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CIUDAD AMBULON:

AMBULON:

La ciudad de Ambulon sorprende y extraña al verse por primera vez, y muchos afirman que es una ciudad colmena por derecho propio. La ciudad entera está montada en la parte posterior de una gigantesca máquina que avanza lentamente a través de las inestables regiones rocosas en el centro del continente principal de Scintilla. La máquina es extremadamente antigua y es casi seguro que ya estaba en el planeta cuando el Imperio conquistó el Sector Calixis. Probablemente sea un artefacto pre-imperial, construido por una civilización que desapareció antes de la fundación del Imperio, aunque algunos afirman que es una reliquia de la tecnología de terraformación anterior a la Herejía de Horus. Ciertamente, ruinas esqueléticas de construcciones móbiles similares a Ambulon salpican las estepas centrales del planeta. La forma inusual de Ambulon afecta todos los aspectos de la vida en la ciudad, desde la industria que emplea a sus ciudadanos de clase media hasta sus costumbres y folclore.

Centro de control:

Ambulon se gobierna a través de un enorme y enmarañado centro de control, impulsado por arcanos motores de diseño increíblemente misterioso, en la zona correspondiente a la cabeza de la máquina. El Gremio Peripatético, ingenieros altamente supersticiosos que guardan los secretos de cómo controlar la ciudadela-mecánica, está constantemente luchando con los intrincados controles, realizando pequeños ajustes, para mantener la colosal estructura en movimiento. Muchos cuentos del folclore de la colmena se centran en las terribles consecuencias que sucederían si Ambulon alguna vez se detuviera, y van desde el simple colapso de la colmena hasta creer que las máquinas tomarían conciencia de sí mismas y devorarían a los humanos que se aferran a su espalda.

Las casas nobles se enfrentan constantemente por las órdenes a entregar al gremio, pero también son conscientes de que no deben acosar o irritar de ninguna manera al Gremio Peripatético, no sea que los ingenieros los dirijan hacia una grieta u otro obstáculo peligroso y retengan la ciudadela para pedir un rescate. El camino que toma la máquina es crucial para recolectar los depósitos de petróleo, gas natural y piedras preciosas que forman la contribución de Ambulon al diezmo imperial de Scintilla, y todos tienen una opinión propia acerca de dónde debe dirigirse a continuación.

Vida en Ambulon:

El movimiento constante de Ambulon significa que incluso los edificios más sólidos están en peligro de ser sacudidos de la estructura de la ciudad. Esto a su vez significa que los distritos más ricos e importantes están ubicados en lugares donde es menos probable que se destruyan, especialmente a lo largo de la columna vertebral de la máquina. Los edificios no son tan grandes como en las agujas de las colmenas, ya que el espacio es muy preciado en el caparazón de Ambulon, y tampoco son tan altos ya que tienen que soportar el constante balanceo del lento avance de la ciudad máquina. El estilo en la columna vertebral prefiere la elegancia e incluso el minimalismo antes que la grotesca y grandiosa ornamentación común en las grandes colmenas. Los nobles de Colmena Sibellus consideran que existe un estancamiento cultural en Ambulon ya que sus nobles descuidan las actividades apropiadas para embellecer su ciudad y venerar a sus muertos.

El equivalente en Ambulon al ciudadano medio son los cientos de miles de trabajadores que habitan en los apilados bloques de viviendas de la inmensa espalda en forma de escudo de la ciudad móvil. Estas viviendas sufren frecuentes terremotos causados por el movimiento constante de la ciudad por lo que todas están apuntaladas. Existen pocas calles entre los edificios dado el poco espacio existente, por lo que los trabajadores circulan por los techos de las viviendas o incluso a través de las casas de los demás.

Casi todos los trabajadores se dedican a cosechar o refinar las materias primas que Ambulon recoge de los ígneos páramos. La "cabeza" de la ciudad está equipada con inmensos taladros que excavan la roca, y cuando la ciudad encuentra petróleo, miles de tuberías flexibles se bajan desde el borde de la ciudad para canalizar la mayor cantidad posible de preciado líquido mientras la ciudad avanza.

Trabajar en estas tuberías, ceñidas por redes de cadenas asemejando los hilos de títeres gigantescos, es una actividad muy peligrosa y requiere un tipo de hombres y mujeres robustos y sin temor a las alturas. Las muchas refinerías de Ambulon transforman el petróleo en Promethium; un porcentaje se canaliza para alimentar a la ciudad máquina, mientras que la mayor parte forma la contribución del diezmo de la ciudad, que se entrega a la Colmena Sibellus y a Ciudad Armetálica. Otros ciudadanos tamizan la roca extraída en la perforación para buscar piedras preciosas que luego se convierten en componentes industriales o se tallan para joyería en talleres de cortadores de gemas (una ocupación considerada hereditaria en Ambulon).

La falta de espacio de Ambulon significa que cada ciudadano debe justificar su presencia en la ciudad y el desempleo es ilegal. Cada hogar está vinculado a una refinería, taller u otra industria en particular y sus miembros no pueden trabajar en ningún otro lugar. Es de vital importancia para cada ciudadano estar debidamente registrado en las Listas de Justificación que cada industria mantiene, porque si no pudiesen demostrar a las autoridades su autorización para desempeñar el papel en el que trabajan, serían desterrados al vientre de la ciudad.

Los asentamientos de la zona inferior a menudo son arrancados de la ciudad máquina al pasar sobre una cresta montañosa o un pico o simplemente son sacudidos por el movimiento de la ciudad. La vida en esta zona suele ser corta y muy difícil. Se vive de los detritus del caparazón superior, construyendo cucharones para atrapar las aguas residuales y los desechos arrojados desde el borde de la ciudad o formando bandas de bandidos para atacar a los ciudadanos que trabajan cerca del borde de la parte posterior de la ciudad máquina.

Una característica destacada de esta zona son las jaulas colgadas desde el borde con prisioneros condenados a la tan temida pena de "colgamiento". Los prisioneros están encerrados en una jaula atada a una larga cadena, que es arrojada por el borde de la ciudad máquina donde queda colgando y meciéndose con el movimiento de la ciudad hasta que el prisionero muere de hambre y la jaula vuelve a subir.

Cientos de prisioneros cuelgan a la vez y la escoria los utiliza a veces para hacer práctica de tiro o, en muy raras ocasiones, los "rescata" para reclutarlos en las bandas, para esclavizarlos o para que participen en sangrientos luchas de gladiadores. El folclore de Ambulon sostiene que algunos prisioneros han sobrevivido durante meses colgados debajo de la ciudad gracias a la intervención divina del Dios-Emperador, y que fueron liberados al izar la jaula llevando a partir de entonces una vida santa. En términos prácticos sin embargo, colgar en una jaula es una sentencia de muerte cruel y prolongada.

COLMENA SIBELLUS: ESPIRA SUPERIOR: CASA STROPHES:

082.816M41.

HORA LOCAL: 13:00.

Tras un día completo de preparativos, la última vez que los Acólitos verán a Laurent Strophes será a través de un portalón inclinado, con su brazo potenciado en alto despidiéndose, al tiempo que vuestros dos ornitópteros despegan de una plataforma de lanzamiento de la torre y dirigiéndose al horizonte.

TRANSCURREN CINCO HORAS DE VUELO.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:00.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:00.

Cinco horas después de haber dejado atrás las elevadas cúspides de la Colmena Sibellus, ante los Acólitos inquisitoriales surge una vista asombrosa: una montaña se mueve suavemente sobre el suelo del desierto, dejando tras de sí un enorme rastro de tierra fragmentada en su camino. Docenas de largas piernas se elevan lentamente y caen al tiempo que la enorme forma de escarabajo de Ambulón se abre camino a paso lento sobre la superficie de Escintila. Ya antigua cuando el Imperio conquistó por primera vez el Sector Calixis, el Adeptus Mechanicus cree que Ambulón es una construcción sagrada, un dios-máquina equiparable a sus colosales titanes.

Ambulon nunca descansa y su constante movimiento dicta la vida de cada uno de sus habitantes. Los nobles de la Ciudad Ambulante viven en edificios bajos y elegantes a lo largo del Espinazo, donde las fluctuaciones del caminar de Ambulon casi no les acfectan.

La clase de trabajadores obreros vive en pisos atestados que se estrechan a lo largo del caparazón enorme de la inmensa máquina, donde tienen que enfrentarse con la amenaza de los temblores sísmicos de la colmena.

Todos los ciudadanos de Ambulon deben justificar su presencia en la máquina, ya que el espacio es un lujo. Ser incapaz de declarar ante las autoridades de Ambulon la función a la que se sirve o la industria en la que se trabaja deriva en el destierro a las precarias zonas del Bajovientre; allí, los pobres viven aglomerados en improvisados asentamientos que cuelgan bajo Ambulon, cuyo movimiento constante amenaza continuamente con precipitarles en picado a una muerte segura abajo, en el desierto.

Los dos ornitópteros se disponen a aterrizar sobre una pequeña plataforma cercana al centro de la parte posterior de la ciudad-máquina. Incluso antes de haber aterrizado, los Acólitos pueden sentir una gran sacudida lenta estremeciendo sus cuerpos a la vez que los mecanismos de la máquina hacen temblar el mundo a su alrededor con su pesado movimiento.

Bienvenidos a Ambulon.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:00.

El viaje hacia la famosa ciudad ambulante es mucho más rápido de lo que esperaba a bordo del ornitóptero con el que dejé la casa de los Strophes. Durante el viaje, me preocupé de mantener mis armas a punto para así poder estar listo para cualquier clase de enfrentamiento que se nos interponga.

Reviso también en algún momento el cognomen falso que me entregaron, para así poder responder a cualquier pregunta que se me haga con la lógica y soltura necesaria para no delatar nuestra fachada. Bueno, para ser sincero, la idea de ser un mercenario francotirador no es para nada muy distinta a mi naturaleza real. Si a eso le sumamos que me llamo Titus (vieja técnica de los espías para no retrasar la reacción al ser llamado) debería ser muy fácil conseguir pasar desapercibido.

"Bueno, la vida de un acólito no debe ser simple. De seguro el destino y la voluntad del Emperador lo compensarán con brutales enemigos a los que derrotar."

De todas formas me siento preparado e inspirado, después de divisar aquella gargantuesca máquina con una ciudad completa a sus espaldas, como una soberbia prueba de que la tecnología pre-imperial puede ser tan maravillosa como terrible. Pienso en todo lo que se podría conseguir en un lugar como ese si se busca de la forma adecuada, aunque dudo que tengamos tiempo para eso.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:00.

Los miembros del Magistratum, que visten con chalecos marrones modificados sobre sus tradicionales capas verdes, cortan inmediatamente el paso a los Acólitos en cuanto abandonan la plataforma de aterrizaje.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:00.

La aproximación en ornitóptero permite una vista impagable de Ambulón, en toda su mecánica gloria, algo que logra estremecer al enorme vostroyano hasta lo más hondo de su ser. 

-Por los sagrados cogitadores de la Máquina...-dice una vez es visible el enorme ingenio, con una nada disimulada nota de asombro en su voz. Verdaderamente el hombre era capaz de las mayores maravillas.

Una vez toman tierra, adopta su papel como guardaespaldas, aunque en este caso debe guardar a la experta en gemas "Renée" en vez de al primo de los Strophes. Cuando ve a los miembros del magistratum acercarse, les vigila con atención, aparentemente listo para saltar entre ellos y la mujer si fuera necesario.

-Señora, creo que debe presentarse ante los caballeros...

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:00.

Cargado con su nueva arma se sentía más poderoso que de costumbre, en más de una ocasión se había sorprendido a sí mismo tensando los poderosos bíceps que tenía de forma involuntaria, incluso su manera de andar, por norma general desenfadad, se había cuadriculado algo más gracias a su nueva arma.

Partir tan rápido le había resultado una molestia grande, quería haber pasado un rato a solas con Renata que había dejado de ser Nataly para ser Renée aunque para él siempre sería su Ama. No disimuló aquella intención dedicándola miradas poco sutiles en el tiempo que estuvieron viajando en los ornitópteros.

Él era de natural humilde, nacido en un planeta sencillo y pese a que estaba viajado seguía sorprendiéndose con ciertas cosas que veía. Ambulon era una de esas visiones sorprendentes. Sus ojos se abrieron de par en par y se sintió pequeño ante la ingeniería que estaba frente a él. Movió su cabeza de un lado a otro buscando no perder ni un detalle de lo que tenía frente a su persona y reprimió una exclamación mal sonante que iba a anunciar de forma clara su sorpresa.

No perdió detalle de nada hasta que se vieron obligados a detenerse por los miembros del Magistratum a los que miró con mala cara. Con los dientes apretados y los brazos cruzados sobre su torso se colocó a la espalda de Renée como si fuera su sombra.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:00.

Paso a paso desciendo hasta el pie de la plataforma de aterrizaje. Luego me adelanto un par de pasos por delante de Renée y el resto de mis compañeros, y tiendo con firmeza los papeles de viaje que ha confeccionado Lord Strophes al primero de los miembros del Magistratum.

Deberían bastar como justificación para viajar y estar en Ambulon... Y son totalmente legítimos y convincentes, así que confío en que superen el escrutinio. Con suerte ni mirarán nuestros Cognomen, con mala suerte harán un escrutinio por encima. O eso espero. No quiero líos nada más llegar.

- Aquí tienen. - Digo a modo de saludo, antes de bajar los brazos junto a los costados para no parecer una amenaza, y esperar pacientemente a que revisen lo que quieran revisar.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:00.

Esta vez Valerius tenía que hacer las veces de mercenario. No tenía por qué ser en exclusiva un combatiente, pero estaba claro que al menos ahora no tenía por qué mostrar donde gentes o hablar o socializar con nadie, así que se limitó a ir descendiendo hasta la plataforma de aterrizaje mientras observaba con curiosidad su entorno. Titus y Kurt estaban vigilando y quizá poniendo cara de pocos amigos al Magistratum, pero claro, ésa era la labor de unos buenos guardaespaldas, ¿o no? 

Él por el contrario simplemente decidió esperar a que acabaran con el escrutinio de los documentos mientras se fijaba en si alguien les prestaba especial atención.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:05.

Los miembros del Magistratum de Ambulon inspeccionan con atención los papeles de viaje proporcionados por Lord Strophes y observan con una somera inspección los Cognomen de cada uno de los miembros del grupo, afortunadamente sin pasarlos por ningún escaner verificador de identidades.

Viendo que los miembros del equipo son inspectores de talleres de gemas y que buscan una zona concreta les indican cortésmente el camino hacia un grupo de edificio sen el: - "Cuadrante Aurirrojo. Todo recto y a la derecha, señores." -

Los Acólitos abandonan así la plataforma de aterrizaje y emprenden su camino hacia el taller del amigo de Lord Laurent.

Ambulon huele a polvo, lubricante de máquina y sal. El aire está frecuentemente cargado con electricidad estática. Desplazarse sobre la superficie de la Ciudad Ambulante es una experiencia interesante. No hay calles, no al menos en el sentido convencional al que los Acólitos están acostumbrados. Las únicas zonas de la ciudad que tienen patios abiertos o lo más parecido a pequeñas callejuelas están sobre el Espinazo. El resto de la espalda de Ambulon es en esencia un conglomerado de edificios construidos en docenas de estilos y materiales distintos.

Los Acólitos pronto se encuentran caminando a través de vestíbulos atestados que se interconectan con los edficiios, y en algunos casos, ¡atraviesan las casas de algunos ciudadanos! Los Acólitos enseguida descubren que los trabajadores de Ambulon son expertos, amistosos y muy, muy atareados. Hasta los niños parecen estar haciendo algo en lugar de jugar, ya sea puliendo objetos menudos, tallando piezas de maquinaria o llevando pequeños vasos de agua a otros.

En algunos momentos casi llegan a perderse en este laberinto sin calles ni aparente estructura lógica, pero los serviciales ciudadanos acaban indicándoles el camino hacia el cuadrante Aurirrojo.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:05.

La nave aterriza y salgo de ella junto con el resto de los acólitos a esta nueva y fascinante ciudad, única en todo mi conocimiento. Ambulón es mucho más interesante que una colmena cualquiera, pues su propia base es una maravilla tecnológica completamente irreplicable.

Pero no terminamos de descender cuando miembros del Magistratum nos detienen y fiscalizan, probablemente buscando el motivo por el cual estamos en la ciudad, pues es sabido que el espacio es tan limitado en ella que la vagancia es ilegal y se puede terminar en una de las celdas colgantes.

Intius no pierde el tiempo y entrega los papeles que Lord Strophes nos brindó, por lo que los agentes nos dejan pasar sin problemas, indicándonos donde debemos dirigirnos. Bajo con mi equipamiento, estando reducido por las cosas que dejé en la casa de los Strophes, con instrucción de que sean enviadas a la Finca Specula Maris para así no estar sobrecargado durante esta misión, que probablemente es la más peligrosa que he tenido hasta ahora a cargo de la Sagrada Inquisición.

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082.816M41.

HORA LOCAL: 18:05.

Aterrizaron en la ciudad de Ambulon sin contra tiempo alguno, con nuevas identidades y una nueva misión a realizar. Tercio estaba satisfecho con el nuevo complemento de su arma, y más seguro con las nuevas adquisiciones que habían realizado para con sus compañeros. Esperaba que no tuvieran que usarlas, pero dudaba de ello. 

Lo que era evidente es que las gentes de aquella ciudad eran bastante amables y pronto tuvieron las indicaciones pertinentes para su destino. A pesar de todo, casi se perdieron entre las ajetreadas calles del lugar. 

¿Como vamos a proceder cuando lleguemos?- preguntó a sus compañeros mientras caminaban.  

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:05.

Incognitae. Le agradaba aquel falso nombre, mucho mejor sin duda, que aquel que decidieron sus padres para él, posiblemente borrachos el día de la elección. Con diferencia, mucho más adecuado a su naturaleza y personalidad. 

Cuando les detuvieron, apenas prestó atención a los miembros del Magistratum, más divertido en el espectáculo que ofrecían los rostros de sus compañeros. Nuevas armas que parecían haber supuesto una inyección de testosterona, sintiéndose, incluida la propia Renata, más viriles y fuertes, listos para destruir la propia Ambulon y bañarse en su sangre, hecha de polvo, grasa y sal. No parecían ser conscientes de que su fragilidad y temporalidad seguían allí, intactas, por más que sus armas fueran más grandes, más potentes. 

Ante la pregunta de Tercio, no pudo reprimirse.

-¿Con discreción? -la sorna bailaba en su mirada, por demás en un rostro severo como si se dirigiera al patíbulo. 

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:05.

- Tenemos la dirección del tallador de gemas amigo de Strophes. - Respondo a la duda de Tercio. - Cuando lleguemos y nos aseguremos de que es él... le daremos la descripción de Theodosia, y veremos si sabe de quién hablamos. Puede que ya lo conozca, o en su defecto que nos indique cómo poder dar con su paradero. Seguro que hay cazarrecompensas o similar a los que se puede acudir para que encuentren a personas. - Siempre los hay. Da igual en qué mundo perdido nos encontremos, siempre habrá ese tipo de personas.

Permanezco atento y cuando creo que estamos algo más cerca, pido indicaciones a cualquier viandante con el que nos crucemos, siempre y cuando no parezca un agente de la ley puesto que no quiero levantar sospechas.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:05.

- Aún no entiendo cómo alguien consigue orientarse aquí. - Comentó Valerius. - No hay calles, todo el mundo está siempre trabajando, y nada parece seguir una estructura lógica... Si damos con el monje hay que golpearle duro a la primera... Si trata de escapar no vamos a ser capaces de atraparlo en este lugar. -

Ya les había dado esquinazo a los acólitos en Sibellus, aunque era cierto que estaba preparado y tenía ayuda. Pero ahora, aquí, en su terreno... Tenían que ser capaces de sorprenderle ellos.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:20.

El viejo amigo de Strophes es un dotado tallador de gemas llamado Kronis Estrun. Vive con su familia en una pequeña joyería dentro del cuadrante Aurirrojo, que está muy cerca del Espinazo, evidenciando su riqueza. Los Estrun tallan y diseñan piedras preciosas traídas de la superficie de Escintila y su familia tiene una larga tradición de ser unos artesanos excelentes, lo cual está muy valorado en Ambulon.

Tras ascender una pequeña escalera en espiral parcialmente esculpida en el lateral de un edificio, los Acólitos entran en la pequeña tienda de Estrun, que está repleta de estuches ornamentados, cada uno mostrando diversas piedras preciosas y piezas de joyería.

Una mujer joven les da la bienvenida a los Acólitos, que interpretan el papel de inspectores de gemas llegados de Sibellus y sus guardaespaldas. La chica les da la bienvenida y les invita a examinar los bienes de Estrun.

Intius Varnias, en el papel de Angus Varnes pregunta por Kronis, y la mujer manda a su hijo a que "Traiga al abuelo".

Kronis Estrun demuestra ser un caballero avejentado, aparentando unos sesenta años (aunque si es lo bastante rico, puede que tenga más, pese a las apariencias, gracias a los carísimos tratamientos de rejuvenecimiento). Cuenta con unos extremadamente avanzados ojos augméticos, aunque al principio parecen ojos de verdad, pero pronto se transforman para examinar detenidamente a los Acólitos.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

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HORA LOCAL: 18:20.

Habían estado manteniendo las apariencias hasta incluso dentro del establecimiento de joyería. Renata andaba tiesa, como si se hubiera tragado un fusil, y muy seria. Intentaba que el pasmo del lugar en el que habían aterrizado, la enorme maquinaria ambulante y todo su contenido, no se plasmara en su rostro. Por eso, su expresión era cuidadosamente revisada cada dos o tres segundos, como si estuviera en una complicada y peligrosa partida de naipes en alguna nave-casino clandestina. 

Inescrutable, impávida.

No habló en absoluto, limitándose a mirar con los ojos entrecerrados y a asentir cuando alguno de los interlocutores del grupo hacía alguna pregunta que uno de ellos rápidamente respondía, o alguna indicación acerca de lo que fuera.

Por eso, sus primeras palabras en Ambulon fueron para el viejo Kronis.

-Kronis Estrum, supongo, encantada. Somos las personas que ha enviado la Casa Strophes para la tarea de la que ya le han hablado.

Allí dentro, aunque estuvieran en el territorio del anciano, no se sabía si se podía hablar con libertad. Por eso había optado por la inconcreción. Le tendió la mano profesionalmente, como si realmente estuviera allí por negocios.

-Renée Vermeuil, de los Vermeuil de RojoRubí. 

No quería decir nada, pero era cierto que los Vermeuil habían sido, eones atrás, los creadores de los mejores rubíes sintéticos del mercado, lo que cuadraba con que ella lo comentara.

Hay que cuidar el detalle...de la fachada. Lo que hay detrás, viene después.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:20.

La impresión de Valerius no era en absoluto desacertada. Mientras avanzaban hacia su destino  aprovechó p ara hablar un poco con él. 

-No te falta razón, Valerius. Es evidente que aquí el espacio es un lujo quien viva en la espalda de esta construcción, seguramente deba justificar su presencia a través del cumplimiento de cuotas de trabajo particularmente exigentes. Aquellos que no cumplan, acabarán bajo el vientre de Ambulón, un mal sitio para vivir -dijo Incognitae-. En cuanto a orientarse aquí. Tal vez no fuera mala idea hacerse con un mapa del lugar y estudiarlo.

Una vez llegados a la casa, se mantuvo en un discreto segundo plano, el que correspondería a un mercenario, de modo que tampoco se privó de mirarlo todo desde el baluarte de sus ojos cibernéticos. No le pasó por alto la escrutadora mirada del anciano cuando llegó ni la naturaleza de sus ojos. Dudaba que alguna vez pudiera aspirar a algo similar.

PLANETA ESCINTILLA: CIUDAD AMBULON:

082.816M41.

HORA LOCAL: 18:20.

El cuestor avanzó nervioso entre el caos de casas y personas. Aquella ciudad le repugnaba, no solo por el hacinamiento, con sus evidentes problemas de insalubridad, sino por el desorden general que hacía prácticamente imposible guiarse en la maraña de casas que hacían las veces de calles.

La ausencia absoluta de intimidad que sufrían los residentes no era algo que le preocupara, después de todo, todo ciudadano del Imperio debía ser susceptible del escrutinio de las autoridades para probar su fe incuestionable hacia el Emperador. Aquella libertad para acceder a las viviendas era una herramienta tremendamente útil para arbitradores y demás fuerzas del orden, pero a pesar de ello le molestaba tener que avanzar entre salones cuya desorganización y suciedad no era sino un reflejo de la que se observaba en la misma ciudad.

Agradeció tremendamente llegar a su destino, donde cierto grado de orden y pulcritud, asociado indudablemente al nivel adquisitivo de su contacto, proporcionó a Xerxes cierto grado de paz.