Samuel,Yejiel, Teolfo y el caballo de Antón rodean la loma sobre la que está la cruz y Teolfo empieza a dar instrucciones.
Dice señalando el valle que se ve más abajo
- Allí está el dichoso pueblo-en qué berenjenal se había metido... -debemos evitar el camino para no ser descubiertos-mira al sol -habría preferido hacer esto al amparo de la noche pero qué le vamos a hacer. Seguidme-y os conduce campo a través entre piedras y matorrales, el denominado "monte bajo" que apenas os cubre por la mitad de la pierna- mejor id agachados.
Y tenía razón el tio, como no nos agacháramos nos iban a ver hasta los calzones. Le hice caso y me tiré al suelo, mejor arrastrarse un poco y asegurarse de no ser visto.
- A la noche habría sido mejor - dije en voz baja mientras avanzábamos.- pero parece que no tenemos mucho tiempo si queremos salvar al hidalgo... oye Teolfo, ¿se puede saber porque has venido a este maldito pueblo? Si yo fuera tú lo abría rodeado sin pensarlo.
- Si es que no sabía yo la que había preparada aquí-dice mientras escupe para dar mayor énfasis a sus palabras -me enteré de todo lo que os he contado cuando intentaba ganarme la vida... ¡maldita sea mi suerte!- da un respingo al darse cuenta de que había dicho esto último demasiado alto y ya estábais no muy lejos del pueblo.
Os arrastrásteis literalmente entre los matorrales para no ser vistos durante lo que os pareció una eternidad hasta que Teolfo levantó la mano para que os detuviéseis y señaló un poco más adelante a vuestra izquierda. Vísteis un pequeño campo de cereales amarillo como el oro: Perfecto pues a no mucha distancia podía verse ya una de las chozas del pueblo.
- Aquí está vuestra primera fogata-y permanció agachado, esperando a que alguno de vosotros se ocupara de quemar el campo, como si la cosa no fuese con él- que no iba-.
—Por mi lado, no pienso quemar los campos. Como dije antes, hay mejores cosas que hacer —digo ante el comentario de Teolfo de quemar los campos.
No detendré a Samuel si lo quiere hacer él, pero no quiero bajo el peso de mi conciencia el dejar a esta gente sin sustento.
- No te enteras de nada, Teolfo - le dije, agitado pero sin levantar la voz.- Que lo que queremos es que el ganado se escape, para que tengan que ir a buscarlo... llevanos a un establo anda.
- ¡pero que me habéis dicho de ir a quemar campos!-se queja el hombre de mala uva. Empieza a arrastrarse hacia delante mientras dice en voz baja
-Hay una cerca no lejos de aquí pero hay que llevar mucho cuidado para no ser descubiertos.
Haced una tirada de Sigilo o de Discrección lo que queráis.
Motivo: Sigilo
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 71 (Fracaso)
Don Antón y Aleixo caminaron en dirección al pueblo llevando junto a ellos al caballo del santiaguista de las riendas. A una distancia prudencial os escondísteis en un lugar con varios árboles y buena visibilidad del pueblo, a las afueras para poder así ver los movimientos que se produjeren en la aldea.
Si todo salía bien, veríais o un gran incendio o a una parte importante de los campesinos salir corriendo del pueblo siguiendo un rebaño de animales. En ambos casos, tendríais el pueblo despejado, o casi para ir a rescatar a Don Carlos. La incertidumbre estaba en si el plan daría resultado o cuánto tiempo tendríais para rescatar al Hidalgo o cuántos hombres quedarían allí...
Como sólo tenéis un caballo entiendo que Aleixo cabalgará directo a la iglesia y al pozo y Don Antón correrá o cómo?
Motivo: Sigilo no muy sigiloso
Tirada: 1d100
Dificultad: 10-
Resultado: 44 (Fracaso)
No me pilla de susto xD
Antón sabía que aquel plan era una locura, solo tenían un caballo y probablemente sus compañeros estuviesen heridos. La huida sería complicada, pero confiaba en el Samuel y el Judío hicieran su parte.
-Alexio, deberemos montar en el caballo a Roderigo y a Don Carlos. Será mejor que nos demos prisa en cuanto empiece el incendio o no tendremos tiempo de escapar.
No tenemos un mapita o algo asi?
No os pongo mapa porque desde donde estáis sólo véis unas pocas casas agrupadas en un semicírculo a cuyo centro (en el que previsiblemente está la iglesia) se puede llegar desde cualquier dirección. Vamos, que podríais ir entre las casas por donde os diese la real gana.
Teolfo avanza en silencio como una culebrilla, reptando con el cuerpo pegado al suelo retorciéndose constantemente. Sin embargo, sus dos acompañantes hacen más ruido que un caballero de armadura de placas beodo en un taller de cerámica.Teolfo se da la vuelta y os mira con una mirada de querer asesinaros allí mismo. Levanta la mano en un claro gesto de que os detengáis, los tres permanecéis en silencio y escucháis
- ¡Pere! ¿has oído eso?
- Sí, espera calla.
Son las voces de dos hombres jóvenes, probablemente dos muchachos. Todo queda en silencio.
Lo decía por concretar, entiendo que la iglesia al ser siempre el edificio mas alto de la aldea se ve desde donde estamos.
Aleixo calló durante unos minutos. Estudiaba la situación pero aquella aldeucha distaba mucho de una fortaleza y las posibilidades de entrar son el subterfugio como aliado no eran muy esperanzadoras.
- Bueno... mi buen vizconde, no sé qué va a pasar pero esto no pinta nada bien. Igualmente creo que Don Carlos y el otro no van a estar en posición de correr por lo que el caballo tiene que quedarse para que ellos dos emprendan la huida. ¿Qué será de nosotros...? Supongo que Dios proveerá. Pero dudo que estos malnacidos tengan caballerizas de las que podamos "tomar prestadas" unas monturas.
El caballero quedó otro rato escudriñando. Si comenzaba a ver movimiento sería el momento de actuar pero eso quedaba en manos del inútil de Samuel y de un judío al cual apenas acababan de recoger de la vereda del camino.
- Lo que está claro... - añadió - ... es que vamos a tener que entrar a muerte en ese lugar. ¿Cómo está vuestro brazo para combatir?
Mi brazo se encuentra en perfecto estado. Creo que deberíamos tratar de ir ahora a las caballerizas, antes de que saquemos a Don Carlos y a Roderigo de allí, no podremos llevarlos a cuestas hasta las caballerizas, eso seguro-dijo preocupado.
En cuanto Teolfo nos dio el alto me quedé completamente quieto, agazapado y tapado con la capa, y es que hasta entonces no me había dado yo cuenta de lo ruidosos que estábamos siendo.
" Madre mia, Samuel, con lo que tú has sido - pensé.- la de bestias que habrás perseguido sin ser visto..."
Pero aquello no era mucho consuelo porque el judío no era mucho más silencioso que yo mismo, así que estábamos apañados... Por si acaso había que hacerlo por las bravas me llevé la mano al cuchillo, si se acercaban tendría que rajarles.
Dios y Yahvé os quieren, pues justo cuando escucháis pasos en vuestra dirección, se escucha un sonido a no mucha distancia a vuestra izquierda (derecha de los muchachos) y una de las voces exclama
- ¡Coño! ¡ un conejo! David esta noche cenamos carne. ¡ Vamos cabroncete!- dijo el tal Pere y escuchásteis como los dos muchachos se alejaban a la carrera. ¡De poco os había ido!
Teolfo os sonrió, todos sonreísteis mostrándoos aliviados. Continuásteis todavía con los testítulos en la garganta, llegados a un punto, ya ni agachados podíais cubriros. Teníais frente a vosotros (ya dentro de los límites de la aldea propiamente dichos) una considerable cerca con una veintena de cabras y ovejas. ¿ De quién sería? los campesinos parecían muy pobres como para tener tamaña fortuna. ¿Del cura? ¿había un Señor y ese era su ganado? no teníais ni idea, pero el caso es que ahí estaban. Una oportunidad perfecta...
Salvo por el hecho de que había que avanzar medio centenar de varas a descubierto, abrir la cerca y soltar al ganado, puede que incluso inventar algún ardid para espantarlo...