Partida Rol por web

"Somos los seguidores de la Muerte, los crueles rostros dibujados en un millón de pequeños libros de plegarias que ricos y pobres por igual sostienen en sus manos"

Santino, el vampiro

El viaje es largo y complejo incluso para aquellos que estáis acostumbrados a ir de un país a otro. En esta ocasión sois un grupo considerable de bebedores de sangre y vuestra apresurada salida de Roma ha hecho que algunos de vosotros se encontraran lejos de estar saciados. Caéis en la cuenta que los guardaespaldas y mercenarios que tanto le costaba encontrar a Bernini para el viaje de su amo Ambrogino cumplían una doble función: por un lado protegían al indefenso vástago durante las horas de sol, y por el otro le servían de provisiones para que este no perdiera tiempo ni llamara la atención con la caza, con razón había pocos o ninguno con fuerzas suficientes para lograr el viaje de regreso. 

Pronto la necesidad de vitae os obliga a hacer la primera parada. Se os presenta la opción de trazar una ruta alternativa, con algunos desvíos y más paradas en las pequeñas poblaciones o aldeas cerca del camino que siguió Ambrogino, lo cual probablemente os retrasaría un poco, pero permitiría hacer el camino con mayor seguridad; o bien podéis seguir la ruta tal y como la tenéis escrita. Esto último os ahorrará tiempo pero os obligará a que varios miembros del grupo tenga que alimentarse en la misma parada, aumentando así el riesgo de que se produzca algún altercado o que rompáis la mascarada en tierras hostiles y desconocidas.

Ante el mutis de mis compañeros había dejado ir a Bernini sin castigo, pero yo lo recordaba, y el castigo debía ser publico. Una humillación por otra. Cuando fuera necesario, cuando el momento llegase...

Me prepare para el viaje con mis pertenencias, es decir, nada salvo lo que llevaba puesto. Tendría que encontrar una muda de ropa, algo cómodo para viajar, pero ya lo encontraría por el camino. Mis últimos siglos habían sido duros y carecía de recursos financieros.

Poco al poco el viaje fue haciendo mella en nosotros. Era lo esperable. Los viajes no eran algo fácil para nuestra condición de Cainitas. Y cuando empecemos a ir por montañas, la cosa se pondrá peor. Por eso quería un camino alternativo...

No opino, ya que poco puedo tener de participación según parece. Ya me las apañaré para cazar algún animal o aldeano perdido y acabar con su miserable vida. A ver que hacían los demás.

El que viaja ligero no pierde tiempo en hacer el equipaje y ese es mi caso así que enseguida estamos en camino pero ahora surge el problema de la caza .Me paso una mano por mi cabeza desprovista de pelo y suspiro.Que es mejor ser prudentes y perder a nuestra presa o arriesgarnos ?.Creo que ya nos sacaba ventaja y si encima nos retrasamos mas podemos dar por perdido el libro .

Me encojo de hombros ante la pregunta del Setita. Me da igual por donde ir pues alimentarme de animales no es algo nuevo para mi así que no me importará demasiado la escased de sangre humana.

- Vosotros sois los más delicados para alimentaros. - digo sin dirigirme a nadie en particular dando gracias a que no hubiera un Ventrue entre nosotros.

Durante el viaje me doy cuenta de que no soy el único que ha elegido la vocación monacal, al menos en lo que respecta al voto de pobreza. Es gracioso teniendo en cuenta que la mayoría de vastagos tienen cierta fijación en acumular bienes y poder

-de poco servirá a nuestro objetivo que ardamos en el interior del carruaje un día de estos. Aunque sin duda Sav lo lamentará profundamente y se encargará de informar a los Fundadores. Creo que deberíamos optar por la via mas segura y rezar para alcanzar a nuestra presa una vez salga de los alpes-

- User, Sav y yo opinamos que hay que pisarles los talones. Giani dice que esperemos pero Jagër y Aricia pueden darle la vuelta a todo esto. Hablad, amigos... ¿no os parece excepcional la democracia?

Una vez más, el humor cáustico de Milos impera para dotar de cierta cordura y unión los caracteres tan dispares de la comitiva.

- Y relajad ese ceño funcido, mi preciosa dama de Myrtos. Ya llegará vuestro momento. Ya llegará el momento de todos.

- A mi me da igual alimentarme de humanos que de ratas y perros. - digo, contestando al siempre tan cordial Sav. - Y probablemente pocos tengáis más interés que yo en encontrar ese libro. Por mí podemos adentrarnos en las montañas.

Hacia mucho que no opinaba, pero quería dejar claras mis intenciones e intereses por esa vez. Me giro hacia Milos, pues siempre parece tener un interés especial en mí.

- Mi momento llegará cuando los Tremere me levanten la caza de Sangre que tengo encima por matar a la Dama Fanchon. Sólo entonces seré libre y podré empezar mi no-vida sin tener que esconderme.

Por amor de dios, Milos, CIERRA LA BOCA DE UNA VEZ.

*gruñido*

Jäger trataba de mantenerse al margen de todo. Echarse a los caminos era parte de lo que había hecho su vida y su vida de monstruo, y al contrario que los Gangrel y su cantinela de "señores de lo salvaje", él sabía que los viajes eran todo peligros, inconvenientes y riesgos se fuera lo que se fuera. Como tenía que ser.

-Tranquila, Hylgia, reventaremos al brujo que haga falta. No pueden estar en todos lados -sacudió la cabeza. También a él lo habían cazado décadas, hasta que no. Ni la justicia cainita llegaba a todas partes, dijeran lo que dijeran los Altos Mamones- Sigamos. Ya nos las arreglaremos si hay escasez.

Decisión, energía, carácter duro y falta total de previsión: las marcas de aquel vampiro, y características nada envidiables para uno que podía vivir siglos.

Tomáis la decisión de apresuraros y seguir el mismo trazado que Ambrogino, sin paradas extra. 

El viaje es duro y lo notáis a medida que van pasando las horas.

Cada noche salís a cazar presas al bosque, a veces las conseguís y a veces no. Lo que está claro es que el sustento que ofrece la caza de animales no se puede comparar a la vitae que conseguíais en la ciudad y entre las montañas una extraña sensación de peligro os embarga en momentos puntuales. En ocasiones es solo una sensación de estar siendo observados, y hay veces que notáis una bajada de temperatura repentina que os hiela la sangre durante unos segundos.

Ante una bifurcación del camino que no figura en vuestro mapa, el experimentado brujah os convence para tomar el sendero que enfila la montaña argumentando que las vistas al ganar altura os permitirían encontrar de nuevo la ruta que seguíais. Pronto os percatáis del error cometido al ver desde los desfiladeros de la montaña como el otro camino era mucho más directo y ancho en todo su recorrido; pero vuestra mala racha no termina ahí. La bajada que precede al ascenso es mala y lenta, haciendo que en un bache una de las ruedas del carruaje delantero salga de su eje.

- Maldita sea, y ahora esto a solo dos días de Basilea.

el todavía humano Bernini se queja, pero rápidamente identifica una aldea a escasos seis kilómetros de donde tenéis el accidente. La decisión está tomada: él y los cocheros se quedarán vigilando los carruajes, mientras el resto de la cuadrilla avanzaréis hasta el pueblo en busca de materiales para la reparación.

Al acercaros al pequeño pueblo, veis antorchas iluminando la plaza central donde hay una multitud apiñada. Lleváis días sin alimentaros debidamente y sin ver a otros mortales que no fueran el propio Bernini o vuestros dos cocheros, por lo que aquella pequeña aglomeración se os antoja de lo mas apetitosa*

En el centro, dos mujeres: una de ellas de edad mediana y aspecto maternal, y la otra una anciana. Las dos llevan sencillas camisas y van descalzas. Parecen recién sacadas de la cama. La más vieja necesita la ayuda de un guardia.

Ambas mujeres son conducidas al centro del pueblo, donde las esperan dos piras con sus correspondientes postes. La anciana acepta sus ataduras con tranquilidad y empieza a rezar con fervor cuando la atan al poste.

La matrona sin embargo chilla y se debate aterrorizada. Hacen falta los esfuerzos de varios hombres y unas cuantas bofetadas para que deje de resistirse el tiempo necesario para atarla.

Un hombre de torvo semblante vestido con la toga de un juez lee las acusaciones:

- Nos anhelamos con la más profunda ansiedad, tal como lo requiere nuestro apostolado, que la Fe Católica crezca y florezca por doquier, en especial en este nuestro día, y que toda depravación herética sea alejada de los límites y las fronteras de los fieles

Se acusa a las presentes de renegar de dios, hacer pactos con el diablo, rezar en su nombre y jurar por el mismo como signo de honor. Se las acusa de fornicar con el demonio, comer carne humana y cometer repetidos adulterios en nombre de Satanás. Por el uso de sortilegios y el envenenamiento de nuestro ganado. Por herejía y ofensa al santo oficio. Por mentir, calumniar, maldecir y blasfemar a favor del maligno.

Leídas las acusaciones, un sacerdote declara a las mujeres más allá de la misericordia de Dios. La anciana inclina la cabeza y aprieta fuertemente los puños, y la matrona empieza a sollozar histéricamente.

Los aldeanos lo contemplan, algunos desapasionadamente, otros con odio.

Tras tantos días lejos de la civilización nuestra llegada a la aldea resulta una visión agradable, tanto como el aroma de la calida vitae que le acompaña. Sin embargo, consciente de los problemas de liberar a la bestia, cierro los ojos un momento para serenar mis instintos antes de empezar a caminar para entrar al pueblo con calma.

Allí el espectáculo dista mucho de ser agradable, la locura de los católicos en todo su esplendor.

-que desafortunado, hubiera sido mejor llegar discretamente en una noche tranquila-

Hago el signo de la cruz en dirección a las dos mujeres en sus piras y rezo una breve oración por sus almas, dudo que dios sea incapaz de perdonarlas. Si asi fuera, ¿como podría perdonarme a mi?

Llamadme estupido pero esas dos mujeres serian una fuente de alimentación y puede que de información .Digo al ver como los muy salvajes están a punto de quemar a esas dos pobres y sin saber muy bien como decirle a los demas que me gustaria intervenir .Que os parece a vosotros ?Ya sabeis que aqui solo soy un extranjero y seguramente acabaria  haciendoles compañia pero alguno teneis la facultad de manipular sus mentes ..

¿Estaba de broma?

-¿QUÉ? No vamos a interrumpir un Auto de Fé.

Le costaba reprimirse, se notaba. La sangre Brujah nunca había sido especialmente templada, y Jäger nunca había sido tras su Abrazo el individuo más equilibrado... pero al parecer un siglo había servido para que no reventase al primer segundo. Podía haber esperanza.

-Lo que deberíamos es largarnos antes de que prendan la pira, y ver si hay alguien suelto por ahí.

- ¿Estás hablando en serio? - gruño ante la propuesta del Setita. Adelante. - prosigo. Si quieres enfrentarte al fuego haz tu intervención. - añado.

- Así también quemarán a un jodido musulmán. - comento jocoso. O eso pensarán ellos.

Tras el accidentado viaje, comienzo a sentirme hastiada. Odiaba tener que verme inmiscuida en esto. Odiaba tener que obedecer a aquel Tremere y a los demás Fundadores. Odiaba tener que ser una esclava del destino, otra maldita vez.

Pero más odié el hecho de convertirme en la chica de los recados. ¿Acaso en eso me había convertido? ¿No teníamos tres humanos capaces de ir a por enseres de trabajo, y menos útiles en la defensa y la vigilancia? Pero una vez más, el grupo parecía la mar de acorde por obedecer a esa bola de inmundicia. Cuantas ganas tenía ya de matar a esa rata con chivo y bigote.

Al llegar al pueblo, miro curiosa la muchedumbre. Algo se revuelve dentro de mí, inquieto, pero no lo suficientemente fuerte como para suponer un problema. Y otra vez se vuelve a agitar cuando veo el espectáculo: dos mujeres, acusadas de brujería y herejía. ¿Por qué no me extrañaba no ver ningún maldito hombre?

- No se vosotros, pero yo voy a impedirlo. No voy a interrumpir un acto de fe, sino una barbarie sin motivo alguno. Y que se pudra ese juez que usa el nombre de Dios como excusa para su miedo y asesinatos. - mi lengua no era el propio que debiera, pero poco importaba el protocolo.

Doy un paso alante. - ¿Me acompañas User? ¿Por los viejos tiempos? - añado, con una sonrisa, pues la última vez que combatimos fue en bandos opuestos.

Asiento ante la propuesta de Aricia ,todavia no se como tiene pensado hacerlo pero aun asi me apunto aunque no puedo evitar preguntar . Vas a controlar sus mentes o sera algo mas sangriento ?Lo digo porque los que no vengan pueden encargarse de que no escape nadie en caso de que esto se descontrole un poco...Miro a los demas .Nadie puede salir con vida , no quiero nadie mas  tras nosotros y menos con antorchas y cruces .

Coloco el brazo en jarra, invitando a User, mientras bajo el tono de mi voz. - Sólo un poco de espectáculo para espantar a los temerosos. Quizás incluso cambiar las tornas, pero nada que nos haga parecer culpables.

Acto seguido, me acerco a la zona, sin acercarme demasiado a la muchedumbre.