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Danza Macabra. x Cuarto Episodio: El Matrimonio de Iñigo

5. La Boda

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11/09/2012, 18:23
Roderigo

Ciertamente las palabras eran convincentes, no habia duda. Lo malo es que aquel ricohombre era fácilmente influenciable y tal vez que las reseñas de la Órden de Santiago le hicieran retirar la propuesta de ajusticiar con pruebas profanas a un miembro de la misma... Sin dilación alguna me levanté del fingido "éxtasis" de caridad y me coloqué donde estaba antes. Bajé la cabeza y entrecrucé las anchas mangas entre sí, metiendo una mano donde se encontraba la otra, pero introduciendo la restante bajo la tela del abdomen, donde ya podía tocar mi cuchillo. Hacía todo ello con suma cautela, estaba acostumbrado.

Lo cierto es que era mejor prevenirse ante la última carta que podíamos jugar en pos de nuestras coartadas "medioverdaderas" y el Santiaguisa no lo había hecho mal.

Está en tu mano vivir o morir Se-ñor-de-cas-tro-je-riiizzzz... -pensé mientra elevaba de vez en cuando la mirada hacia el mandamás-. Déjanos marchar, déjanos ya...

Después de divagar, tomé la determinación de actuar si todo salía mal, si no le convencíamos: tirarme directo hacia él y atravesar su cuello con el cuchillo, como siempre hacía, aunque esta vez a la luz del día y rodeado de hombres. Si lo conseguía, al menos me iría derecho al infierno con un jabalí gordo y sabroso brajo el brazo.

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11/09/2012, 21:25
Iñigo de Medina

- Creo que todo ha quedado lo suficientemente claro Don Aleixo. Como bien podéis colegir, no es que yo esté convencido de que vos y los vuestros seáis culpables de traición al Altísimo , de secuestro o algo peor y de quién sabe qué más cargos. Mas no tengo opción, sí creo que sóis o podéis ser culpables de alguno de los múltiples cargos de los que sóis acusados. En cualquier caso y no obstante, no me corresponde a mí juzgaros , sólo Dios puede y esperemos que su juicio os sea favorable pues nada me satisfaría más que perderos de vista definitivamente, para bien o para mal. Y dado que os habéis declarado voluntario, acudamos a la iglesia cuanto antes y dilucidemos esta pendencia ya.

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11/09/2012, 23:02
Don Antón

Don Antón no podía creer semejante triquiñuela, no logró contenerse pues le impulsaba la juventud y la cabeza que tenía sobre los hombros.

-Don Iñigo, nos acusáis sin ningún sentido pues no se que os habrá contado ese pillastre que tenéis por monje. ¿El caballo decís? El caballo no lo compramos nosotros ni tuvimos que ver, si no fue vuestra prometida quien lo quiso comprar. ¿Es eso un crimen? ¿Nos veis armados con ballestas? No es solo que vuestra acusación sea un verdadero sinsentido si no que es una ofensa. Osáis acusarme a mi, un noble que viaja como un hombre de a pie a cumplir el sagrado peregrinaje a santiago, de ser asesino y secuestrador. Acusáis a mi vasallo que es por extensión como acusarme a mi, pues por su vida y sus actos respondo. Acusais a Don Carlos de matar monjas, un hombre cuya espada han conocido cientos de difuntos moros. Y mas aún osáis acusar de tales villanías a un  miembro de la Sagrada Orden...-dijo ofendido- Don Iñigo os merecéis mi respeto por habernos ayudado y acogido, pese a que fuera por salvar a su prometida de la que nos acusas su secuestro, y por ayudar a que el buen Hernán se recuperase pero ante el Altísimo os digo que no dejare pasar ninguna ofensa más. Absteneos de acusarnos o no bastarán las palabras para desfacer este entuerto -Y con esto hizo un gesto dejando ver que ante una nueva acusación hablaría el acero.

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12/09/2012, 08:57
Director

Ante la insolencia del de Muel, el lugarteniente del Marqués y sus hombres echaron mano de los yerros, desenvainando casi al unísono.

El Marqués por su parte, levantó la mano e hizo un último intento de que no corriese la sangre...

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12/09/2012, 08:58
Iñigo de Medina

- ¿Cómo osáis dirigiros a mí en esos términos? has faltado a un siervo de la iglesia...¿no váis a someteros a la Ley de Dios?- dijo temblando de ira y mirando de cuando en cuando a sus hombres, prestos como estaban a intervenir en cualquier momento.

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12/09/2012, 09:30
Roderigo

Mi Señor don Íñigo, ¡le ruego calmemos nuestros ánimos! -repuse tras el enfado del anfitrión-, ¿recordará este día como el de su boda si encontramos a su esposa o como la negra jornada de disputa que estamos teniendo? Si su amada se encontrara ahora retenida en cualquier sitio o en manos de quien no debe, estaríamos perdiendo un tiempo precioso en su búsqueda...

Comencé a negar con la cabeza, actuando como quien ve a alguien hacer algo que no debe y no puede evitarlo.

Además, comprenda vuaced la gravedad de dar un juicio de Dios a un miembro de Santiago... ¡De Santiago, Señor Íñigo!, ni más ni menos que una orden al servicio del Su Majestad en tiempo aciagos. Sin más razones aquí le planteo que el de su propio bienestar...: ¿está seguro de probarle cuando se ha ganado el hábito protegiendo tantas veces a los inocentes y desvalidos con sus votos y su espada? -miraba a don Aleixo y continué-. Pero desde ese momento el tono de mi voz cambió sutilmente de la dulzura y redención con que había mostrado mi falsa fe hasta un punto de cierta advertencia con Íñigo.

Y por ello, señor mio, que esta prueba no hará sino retrasar nuestra llamada a la redención en la Ciudad Santa, y la órden templaria no dudará en preguntarse qué ha pasado, porqué no ha cumplido con su regreso a tiempo... y Dios y la verdad les harán saber que estuvo, y no se ofenda su persona, como retenido...

Miré a los guardias y sus aceros en un rápido vistado. Luego esperé unos segundos a que don Íñigo entrar en razón. ¿Y sabe vos que no es ni más ni menos digno una ordalía que una oración delante del mismo Apóstol, delante que su cuerpo? Si usted no comprende esto, muy a mi pesar, tendrá problemas... problemas con la órden... Ojalá... y créame, don Íñigo, ojalá no llegue a los ojos de Su Majestad, que es conocedor entre los hombres de bien, quizá usted también lo sepa -esto que iba a decir me lo inventé, aunque puede que fuera verdad-, que el Rey es amigo de grandes señores de la Orden, quizá del Maestre o de Maestres antiguos...

Cogí aire y le lancé mi propia ordalía pesonal, mi propia prueba...:

¿Quiere encontrar a su esposa ahora mismo o quiere tener Castrojeriz tomado por caballeros Santiaguistas durante largo tiempo?

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12/09/2012, 10:23
Don Antón

-Por los caballeros de la orden y por los hombres de mi padre, si no estoy yo. Y al rey no le hará gracia tener que intervenir en una disputa como esta en medio de la guerra que estamos teniendo-dijo fingiendo ser del mismo bando que Don Iñigo- haced guardar a vuestros hombres las espadas pues no he sido yo el primero en ofender a un Cristiano. Más pensad bien en lo que decís y las repercusiones que eso tendrá, pues ningún mal hemos causado cuando solo estamos en estas circusntancias por haber querido ayudar a una dama cuando estaba en apuros.

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12/09/2012, 10:41
Iñigo de Medina

En el tira y afloja que os traíais vísteis un atisbo de duda en los ojos del Marqués. Aquel grupo de hombres sin duda tenía sólidos argumentos que estaba esgrimiendo de manera muy acertada, así que el Marqués obviamente dudaba entre hacer caso al clérigo y someter al de Santiago a una Ordalía - bastante atípico, todo sea dicho - o permitir que el grupo saliera en busca de su prometida.

- Os concedo que os os faltan razones y naturalmente que no me gustaría ver mis prósperas tierras tomadas por nadie. Soy un fiel defensor de la Iglesia, y por eso mismo y como comprenderéis, no puedo ir en contra de los designios del sacerdote. No me queda otra salida que llevaros a la Iglesia y que la Ordalía sea practicada. Ruego a Dios que os declare inocentes, pero nada más puedo hacer.

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12/09/2012, 10:49
Don Antón

Habladme Don Inñigo de ese sacerdote que parece tener más poder que un Caballero de la Santisima Orden-dijo Don Antón-¿Es él un obispo? No se que reticencias tendrá a dudar de nuestra palabra pero hablar de someter a un caballero de Santiago a una Ordalía es... por no hablar de las otras ofensas que se han cometido. No me he ganado el apodo del "Recto" por nada y no he recorrido el camino para que alguien me lo arrebate a las primeras de cambio-insistió Don Antón tratando de saber más de aquel hombre que ahora les condenaba.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues hombre critico critico no, pero...

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12/09/2012, 10:55
Iñigo de Medina

- Sabéis tan bien como yo Don Antón que él es el representante de la Iglesia en estos dominios y al haberse cometido la ofensa o mejor dicho supuestas ofensas en ... en su territorio espiritual le corresponde a él decidir. Ya sabéis... la Bula del Santo Padre. ¿No hacéis lo mismo en vuestros dominios Don Antón?

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12/09/2012, 10:59
Don Antón

-Por supuesto, salvo que en mis dominios -"el Santo Padre es mi padre" estuvo tentado a decir- no se nos ocurriría culpar a un miembro de la Orden de santiago ni a dos nobles cristianos de estas barbaridades. Pero entiendo lo que quereis decir. Está bien, nos someteremos a la prueba. Yo mismo lo haré, si Alexio quiere, en su lugar. Pero tened muy en cuenta Don Íñigo, que tras la ordalía, exigiré una compensación por estos insultos.

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12/09/2012, 11:36
Iñigo de Medina

- Y yo estaré encantado de daros esa compensación- hizo un gesto con la mano -si me acompañan...

Notas de juego

Venga vamos a esperar a ver qué dice Aleixo.

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12/09/2012, 17:49
Samuel Sánchez

Por Dios y por los Santos, menuda se había montado en un momento... aquel mezquino fraile nos la tenía jurada por alguna razón, con gusto le rajaría la barriga por aquellas acusaciones que no hacían más que emponzoñar los oidos del Marqués. Y es que el muy tozudo no atendía a razones, sin duda conntinuaba bajo el influjo de aquella mujerzuela, lo mejor habría sido acabar con ella en lugar de dejarla marchar pero para eso ya no había solución. A pesar de lo empecinado que estaba se me ocurrió una última baza por si se le ablandaba el corazón. Me incliné hacia Don Antón y le hablé al oido.

- Mi señor, decidle lo del regalo de bodas - dije en un susurro.- que por eso saliamos del castillo, que le ibamos a hacer un regalo por su boda y que era un secreto... a lo mejor se le ablanda el corazón, es mejor que una matanza...

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12/09/2012, 22:58
Don Antón

-Me temo, mi buen Samuel, que no lograremos hacerle cambiar de parecer pese a la insensatez de sus acusaciones. No te preocupes, saldremos con bien de esta pues no somos culpables y Dios así lo demostrará-le dijo a su vasallo tratando de calmarlo. 

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13/09/2012, 10:07
Aleixo d'Ocampo

- Sin embargo, mi buen amigo Don Antón... es curioso ver como el señor Marqués no rige en éstas tierras. Más bien ese fraile es quien lleva el mando. Habida cuenta...

Aleixo soltó un pequeño suspiro de resignación.

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13/09/2012, 11:41
Director

Haciendo caso omiso de la chanza del santiaguista, el Marqués condujo al grupo - flanqueado por hombres de armas del de Castrojeriz - seguido por una comitiva de campesinos a la iglesia. Ésta estaba atestada, la gente se agolpaba fuera y entrar os costó todo un mundo.

Abriéndoos paso entre la gente, finalmente llegásteis al primer banco, el sacerdote aguardaba frente al altar y dos monaguillos calentaban un guantelete metálico sobre un brasero.

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13/09/2012, 11:41
Fray Narciso de Carvajal

En tono solemne

- ¿Quién de vosotros se someterá a la prueba? rogad a Dios por el que va a ser sometido a su juicio para que el Altísimo le declare inocente de todos los cargos.

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13/09/2012, 12:32
Roderigo

¡La Virgen! -pensaba yo cuando nos metieron en la iglesia y el fraile nos preguntó por el que se sometería... No quisiera yo atravesar a nadie aquí, bajo la mirada de los santos, el cáliz y las ostias benditas...¡que situación!

Pese a que Roderigo era poco creyente, más bien casi nada, le daba cierto reparo, miedo y dudas el tener que atravesar a alguien dentro de una iglesia, ya fuera clérigo, hombre de dineros o sucio ladrón... Creía que, influenciado por la propia superstición, que el Señor le castigaría por tal "hazaña", ¡en su propia casa!, y por mucho que fuera a Occidente a mostrar sus pecados al Santo Apóstol éste no le concedería redención por tal infausta barbarie y blasfemia...

¡Matar en la casa del Padre...! Puff... -ya no sabía si prefería hacer eso o meterse el guantelete él mismo. Acto seguido, miró al de Muel, dándose cuenta de su valentía ante la prueba de fuego (nunca mejor dicho) y sospechando si tenía algún plan personal que tuviera en mente... y que no fuera sólo rezar...

Ya sean monjas, curas, o su **** madre -si, Roderigo reconoció su propio lenguaje viperino-, pero éste no vuelve a recoger a nadie ni acercarse a las peleas voluntarioso... -pensaba mientras miraba aquel brasero y sus carbones ardientes-.

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13/09/2012, 12:39
Don Antón

Don Antón se inclinó en uno de los bancos y empezó a rezar un padre nuestro con las manos en posición de oración y los ojos cerrados. Estaba decidido. Si Dios allí en lo alto así lo querían serían libres, pues nada malo habían hecho en verdad. 

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13/09/2012, 12:46
Roderigo

Viendo suplicar con oración, Roderigo tragó saliva. ¿Escucharía Dios las plegarias entre todo el jaleo que había ocasionado la ordalía? El sacatripas no creía en ello...