Partida Rol por web

Tras subir unas escaleras que crujían bajo tus botas y dirigirte a la puerta indicada, te encontrabas en una habitación bastante simple. No había casi ningún objeto en ella a excepción de un ropero viejo y el lecho, que estaba puesto con sábanas blancas en condiciones. En una de las paredes se puede apreciar una ventana, ahora cerrada, que da una vista algo privilegiada de los tejados cercanos y parte de la calle.

Agradecí a Inzar con un asentamiento de cabeza y una sonrisa por su amabilidad en permitirnos pasar la noche.

Subo las escalas, pensativa y fijándome en cada detalle de la casa. Al abrir la puerta, miro rápidamente toda la habitación; no estaba nada mal, al menos tenía un techo y un lecho donde descansar.

Me quito mi abrigo y lo dejo encima de la cama, luego las botas que hacían crugir el suelo con cada pisada y no deseaba interrumpir el sueño de los demás.

No tenía sueño aún ¿Cómo podía consiliar el sueño si Seryu deseaba hablar conmigo? -al menos no es nada preocupante...- murmuro al tiempo que ponía una mano en el marco de la ventana y comienzo a mirar hacia el exterior.

Hasta la media noche no vendría, así que debía dormir un poco, quizás la conversación tomaría mucho tiempo o no... Seryu sin duda era misterioso y tímido, sonrío al recordar sus mejillas sonrojadas por aquel momento.

Miro el lecho y luego nuevamente hacia el exterior -10 minutos mas...-

Por alguna razón, escuchó un mensaje de Seryu en su mente. Le pedía, sin dar ninguna explicación de porque, una descripción del lugar donde se encontraba.

Aún miraba hacia al exterior al esuchar su voz. Cierro los ojos, un poco sonriente y comienzo a describir el lugar en el que estaba.

En la entrada principal verás una puerta por el pasillo. Ésta comunica con la cocina, la sala de estar y los baños. Verás también unas escaleras, que te llevarán a la planta alta donde están el ático, la bodega y la habitación libre, la cuál está a la izquierda. Espero hayas entendido.

Abro los ojos y camino hacia la cama, dejándome caer en ella de forma brusca. Al caer suspiro, estaba algo cansada, pero deseaba verlo...

Nos veremos en el ático. El sonido de la noche nos acompañará y nos evitará que otros oidos puedan escucharnos. Además, podremos gozar de cierta intimidad... recuerda, a las 12 en el ático. Allí estaré.

Seryu tardó poco el responder.

Sonrío como respuesta a su mensaje. Estiendo los brazos hacia los lados y suspiro. Aquel tipo de comunicación era agotador. Sentía como lentamente mi cuerpo se relajaba. El sueño se había apoderado de mi. 

Afortunadamente aún no era tiempo de nuestro encuentro, pero sabía que de una u otra forma me despertaría o él se encargaría de ello.

Luego de que salió de aquella habitación, la casa estaba a oscuras completamente. El hecho de que el suelo fuera de madera y seguramente las escaleras también iba a ser engorroso a la hora del sigilo, si es que no quería despertar a nadie. Y para mejorar algo las cosas, una vela que se habían olvidado de apagar iluminaba un sillón, donde estaba nada menos que Inzar durmiendo a pierna suelta.

Poco a poco se fué deslizando. Trató de hacerse una idea de donde se encontraba, y de en cualquier caso llegar hasta donde pudiese sin despertar o hacer ningun tipo de ruido.

Poco a poco intentó acumular magia, pero le fué imposible. Algo retenía la misma y no le permitía expandirla, por lo que allí era como un humano normal, o....

Espera...

Tuvo que quitarse por un momento la camisa. Sabía que no podía volar por mucho tiempo, pero sería suficiente. Enfiló a través de la luz las escaleras por las que debía de subir. Sus alas batieron, y trató de alcanzarlas y subirlas sin posarse aún. No era un sobreesfuerzo ni nada por el estilo: Solo era un uso de aquella habilidad que tan poco había utilizado.

Volar fue lo mas práctico, sin duda. Sin sonido alguno pudiste deslizarte por el recinto sin emitir el menor sonido. Tras cruzar la puerta de la habitación de invitados, pudiste contemplar a Syara entre la oscuridad. Estaba tumbada en la cama y aparentemente se había dormido, así que habría que despertarle.

Una sombra en una habitación ajena a él.

Una figura que se deslizaba en la penumbra de la habitación. Había caido dormida, y no había podido mantener la promesa de quedar fuera.  No le gustaba tener que despertarla por lo que, por un momento, solo agarró una silla y se sentó en la misma, mirándola.

Después de un buen rato así, algo embobado haciendo aquello, el contacto fué lo mas leve y suave posible: El dorso de la mano le acarició la mejilla suavemente, mientras que el sonreía con delicadeza. Se había ruborizado, no podía negarlo, pero tampoco evitarlo.

Miró hacia otro lado una vez terminó de hacer eso, deseando que con aquello, ella se despertara.

Siento como lentamente mis ojos comienzan a abrirse, al parecer el agotamiento que sentía hacía un momento, me había ganado.

Me percato de una presencia, la cual hizo que girara la cabeza en su dirección. Una sonrisa comienza a dibujarse en mi rostro; una sonrisa, sin duda de felicidad.

El rubor en sus mejillas hicieron que mis ojos brillaran y que mi corazón diera un vuelco. Sin pensarlo, uno de mis brazos se levanta y con la mano rozo una de sus mejillas. ¿Por qué lo había hecho? no lo sabía, solo había sentido la necesidad de hacerlo y con ese gesto de mi parte, quería decirle que todo estaba bien.

No sabía qué hacer: Por un segundo había olvidado incluso la razón por la que estaba allí. En aquel momento solo existía ella y, por unos segundos, en su cabeza comenzó a estar una idea que jamás había pensado anteriormente.

La idea de besar a alguien: Tan humano que no le había prestado atención.

Cerró los ojos, calmándose algo, y le dió un beso en la frente.Nisiquiera la hizo levantarse, simplemente se quedó allí, susurrándole las cosas que había oido y visto.

-Tenemos un rumbo, pequeña... Por lo visto, existe una persona a la que los hombres de D´Thyre quieren eliminar. Mañana mismo abrirán un portal hacia esa localidad y, si mal no he oido, existen bastantes heroes en ese lugar... son los refuerzos necesarios para nuestra cruzada. Estamos muy cerca de lord Gamias. A decir verdad, tengo un poco de miedo..

Comentó, sonriéndole a medias. Su mano, la que le acarició la mejilla, ahora le acaricia el cabello distraidamente, y su mirada se posa en los labios de ella, aunque ello hace que se ruborize mas. No por ello deja de mirarla, solo esperaba respuestas de ella.

Mis ojos se cerraron nuevamente al sentir sus suaves y tibios labios en mi frente. Otra vez aquella sensación invadió mi cuerpo; aquella sensación que jamás había experimentado y que no conocía. Mi corazón fácilmente podría delatarme, sus latidos eran tan fuertes que quizás todos los huespedes de ésta casa podrían escucharlos, por suerte todos dormían.

Su cálido aliento roza mi piel al hablar, otra sensación estupenda y agradable. No abro los ojos, escucho atentamente sus palabras y disfruto de sus caricias en mi pelo.

Al escuchar sus últimas palabras mis ojos se abren lentamente y buscan inmediatamente los suyos; profundos y brillantes, pero a la vez mostraban preocupación.

Frunzo levemente el ceño, un poco preocupada por sus palabras. Mi mano más cercana a él se levanta lentamente y con la yema de los dedos rozo su rostro una y otra; era la mano que anteriormente había acariciado su rostro.

Mis ojos se posan en sus labios y los recorro tímida y curiosa con el dedo índice -no hay nada que temer...- susurro y le sonrío ligeramente -todo irá bien, ya lo verás- lo aliento, quería aliviar un poco su preocupación, aunque ni siquiera yo sabía cual sería nuestro destino.

Sin duda, los gestos de ella lo calmaron bastante, haciéndolo suspirar algo de alivio cuando ella recorre sus labios con un dedo y posa su mirada en los labios de él. Este hace lo mismo, mirando los labios de ella por un segundo y acercándose un poco mas a ella.

-No sabemos qué podemos encontrar... quizás... quizás nos espere nuestro destino. Y quizás...después de tal batalla..tengamos que separarnos.

Comentó, aun susurrando

-Yo...no quiero que eso suceda. Ahora no..

Y la sonrisa que dibujaba mi rostro, se pierde lentamente al percatarme de la situación. No deseaba que eso sucediera, dejar de verlo, separarnos, no, él era lo que buscaba, algo dentro de mi lo decía.

Poso el dedo en su boca y no dejo de mirarlo a sus ojos. Podría pasar horas, quizás días en aquel momento; memorizando cada pequeño detalle de su perfecto rostro.

-Shhhh...- niego varias veces con la cabeza y el ceño ligeramente fruncido -no pienses en eso ahora y si ese momento llega, ya pensaremos que hacer- allí estaba nuevamente mi sonrisa, aquella sonrisa que solo él podía sacar.

-Todo saldrá bien, ya lo verás- lo ánimo un poco más, deseaba que aquella preocupación y quizás tristeza, desapareciera por completo.

Al tenerlo tan cerca mio, hacia que sensaciones indescriptibles me invadieran. Sentía curiosidad y felicidad. Me encontraba a gusto y deseaba que aquel momento no terminara.

El muchacho sonrió también. Lo hacía sentirse completamente feliz..asi que luego de unos segundos se relajó por completo. Poco a poco se dejó caer sobre ella, casi rozando sus labios con lo de ella, sonrojándose mas.

-Ni yo... yo deseo estar contigo...así...durante mucho tiempo...

Poco a poco sentía la mayor necesidad de besarla, y aunque no había nada malo en ello, por algo extraño se refrenaba. Quizás era que nunca había besado.. de cualquier modo, su mirada quedó completamente perdida en los labios y los ojos de ella, y una de sus manos no paraba de acariciarle el pelo muy delicadamente.

-No se..como explicar lo que me pasa.. cuando estoy a tu lado. No lo comprendo, pero es algo bonito...o eso creo. No se...no se porque me dan tantas ganas de... de..

Sin quererlo se había puesto a tartamudear y la ultima palabra se había quedado trabada en su conciencia .. "Besarte"..

Suspiró sin pensarlo y su cuerpo experimentaba reacciones que no podia comprender, ni aun por las doctrinas de los silfos. Sabia del amor lo que la gente hablaba, la poesia, y las novelas. Pero nunca lo habia experimentado.

No supo como seguir hablando, así que solo se calló, ante el poder de atracción que la mujer ejercía sobre él, solo esperando algo, alguna reacción o cualquier cosa.. aunque no sabía qué exactamente

Aquella sonrisa que se dibujaba en mi rostro, permanecía intacta, incluso se ensenchaba más a medida que hablaba. Creía entenderlo, porque yo me sentía exactamente igual. No comprendía lo que sentía, pero sin duda alguna, era algo maravilloso y estupendo.

Me costaba un poco respirar, resultado de tenerlo tan cerca mio. Sus labios tan cerca a los mios, me distraían y la necesidad de depositar en ellos un suave beso, se hacía cada vez más fuerte, pero ¿Debía hacerlo? no sabía que hacer, era inexperta y no sabía como comportarme, quizás si lo hacía Seryu lo concideraría impropio o ¿Quizás, no?.

Retiro mi dedo de sus labios, era agradable sentir su aliento cuando hablaba. Mis dedos rozan sus mejillas sonrojadas, aquello me causaba ternura, no tenía porque sonrojarse, todo estaba bien.

Ahora mis dedos ascienden hacia su flequillo, apartandolo un poco de su frente, de sus ojos y luego, sin pensarlo, tomo su rostro con ambas manos. Eran tan pocos centímetros los que nos separaban y las ganas de tenerlo más cerca, que decido acabar con aquella pequeña distancia.

Mis ojos se cierran, mi corazón late con mayor fuerza y ¿mi respiración? por unos segundos había olvidado respirar. Mis labios rozan los suyos; al fin los sentía, suaves, cálidos y perfectos. No importaba que podría pensar Seryu, si estaba bien o mal, simplemente seguí mis instintos, mis deseos.

Aquello era lo esperado, pero, aun así, causó bastante rubor por su parte, aunque cedió a los cariños que ella le otorgaba. Por un segundo, sus labios se habían rozado, y había sido perfecto. Cerrando los ojos, unió sus labios con los de ella muy lentamente, acariciándolos de una manera tan delicada que daba la sensación de que aquel momento era mágico y fragil...

Poco a poco, se coloca al lado de ella en la cama, abandonando la silla y tumbándose a un lado, sin dejar de besarla levemente, con movimientos muy lentos y pausados.

Suspiraba, sintiendo las manos de ella en su rostro y, sin saber porqué, colocando una mano en la nuca de ella y otra en su espalda, acariciándola y dejándose llevar por el momento.

En aquellos minutos, todo, la misión, su historia,su condición y el fin por el que estaba allí, era secundario. Ella era lo unico que importaba...

Abrió los ojos durante un segundo, luego de un tiempo así.... no había acabado, ni quería que acabase, pero... sentía la necesidad de...¿Qué? ¿Disculparse? ¿Disculparse porqué? No lo sabía... estaba confuso y no podía formular en su cabeza ideas claras, por lo que salieron palabras casi sin sentido.

-Y..yo...Hm...

No existía nada más en aquel momento para mi; solo él y yo, lo que sucedía fuera y los acontecimientos futuros, abandonaron mi mente por completo.

Habían cosas en este mundo maravillosas, sentimientos tan profundos y puros que hacían que las preocupaciones por el futuro y por el destino fueran insignificantes.

No me arrepentía de haber rozado sus labios, al contrario, estaba feliz de haberlo hecho. Sus caricias porducían a mi cuerpo reacciones intensas, curiosas, que hacían mi cuerpo estremecer.

El sabor de sus labios, la suavidad de éstos eran como el más delicioso manjar. Permanezco casi inmóvil, sosteniendo aún su rostro y respondiendo a sus besos de la misma forma, con delicadeza y disfrutando cada uno de ellos.

No pude evitar acercar más mi cuerpo al suyo, quería tenerlo lo más cerca posible; sentir su corazón, comprobar si éste se comportaba de la misma forma desenfrenada que el mio.

Mis labios se detienen al tiempo que murmura y lentamente mis ojos se abren para nuevamente encontrarse con los suyos. Le sonrío y acaricio su frente con una de mis manos.

-¿Sucede algo?- le susurro sin dejar de sonreírle. Solo habían pasado unos escasos segundos y ya sentía la necesidad de fundir mis labios nuevamente en los suyos ¿Era ésto normal?.