Partida Rol por web

AMBULON: EL ORÁCULO:

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:05.

El grupo de Acólitos inquisitoriales de incógnito es guiado por uno de los nietos de Kronis Estrun hasta una pequeña casa justo tras la cabeza de Ambulon.

Se trata del edificio del Oráculo. El niño se detiene sin cruzar el umbral de entrada, que permanece misteriosamente expedito en este momento.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:05.

El nieto de Kronis conduce a los Acólitos a través de una serie de edificios elegantes. Un magnífico conjunto de intrincadas estructuras góticas aparecen a su izquierda. El niño señala el edificio diciendo:

- "Señores, ante ustedes el Magnopticon, la gran universidad de Ambulon." -

Tras caminar veinte minutos, llegáis a un patio abierto situado a la sombra del Magnopticon. El patio, una visión un tanto extraña en Ambulon, es más raro aún porque está vacío, ocupado solamente por la boca de un túnel oscuro y humeante; un confuso pasaje abovedado esculpido como si fuera una boca maliciosa, que conduce claramente a la propia ciudad-máquina. El chico señala solemnemente:

- "Señores, éste es su camino. Buena suerte." -

El túnel es hímedo, el suelo resbaladizo con residuos de aceite y los restos de sagrados ungüentos Mechanicus. Unas lámparas eléctricas tililan formando largas y vacilantes sombras por el pasadizo, con la anchura justa para que quepan dos personas juntas. El estruendo de los mecanismos de la ciudad-máquina y su constante movimiento se hace más patente aquí, el suelo se estremece con él.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:10.

Después de unos minutos caminando, los Acólitos empiezan a oír un sonido tintineante que envuelve el pasadizo con una música extraña, pero agradable.

Cuando doblan una esquina, pueden ver una sala grande llena de cadenas de plata colgantes. Miles de eslabones de distintas formas y tamaños forman cientos de cadenas extendidas a lo largo de la habitación en lo que parecen ser estructuras aleatorias.

Los grupos más grandes de las cadenas están encortinados frente a una puerta.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:05.

La boca de la bestia... Aquello no era un buen presagio. Asintió quedamente en agradecimiento al muchacho cuando este les informó de que debían avanzar por allí, después de haberles guiado durante todo el camino. ¿Serían devorados por Ambulón? Aquel camino, desde luego, tenía cierta carga... Seguramente buscada por aquel Oráculo, pues ayudaría a favorecer la impresión de que realmente sabía lo que decía. Si eso era cierto o no, era algo que estaban cerca de comprobar. 

Por un momento, se sintió tentado de echar mano al arma para abrir la marcha, aunque finalmente descartó la idea. Se suponía que no venían allí con intenciones hostiles, por mal aspecto que tuviera aquel lugar.

-Vamos allá...-dijo, dispuesto a encabezar la marcha. 

Sus pasos, a través de la oscuridad, llevaron a un lugar que suponía un choque con la sensación ominosa. El tintineo, casi musical, de un metal. Un metal que resultó ser la plata de multitud de eslabones de cadenas, chocando entre ellos... Casi como una especie de intrincado velo, uno que parecía cubrir especialmente una puerta. Probablemente, la guardia del Oráculo.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:05.

La belleza siempre encontraba algún rincón, incluso en medio de una monstruosidad como Ambulon, para poder brillar con luz propia. Y aquellos edificios elevándose hacia el cielo eran un ejemplo de ello, un pequeño respiro antes de enfrentarse a la entrada al pasadizo que los conduciría hasta el oráculo. Sonrió para sí, ante la puesta en escena, destinada a afectar a las mentes más simples. Belleza como anticipo a la gargantuesca boca que habría de devorarles para conducirles a las entrañas que terminarían por digerirles.

Pero tampoco era cuestión de negar la potencialidad del peligro, así que el nuevo Incognitae montó la mira telescópica en su pistola, volvió a guardarla, y se puso en marcha tras mamá Osa. Cuando alcanzaron la sala de las cadenas, miró aquella cascada de plata. 

-Siempre escuché que eran hilos lo que manejaban las parcas y no cadenas de plata. 

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:05.

De nuevo tocó avanzar entre el caos arquitectónico de aquella ciudad, aunque por suerte atrás habían quedado ya las zonas más pobres e insalubres. Eso suponía una menor probabilidad de encontrarse con ratas y demás alimañas lo que, viéndolo de algún modo, era una verdadera suerte. No obstante, aunque en menor grado, el desorden seguía. Era prácticamente imposible diferenciar un edificio del siguiente pues todos constituían una especie de unidad heterogénea.

Cuando los acólitos finalmente alcanzaron su destino la primera visión que obtuvieron de él no fue especialmente alentadora. Las cavernosas entrañas del túnel que tenían por delante eran especialmente ominosas, quién sabía si para contribuir a esa ilusión misteriosa especialmente conveniente para las intenciones del supuesto oráculo al que habían acudido a visitar.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:06.

Viktor Oblast empuja la cortina de cadenas más grande y llega a una habitación con forma extraña repleta de dispositivos, la mayoría de los cuales parecen estar defectuosos o totalmente rotos. Los restos de unos cogitadores antaño sofisticados se amontonan entre placas de datos y docenas de otras máquinas irreconocibles.

En el centro de la habitación, encima de una silla colgante hecha de cables eléctricos entrelazados, se sienta un hombre de edad indeterminada. Un servoarnés augmético ajusta su cuerpo y una serie de tomas de datos biónicas están conectadas a varias máquinas de la sala por largos cables conectados a su cráneo y a lo largo de toda su columna vertebral. Los ojos del Oráculo se abren de repente unos segundos después de que los Acólitos entren en su residencia: un ojo parece ser de plata sólida, el otro sigue siendo humano, con el iris color ámbar.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:07.

- "Al fin habéis llegado. Sed bienvenidos, dedos de la mano izquierda." -

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:07.

¿Al fin hemos llegado? Bueno, es lo que diría cualquier Oráculo que se precie... Tratando de hacer creer a sus clientes que realmente tiene poderes... que ve el futuro. Pero veamos a ver cuánto sabe.

Eso sí, el comentario sobre los dedos de la mano izquierda hace que se me disparen todas las alertas.

- Entiendo que nos esperaba. - Digo comenzando el diálogo. - ¿Hace cuánto que sabía que vendríamos? - Pregunto por curiosidad más que otra cosa.

- Y entonces... ya sabe por qué estamos aquí, ¿no? - No pretendo para nada burlarme de su posible poder, pero sí obtener alguna pista más clara sobre si realmente tiene alguna habilidad precognitiva o no.

- En ese caso... Tengo solo dos preguntas. ¿Nos ayudará? Y... ¿cuál será el precio? - Sabiendo que puede pedir una cantidad variopinta de cosas, el precio es lo que más me preocupa en estos momentos.

Valerius no había dejado de fijarse en cada aparato, cada cadena... durante su camino hasta la estancia donde les esperaba el Oráculo. Había buscado símbolos, señales, cualquier cosa que le indicase con seguridad que aquel Oráculo era un devoto del Emperador, y no un hereje pagano que pretendía enriquecerse mediante bulos y poderes falsos.

El recibimiento del Oráculo fue teatral en cuanto a las palabras, pero escaso en cuanto a la puesta en escena. Intius comenzó a preguntar, y Valerius se decidió a escuchar. Escuchar y prestar atención a cada detalle, cada símbolo. Si algo no cuadraba en las pertenencias del llamado Oráculo, lo encontraría.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:10.

Respecto a las primeras preguntas de Intius, el Oráculo responde:

- "Ése no es el motivo por el que habéis venido a preguntarnos." -

El profeta no dice nada durante un rato, con la mirada perdida, como en trance. Sin embargo, las máquinas de datos de la habitación cobran vida, runruneando y pitando de forma desconcertante, mientras el Oráculo permanece en silencio. Finalmente, el ojo humano os mira fijamente.

- "Lo que buscáis tiene un precio. Algunos conocimientos, una vez aprendidos, no pueden desaprenderse. El precio es vuestra ignorancia. Aún podéis salir de este lugar... No, vemos que pagaréis. Así sea.

Arbitrador Varnias, conecta la placa de datos que te dio tu Maestro, esa que contiene información sobre extraña tecnología a esa toma de datos." -

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:10.

El Oráculo ha hablado.

Algo así es lo que Renata esperaba escuchar en la voz metálica del ser ambiguo que pendía de su silla y de sus conexiones. Pero el tipo era pragmático. No era fácil deducir que si habían llegado hasta allí era para pagar el precio que fuera. ¿La ignorancia? ¿Se refería a que la ignorancia les mantendría en la misión? ¿A que saldrían de allí sin la respuesta esperada? ¿A que saldrían de allí con conocimientos que no querrían tener? Lo mismo daba. Lo que estaba claro es que como buen Oráculo, lo que decía era críptico, como debía ser. Bien. Nada que objetar.

No aportó ella nada nuevo a la conversación, Intius era quien debía tomar la iniciativa y las decisiones al respecto. Pero cuando el Oráculo solicitó que conectara la placa de datos, su interés se multiplicó. ¿Qué iba a hacer Varnias? ¿Iba realmente a conectarla? ¿Hasta qué punto era seguro descargarla en los dominios de alguien acerca de quien, después de todo, no tenían la menor información acerca de su fiabilidad?

Sus manos se quedaron tensas junto a su cuerpo. Prestas, de hecho. A la espera.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:07.

Negó con la cabeza, apenas un leve movimiento que hubiera podido ser interpretado de cualquier forma. Desahogar un cuello en tensión, espantar una mosca, recolocarse el cuelo de su prenda. Pero era una negativa. Una negativa a la forma de proceder de su líder. Una intervención teñida con un poco de brusquedad, una pizca de cretina ignorancia propia de cualquier habitante de la subcolmena mas atrasada del imperio y una dosis, elevada para su gusto, de escasa elegancia. Hubiera sido preferible una pregunta directa acerca del objeto de su misión, que aquel tanteo escasamente sutil acerca de las habilidades premonitorias del oráculo rematado con una petición de sus honorarios. 

A la negativa siguió la rigidez de su cuerpo ante las palabras del profeta. No por la certeza o falsedad de cuanto parecía dar a entender que sabía, sino por las instrucciones que dio a Intius. Miró a Mamá Osa. Sabía cuál hubiera sido la respuesta del vostroyano, sin necesidad de presumir de una inteligencia anticipada a los hechos. A fin de cuentas, lo que aquel personaje, mitad hombre, mitad maquina, hacía era leer datos y pautas y extraer conclusiones con un porcentaje de acierto. Nada metafísico aunque sin duda, efectista. 

Miró a Intius. Intuía cuál iba a ser su respuesta. Y no creía que fuera la correcta, aunque, ¿qué era lo mejor en aquella situación? 

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:10.

¿Arbitrador Varnias? ¿Y cómo sabe esta cosa quién soy yo? Si ni a Sibellus ni aquí hemos llegado con identificaciones reales, ni poseo nada que pueda identificarme... Menos aún como Intius Varnias. De nuevo todas las alarmas se encienden en mi cerebro. Esto es peligroso... Pero, ¿puedo negarme a continuar con esta farsa y en ese caso... ¿podremos salir de aquí en pie?

Sea. Sin hacer preguntas concretas sobre Theodosia... que el Oráculo nos muestre lo que desee, y ya veremos luego qué hacer con eso. Es una lástima no tener a nadie aquí que tenga conocimientos suficientes sobre el Ordo Mechanicus.

Saco la placa de datos y la coloco con suavidad en la toma de datos que me indica.

- De acuerdo. - Replico. Mientras el precio sea la ignorancia, tanto da... No desaprender lo aprendido no es un gran mal, a mi modo de ver.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:10.

El camino le resultó fascinante, tanto que le dejó casi sin habla. Ambulon era sin duda uno de esos lugares que se le quedarían guardados en la retina hasta el día de su muerte, que podía ser cualquiera. Mientras el joven les guiaba, Kurt observaba a cada lado con la fascinación infantil de un chiquillo de algún pequeño planeta. Aquella agradable sensación no tardó en desaparecer, como todo lo bueno.

Odiaba los caminos estrechos y aquel no era estrecho, era endiabladamente angosto. Caminó junto a sus compañeros procurando apenas respirar para no ensanchar su figura y juntando sus brazos, mientras le pedía mentalmente al Emperador que no se le quedara atrapada ninguna extremidad en aquel paso. 

Las sorpresas no terminaron cuando aquel horrible desfiladero hubo terminado. El Oráculo apareció y como clara muestra de la deformación profesional a la que estaba sometido, se reveló como un petulante extraño que disfrutaba de jugar con ellos. Él no era el hombre de las negociaciones, no eran esas sus aptitudes y agradeció no tener que llevar el peso de la conversación o hubiera sido mucho más cortante que Angus.

—Qué poco me gustan los listillos —dijo para no tener que morderse la lengua.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:10.

Poco después de conectarse la placa de datos entregada en órbita por el Inquisidor, las pantallas se iluminan con diagramas de la circuitería xenos, tanto la de la carta del Tarot recuperada tras la muerte del Vidente Aristarchus en Iocanthos, como la de los medidores de armonía "especiales" capaces de detectar psíquicos del Coro del Júbilo.

- "Aunque a primera vista esta tecnología parece xenos, en realidad no es alienígena... es humana. Esta circuitería fue una vez incorporada a los dispositivos que se usaban para medir energía aetérica de una forma mucho más sofisticada de lo que pueden actualmente las sagradas máquinas del Adeptus Mechanicus. La circuitería es adranti, de los días antes de que el Imperio llegara al Sector Calixis. Sospechamos que el cabecilla de la Incertidumbre Dentada verá como una ironía de lo más grata el que sus secuaces utilicen este tipo de tecnología en particular. Al igual que los adranti, él no ama al Imperio." -

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:10.

Valerius escuchó, y las palabras del Oráculo no le tranquilizaron en absoluto. Que aquella tecnología no fuera xenos no implicaba que Theodosia y quienes quiera que trabajaban con él no fueran herejes.

- ¿La Incertidumbre Dentada? ¿Qué es eso? - Preguntó al Oráculo interviniendo por primera vez en aquella conversación.

Tal y como lo había enunciado el Oráculo daba a entender que el Coro del Júbilo, y por tanto Theodosia, eran los secuaces de esa Incertidumbre Dentada. Como si fuera una organización a mayor escala que el Coro... Peligroso.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:11.

Renata, aún siendo una apasionada y fogosa mujer en casi todos los ámbitos, se preciaba de tener un estupendo autocontrol fruto de los años de guardar apariencias, disimular, engañar a competidores, en fin, de ser una medio pirata - medio proscrita.

Pero esta vez, quien la conociera, y varios de los de allí la conocían -algún huesudo más que bien-, se habría dado cuenta de la incomodidad y un no precisamente leve temor ante la afirmación del Oráculo.

Sin embargo esperó, y no dijo nada.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON: ORÁCULO:

082.816M41.

HORA LOCAL: 19:11.

- "Una antigua y despiadada organización de contrabandistas, dispuestos a comerciar con cualquier mercancía siempre y cuando obtengan algún beneficio.

Algunos dicen que están aliados con los Poderes Ruinosos. Su símbolo se asemeja a una hoz ganchuda, un signo de interrogación creada a partir de una espada." -