Partida Rol por web

Han pasado 4 días desde que el edificio de los Rico se incendiara. Los vehículos antiincendios no tardaron mucho en llegar pero aún así la parte superior del rascacielos ya ardía como una cerilla dejando llover motas de cenizas y polvo que recordaban a los días más duros de la postguerra corporativa.

Kay y Pablo habían conseguido salir vivos del edificio con los maletines de las semillas en sus manos. Pero no ilesos, pues ambos mostraban varias heridas y quemaduras que habían recibido en su huida. Con sus cuerpos humeantes, Pablo simplemente se desplomó al llegar a la calle.

Cuatro días en los que habíais recibido atenciones médicas y recuperado vuestra entereza aunque no el orgullo de que hubieran secuestrado a Maria.

Al menos las facturas habían corrido a cargo de Matias Rico, quien aún contaba con vuestro apoyo para encarar lo que haríais ahora. Matias quería recuperar a su mujer y ya había recibido un vídeo perturbador de su mujer siendo apaleada bajo la amenaza de su muerte y una petición multimillonaria que dejaría a ese ex-nomada en la ruina.

Pero lo que no sabían esos secuestradores es que Ryhs había hackeado su AV y tenia la ubicación exacta donde habían ido. Un pueblo chusco en la cosa más allá de los paramos desérticos alrededor de Nigt City. Probablemente un agujero de narcotraficantes, delincuentes y nómadas sin complejos.

Ahora mismo os encontráis en un despacho temporal que la familia Rico ha alquilado. Amanece en la ciudad y llega el día en el que Matias tiene que mandar su dinero para intentar salvar su mujer. La primera vez que os volvéis a ver las caras después de salir del hospital. ¿Pero cuales serán vuestros planes?

Pablo está inusualmente callado sirviéndose un vodka mientras Matias observa nervioso la pantalla de un ordenador personal. Parece que no haya dormido una sola vez en esos cuatro días.

Cuando entráis en el despacho Matias se levanta de la silla y os muestra una triste sonrisa.

-Buenos días caballeros, me place ver que aún estáis de una pieza.- Su mirada se centraba principalmente en Edge, quien había ido al otro mundo y vuelto. La ultima vez que lo vio tenía un aspecto más que lamentable y sanguinolento.

Samir por fin pudo levantarse. Le dolía todo el cuerpo y en especial la pierna derecha, que se había llevado la peor parte, pero la heridas sanaban adecuadamente. Podría sentirse contento de seguir sin vida, pero para él había cosas que estaban por encima de la vida. Y ahí mismo, era donde más dolido estaba. En su orgullo, en el sentido del deber,...la misión había sido un desastre. Cierto que sus atacantes, como se temía, eran más de lo que cabía esperar. Cierto que se habían llevado a unos cuantos por delante y cierto que poco más podrían haber hecho, pero eso no le servía para aplacar su frustración por no haber podido evitar que el ataque tuviese éxito. Por lo menos habían salvado las semillas.

Casi sintió asco por aceptar el dinero pero oye, lo necesitaba. Matías parecía legal. A pesar de todo, les había pagado y aún se preocupaba por su estado.

-Así es-contestó-De una pieza. Y con ganas de devolvérsela a esos hijos de la gran puta ¿Sabemos finalmente quiénes eran?

Kay saludó con un gesto de cabeza a Matias. Había que reconocerle al cabrón que cumplía. A pesar de la mierda que había ocurrido les había pagado una buena pasta. Nada más que por eso tenía su respeto.

- Esos cabrones venían de Arasaka. Tenían equipo nuevecito y de mucha potencia, además de haber usado a los gilipollas de arriba para cubrir su incursión para secuestrar a María. Sabían lo que hacían y como lo tenían que hacer. – declaró.

- Rhys, creo que Matías debería ver lo que encontraste. – le indicó con un gesto de cabeza para que le enseñara los logs medio borrados de Pablo, mientras le dirigía una mirada dura a este y se colocaba delante de la puerta bloqueando la vía de salida del despacho. Era el momento de poner las cartas sobre la mesa y ese cabrón iba a dar explicaciones. Se había algo que podía más que le amor fraternal, era el amor a la mujer.

El doctor no estaba contento, las cosas habían ido mal. Muy mal. La cantidad de cosas que no sabían de ese trabajo era demasiado larga. ¿Arasaka esataba metida en el ajo? ¿Ahora tenían que enfrentarse a esos japoneses pirados? 

- Chicos, ¿estamos seguros de querer seguir con esto?- preguntó, antes de que llegara la familia, o lo que quedaba de ella.- Nos alistamos para un trabajo fácil de proteccion contra unos punks y resulta que nos estamos metiendo en un follón entre corporaciones que habrá empezado ese mierdecilla de Pablo vete a saber porque- comenta.- Si hay un buen momento para recoger las ganancias y largarse silenciosamente, es ahora- añadió. Saber cuando retirarse, era una de las habilidades más importantes para un runner que quisiera llegar a viejo.

No hay nada por ahora que vincule nada ni nadie con presos o cárceles :P

- Eisner tiene algo de razón, pero a mi no me viene mal la pasta. Vayamos a ver qué se cuenta Matías y luego decidimos - respondió Rhys ante la pregunta del Doctor.

Un rato después, ya delante de Matías...

Asintió mirando a Kay y, conectándose a la pantalla del ordenador de Matías empezó a mostrar los datos que había recabado.

- Disculpad que entrara en vuestro sistema...es algo rutinario - explicó mientras los datos cargaban - Mejor guardarse las espaldas, ya sabéis. El caso...bueno, esto es lo que encontré.

Giró la pantalla hacia Matías y dio unos pasos atrás, esperando la reacción del nómada.

- Las cartas sobre la mesa. Esto no es un juego, Edge casi la palma - añadió resentido.

Matias miró la información de la pantalla que le ofrecía Rhys. Se podía ver la expresión conflictiva en su cara hasta que se giraba para mirar a su hermano. -¿Que diablos significa todo esto?-

Pablo levantó la mirada de su terminal, nervioso y cansado por sus noches en vela, apenas había percibido el rumbo de la conversación. -¿Que?- se levantó para acercarse.

Se tomó un poco su tiempo estirando sus articulaciones pero la mala mirada que le propinó su hermano, que parecía enrojecerse de ira, hizo que se afanara más.

Empezó a leer la pantalla de terminal y balbuceó algo incomprensible.

-¿Que es esto?-

-¡Eso es mentira!- Pablo miró al resto con expresión confusa. -¿Me estáis tendiendo una trampa? ¡Pero si yo os contraté!-

Matias lo apartaba de un empujón, casi lanzandolo contra una pared.

-¿Como has podido hacer esto a tu familia?-

-Joder, ¡eres mi hermano!-

Pablo protestó

-No joder, ¡Matias! ¡Bro!-

-Te están engañando, ¡te lo juro!- Pablo notaba una pared a su espalda y se ponía a la defensiva. Su hermano, Matias, estaba desenfundando un pistolón de cuidado y Pablo reaccionaba, en las mismas, con su mano moviéndose hacía su pistolera con lentitud y nerviosismo.

Rhys sacó su pistola y apunto a Pablo.

- ¡Que nadie dispare! - gritó - Mira Pablo, casi nos matan ahí arriba así que no me jodas con que nos contrataste. A todos aquí nos sobran razones para apretar el gatillo. Danos una para no hacerlo.

Con suerte Matías pararía también y quizá le pudieran sacar algo de información de ese capullo.

Lo cierto es que el propio Samir no conocía la información que había conseguido Rhys al detalle, así que se acercó a mirar. 

Matías reaccionó como cabría esperar. Y Pablo hizo lo propio. 

-¿Trampa?¿En serio?-dijo Samir-¿Y para qué te íbamos a tender una trampa, imbécil? Mira...estuve investigando a esos bestias rojos. Son unos mierdas incapaces de hacerse con ese androide de combate y con esos equipos. Está claro que los usaban de tapadera. También sabemos de tu cagada con los Sazansutä...y supe también de tus trapicheos con los drogas, armas, prostitución...¿Pensaste que no lo descubriríamos? Cualquier profesional se informa de quién es el que lo contrata. Es la única forma que hay de protegerse de ratas como tú. 

-¡Que culpa tengo yo de donde diablos sacan sus mierdas estas pandillas!- Protestó Pablo.

-Hay mierdas de esas por todos lados.- Señaló a su hermano. -¡Y lo sabes!-

Apretó los dientes enfadado, su mano acercándose mas a su pistolera.

-¡Otra vez con esa mierda de los Sazansutä!-

-Sabes que alguien estaba vendiendo la información, y esos jodidos amarillos ya casi estaban extorsionandote con sus precios de mierda y sus amenazas veladas de que lo pasaría si se iban.- Matias continuaba apuntándole con su pistola, su dedo acariciando el gatillo.

-Joder, Matias, siempre hemos estado juntos. Tu y yo. Desde que nos lo quitaron todo ... no me hagas eso.-

Su hermano titubeó.

Por el momento parecía que había ignorado las acusaciones de sus trapos sucios o la petición de Rhys que diera razones para creerlo. Su atención estaba centrada en su hermano.

Realmente lo que observas no es lo que podías esperar.

Pablo parecía que realmente se sorprendía por lo que había en la pantalla de Rhys. Que realmente cree que le habéis tendido una trampa y no que lo hagáis pillado con nada. Pero más importante que eso, parece que el hecho de que su hermano dude de el, realmente le ha dolido en el alma.

Aquello no encajaba. Estaba saliendo tal y como esperaba y deseaba: Matías iba a volarle la cabeza a esa puta rata de Pablo. Salvo porque Pablo parecía realmente dolido por la duda de Matías, porque Pablo parecía decir la verdad, porque…

Me adelanté interponiéndome entre los dos, tendiendo una mano hacia el arma de Matías para instarle a bajarla suavemente y mirar un instante a Pablo.

- Aparta la mano de esa pistola o te la corto a la altura del codo. – no era una amenaza, sino una constatación de los hechos futuros.

- Ahora vamos a calmarnos.

Miré a ambos aún en medio.

- Hay dos opciones. La primera es que Pablo es una puta rata que ha traicionado a su familia.

- La segunda es que alguien dejó esa mierda en vuestro sistema para inculparle.

- La primera es la más sencilla y la que creía hasta hace un minuto. – le dije a Matías con sinceridad – Pero por algún puto motivo creo que Pablo está siendo sincero. – le asentí para que se calmara – Puede que sea porque en el incendio era se meó encima y sé que no tiene la sangre fría para mentir tan bien – dije llanamente, sin acritud -, puede que sea también que a pesar de estar cagado estaba dispuesto morir allí quemado por rescatar las semillas y que el negocio no se fuera al infierno del todo. – esta vez había un atisbo de reconocimiento a la lealtad de Pablo.

- Así que vamos a aceptar que puede que la segunda sea posible. Nosotros estamos seguros de que nosotros no hemos dejado esa mierda. La encontramos el mismo puto día que llegamos. Así que vamos a centrarnos en quién pudo tener acceso a vuestra red porque tuvo que ser el mismo que dice Pablo que estaba vendiendo vuestra información. – sabía la respuesta de sobra y era la que ninguno de los dos estaría dispuesto a aceptar si lo decía alguien que no fuera ellos mismos, que la única persona que vigilaba y controlaba ese sistema era María.

Edge atendió a lo que decía Kay con atención. Hasta ese momento estaba seguro de que Pablo no era trigo limpio, pero no podía evitar pensar que sus objeciones tenían sentido en términos generales. Desde luego el que lo hubiese hecho, esta bueno.

-Si le han tendido una trampa, el que lo hizo sabía lo que hacía. No ha dejado cabos sueltos o si lo ha hecho, ni Rhys ni yo hemos sido capaces de encontrarlos. De todos modos, de lo que sí estoy seguro es de que Pablo nos está ocultando antes. De eso me di cuenta desde el principio, antes de saber nada de todo esto. Así que si vamos a seguir con esto, tendrá que soltar la lengua. 

...

-Y sí, sea como sea, o bajas esa pistola o te reviendo. 
 

 Pablo apartó la mano de su arma ante las amenazas, si bien no le gustaba estar siendo encañonado por nadie. Matias aún era reacio a bajar la suya, aunque si mirada mostraba el conflicto de emociones que llenaba su cerebro.

 -Claro que no miento, ¡joder!-

-Matias, hermano, ¿quien se quedó contigo en el abrevadero de los Aldecaldos?- La frase golpeó emocionalmente a Matias. Su arma tembló y empezó a bajar el cañon del arma. -¿Crees que pasé por todo eso para traicionarte por unos putos tomates?-

 De repente Matias se sintió avergonzado por su reacción.

 -Si, tienes razón Pablo. Lo siento.-

 Caminó de vuelta hacia una silla y se desplomó en ella.

-No tengo ni idea de quien haya podido ser. Maria es imposible. ¿Puede que alguien se colara sin que lo viéramos?-

 A las acusaciones de Samir, Pablo chasqueó la lengua. Al menos se había tranquiilizado todo y ya no le apuntaban, con lo que se aligeró el cuello de la camisa y buscó servirse algo para beber.

 -¿A que te refieres?-

-¿A las putas? ¿Drogas? ¿Armas? Claro que he tratado con todo eso ...- Miró a su hermano quien rehuyó la mirada. Luego volvió a mirar a Edge. -Como crees que montamos ese negocio, de algún lugar tenia que salir la inversión inicial. Después del abrevadero solo teníamos las semillas y los bolsillos vacios.-

-A Matias no le gusta eso y siempre ha hecho la vista ciega. Lo hacía por mi cuenta, hasta que nos volvimos autosuficientes.-

Al final parecía que Pablo estaba lejos de ser un incompetente total y había cuidado siempre a su hermano, haciendo todo lo que nadie quería hacer.