Partida Rol por web

- Una fracción de la sub-colmena de la Colmena Sibellus.

- El viaje hasta Coscarla dura varias horas, durante las cuales os veis obligados a cambiar de tren repetidas veces, pasando progresivamente de trenes relativamente nuevos y bien conservados a vagones cada vez más desvencijados y maltratados.

- Durante cada uno de los trasbordos, avezados agentes del Administratum, servidores de transporte de ojos lechosos y untuosos oficiales de vías comprueban vuestros pases y Cognomen.

- Según va avanzando el viaje, los trenes van pasando de los espacios relativamente abiertos y limpios del distrito gubernamental atravesando niveles enteros de la colmena, a los cada vez más claustrofóbicos niveles inferiores, mientras dejáis atrás las derruidas de los "buenos viejos tiempos" y atravesáis enormes bóvedas celestes de acero rellenas de inagotables filas de columnas habitacionales y kilómetros y kilómetros de fábricas atronadoras.

- Cuanto más os vais adentrando en el corazón de la colmena, el escenario se vuelve más descorazonador, más desharrapado y en mayor decadencia.

- Acabáis de adentraros en los niveles más inferiores de la zona media de la colmena, más allá de los cuales no hay transportes.

- Más allá de este círculo exterior se encuentra la Bajocolmena, un territorio sin ley. Buena parte del camino, transcurre en el interior de pasajes que, como agujeros de gusano, corroen los gruesos soportes estructurales de la colmena y los innumerables huecos de espacio vacío entre ellos.

- El aire en estas zonas está viciado y polvoriento, y las luces de los vagones parpadean y se apagan de forma regular.

UNA ESTACION DE PASO, MUY CERCA DE COSCARLA:

LLEGANDO A COSCARLA:

- Solos en un tren de un único vagón, ahora desierto salvo vuestro grupo, el traqueteante vagón se adentra en otra bóveda habitacional enorme y dilapidada y comienza a reducir su marcha...

- Heyyyy ya estamos aquí...

La cada vez más opresora atmósfera le recordaba a su mundo natal. Quizá por eso sonreía un poco más de lo normal.

- Bueno, ¿qué tal si nos damos unas vueltas por aquí por si nos siguen y después vamos a donde tenemos que ir?

Por el camino, Tercio se va fijando en los puestos para comprar lho y en cualquier otra cosa que le llame la atención.

[Me parece una medida oportuna] respondió con su sempiterna voz metálica el tecnosacerdote. ya llevaban muchas horas de viaje de aquí para allá, mas nunca se podía estar seguro de que no les hubieran seguido.

El mecartesano fue el segundo en abandonar aquel medio de transporte, saliendo en pos de Tercio Veridio. Aquel individuo intrigaba a Lazerus. El hecho de que la Inquisición lo hubiera reclutado le parecía un tanto enigmático, pues parecía más un vividor que un casto ciudadano del Imperio. Por supuesto, esa era una de las cualidades que debían haber despertado el interes del Ordo. Un agente que pudiera mezclarse sin problemas en entornos como el que se disponían a conocer resultaría útil sin duda.

Mientras caminaban, Lazerus procuró mantener un ojo atento sobre cualquier suceso extraño que pudiera observar, siempre en busca de una emboscada o de alguien que les siguiera...

- Ante vosotros se encuentra un paisaje de edificios vacíos y a medio derruir en peor estado que cualquiera de los que habéis visto hasta ahora en vuestro viaje, extendiéndose más allá de lo que o alcanza la vista hacia el oscuro horizonte.

- El vagón se estremece al detenerse y las puertas se abren a una amplia plataforma elevada vacía de pasajeros salvo por una única figura acuclillada y cubierta por harapos. La figura se lanza rápidamente a bordo del vagón, levantando un pase hacia el mecanismo de la puerta con indecorosa rapidez y se sienta lo más lejos posible de vuestro grupo.

- Un momento después, la voz monocorde y crepitante de un servidor indica: "Estación Coscarla Sur. Que desembarquen los pasajeros con dirección a Coscarla. Este transporte partirá en..." el resto se pierde en un estallido de estática.

- Esto es Coscarla, y habéis llegado.

Veo con una real expresion de asco lo que nos rodea mientras hablo:

 - "Mientras mas conozco este mundo, mas amo mi hogar en Veneris. Este lugar es horrible y asqueroso. Hagamos nuestro trabajo y larguemonos de aqui."

Avanzo un poco, manteniendo recelo de todo lo que tengo alrededor.

Al ver de reojo la figura del fondo del vagón, Tercio disimuló. "Espero que los demás lo hayan visto también. ¿Nos estará siguiendo? Actuemos con naturalidad y en cuanto hayamos dado un par de vueltas nos separamos y lo rodeamos."

Vladymir comenzó a mascar algo de tabaco para tratar de aguantar el rancio olor de acido de baterias mezclado con desechos fecales. Mientras caminaban por aquella mezcla entre pesadilla dantesca e infierno post-industrial tuvo mucho cuidado de no pisar algun residuo biologico o alguna rata muerta.
Vladymir pensó en aquellos soldados del imperio que resultasen reclutados de sitios como aquel agujero. En cierto sentido, sintió verguenza de haberse sentido el mas indicado para servir y sobrevivir en un campo de batalla. Estaba bastante seguro que, a nivel de supervivencia urbana, cualquiera de los insolentes crios llamados a levas en aquel estercolero sobrevivirian mas campañas que todo un regimento de vostroyanos.
Cuando Vlad escupió parte del tabaco, se sintió algo menos decaido al considerar que si que habría algo en lo que los superasen, sería en eficiencia tactica y en organización. Pero por otro lado, ¿tendría eso importancia en un contexto como en el que ahora le tocaba servir?

TERCIO VERIDIO:

- No, no es alguien que os siga, es un pobre diablo que ha conseguido un pase para salir de Coscarla y parece ansioso por hacerlo.

- El tren sale enseguida y no da tiempo a hablar con el hombre antes de que se vaya.

VLADYMIR OSTROGOV:

- Lo cierto es que algunos Regimientos de la Guardia Imperial son reclutados entre pandilleros de sub-Colmena. Algunos Regimientos incluso son penales, y sus soldados llevan torques explosivos alrededor del cuello para garantizar su lealtad.

- Los ex-pandilleros a menudo se convierten en soldados agresivos y capaces, aunque muchos tienen mala salud debido a la contaminación industrial y a haber recibido una nutrifición deficiente durante la infancia. Este tipo de soldados tienden al cinismo y a la indisciplina, y muchos no son tan devotos como debieran, especialmente teniendo en cuenta que el servicio en la Guardia Imperial les da la oportunidad de salir de sus infiernos de vidas. No siempre se muestran todo lo agradecidos que debieran.

- Una vez que os bajáis, las puertas se cierran y el tren se marcha.

- La zona sur habitada de la División Coscarla se encuentra frente a vosotros.

- Quedan alrededor de cuatro horas de ciclo diurno para que lo aprovechéis como podáis. No parece que haya servicio de alumbrado público nocturno, por lo que probablemente la oscuridad será total.

- Tenéis que decidir qué hacéis y a dónde os dirigís.

Itsua había permanecido en silencio durante el trayecto, limitándose a observar cuanto desfilaba ante sus ojos. Miseria, decadencia y un entorno ruinoso parecían ser los rasgos determinantes de aquel espacio. Si algo de ello molestó o afectó al psíquico de alguna manera, resultó inapreciable para sus compañeros de gurpo. Su mutismo se extendía también a su cuerpo.

Cuando finalmente llegaron a su destino y las puertas se abreron con un quejumbroso sonido, Itsua descendió tras le resto de sus camaradas. A sus espaldas, el tren se puso nuevamente en marcha para desaparecer en una curva. El aire viciado y levemente corrupto lo llenaba todo, impregnando el ambiente con un rancio aroma a detritus, sudor y humo.

- Un paraíso - fue el escueto comentario de Itsua. Sus mecánicos ojos rojos recorrían las siluetas de los edificios cercanos y se detuvieron en la cercana estatua -. Si nos quedamos quietos como pasmarotes, acabaremos llamando la atención de alguien, cosa que no nos conviene. Y dudo que llegue mucha gente a este... lugar - dijo tras una breve pausa - para hacer turismo y recrearse en la belleza que lo distingue. Alcanzo a ver una comisaría a nuestra izquierda y un hostal o prostíbulo al fondo de esta plaza. No me termina de quedar claro - señaló con una sonrisa socarrona -. Y un mercado a nuestra derecha. Bien, ¿qué hacemos? ¿Alguien tiene una idea al respecto? - preguntó paseando su mirada sobre sus compañeros de grupo.

Solo por lo que pudo ver a través de los cristales del vagón en el que iban sabía que esa zona era posiblemente una de las peores zonas en las que habían podido terminar haciendo un trabajo. Aquello era lo peor de lo peor y el olor que llegó hasta ella cuando las puertas se abrieron se lo confirmó. Salió del vagón y echó una mirada a un lado y a otro, inicialmente parecía que todo estaba en calma y teniendo en cuenta la compañía que habían tenido en el tren, era difícil que los hubieran seguido. Pero nunca se sabía y no debían bajar la guardia en ningún momento.

-Pues aquí estamos chicos, en el corazón de la colmena...¿un prostíbulo? No sé por qué no me extraña que sea lo primero que encontramos, esto es de lo peor que me he encontrado nunca en una colmena ¿Sigue en pie la idea de visitar a la hermana de aquel desgraciado o alguien tiene una idea mejor? ¿Tal vez ir a donde trabajaba? Inicialmente la idea de ir a hablar con Lili se me hace más interesante. ¿Quien traía los mapas de la zona? ¿Lazerus? Lo suyo sería que nos fuéramos moviendo como indica Itsua. ¿Queda muy retirada de aquí la casa de Lili? -miró a sus compañeros- ¿O alguien prefiere empezar por otro sitio?

Tercio acabó riéndose por lo bajo de su paranoia. Nadie les seguía, de momento.

Al bajarse, se quedaron contemplando la zona unos momentos pensando qué hacer, pero parecía que se vislumbraba un mercado, visita obligada para Tercio, y un hostal, donde seguramente pasarían la noche, salvo que alguien quisiera echar abajo una puerta en alguno de los bloques habitacionales.

- Pues habrá que pillar camas en el hostal por si acaso. Y después, ya habíamos hablado de ello, ¿no? No sé qué hacemos aquí parados todavía. - Y echó a andar hacia el hostal.

Vladymir detuvo a Tercio con un gesto, y argumento pausadamente:

"Un momento, ¿porque habriamos de pasearnos nosotros, un grupo de mercenarios registrados, en una escuadra de media docena de efectivos, por una zona tan desangelada como esta?
Quizas sea descabellado, pero que un grupo se dirija al hostal y que otro pregunte a la dichosa hermana me parece mas correcto para no parecer un destacamento militar paseando por unos jardines imperiales."