Partida Rol por web

Nauj y Blog tardaron relativamente poco en darles alcanze a los demas a pesar de sus heridas. Lo curioso es que Seryu y el resto no habían ingresado a la posada: estaban a la entrada, al parecer impedidos ya que el vampiro de antes estaba de espaldas tapando la entrada con su presencia. Por encima del hombro de este podía verse que la posada estaba algo poblada de gente de Ivere, pero por sobretodo proximo a él estaba otro individuo: Vestía una discreta túnica, sencilla pero a la vez elegante, y al cuello se apreciaba un colgante de piedra verde y muy brillante brillante. El cabello estaba suelto y se presentaba largo y rizado, de tono castaño claro. Al parecer estaba algo herido, puesto que algo de carmín manchaba la parte baja de su cuerpo.

Aún así cargaba con alguien mas.

Una mujer por la forma del cuerpo. No se veían demasiados rasgos porque una capucha blanca obstruía la visión del rostro, pero una larga capa blanca estaba presente como continuación de la cobertura de la cabeza. Una buena cantidad de rojo manchaba la parte superior izquierda del cuerpo.

Manzana se adelantó un poco entre las piernas de Seryu y comenzó a ladrar insistentemente a un gato negro que andaba por el suelo de la estancia (que si bien no se encrespó le lanzó un bufido en respuesta). Curiosamente tenía ojos dispares, uno ambar y el otro celeste.

Las posibilidades de salir discretamente y sin mas preambulos del pueblo empezaba a ser nula. Justo tras Andrue se había agrupado un puñado de personas que al parecer pretendían entrar, y eran las mismas que habías visto antes por la ventana. Contando con que Shadar había aparecido cargando a Azur, la probabilidad de que se creara un nuevo problema parecían altas a menos de que se manejaran bien las cosas.

Para darle guinda al asunto un cachorro se había acercando por entre las piernas del chico rubio, que era practicamente el que encabezaba, y se había puesto a ladrar de forma insistente a Inome, que le respondió con un simple bufido. Era de pelaje marrón, excepto por las patas, parte del pecho y del rostro, que se presentaban en un tono bayo.

 Observó a sus compañeros y examinó sus heridas por un momento.

-En cuanto salgamos de aquí y entremos en un lugar mas discreto, os sanaré las heridas. Por ahora, camufladlas..

El muchacho entonces coloca una mano en el hombro de aquel hombre sonriéndole e intentando hacerle girar.

-Discúlpeme, señor... Necesitamos entrar en este lugar, no es menester perder mas tiempo, hay algo aquí que nos interesa en demasía.

Esperaba que su respuesta no fuera violenta, no veía necesario utilizar la violencia nunca.

- ¿Quien ez ezte Nauj? Susurró a su compañero señalando discretamente al tipo del que Nauj le había advertido.

- ¿Ez peligrozo para ti, o para tuz compañeroz? Dijo con mirada maliciosa, mientras mantenía sus manos cerca de las empuñaduras de sus armas.

Bolg olisqueó el aire nerviosamente, buscando el aroma de algún posible tipejo emboscado.

Sigue avanzando hacía la puerta, cargando a la joven inconsciente en brazos cuando justo detrás del comandante aparecen unos forasteros con prisa para entrar en la posada. Un molesto perro se cuela y empieza a ladrar al gato.

Mira al joven rubio. Se veía educado. Otro con menos maneras simplemente habría entrado de un empujón.

-Que pasen si tienen prisa. Nosotros ya nos vamos.-

Se echó a un lado para dejarles pasar. Esperando que el otro comandante hiciera lo mismo.

-Mas le vale al muerde botas marrón no tocarle mucho las narices a Inome o le sacará los ojos.- Mira al chico rubio. -A este le he visto antes, por lo menos no está con los bandidos. Solo espero que sus quehaceres no tengan nada que ver con Azur ni la esencia. No quiero mas contratiempos-

Miré de solslayo a Seryu, con una ceja ligeramente enarcada, ante su última pregunta dirigida hacia mi. Preferí guardar silencio y no responderle, había cosas más importantes que una discusión sin sentido.

Permanezco detrás suyo, mirando al hombre que llevaba la mujer en brazos ¿Estaría muerta? Quizás no, pero herida si y quizás gravemente. Mis ojos se posaron en el colgante del hombre, memorizándolo, al igual que las facciones de su poseedor.

Al ver que Manzana se adelantaba, adentrándose a la posada, no lo pensé y lo seguí hasta ponerme a su lado, para luego arrodillarme y acariciar su pecho, brindándole un poco de tranquilidad. La verdad, en aquel momento, se estaba mejor al lado del perro que de mis conflictivos compañeros.

Observo el gato, sus ojos llaman mi atención -Tranquilo, no pasa nada...- murmuro a Manzana. Afortunadamente aquel extraño hombre nos había permitido entrar, de lo contrario, estaríamos disputando otro enfrentamiento.

Mis ojos se fijan ahora en la puerta de entrada, buscando a la chica desconocida que nos había acompañado, por un instante la había olvidado por completo. Prometí ayudarle a encontrar a su guardaespaldas y debía cumplirlo.

Observé a todo aquel extravagante grupo, casi con una mueca de sorna e incredulidad. Aunque no hablé, pues parecía que Shadar optaba por la prudencia. No era el momento de crear rivalidades, ni en un campo ni en el otro

"Salgamos de aquí, maldita sea..."

Mi frustración iba en aumento, por ello salí cuanto antes del lugar, sin quitar ojo de aquel grupo

¿Qué buscarían en ese lugar ahora desastrado? Sacudí la cabeza, porque realmente no quería saberlo. Sin duda aquel destino había traído más desgracias que beneficios

Alguien mas se acercó para salir, siguiendo a Andrue. Una mujer pálida al extremo, vestida con túnicas negras con bordes dorados. Cabello azabache en media coleta, y realmente su cara te sonaba bastante...al igual que la marca roja de la frente. Claro que la variación en la ropa hacía dudar un poco en cuanto a las conjeturas, ¿o quizá no? Estaba cargando con aire despistado de un pequeño y ligero cuerpo, bastante particular:

Era pequeña y de aspecto humanoide, de una piel oscura en tono marrón-rojizo y con varias marcas que asemejaban a grabados en color amarillo. Cabello bayo, y una pupila roja y brillante...pero era distinta a la del vampiro sin duda, el tono de carmesí de aquella mirada era incandescente y vivo, recordando a la brasa de una estufa. Traía puesto un atuendo simple, de un material que no llegaba a identificar pero con cierto parecido al cuero, que le cubría el pecho y la parte inferior del cuerpo. Alrededor del cuello traía puesto un collar rúnico de color negro cuyas runas enrojecidas que casi podían percibirse palpitantes. Tenía los ojos abiertos si, pero con la mirada perdida, como si estuviera inconsciente aún así.

Tras recoger a la pequeña, también ella decidió acercarse esperando la salida. Echó un vistazo al exterior y se vió confundida.

-¿Oh? Aún es muy pronto.

  Reunió al grupo junto a sí, y observó a aquel muchacho de rostro pálido, y al que había dado la orden

-No os separéis... ni os evadais de los problemas. Parece que otro combate se avecina. No lucharemos, o eso espero...

Plantas surgidas de la nada le abrazaron firmemente como la amante que no quiere que abandone el lecho.

Miró al joven muy seriamente.-No sé quien crees que eres pero no pienso darte explicaciones. Las chicas están bien atendidas, yo mismo me he encargado de ello.

Si eres un sanador te aconsejo que dejes de perder tu tiempo y el nuestro y empieces a sanar a los heridos. En esta sala hay unos cuantos y fuera seguro que los hay a decenas.-

Miró hacia donde se hallaba el joven de la trenza que había luchado antes a su lado. -Si quieres puedes empezar por él, le he dado mi ungüento para las heridas, pero seguro que agradecerá manos expertas.-

 La voz del muchacho sonó clara en la mente de todos: Aquel vínculo era muy simple y fácil de crear. Mientras hablaba con aquel hombre, seguía conectado con ellos. Sin abrir la boca, les llegó un mensaje.

-Necesito ayuda averiguando las intenciones de este hombre... algo me huele mal, es mas, tengo indicios de que estas razas no son del lado natural, aunque solo sean suposiciones. Si estoy en lo cierto, debemos de ayudar a las mujeres... y si no, ayudaré de inmediato a estas personas... ¿Estais de acuerdo? Podeis comunicaros por vuestros pensamientos, así que cuidado con lo que pensais.

- Ese vampiro es uno de los comandantes de D'Thyre. -le dijo rápida y escuetamente a Bolg, antes de que se acercaran a la posada y viesen a todos los demás - El responsable de su magia negra.

Y quizás el objetivo que ando buscando- reflexionó.

Desde la puerta de la posada, donde la situación se había tensado por el hechizo del silfo que retenía a los que deseaban abandonarla, Nauj examinó fíjamente a los dos hombres y la chica que portaban en brazos. Sin duda, son ellos, pensó. En cambio, le sonaba la chica que les seguia pero no acertaba a dar con quién era. ¿La extraña aparición en medio de la batalla?, se preguntó. Y ese pequeño cuerpo que llevaba con ella...

Entonces recibió, como una descarga, la conexión mental de Seryu y pudo oir sus palabras claramente. Nauj se animó, dentro de la ansiedad que se estaba apoderando de él. Sin duda aquella sería una estupenda manera de sacar ventaja de la situación para la inminente pelea, que el encapuchado estab convencido tendría que llegar.

Entonces, pensó. Y pensó con toda la nitidez de la que supo ser capaz para que los demás lo percibiesen:

"El hombre vampiro y su acompañante... coincidí con ellos en Alanku, tiempo atrás..."

Y entonces, recordó, procurando no omitir detalle de aquel día:

Cita de la dire, de hace tiempo, en Alanku.:

"Son los comandantes de D'Thyre y el cuerpo que portan es el de "la de la Capa Blanca", una guerrera que lidera la resistencia contra el tirano y a la cuál éste lleva tiempo pretendiendo dar caza."

"Es toda una oportunidad" -pensó con todas sus fuerzas y poniendo el empeño en tratar de mostrar su convencimiento a los demás- "Si acabamos con ellos, será un durísimo golpe para el Tirano"

"En cuanto ese pequeño cuerpo que va con la chica de detrás..." --Nauj interrumpió la corriente de pensamientos. Tenía un presentimiento sobre aquella forma humanoide, pero no estaba aún seguro.