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ESCENARIO CONCRETO DE LA AVENTURA. Karak-Belgarosh (año 512 p.e.):

Las tierras al norte de las montañas Sangrientas experimentaron un periodo de paz de unos treinta años. Sin embargo pronto se empezaron a escuchar rumores de pieles verdes que descendían del noroeste de Harvaka, una zona poco explorada por la civilización enana, así como también parientes suyos ascendían desde el sur procedentes de los oscuros bosques en la zona austral de las montañas y colindantes con un gran mar interior que abarcaba gran parte del noroeste del continente.

Pese a que tan solo eran rumores y que hasta la fecha no se habían registrado ataques de consideración por parte de trasgos hacia zonas de dominio del krakado, la preocupación por la seguridad dentro de las fronteras de las que Nugo y sus karks eran soberanos estaba encima de la mesa y crecía de forma alarmante entre la población.

Por ello en el año 505 de la p.e. tuvo lugar el concilio de la ciudadela de Karak-Nugo al que acudieron los karks Berbagar, Throinbagar y Thordu además de Bathor y otros consejeros, los hijos con vida de todos los karks y algunos de los mayores generales enanos, entre ellos Bjorn Barbadehierro.

Durante el concilio se dirimió la posibilidad de enviar tropas a pacificar la zona y surgió la idea de construir una nueva ciudadela en la montaña que controlara todos los territorios de a su alrededor. Bathor fue el principal interesado y precursor de tales ideas, quizás con la esperanza de acabar siendo nombrado el mismo kark de esas nuevas tierras en compensación por la pérdida de Colina Hueso.

No obstante la decisión final de Nugo, la cual acataron todos los asistentes salvó la abstención de algún consejero, fue tajante. Se construiría una nueva ciudadela enana que rendiría pleitesía al Kark de Todos los Enanos. Se pacificaría la zona si fuera necesario. Gobernaría sobre los territorios al norte de las montañas Sangrientas y al sur del Lago del Valle mientras que Karak-Throinbagar lo haría en los territorios al sur del Escudo del Norte y al norte del Lago del Valle. Y finalmente se decidió que quien llevaría a cabo aquella tarea sería quien pudiera aportar más soldados, arquitectos, mineros y población civil en general y fue Thordu quien realizó la mejor de las propuestas.

En el año 507 de la p.e. partieron de Karak-Thordu un total de 6.500 enanos al mando de Belgarosh, segundo hijo de Thordu ya que su primogénita Feyrya no quiso aceptar la responsabilidad. Pese a la rumorología, cuando Belgarosh se plantó junto a las tierras que constituirían su Karak no encontró oposición ni enemigo alguno, por lo que de inmediato se iniciaron las labores de construcción de la ciudadela y en el año 512 de la p.e. se dieron por concluidas fundando así Karak-Belgarosh.

Terminología reinos enanos:

Karak-(nombre): Ciudadela enana gobernada por un Kark. El nombre de la fortaleza hace referencia siempre a su primer Kark.

Kark: Rey enano ya sea bajo la montaña o en las llanuras.

Kark de Todos los Enanos: hace referencia al Kark supremo de los territorios del norte. Este título lo ostenta Nugo, gobernador de Karak-Nugo y de todas las ciudadelas de las montañas conocidas como el Codo del Enano.

Krakado: zona en la que el Kark tiene influencia y sobre la que gobierna.

Thog: Gobernador de un Thogado.

Thogado: ciudad menor ya sea ciudadela o en las llanuras.

Thogain: hijo o hija de un thog o un Kark con derecho a hereder el trono o gobierno.

Thogsi: gobernadora de un Thogado.

¿Pero qué sucedió en realidad?

Feyrya era una enana valiente y guerrera, por lo que realmente quiso encabezar la expedición hacia el nordeste, pero fue su padre quien se lo impidió, pues confiaba más en Belgarosh que en ella. Además, consideraba que una mujer no podía emprender una hazaña como la que tenían por delante y mucho menos gobernar un krakado. Por si fuera poco, era su única hija y no quería perderla, ni deseaba que se alejase de él.

Cinco años después de la construcción de Karak-Belgarosh, Feyrya decidió hacerle una visita a su hermano. Ésta la recibió con los brazos abiertos y ella le desveló que tenía la intención de viajar al sur y levantar una nueva ciudadela. Karak-Feyrya. No obstante, no quería que le dijera nada a su padre por miedo a que tratara de impedírselo. Feyrya contaba con una cincuentena de valerosos enanos y enanas fieles a su causa y Belgarsoh contribuyó con ella, facilitándole otro cuarto de centenar de soldados.

Feyrya pasó dos inviernos en Karak-Belgarsoh investigando el terreno, hasta que finalmente, en el invierno del año 519 partió con sus fieles a la conquista de un territorio en el sur. Nunca volvió y Belgarsoh no volvió a tener noticias de su hermana. Y es que a medida que Freyrya se alejaba del norte, más complicado era enviar emisarios a Karak-Belgarosh y finalmente dejó de hacerlo.

Nos encontramos en el año 522 de la p.e.H. Han pasado tres años desde la partida de Freyrya de Karak-Belgarosh y la  thogain y sus valerosos enanos han pasado muchas penurias, han matado muchos trasgos y han conseguido más bien pocos. De los setenta y cinco enanos que emprendieron la misión de conquista, quedaban tan solo una veintena de veteranos enanos cuando hallaron unas ruinas que podrían corresponder con una antigua ciudadela enana. 

Al comenzar a investigarla, se vieron sorprendidos por una marabunta de trasgos, ogros y otras criaturas del submundo, que acabaron acorralando a la expedición de Freyrya en las cámaras del noroeste, de la fortaleza, lo que parecía ser una antigua zona dedicada al culto de los dioses enanos más importantes, Manveru, dios  de la ingeniería, la minería y los metales preciosos, Brook Barba de Hierro, dios de las Montañas y Señor de lo Enanos, Brogar, Padre de los Olvidados y dios enano de la Redención, así como a un desconocido dios Anzano*.

Freyrya y sus irreductibles se han hecho fuertes en esa zona y han logrado ponerse a salvo aunque quedan pocos enanos, menos de diez y las provisiones empiezan a escasear. Uno de esos enanos ha logrado escabullirse y trata ahora de salir de la fortaleza en busca de ayuda para la thogian y sus irreductibles.

 ¿Qué grado de comedia deseas en esta partida?

Como ha dicho Taliesin... la mayoría de los enanos varón son gais... así que ya ves lo seria que es la partida. Que es sería si, pero con toques de humor y tambén de gore y sadismo extremo.

¿Cómo es Feyrya?

Y volviendo a la pregunta sobre Feyryra. Las enanas son listas, astutas, valientes y cabezotas. Además, no tienen sentido del humor. Todo lo contrario que los varones, que son imbéciles, poco astutos, pero también suelen ser valientes o más bien temerarios y cabezotas. Se emborrachan y son divertidos.  

Freyrya es la mujer con más huevos que puedas imaginar.

¿Qué rango tengo entre sus irreductibles?

Lo de tu rango, lo que desees, pero siendo nivel 7 tienes que ser por fuerza su mano derecha.

Lo que no tengo claro es que con todos esos penalizadores de armadura y movimiento, como has logrado escapar del cerco de los trasgos XD. Eso es lo que no me cuadra!

Llevaban un par de semanas atrincherados en la zona del templo de la fortaleza. El enemigo se había hecho con la zona del comedor y entre escaramuza y escaramuza, había ratos de relativa tranquilidad. Salir de ahí sin ayuda del exterior iba a ser imposible. No obstante, no se iban a dejar matar y  eran enanos, por lo que venderían su piel muy cara. El principal problema era, la escasez de recursos, sobre todo de alimento y agua. Habían podido robar algo de un almacén hacía unos días, pero ya se estaba agotando también.

Con todo ello, lo único que podían hacer era salir ahí afuera y morir peleando o tratar de ser sigilosos e ir en busca de ayuda. Por desgracia, los batidores y exploradores habían caído ya todos y no quedaba nadie entre los irreductibles que fuera capaz de ser los suficientemente silencioso como para llevar a cabo aquel trabajo. Tras mucho meditar, fue Draxler quien se ofreció. No es que fuera alguien demasiado silencioso. Su armadura era como una orquesta, pero los otros tampoco lo eran mucho más...

- Espero que tengas suerte, hermano. - Le dijo la thogain posando una mano sobre el hombro de aquel valiente enano. -  Hemos vivido mucho juntos, sabes que eres importante para mi. - Chasqueó la lengua fastidiada. - Espero que regreses sano y salvo y traigas contigo refuerzos para patearles el culo a las alimañas que han mancillado esta ciudadela. Tú suerte será la nuestra... - Asintió con la cabeza. - Qué  los dioses enanos te acompañen.

Draxler recordaba las palabras de la thogain mientras trataba de internarse sigilosamente a través de los múltiples corredores de aquella formidable fortaleza subterránea.  Había logrado dejar atrás el comedor y se había adentrado en la sala comunal. Allí empezaron los problemas. 

En aquella enorme estancia, se encontraban decenas de pieles verdes, seres humanoides peludos y seres grotescos en general. Estaban la mayor parte de ellos durmiendo y los que no, andaban distraídos y a lo suyo. La capa roñosa que se había puesto por encima de la cabeza, le estaba proporcionando el suficiente disfraz como para pasar desapercibido. 

Estaba siendo algo realmente increíble. Dejó atrás una mesa con varios trasgos jugando a los dados, pasó por encima de varios sacos de dormir con seres peludos roncando, se arrastro entre varias columnas, con el espanto de ver como estaban cubiertas de mierda y descubrió justo después, que había pisado una enorme y hedionda plasta. Un ogro estúpido pasó por su lado. Si hubiera alzado la vista, sin duda le habría localizado.

Entonces una tromba de trasgos llegó procedente del este, del pasillo que daba acceso a la entrada de la ciudadela. Draxler horrorizado ante la idea de ser descubierto, se arrinconó hacia la pared norte y llegó junto a la puerta que daba al almacén de donde habían estado robando comida. Pudo entrar sin más problemas y cerró de nuevo tras de si.

Aquella estancia estaba llena de cajas, barriles y sacos llenos de alimentos. Posiblemente se trataba de recursos conseguidos en saqueos y muchos ya empezaban a estar en mal estado, pero aún así, Draxler comió y bebió con ansia. Estaba hambriento desde hacía semanas y pudo saciarse después de tanto tiempo. El enemigo le dio un respiro, nadie entró en el almacén durante su banquete, pero una vez hubo terminado, empezó a preocuparse. ¿Cómo iba a salir de allí? Se acercó a la puerta y la entreabrió. 

Al otro lado había una cantidad ingente de enemigos. Salir era un suicidio. Quedarse también. Por ello empezó a examinar la sala en busca de alguna solución y tras unos veinte minutos encontró en la pared norte, una losa que se movía. Al presionarla, se abrió ante él una puerta secreta. ¡Una escapatoria al fin!

Pero no iba a ser tan fácil...

- ¡Eh tú! - Le gruñó un enorme ogro con una larga cabellera, que acababa de entrar en la estancia.

No iba solo, sino que estaba acompañado de una serie de terribles criaturas de apariencia trasgoide.

Aquellos seres eran enormes, de más de siete pies cada uno y se movían sobre sus cuatro extremidades de forma encorvada. Sus patas traseras y se pellejo era nervudo y correoso. Eran seres similares a trasgos, pero más peludos y asilvestrados, con un rostro primitivo y dos enormes cuernos en la cabeza. Al ver al enano, desenfundaron sus cimitarras y se posicionaron alrededor de la estancia.

Tu suerte será la nuestra, le dijo su Thogain antes de partir. 

La frase reverberaba una y otra vez en la cabeza del viejo Draxler Zhalander, hijo de Drexler, mano derecha de la Thogain Feyrya. No era lo único que reverberaba en su sesera, no. Los ronquidos de los pielesverdes, sus estruendosos eructos, el olor de su asquerosa mierda, aquel hedor infecto que se había instalado en su nariz desde ya no sabía cuántos días en el interior de aquella fortaleza subterránea, el polvo y la mugre que atesoraba el suelo mientras se arrastraba para no ser visto.

Todo eso reverberaba en la dura cabezota del viejo Draxler. 

El enano sudaba a mares embutido en su armadura mientras se movía en la oscuridad y ardía en el anhelo de hundir su pesada hacha de batalla, Frustración, en el cráneo de algún trasgo. O de dos. O de doce. Porque para Draxler Zhalander, hijo de Drexler, regar el suelo con la negra sangre de esos engendros malignos y avariciosos nunca era suficiente. Y mejor así, porque no parecían acabarse nunca. Siempre había más. Y más. Y más. ¡Parecían ser regurgitados de debajo de las piedras!

En las sabias palabras de su padre mientras afilaba el hacha que le regalaría al alcanzar la edad para ingresar en el ejército...

Hijo, ven aquí que te diga algo. Verás, esos pielesvierdes, esa panda de cabronazos... Les gusta copular como a los conejos. Incluso más. La fornicación es su pasatiempo favorito, solo por detrás del saqueo, el pillaje y... Bah, qué digo. ¡Fornican a todas horas los muy libertinos! Y los muy deficientes mentales son tan idiotas que no tienen capacidad intelectual para entender la problemática de la superpoblación. Y créeme, matándolos a chorros no solo les hacemos un favor al mundo... También se lo hacemos a ellos.

Qué razón tenía el viejo.

Draxler tuvo la inmensa fortuna de adentrarse sin ser visto en una suerte de despensa en la que se puso tibio a base de cecina, queso y, mal que le pese, algo de hidromiel. Odiaba la hidromiel, como cualquier tipo de alcohol. Sí, ya sé que resulta extraño, siendo un enano. Pero Draxler, hijo de Drexler, era una anomalía entre los de su gente. No solo era más bien taciturno, gruñón y con una legendaria propensión para maldecir con más énfasis que un lobo de mar, ¡sino que era abstemio! ¡En serio! ¡Solo le gustaba el zumo de maracuyá! Y ya se sabe que la fruta de la pasión no crece en los subterráneos. Así que solo le quedaba el zumo de uva y el té helado.

Luego estaba el tema de que el viejo Draxler le tenía una devoción especial a Feyrya... Pero de eso mejor no hablar ahora. Porque mientras Drax pensaba fugazmente en la Thogain y en su última mirada, el enano se dio de bruces con un feo ogro que parecía tener el seso suficiente para cargar una ballesta.

Por toda respuesta, Drax lanzó un esputo al suelo acompañado de un gruñido amenazador mientras alzaba su escudo y su aterradora hacha, Frustración.

-Vamos...-, dijo mirando al primer trasgo que desenvainaba mientras avanzaba aprovechando el cuello de botella que generaban las cajas apiladas a su alrededor.

Aquel ogro sonrió al ver como el enano ladrón al que habían sorprendido en su despensa reaccionaba con valentía. Cuando el hachazo de éste golpeó contra la armadura de uno de los varag y salió rebotada, soltó una carcajada. Había agarrado la empuñadura de su maza y la hubiera desenfundado de haber sido necesario, pero finalmente no lo hizo, aquel enano no parecía una amenaza suficiente.

- ¡Natu'uk! -  Les ordenó algo a aquellos extraños trasgos con retorcidos cuernos y se mantuvo expectante.

Rápidamentelos tres varag rodearon  al enano. Una lluvia de golpes de cimitarra volaron sobre él. Detuvo un golpe con su escudo, otro lo paró con su hacha, pero el tercero se incrustó entre las juntas de su armadura lacerando su piel como un mordisco y comenzó a sangrar.

Estaba rodeado y le iba a costar salir de ahí. Aquellos seres eran duros de pelar y el ogro todavía no había actuado. Si éste finalmente desenfundaba su maza y se ponía manos a la obra, iba a ser difícil escapar con vida. Tenía a sus espaldas una posibilidad de salir vivo de aquella, pero  estaba en juego su orgullo, pero también la vida de sus camaradas y de Freyrya. Retirarse nunca era una opción. ¿Nunca?