañeros, Adams sacó su arma y disparó al Joker hasta casi vaciar el cargador.

- ¡Ven a jugar como un hombre, payaso!, ¡Cualquiera con un robot así lograría vencer!- Y a pesar de ello te vamos a dar lo tuyo cabrón Pensaba Frank mientras.

La energía necesaria para poner en marcha el motor es transmitida por Threev a través de su mano. La pesada máquina comienza a ronronear. El recién ascendido a Fiscal por fallecimiento del anterior queda totalmente extenuado y su cuerpo se desploma contra la pared de la cabina como una marioneta a la que han cortado las cuerdas. Taylor hace uso del mando para transmitir la orden de girar el enorme brazo y orientarlo hacia el lado opuesto, donde se encuentra el payaso. Adams percibe que el movimiento es demasiado lento para actuar por sorpresa y decide hacer uso de su astucia una vez más.

Las escaleras no son un obstáculo a pesar de su pierna sanguinolenta. Cada vez que avanza pisando con el pié de la pierna herida deja una huella sangrienta de la suela. Es bien consciente que de no ser todos atendidos por un médico no tardarán en verse en un estado mortal. Pero el honor que llevan dentro les impide flaquear por muy mal que se encuentren. Cumplirán con su misión. Alcanzada la distancia en la que sus ojos son capaces de localizar las partes vulnerables de su objetivo, insta al Joker para atraer su atención. Sus palabras tienen efecto y la armadura mecánica se gira para observarle. - Pero no estáis muertos? Malditas pulgas empezáis a resultar molestas. Yo te daré un remedio a vuestra plaga... -

La mano del detective es más rápida que el dañado sistema de apuntado de la máquina. Suenan varios disparos. Muchos salen rebotados en el grueso blindaje. Adams se siente en verdad insignificante frente a colosal máquina bélica. Cuando realiza el último disparo, la bala alcanza un tubo neumático, en una minúscula zona donde queda al descubierto al realizar el movimiento de avance y lo perfora. El gas sale y casi de inmediato, la pierna izquierda pierde movilidad haciendo que cojee. La furia se apodera del psicópata y su sonrisa se borra de su rostro por una vez en toda la contienda. – Pero qué pasa? Ahora si me has cabreado sabueso... – Los brazos armados apuntan al detective que se siente indefenso en medio de la nada. Sus heridas impedirán que pueda esquivar con agilidad, si es que puede esquivarse la terrible ola de balas que están a punto de dispararse. Mientras, el brazo de la pesada grúa ya se ha orientado y Taylor lo extiende hasta colocarse en la posición del blindado.

Los cañones empiezan a girar emitiendo el característico sonido de su puesta en funcionamiento. Frank aprieta los ojos asumiendo un final funesto. Pero, una sombra cruza rápido la noche y aferra a al detective y lo lleva con él como si fuera un huracán.

La cortina de balas deja el suelo desconchado allí donde la sangre de Adams cubre gran parte, pero no encuentra carne que perforar. El cuerpo del detective es depositado otra vez al resguardo de los contenedores con la inicial W y el enmascarado se yergue para mostrarse en todo su explendor, capa al viento. – Esto debe acabar hoy... – Dice la oscura figura al villano. – Lo sé viejo amigo... Para eso me he tomado tantas molestias. Verás me he dado cuenta en todos estos años que mi objetivo ha sido siempre acabar contigo murciélago. Pero, durante tus años de ausencia, también he descubierto que sin ti, esta patética ciudad carece de nivel para una mente criminal como la mía. Recuerdas qué día es hoy? – El payaso deja unos instantes para que Batman responda – Sí, hoy hace ya muchos años fue nuestro primer encuentro - - Eso es!!! Detective hasta el final. Es nuestro querido aniversario. Espero que te guste como he decorado la ciudad. Además he traído unos invitados a la fiesta. Están medio muertos pero están, Jajajajajaja!! –

Taylor aprieta el botón que libera el pesado gancho, pero no cae con suficiente velocidad como para causar daños en la armadura. Pero una chispa eléctrica, fluye desde los controles de la cabina se desliza por el brazo de la grúa hasta llegar al mecanismo de control del gancho y éste se lanza con gran velocidad hacia el exoesqueleto como si tuviera vida propia, con gran sorpresa de Taylor. El impacto es durísimo. El pesado gancho dobla y perfora parte del blindaje dejando tumbado boca abajo a la máquina. Aturdido, Joker no sabe bien qué ha pasado, pero no se va a dejar atrapar. Viendo que su cascarón ha sido vencido, pulsa el botón de eyección y es expulsado fuera de la trampa metálica en la que se encontraba. A pesar de no contar con la ventaja del poderoso equipo de guerra, el Joker sigue siendo un formidable enemigo que no conviene subestimar...