Partida Rol por web

Einar se dió cuenta por la luz sobre la puerta que ya había un interrogador en la sala de MacAllister. Así que junto a Santos se fue a la sala adjunta de observación para curiosear. Vió a Tagashi sentada junto a Chris Jane, el padre de EJ y cargo importante en la Clínica Ashcroft. Estaban interrogando al sospechoso, aunque interrogar sería una palabra errónea. Más bien le estaban sacando toda la verdad de algún modo que él no podía entender bien.

MacAllister comenzó a reir de forma sarcástica. Luego se inclinó sobre la mesa y miró fijamente a Tagashi.

-¿Protegerme? ¿Y como podrá protegerme el servicio especial? Veo que no ha encendido la tele. El Director va a venir. El puto Nyarlathotep vendrá. Él es un dios, un dios exterior, uno de los creadores del universo, de hecho. ¿Como van a protegerme ante eso? Él me quiere muerto, como les quiere muertos a ustedes. Y cuando llegue a Chicago, les digo... ni todo el ejército del NGT junto podrá salvarles. Porque a un dios no se le puede vencer.

Parafraseó el dicho.

-Porque no está muerto lo que no puede morir...

El señor Jane terminó la frase con una pequeña sonrisa.

-Y aún en el evo extraño, aún la misma muerte puede morir.

Dió un sorbo al café, como reflexionando. Luego miró a MacAllister con una extraña determinación.

-Estamos en el Evo Extraño, mi querido amigo. Y lo sabes bien. Yi te pidió que hicieras aquel ritual para ir a Caeleno en busca del libro. Pero ni tu sabías lo que había dentro, la sabiduría que habían recopilado los yithianos. Un ritual de los antiguos para expulsar dioses de este universo. El castigo de Azathoth. Su legado, antes de enloquecer. El secreto que Nyarlathotep quiere destruir a toda costa.

MacAllister negó, como si ya supiera aquello.

-Si, Yi me habló del ritual. Pero la fuerza orgónica necesaria para algo así sería impensable. Astronómica. No hay poder suficiente en este mundo, ni aunque hubieran millones de magos, para realizar tal ritual. Yi se había vuelto loco, Chris, y tu lo sabes.

El señor Jane sonrió, triunfal. Parecía que tenía un as en la manga.

-Eso es lo mejor, mi querido amigo. Yi había pensado en todo. Diseñó una máquina para amplificar y canalizar la fuerza orgónica alrededor del mundo. Un ritual masivo. Tenemos medios para conectar cada PCPU del planeta, cada televisor, a este ritual en tiempo real. Cada persona del mundo dará, sin saberlo, una parte de su orgón en ese día. Somos millones, Ewart, millones. Nuestra fuerza unida puede expulsar a cualquier dios, aunque sea Nyarlathotep. Si ha venido, es porque está asustado.

Parpadeó, mirándole fijamente.

-Tenemos los planos de esa máquina, Mac. Los tenemos. Pero tu eres el mejor en rituales de los antiguos, y este es uno. Al final, te tocará salvar el mundo. La única pregunta que tengo ahora es: ¿Amas lo suficiente a este planeta? ¿Amas a la humanidad? ¿Estás dispuesto a dar tu vida por ella? Porque este ritual, tal vez, te la exija. Es la hora de dejar de ser un mercenario, y un puto cobarde. Ahora es el nosotros contra ellos, Mac. Como siempre debió ser. Si somos tan insignificantes, ¿Entonces por que nos tienen miedo?

Cruzó los dedos sobre la mesa, mirándole con aire inquisitivo.

-Ahora lo sabes, y no hay marcha atrás. O me dices todo lo que sepas del enemigo, de sus planes, o me temo que aunque te protega el servicio secreto, no habrá mañana para ti. Decide tu bando, Mac, y hazlo sabiamente. O no habrá agujero donde puedas esconderte.

Me quedé de una pieza con lo que estaba diciendo Chris, aquello era simplemente fabuloso, podíamos ganar ampliamente esta batalla si movíamos bien las piezas, un subidón de adrenalina me llenó el cerebro, quise ponerme a dar saltitos en mi lugar como una niña a la que le dan su regalo de cumpleaños pero me contuve, después podría preguntarle más detalles al señor Jane si me lo permitía. -Piénselo, señor MacAllister -me atreví a decir, por más que presentía que el mago me consideraba una principiante -¿Qué mejor que pasar a la historia como el hombre que le pateó el culo a Nyarlathotep? Nadie podría quitarle la satisfacción de ser usted mismo el que lo mande al otro lado, además, ¿No se le ha ocurrido pensar que si lo quiere destruir con tanto ahínco es porque lo considera una amenaza? Si realmente no tuviéramos chance de mandarlo al otro lado ¿Cree que perdería el tiempo con unos simples mortales como nosotros?

Mephisteo había permanecido pensativo todo el rato, escuchando atentamente todo el cúmulo de información mientras en su mente aun la hoja sesgaba el aire y la carne. Fue una visión ligeramente perturbadora realmente, pero necesaria. Se había sentido una inutil en las últimas horas y eso se reflejaba en las ligeras ojeras que traía consigo; su sueño ya no era lo de antes.

Pese a todo intentaba trazar una linea con lo que todos sabían, al menos que ella supiese. Siempre habría secretos. La Parapsiquica era de armas tomar, una buena zorra que corría como el demonio y podía darles esquinazo con cierta facilidad. Pero aun así solo asintió cuando si jefe le dió las ordenes. Cada uno cumplía un plan junto con una función, y ese era el que mejor le parecía.

Vayamos al lio antes de que el rastro sea demasiado confuso.

Apoyó una de sus manos sobre el marco del cristal-espejo mientras observaba a aquel par interrogando al sospechoso, bueno, más bien era un intento de reclutamiento, no sabía si deberían fiarse de aquel hombre, había leído su historial y era una buena pieza. Además, el padre de EJ estaba metido en todo aquello de algún modo, no había olvidado que Mephisteo y él habían encontrado indicios que le implicaban el día anterior.

Pero no podía entrar ahí y acusarle, seguramente lo mejor sería hablar con él, ver que podía sacarle en una charla distendida, miró a la agente Santos y se encogió de hombros antes de dar un trago a su café, pensaba esperar un rato, a ver que decía MacAllister... Si se cerraba en banda o decidía no colaborar, entonces entraría.

MacAllister se quedó pensativo, mirándoles como calibrando de si se trataba de un farol o iban en serio. Sin embargo, Jane estaba allí, delante de él. Y si él estaba allí, es porque aquellas palabras no eran un puto farol. Le había visto hacer desaparecer a gente con comentarios mucho más sutiles.

Se pasó la mano por la calva, como considerando todos aquellos datos. Una máquina para realizar un ritual de expulsión de dioses, aprovechando el orgón de las personas del planeta. No le extrañaba que todos andaran detrás de eso. Lo que le extrañó es que no hubieran atacado los mi-go para robársela, o la orden de Dagon les hubiera mandado un nuke. Espera... pensó. Si, el maletín nuclear de hacía unos días. Ahora todo encajaba, claro.

Sintió vértigo, vértigo por el alcance de aquellos datos. Al vértigo le siguió una punzada, la de la vergüenza. Vergüenza por haber sido un derrotista, y haber vendido secretos a quien, al fin y al cabo, no eran sino el enemigo. Quizá el NGT se llenaba la boca hablando del enemigo, pero él sabía que los cultos no querían nada bueno para ser humano a largo plazo. Lo había visto con sus propios ojos. Se pasó la mano por la calva, y sintió un escalofrío.

-Joder... Espero que esto vaya enserio, Chris. Espero que vaya en serio, porque si no tenéis esa máquina, estamos muy jodidos. Estamos acabados.

Parpadeó, mirando a Tagashi. Reconocía a una mago a kilómetros de distancia. Esta además iba cantándolo a los cuatro vientos con su look gótico.

-Me parece bien, agente. Pero me hará falta gente para un ritual así. No muchos, quizá, pero si buenos magos. Los mejores. ¿Que necesitáis?

El señor Jane sonrió, despacio. Tagashi estaba muy tranquila con él, y Einar no se estaba empanando de una mierda. No sabía por qué había ese grado de confianza, ni que cojones hacía un jefe de ala de la Clínica Ashcroft allí, interrogando a MacAllister y haciéndole estas propuestas como si fuera el puto presidente del NGT.

-Los magos los podemos conseguir, sean legales o ilegales -iba a añadir "como tu", pero le pareció excesivo- Lo que nos hace falta es que nos despejes unos cuantos interrogantes. Por ejemplo, si Yi averiguó en que parte del espacio estaban los yithianos, y que coordenadas hay que introducir en la máquina de Weisskopft. También nos gustaría que nos aclararas que cojones están haciendo esos zónicos, y por que han vuelto "del más allá" o donde cojones aterrizaran al ser succionados por la zona.

Tamborileó los dedos en la mesa.

El bueno de Mac se reclinó en la silla, pensando acerca de esas preguntas. Todavía no le habían dicho nada de sus "condiciones de trabajo. Así que él mismo comenzó a estipularlas.

-Quiero un piso protegido en la zona de Ashcroft, con seguro de vida tarjeta oro. Expediente limpio, un buen sueldo, y un lugar para hacer rituales, tranquilo, con todo lo necesario, y bien vigilado.

El señor Jane asintió, como confirmando todo aquello. Entonces y solo entonces contestó a las preguntas.

-Cuando la zona se abrió la primera el agujero era tan inestable que la mitad de los zónicos se fueron a la mierda, junto a Las Vegas. Imagino que fueron a parar a algún lugar del espacio, donde se congelaron instantáneamente. Pero unos pocos, al parecer... fueron a parar a las tierras del sueño. Físicamente. Y me refiero a físicamente, no solo "en mente", como lo hacen los viajeros astrales. Yi se interesó por eso, en parte una de las razones que se volviera majareta. Viajamos juntos a las tierras del sueño, varias veces, trató de hablar con él.

Parpadeó.

-El caso es que nuestro amigo Weisskopft contactó en las tierras del sueño con uno de los avatares de Nyarlathotep, y le prometió regresar a este mundo si le servía. Pero era un contrato con condiciones. Creo que le pidió que le matara a Yi, para que le reemplazara a él y a sus amigos en las tierras del sueño. Así que si quieres saber si Yi conocía el escondite de los yithianos, mejor será que vayamos allí y le preguntemos. Me consta que tuvo contacto mental con algún yithiano, pero eso fue al final... cuando me echásteis a patadas de la clínica.

Las tierras del sueño. Tagashi había leido sobre eso. Cuando comenzó el Evo Extraño, las puertas de este lugar se cerraron, y los pocos viajeros que consiguieron llegar allí jamás regresaron. MacAllister vió los ojos confundidos de Tagashi.

-Necesitaré a alguien para que viaje conmigo allí. Un mago. ¿Se apunta?

Mephisteo salió de la central con Xander, que estaba llamando por teléfono. Al parecer habían conseguido rastrear el PCPU de la francesa introduciéndole un virus con el formato de un add-on de localización. El rastro se dirigía por una vieja carretera del siglo XX camino a las ruinas de Nueva York, uno de los bastiones de la mano negra.

Tenían que correr como el viento si querían llegar allí antes que ella. Así que lo que hicieron fue pedir refuerzos a los militares (era su zona, ya que extramuros de las ciudades la policía pintaba poco) y coger un Guardian X-50 en el que se montó un equipo SPAT del OIS. En preparar todo esto tardaron una media hora, y tras correr por la ciudad como locos, pusieron rumbo a las carreteras a toda velocidad, despegando al salir de la arcología.

Xander seguía atento a su PCPU mientras uno de los SPAT conducía el vehículo.

-La intercepción va a estar jodida. En techo de vuelo para ir más rápidos, llegaremos a las afueras de Nueva York casi a la misma vez que Keller. Y los militares tardarán en llegar, así que posiblemente tengamos que enfrentarnos a equipos de vigilancia de la mano negra, fuertemente armados. Eso sin contar a la propia Keller, a la que será difícil tumbar... y ya no digo capturar. ¿Alguien tiene un taser?

Uno de los SPAT alzó el pulgar. Xander miró luego a Mephisteo con una media sonrisa.

-¿Todavía no te ha colgado la medalla el presidente y ya quieres otra?

Todo iba bien, de maravillas. Ya estaban negociando los términos de protección y trabajo de MacAllister, Chris era un gran negociador y su persuasión era de temer, pensé para mí misma que quizás por eso EJ era como era, debía haber sido un padre enérgico... y ni siquiera quería pensar en lo que sería una discusión con él. Pero ¿Por qué estaba pensando en algo así?
Me descubrí mirándolo de reojo, me había distraido por unos segundos; tal vez no lo hubieran notado, después de todo seguía en la misma postura que antes.
-Cuente conmigo -dije sin dudarlo, todavía pensativa. Sonreí un poco siniestramente, era la sonrisa que me salía cuando estaba algo excitada. Me parecía una experiencia irrepetible, dudaba que volviera a tener una chance de este talante y ademas, me servía para mantener vigilado a MacAllister; redimido y todo, no iba a estar segura de él hasta que regresáramos con las coordenadas.

El interrogatorio pareció finalizar. El señor Jane esperó a que Tagashi hiciera los trámites necesarios para liberar a MacAllister, cuando Einar salió al pasillo a esperar a que saliera. Cuando lo hizo, ambos confluyeron en el pasillo con el señor Johnson, que les saludó con la cabeza.

Willbur se desperezó entre las sábanas. Tenía que trabajar, y no había dormido mucho (con todo aquel ejercicio de madrugada). Vió como EJ se levantaba, y carraspeó, aclarándose la garganta mientras se frotaba los ojos. La miró un momento, en ropa interior como estaba, admirando su figura con una sonrisa. Ella se dió cuenta al apagar la tele y girarse.

-Buenos días...

Vió que tenía un rostro serio, y no sabía por qué.

-¿Pasa algo?

- Parece que ya os habéis adelantado. - dijo meditabundo a la maga - Espero que le hayas especificado en ese papeleo que si nos olemos la más mínima intención de traicionarnos, le arrancaré la cabeza con las manos desnudas... - señaló guiñando un ojo a la joven y mirando después a la agente del FSB - La agente Santos ha concertado aquella cita que le pedimos, ¿nos acompañas? - terminó por preguntar, allí ya habían terminado.

-Hola jefe -lo saludé al salir de la cámara Gesell, sonreí siniestramente ante sus palabras, podía imaginarlo arrancándole la cabeza a MacAllister, claro que sí. Me pareció algo excesivo su comentario, aunque ¿no había pensado en ir yo con Ewart para mantenerlo vigilado? -Era prioritario llegar a un acuerdo con él, nos es muy útil Einar, y los interrogadores anteriores no lo estaban llevando muy bien -le susurré luego de acercarme.
-No sé si conoces al señor Chis Jane -le dije luego a manera de introducción y los miré a ambos. De pronto, tontamente, me sonrojé, quizás por la excitación de verlos juntos -Chris, él es mi jefe Einar Dickinson -carraspeé y traté de dejar de pensar tonterías.
-No sé de qué reunión me estás hablando pero te sigo -dije inclinándome hacia él -De paso podría ponerte al tanto de las novedades.
Me volví hacia Chris, quería que me contara un poco más de la máquina de Orgón que me acababa de enterar que existía pero no me atrevía a preguntarle, o mejor dicho, no sabía cómo hacer para que él me lo comentara.

- No tenía ese placer. - dijo extendiendo la mano para estrechar la de él - Encantado de conocerle. - asintió con una mueca que pretendía ser una sonrisa amable - La agente Santos es la contacto del FSB con la Sociedad Arcana, - explicó frunciendo levemente el ceño, pensaba que ya lo sabían todos, pero quizá Tagashi estaba en algún otro lugar - ha tenido a bien prepararnos una reunión con ellos para hablar del Director y todas esas mierdas sobrenaturales de las que yo no entiendo ni papa, por eso me vendría bien que estés presente. - se encogió de hombros mirando a todos en general, quizá debería empezar a ser politicamente correcto delante de gente de Ashcroft, pero es que no le salía...

Se volviò a mirarlo con una media sonrisa en el rostro, en verdad estaba preocupada y no sabìa nunca cuàndo serìa la ùltima vez que podrìa estar con èl, asì que volviò sobre sus pasos y lo abrazò cariñosamente.

-Buenos dìas..., no te preocupes, Willbur... Cosas del trabajo pero todo se andarà.

Le acariciò la mejilla y lo besò brevemente en los labios, tenìa unos minutos antes de alistarse e irse.

-Veràs que cuando la investigaciòn termine, estaremos mejor.

No sabìa si en verdad iba a terminar bien pero al menos, sabìa que querìa que terminara y que terminara bien.