Partida Rol por web

Miro al que va a ser mi compañero para esta mision me acerco a la mesa donde estan los pergaminos meditando cual seria la mejor opcion.

Filosofia o Biologia para que nos servira invertir en la de filosofia que perdida de tiempo La otra le contesto con tono serio la de Filosofia no nos sirve de nada y es una perdida de tiempo vositarla ahora

Sólo un instante después de girarme hacia la secretaría noto que mi compañero ya se esfumó de mi lado y ya se encuentra en el extremo de la estancia con dos estudiantes.
No lo puedo dejar solo un instante, menudo dolor de cabeza me causa. Además seguro que presume por encontrar a esos dos.
Me acerco a ellos y uno se dirige a mí.
- Asique tu eres el compañero de kaguro. bien, ya estamos todos. Os enseñaremos estas grandes instalaciones y veréis como todo nuestros avances son buenos para la aldea, tanto a la hora para trabajar la tierra, el forjado de armas y en herramientas para la medicina entre otras-.
Sin más, nos ponemos los cuatro en camino hacia una sala con un cartel de "prohibido la entrada a personal no autorizado "

Efectivamente, los doctorandos os llevan a una sala "solo para personal autorizado", no tanto porque sea peligrosa como porque tiene aparatos de alta tecnología asombrosamente caros. 

Bien, vamos con el primero: -dice el "esbirro" con desgana. 

El aparato consiste en una silla de las de toda la vida, solo que no tiene ninguna pata coja. Del respaldo sale un palo selfie al que está enganchado un casco, presumiblemente para la cabeza. La silla tiene (y esto es lo más aterrador) correas para atar manos, pies e incluso cintura y cuello. 

El estudiante os dedica una sonrisa sin rastro de malicia y os invita: ¿Quién quiere probarlo?

Cuando van a la facultad de biología, no se esperaban esto. La facultad consiste en... un parque zoológico! Por supuesto, aunque la mayor parte de su superficie está dedicada a los animales y plantas, tiene algunas casas y edificios bajos donde el personal investigador trabaja. Ahí es a donde os dirigís vosotros. Un par de chicas os saludan. Forman una extraña pareja, puesto que una es muy activa y la otra va con las manos en los bolsillos. Esta última no habla tanto. 

A ver, ustedes son los ninjas? Tenemos aquí el parque zoológico y las investigaciones que estamos desarrollando mi compañera y yo. Personalmente empezaría por lo primero, pero supongo que tendréis prisa, así que me decanto por la investigación, Qué me decís? Qué me decís? Venga, todos para adentro!!

Y tira de vuestro brazo para que al sigáis. La otra muchacha os sigue pesadamente. 

Al poco de salir del despacho y encaminarnos a la facultad de ciencias ocultas, los dos nos sorprendemos bastante.

- ¿Quien habrá puesto una facultad de la universidad tan alejada?

A medida que subiamos por un estrecho camino ladeando la colina descubrimos una casa vieja, y un tanto destartalada, noto que Natsumi esta un tanto confundida, asi que yo me armo de valor y le digo:

- Tranquila, yo entrare primero.

Me acerco con pasos seguros hacia la puerta, y la toco varias veces de manera contundente, mientras grito:

- ¿Hay alguien?

Kaguro y yo nos miramos y yo con una leve sonrisa me adelanto y les digo
-Mi compañero está muy interesado.-
Sin apenas creerselo y sin poder reaccionar, los dos hombres lo cojen por los brazos y lo sientan en la silla.
Kaguro tenía una cara de pánico cuando le estaban poniendo el casco y maldiciendome.
-Maldito Hiroshi, como te atreves, me las pagarás-.
Ya estaba todo terminado y casi embalado de tantas correas y cintas, cuando se dispusieron a activar el artilugio ( casi como una máquina de tortura).
Pero por suerte, este sólo era un prototipo y no funcionaba en realidad, sólo lo pusieron de prueba.
Más adelante nos explicaron para que funcionaba...

Kaguro, que ha sido despojado de su palo para hacer kendo, y prácticamente de su dignidad, es conducido amablemente hasta la silla y atado (inmovilizado, para ser exactos) con las correas. ¡No puede mover ni la cabeza! Cuando está atado y bien atado, le introducen la cabeza en el casco que tiene la máquina. Si bien no tenías bastantes preocupaciones, uno de los minion te dice:

Tranquilo, esto no duele.

y efectivamente, no duele, pero te pone aún más nervioso.

En cuanto a Hiroshi, le acompañan a otra habitación desde la cual no pueden ver a Kaguro, que seguro que espera expectante a que le saquen de aquella encerrona. Pero nadie viene. Durante más de 4 horas nadie aparece por allí.

A ti, Hiroshi, vamos a hacerte algo un poco más... secreto. Más circense, también. ¿Me das tu tarjeta de crédito?

En esas 4 horas, no experimentas realmente aburrimiento, pues te ponen imágenes de todo tipo en una pantalla de cine. Imágenes, vídeos, sonidos aleatorios, música... No puedes decir que se trate de una película, es más bien como un clip de video hecho por un mono borracho.

Bien, -te explican las tarjetas de crédito y cuentas bancarias están protegidas por una serie de claves que son producto de números primos altísimos, por lo que no se pueden factorizar...

A las dos frases ya te has aburrido. Es peor que las lecciones sobre honor en la academia. 

...por eso estamos desarrollando el computador cuántico. Con él, cualquier algoritmo matemático que normalmente tomaría miles de años con el ordenador más potente que existe, sólo lleva unos segundos. Esto lo consigue contactando con otros universos y calculando en todos ellos a la vez. Lamentablemente no hemos podido investigar lo suficiente como para lograrlo, y ahí es donde entras tú: si nos donas unos cuantos ryô, seguramente seremos capaces de conseguirlo. ¿Qué me dices?

Al entrar, os encontráis una escena peculiar: un tío haciendo cuentas en una pizarra con dibujos de astros, vestido únicamente con unas gafas y unos calzoncillos de esos que llegan por la rodilla. Mientras tanto, un par de estudiantes hacen la ouija en la misma sala y apuntan todo lo que dice. El tío en pelotas se pone una bata a lo Merlín y os sonríe

Casi me pilláis! Bueno, por vuestra pinta sois ninjas de Konoha, es así? Vamos a empezar con la demostración!!

Se te ponen los ojos plateados y ves que en la otra habitación le ponen a Kaguro una especie de película muy mala. Tu compañero no puede mover ni el cuello, pero al menos puede cerrar los ojos. 

Te suelta un rollo interminable de cuentas y bancos y digitos. Y la verdad ese investigador no te inspira mucha confianza. Asique le dices que tienes que consultar con kaguro y por donde se encuentra.
De todos modos mientras que el investigador no se fija empiezas a utilizas el byakugan a ver si ves algo a través de las paredes

Kaguro? A Kaguro no se le puede molestar ahora, está a lo suyo. Hasta dentro de 4 horas nada, si quieres te invito a un café mientras y charlamos.

Nos sorprendemos bastante al ver la estampa de personas que hay dentro, y no sabemos realmente como reaccionar a tal situación, unicamente se me ocurre decir:

- Si lo somos, adelante.

Acepto el ofrecimiento de tomar algo

El "mago" os conduce hacia unas escaleras que suben... y suben... y suben más aún. Por fin os hayáis en el tejado, y os enseña un aparato similar a una antena de las que en los 90 recibían la televisión satélite.

Y este es... ¡el gorrocóptero! digo... el antenator: envía y recibe señales de onda por lejos que se encuentren. Aunque este chisme está sin calibrar, espera...

Saca un destornillador del calzoncillo gigante y se pone a aflojar tuercas para mover la antera unos milímetros. No pasa nada.

Aunque evidentemente es sólo el prototipo y no funciona, la idea es que lo orientemos al espacio para descubrir ondas de radio de origen extraterrestre. Con el dinero apropiado lo conseguiremos. 

Lo que te llama la atención es un botón rojo en el punto más alto del tejado. Un botón gordo, para pulsarlo con la mano entera. El tío parece pasar de él, pero a vosotros se os hace la boca agua por pulsarlo...

Me canso de esperar y me voy de la sala, prefiero esperar a kaguro fuera mientras observo otras salas desde los pasillos

Finalmente el ingeniero te recoge y te dice:

Bueno, ya ha pasado el tiempo, vamos a ver qué tal le va a Kaguro

Así que entramos en la habitación y, viendo que la proyección está apagada ya, le soltamos las correas.

Nos adentramos en la sala y vemos a kaguro aún en la silla.
Necesitas ayuda?- le dije