Partida Rol por web

Se oyen los pasos de varias personas en el interior de la casa, sin embargo todas ellas provienen del mismo nivel en el que os encontráis. En la planta superior reina el mas absoluto silencio.

La botella de cristal contiene sangre, solo con quitarle el tapón tu olfato se empaña del conocido olor.

Acepto la mano de Milos, pues era lo que la educación obligaba, a medida que me adentro en el edificio. Miro a todas las paredes, a todas las esquinas.

Aunque los corderos se crean lobos, siguen siendo corderos. - murmullo, en respuesta a Milos, a sabiendas de nuestro anfitrión si era un lobo. No podían ser los Giovanni, ya me habían rechazado. Eran los fundadores, sin duda.

Por el camino voy admirando todas las piezas de arte. Recuerdo de un pasado lejano. Recuerdo de un hogar, de una vida, de una familia... que no echaba de menos para nada, aunque eran tiempos de paz, tiempos de dominar, tiempos de no tener la necesidad de huir todos los días. Eso sí podía echarlo en falta.

Acaricio el marco del cuadro. ¿Sería auténtico? Realmente no sabía mucho de arte, sólo me gustaba verlo de vez en cuando. A decir verdad, no me importaba si era auténtico o no, eso le interesaría a algun cainita hipócrita que se deleita mostrando su riqueza a los invitados.

Es cosa mía o vosotros también veis un patrón en estos cuadros?.Pregunto señalando los dos cuadros .El hombre como víctima de los dioses . Asi me sentí  yo después de cierta cena , no he vuelto a sentirme de esa manera y no pienso  volver permitirlo .De modo que sea quien sea nuestro "anfitrión "  más  vale que se explique  muy bien .

Asintió, indicando que también se había fijado.

No le había echado ni un vistazo a los cuadros, ni le importaban, aunque lo de la estatua sí lo había asociado: no se le había ocurrido lo de los dioses y los hombres, pero mejor asentir y decir que sí.

-Tienes razón -dijo a User- Se acabó lo de ser las niñeras de medio mundo en asuntos imposibles, ya demostramos lo que teníamos que demostrar: no otra vez.

El joven que se ha quedado a solas en la sala con vosotros le hace un gesto amable a Giani con intención de recuperar la botella.

- ¿Les puedo ofrecer un refrigerio?

pregunta extendiendo la invitación a todos los presentes.

​Me gusta saber quien me invita a beber .Contesto de manera algo seca pero en seguida retomo la conversación y vuelvo a un tono más amable.No  ha sido muy cordial por mi parte y al fin y al cabo solo hacéis vuestra labor.No gracias , esperare a vuestro señor y beberé con el  o no ... 

Ignoro por completo al mayordomo.

- Otro pedante petimetre más. - pienso cuando escucho los modales del mismo.

Tras devolver la botella al sirviente niego educadamente con la cabeza

-yo también esperaré a nuestro anfitrión, gracias-

Sin mucho mas que hacer centro mi atención en el cuadro de Prometeo

-no solo tienen en comun el castigo de los dioses, ambos intentaron ayudar y por eso fueron castigados, una injusta retribución-

Sacudió la cabeza.

-Esperaremos a tu amo.

Milo se encogio de hombros y se dirigio al lacayo que les atendia.

- Ya has oido... ve a buscar a tu amo. - dijo con brusquedad.

Niego con la cabeza, mientras me acerco al criado, con mi mejor sonrisa en la cara.

Yo aceptaré la hospitalidad de nuestros anfitriones. - digo, extendiendo la mano para agarrar la copa y dar un pequeño sorbo de ella.

Si se trata al servicio con brusquedad, creerá que es odiado y le dais motivos para revelarse. Si les tratáis con el respeto justo, ni más ni menos del necesario, se creerán queridos sin sobre-excederse, y aceptarán serviros. - doy otro sorbo de la copa. - Cuando se vive en el bosque se es incivilizado y salvaje, pero no estamos en esa situación ahora, en mi opinión.

- Cada cual que trate a su servicio como le venga en gana. - comento. Esa nunca ha sido una de mis preocupaciones.

El criado vierte la espesa vitae en una de las copas y amablemente te la ofrece agachando ligeramente la cabeza.

Cuando te llevas la copa a los labios sientes el sabor dulce y agradable de la sangre penetrar en cada una de tus células, pero esta sangre es de una calidad excepcional, muy distinta a la que estas acostumbrada a consumir.

La paladeas suavemente para tratar de distinguir a quién o qué te recuerda y entonces te das cuenta, no hay duda alguna, se trata de sangre de otro vástago, uno de gran poder.

El mayordomo con mucha elegancia sirve una copa a Aricia cuando ésta se acerca y acto seguido vuelve a erguirse en su posición inicial de servicial espera. No parecía tener orden alguna de responder a otras peticiones de los invitados ni hace caso a vuestra conversación.

Unos segundos más tarde, las puertas se abren y aparece una fila de criados encabezada por el que abrió las puertas:

- Los anfitriones están preparados para recibirles

Dos de los criados enrollan una rica alfombra persa de la misma sala en la que os encontráis, revelando un suelo de piedra con una anilla en una de las losas; otros dos criados levantan dicha losa, revelando la oscuridad bajo ella. 

Finalmente, el criado que había servido la copa a Aricia se mueve para descender a la negrura, al tiempo que otro de aquellos hombre retira la plata que contenía la botella y las copas con suma diligencia.

 - Síganme por favor.

Os dice mientras su cuerpo desaparece escaleras abajo

Bebo de la copa ligeramente, paladeando cada gota, disfrutándola. Exquisita, no se puede negar. Una fina linea se forma en mis labios a modo de sonrisa.

Iluso... - pienso para mí, al tiempo que termino la copa con tranquilidad, sorbo a sorbo. - Podría acostumbrarme a esto.

Cuando nos invitan a pasar, dejo la copa en su respectiva bandeja y camino, y voy siguiendo al resto de la comitiva, a esperas de conocer por fin a nuestro querido anfitrión.

Demasiada gala para este extravagante grupo. Veamos pues quien esta detrás de todo el espectáculo.

Los anfitriones ?.Espero que no sean quienes imagino .... Rezongo por lo bajo mientras me dispongo a bajar por la trampilla .Tengo que reconocer que tengo curiosidad  y eso es algo que me mata.

- Veamos que diantres nos espera ahí abajo. - pienso bajando por las oscuras escaleras mientras preparo las garras por si acaso todo fuera una maldita trampa.

¿Tratar al servicio bien?

No. Si no los tratabas como lo que eran, te recordarían: el método de Aricia servía para congraciarse con ellos y tener posibles herramientas, pero no para no llamar la atención... aunque claro, suponía que serviría mejor a largo plazo que sólo buscar un nicho tranquilo en el que poder alimentarse y subsistir. Hurm.

-...mazmorras.

La última vez los bajaron a una de estas, más que bajar ellos. ¿Pero querían cambiar el resto?

Cuando por fin deciden llevarnos ante nuestros anfitriones, que sin duda nos han observado a placer este rato, no hago ningún comentario, de hecho camino hasta las escaleras que descienden aun con mi atención puesta en el cuadro de Prometeo

-me pregunto que opinaría el buitre de su papel- murmuro mientras desciendo hacia la oscuridad

Milos sonrió ampliamente como si sus propias palabras, secas y ariscas, hacia el lacayo, hubieran de ser tomadas con poca o ninguna seriedad.

- Vamos, vamos... Aricia, querida Aricia... debemos hacer permanecer en el ambiente un tono liviano y exento de gravedad. La eternidad no está reñida con la frivolidad y esto... - dijo señalando cuanto le rodeaba - ... no tiene nada de grave. Todo está demasiado escogido. Demasiado pensado para hacernos sentir... ¿qué? ¿Congoja...? ¿Miedo...?

El gitano se pasó la mano por sus cabellos revolviéndolos aún más.

- Los lacayos... los criados... los sirvientes... los esclavos... los de baja estofa... acostumbran a ser tratados con rudeza. Hacen callo y, al final, acaban por ser inmunes a la crueldad. Es lo mejor que acaban teniendo. Y te lo dice alguien muy acostumbrado a todo eso. Servidor... no en pocas ocasiones la gente escupe a mi paso. Yo lo procuro tomar con estoicismo y diversión. Y si me pillan de malas... me encargo de que su saliva sea el último fluido que emitan... al menos voluntariamente.