Partida Rol por web

Me preparo para abrir fuego sobre esos cabrones, pero algo me distrae. Un reflejo en el agua, algo que no debería estar ahí o quizás tan sólo esté alucinando. El estrés no es bueno. Lo único que me queda claro es que todo el jaleo va a comenzar antes de que me de cuenta, es el precio a pagar por mi despite.

Con calma, la abuela se balanceó en el bote y con una parsimonia encomiable abrió el revolver, arrojó las 6 balas y metió otros 6 proyectiles de tamaño XL en el cargador.

Esto no es distinto que cuando haces death rides de trailers, solo que la autopista duele menos si te caes. En el primer momento, al menos. V>amos a darles amor. Aqui el premio es nuestra piel, asi que nada de abandonar, nenas.

En un momento estaba lista. Y empezó la función con un tiro de advertencia que queria decir "no os acerqueis, que esto hace agujeros mayores que muchos RPGs. Vamos a portarnos bien todos".

A pesar de estar mirando al lugar equivocado, aprieto el gatillo hacia la dirección correcta.

- ¡Comed plomo cabrones!

Espero que mis balas les llenen las tripas de agujeros y podamos huir con rapidez.

Con el barco de seguridad corporativa pisándoles los talones, Dolores agarró con más fuerza los controles y empujó el acelerador hasta el límite. El bote avanzó, surcando las turbias aguas de G0 a una velocidad de cojones. Maniobró hábilmente la embarcación, esquivando los obstáculos y evitando las balas disparadas por sus perseguidores.

La extensión tóxica del mar parecía trabajar a favor de Dolores, ya que los escombros flotantes y la vida marina mutante proporcionaban distracciones caóticas que podían usar a su favor.

Mientras Abuela disparaba tiros de advertencia al aire, la distracción provocó una vacilación momentánea en los tiradores del otro barco. Desviando su atención, Dolores aprovechó la oportunidad, esquivando hábilmente otro aluvión de balas mientras mantenía una velocidad y destreza que inducían al vómito. Dumper, con sus dos ametralladoras al rojo, tras una vacilación inicial, logró plantar unas cuantas medallas en el bote de los corporatas, ralentizando a sus perseguidores.

Las amenazas constantes del equipo de seguridad por megafonía para que se detuvieran llenaban de cacofonías distorsionadas la noche, ahogadas por el rugido del motor del bote y el caótico entorno. Las cazarrecompensas siguieron adelante, con la determinación ardiendo en sus ojos, negándose a ceder ante las demandas de sus implacables adversarios.

Mientras las mujeres corrían por las aguas turbias, su bote dejaba un rastro de ondas espumosas oscuras, la distancia entre ellas y el bote de seguridad corporativa aumentaba gradualmente. Las chicas podían saborear el dulce aroma de la victoria, pero sin previo aviso, las aguas de G0 les dieron la espalda: se adentraron en una zona de basura más saturada, su ruta se congestionaba cada vez más con restos y escombros flotantes y sus adversarios continuaban tras ellas, ganando velocidad, pues su navío apartaba con más facilidad la basura hacia sus flancos.

La abuela miró a su alrededor. Mucha mierda. De la buena. De la que ardía con el incentivo adecuado.

La abuela rebuscó en su bolso. Parecía que habia de todo ahi. Del fondo del mismo sacó una caja de munición de color rojo chillón. Sacó las balas del mismo color y las colocó en el tambor de la pistola. Y apuntó al agua. En cuanto pasaron cerca de un montón grande y aceitoso sonrió.

Y esperó.

Cuando pasó el bote rival cerca le pegó 2 tiros a ese montón de mierda putrefacta, que explotó por todo lo alto al ser impactado por las balas incendiarias de la Abuela. Aunque la explosión fue más espectacular que dañina, obligó al otro barco a hacer un rodeo para evitar la mugre en llamas que llovía del ciuelo, prendiendo otras superficies del agua a su alrededor, enlenteciendo el bote perseguidor.

Esquivó un bulto oscuro que flotaba en el agua. Era como un iceberg negro. Una amalgama de desechos unidos por vete a saber qué. Dolores giró a la derecha. Luego a la izquierda. Sin darse cuenta se había metido en un laberinto de mierda y desperdicios: había neumáticos gigantescos flotando, islas de plástico industrial corroído, postes de luz, restos de tejados de metacrilato…   Aquí el agua desprendía un olor aún más pútrido. Dolores apretó los dientes. Se concentró. Maniobró con habilidad. La suerte le sonrió. ¡Ja! No se lo iba a poner fácil a esos cabrones.

Aprieto el gatillo con rabia mientras grito. El aire se llena de balas y con gran precisión impactan en nuestros perseguidores y su bote.

Espero que sea suficiente para detenerles.

Mientras el bote navegaba a toda velocidad por las peligrosas aguas de G0, Abuela apuntó a una enorme pila de escombros que flotaban cerca. Con una sonrisa traviesa, desató dos rondas incendiarias que dieron en el blanco. La explosión reverberó en el aire y envió escombros en llamas que cayeron en cascada sobre el bote de seguridad que los perseguía. El caos repentino obligó al bote a virar, evadiendo la lluvia ardiente y ralentizando su avance.

Mientras tanto, Dolores navegó hábilmente a través del laberinto de basura y obstáculos. Sus agudos reflejos y su pilotaje experto le permitieron evitar chocar con neumáticos flotantes, islas de plástico corroído y otros restos de un mundo olvidado. El bote se desvió, giró y se deslizó a través de las traicioneras aguas, escapando por poco de una colisión segura en cada giro. La determinación y la habilidad de Dolores se convirtieron en su salvavidas, guiándolas a través de la cordillera de mierda y manteniéndolos por delante de sus implacables perseguidores.

Dumper, alimentada por su rabia, continuó desatando una lluvia de balas sobre el barco enemigo. Sus disparos, de una precisión pasmosa, dieron en el blanco, atravesando el casco, abriendo agujeros que supuraban combustible. El bote que los perseguía disminuyó su velocidad, mientras luchaba por seguir el ritmo de las fugitivas.

Por un golpe de suerte, las chicas escaparon de aquella zona pesadillesca y entraron en una área sin obstáculos aparentes. El agua se aclaró, revelando su posible camino hacia la libertad. Sin embargo, incluso desde la distancia, el barco que los perseguía persistió, utilizando algún tipo de mejora para cerrar la brecha entre ellos, doblando su velocidad hasta casi salvar la distancia perdida, pero iba a saltos...

Dolores hizo un ultimo giro. Dejó atrás el laberinto de escollos y mierda. Lo había conseguido por los pelos. La patrullera corporativa se quedaba atrás. ¡Ja! Dumper disparó. Se escuchó un BOOM. La punk giró la cabeza para ver que era. La embarcación que les perseguía tenía dos enormes agujeros en el fuselaje. Dos chorros de gasoil de alto otcanaje salían de los boquetes y se vertían al mar. El combustible formaban una mancha viscosa sobre el agua fétida.

—¡Disparar al combustible!—avisó suponiendo que eso haría que todo saltara por los aires. No era mala idea desde luego. Lo que si parecía serlo es haber echado la vista atrás cuando estás conduciendo un bote a toda hostia. Cuando Dolores volvió la cabeza hacia el frente, tenía delante una enorme pila de despojos. Justo en la trayectoria de la embarcación. La punk intentó un ultimo giro pero el bote golpeó en el costado con la torre de mierda y basura.

—¡Mierda!—

Parece que la suerte nos sonríe por fin, pero esos cabrones no se quieren hundir y ser comida para los peces, o los seres que se arrastren por el fondo. Disparo, pero temo que aún no se han acercado lo suficiente como para hacerles nuevos agujeros o hacerlos volar por los aires si consigo hacer estallar el combustible.

Estoy segura que Dolores nos sacará de aquí.

-¡Mierda! -grito cuando el bote hace un giro brusco y algo nos golpea por el lateral. No puedo articular ni una palabra más, pues aguanto la respiración mientras veo como los desperdicios caen sobre nosotras.

La abuela miró a Dumper. La muchacha era muy buena, y si no la mataba la impetuosidad se cvonvertiría en una fuerza en el barrio. Pero aun le quedaba por aprender. Disparar al combistible no lo quemaba. El fuego quemaba. La abuela simplemente sacó uno de esos cigarrillos que parecian hechos de alquitrán potenciado. Le predió fuego con un zippo. Luego, con una floritura de su mano y el impulso de su dedo índice lo arrojó al agua cuando acababan de cruzar la gran mancha viscosa.

Detrás de ellas, el río de llenó de fuego a una velocidad pasmosa.

Eso entretendrá a nuestros amigos. ¡Dumper, ayudame a desatar todos esdtos trastos! Se los vampos a dejar en su cara de panolis como recuerdo.

Con esdto la abuela sacó un cuchillo y empezó a serrar los anclajes de los bafles y demás zarandajas musicales que habia en la cubierta de la barcaza.

Mientras Dolores empujaba el bote al límite, maniobrando a través de los obstáculos con el corazón desbocado, casi se le pasó la masa de basura que se iba solidificando justo enfrente. Con un giro desesperado del volante, trató de evitar la colisión inminente, pero ya era demasiado tarde. El bote se estrelló de lado contra la montaña de escombros, empujando a las mujeres sobre la cubierta del barco. Dolores maldijo cuando sintió que el barco se estremecía por el impacto.

Dumper miraba, ilusuinada, las heridas que había abierto en el casco del barco enemigo, pero el súbito movimiento del barco le hizo desistir de darle con una nueva ráfaga de hierro.

La Abuela encendió rápidamente uno de sus cigarrillos de alquitrán potenciados con un zippo y luego, con ademán melodramático, lo arrojó a la mancha de combustible sangrado por el otro navío, en el momento justo en que se hundían en las entrañas del leviatán de basura.

Un estallido de llamas brotó del combustible, extendiéndose rápidamente por la superficie del agua. El bote perseguidor, ahora peligrosamente cerca de la montaña de basura, quedó envuelto en el infierno en expansión. La fuerza de la explosión sacudió el área circundante, sacudiendo violentamente el bote de las fugitivas. Se elevó momentáneamente, impulsándolos a dos metros sobre el agua, antes de que la gravedad hiciese lo suyo y fuesen impulsadas hacia delante, fuera del obstáculo, violentamente, siendo salpicadas por el agua tóxica, que apagó algunas lapas que sobre ellas habían prendido.

Con el cabello chamuscado y la piel quemada por el intenso calor, Dolores lograron recuperar el control de su bote. Abuela, con la sangre de alquitrán goteando por su rostro, se tomó un momento para deleitarse con el caos que quedó a su paso. Rápidamente se movió para desatar el equipo que abarrotaba su cubierta, dificultando el avance de otros posibles perseguidores a la vez que daba más libertad de movimiento y velocidad a su embarcación.

Las cazarrecompensas, maltratadas y magulladas, se alejaron de los restos en llamas del barco enemigo, dejándolo hundirse en las turbias profundidades de G0. Un cóctel de alivio y agotamiento las invadió. 

Dolores fue poniendo rumbo hacia un atracadero, con la esperanza de que pudiesen encontrar algún escondite cercano en el que pasar desapercibidas mientras las aguas se tranquilizaban.

Habian pasado 6 dias desde el fregado. La abuela apagó su cigarrillo en el cenicero lleno a rebosar y salió del sótano en el que se habia refugiado durante los ultimos dias. Era hora de ir a cobrar.

La operacion habia sido bastante buena. Sólo unos 20 muertos. Nada que los golpes en Cy_Udad no causaran habitualmente. Bastante "light" en ese sentido. Aunque le habia jodido el negocio a algun pez del ayuntamiento y eso habia causado más revuelo del esperado. Sospechaba que ni porno ni leches. que el objetivo real de ese encargo habia sido este, el que su contacto escalara posiciones politicas atacando a un rival de manera indirecta.

Tras haberse findido con la ciudad y desaparecido durante unos días, ahora tocaba que su contacto pagara. Habian convenido hora y lugar con las otras muchachas antes de separarse. Nada de electrónica innecesaria. Ya sabian que el Sarge no lo contaba. Y que Gangsta VIII tendria que encontrar sustituto en Gangsta IX. Parecia que el perro de Dumper era recuperable por eso.

Y eso, tocaba que pagara. POrt eso le harian una visita sin anunciar. No se fiaban ninguna ni un pelo del payo.

La abuela subió a su nueva moto (nunca uses un vehiculo reconocible tras un golpe. Cámbialo inmediatamente). Era peor que la anterior, pero servicial. Encendió otro cigarrillo. Sabia a neumático quemado con queroseno y a podredumbre radioactiva. Magnífico. Le dio al contacto y se dirigó al punto de encuentro.