Partida Rol por web

[D&D 3.5] En Busca de Feyrya.

Prologo 2. La Festividad de los Tres Grandes.

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28/01/2019, 16:20
Narrador

Primer mes del invierno del año 522 de la primera edad de la Historia.

El mes de Yggan estaba siendo asombrosamente caluroso ese año y eso que ya se encontraban en el veintidosavo día del mes siendo este un inus, último día de la semana. Por lo que en el segundo amanecer desde aquella mañana pasarían a encontrarse en el mes de Frehanan.

Belbara no sabía demasiado de fechas. Aquel calendario había sido creado siglos atrás por los anzanos y si Belbara sabía aquello era simplemente porque alguno de los anzanos que residía en la ciudadela se lo había dicho alguna vez.

Lo cierto era que el calendario le traía sin cuidado a la mayoría de enanos de aquella región, por no decir a la mayoría de enanos en general. Los enanos contabilizaban las estaciones muy a groso modo. Bajo la seguridad de sus montañas, poco importaba si llovía, nevaba o hacía sol. Era así al menos para los enanos que vivían en las ciudadelas, pues para los que vivían en las llanuras y cultivaban la tierra, el tiempo y los fenómenos atmosféricos eran sin duda una de los pilares entorno a los que giraba sui vida.

Esa mañana había despertado con las fuerzas renovadas. Los últimos días habían sido de mucho trabajo. Era por aquellas fechas, fueran las que fueran cuando se celebraba la festividad de los tres Grandes. Lo cierto era que se marcaba el inicio de la festividad en el momento en que comenzaba a hacer frío en el mundo exterior y ese año se había retrasado bastante.

Fuera antes o después, Belbara llevaba más de un mes con los preparativos. Adornar los templos con flores traídas del exterior y con los típicos muñecos de barro cocido en representación de los tres grandes dioses enanos, era un gran trabajo, pero no el único, pues alguien tenía que encargarse de los abastecimientos para el banquete, de que no faltara cerveza, de redactar y enviar las invitaciones a las máximas autoridades de la ciduadela  y de un sinfín de pormenores más.

Además, la competencia acérrima con las otras dos grandes iglesias era cada año mayor. Los Olvidados de Brogar y los sacerdotes de Manverû se esforzaban cada vez más en que sus templos lucieran más bellos que los otros dos y en que las viandas ofrecidas fueran de mayor calidad y sobre todo más abundantes que las ofrecidas por las otras dos grandes fes mayoritarias en la nación enana.

Dodana había depositado toda su confianza en su segunda para aquellos pormenores. Ella debía recitar un discurso convincente, debía estudiar las sagradas escrituras y debía preparar a fondo su intervención ante el pueblo de Karak-Belgarosh. No es que no fuera un trabajo importante aquel y debía competir con dos grandes oradores, pues el maestre Ralzâd de la fe del Olvidado y DzGrauin prior de la iglesia de Manverû, eran expertos en el campo de la oratoria y la charlatanería y cada año se lo ponían más difícil a la canonesa Dodana.

Belbara se encontraba en la intimidad de su despacho dentro del templo de Brook Barba de Hierro. No le quedaba más remedio que volver a repasar los albaranes que habían llegado por la adquisición de todo lo necesario para la celebración. Odiaba ese tipo de trabajo administrativo, pero al ser una de las pocas sacerdotisas del templo que controlaban la lectura, la escritura y la matemática, no le quedaba más remedio que encargarse de aquello. No por nada era la secretaria de la canonesa y como tal, su más que posible sucesora y la segunda máxima autoridad dentro del templo.

De pronto sonó la puerta de su despacho. Belbara alzó la cabeza tratando de no despistarse, muchos números se almacenaban en su cabeza y no era cuestión de perderlos ahora que estaba a punto de cuadrarlos de una vez por todas y tras toda la mañana haciendo cálculos. Pero de pronto sonó alguien picando la puerta más fuerte que antes y definitivamente tuco que dejar marchar los cálculos almacenados en su cabeza.

- ¡Adelante! - Dijo tras resoplar resignada.

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28/01/2019, 16:33
Himris

Buenos días, mi señora... - Dijo Himris con voz de ultratumba, nada más abrir la puerta del despacho donde Belbara trataba de tener algo de tranquilidad.

Aquel enano era un renegado del clan de Harthor el traidor. Se decía de él que dos siglos atrás luchó junto a aquel malnacido que osó ponerse en contra del gran Nugo, Kark de Todos los Enanos. Pero de eso hacía ya mucho tiempo. Tanto que nadie se acordaba ya de esas historias. No tanto al menos como para seguir guardando rencor a aquel enano en concreto, pues para comenzar, lo de su pasado eran sólo rumores y desde que llegara siete años atrás a Karak-Belgarosh y fuera acogido por el templo de Brook, había servido con lealtad a la canonesa.

Me dicen que la estructura de los jardines ya está lista. - Desveló aquel enano de voz profunda. - El palco ha sido montado y lo han decorado como usted dijo, mi señora. - Carraspeó para aclararse la voz, pero en vez de sonar más clara sonó todavía más rota y cavernosa. - En cuanto usted de su consentimiento, llevaremos los barriles de cerveza y prepararemos las hogueras. - Hizo una breve pausa. - Por cierto... está esa mujer anzana. La de la Panza de Anza... - Carraspeó otra vez. - Ha traído lo que le encargamos. ¿Quiere que pase?

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29/01/2019, 10:07
Belbara

¿Porque la gente cree que lo que tengan que decirme es más importante que lo que estoy haciendo?

Los golpes en la puerta no iban a cesar, y tras cada tocar de nudillos llegaría otro más intenso, seguramente también serían cada vez menos espaciados. Era inútil empeñarse en terminar las cuentas, su concentración terminaría por romperse y la frustración llegaría de todos modos.

De mala gana dejo los papeles y la pluma e hizo pasar al enano que llamaba a su puerta.

Asentía mientras escuchaba sus palabras, era bueno saber que las cosas estaban en marcha y estaban casi listas. Iban con tiempo, pero no podía fiarse.

-Muy bien, muy bien.- desde luego pensaba pasarse a comprobar que realmente se había hecho como ella quería -Por los barriles y las hogueras esperad un poco más, hacedlo para que estén listas un cuarto de hora antes de que todo comience- No podía permitirse que se empezase a beber demasiado pronto. Eso haría que unos cuantos estuviesen ya borrachos para cuando la canonesa le tocase recitar su discurso, y además harían corto de cerveza con toda probabilidad si no esperaban al momento oportuno.
Es cierto que el primer templo en ofrecer la bebida se llena más que ninguno al principio, pero ¿De quienes? Es mejor que todavía puedan hablar, y escuchar, al principio de la festividad

Estaba a punto de recomenzar con las cuentas cuando Himris le comunicó la llegada de la anzana. Belbara suspiró, empezaba a creer que esas cuentas sería lo único que haría en lo que quedaba de jornada.
-Sí, sí, que pase, claro.- Los números deberían esperar, era importante recibir a la mujer y al paquete que portaba.

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29/01/2019, 15:16
Himris

Así lo haremos... - Respondió Himris a las observaciones de Belbara acerca de las hogueras y la cerveza. - Si me disculpa... - Tras una reverencia salió sin darle la espalda y justo después se le escuchó hablar con alguien tras la puerta. - Ha dicho que puedes pasar... - Le dijo Himris con su cavernosa voz a quien estuviera del otro lado, que sin duda era la mujer anzana. La dueña de la Panza de Anza.

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29/01/2019, 15:19
Kazumi

Buenos días, mi señora... - Dijo la mujer con un enano impoluto. Lo cierto era que aquella muchacha llevaba prácticamente toda su vida viviendo entre enanos y de no ser porque había sido educada en un marcado gueto social, sólo se distinguiría del resto de enanos por su físico. - Como quedamos, he dejado toda la mercancía en el templo. - Afirmó sin levantar la mirada del suelo como signo de respeto. - En cuanto usted diga, mi personal estará dispuesto para empezar a calentar y servir las viandas que me encargó. - Desveló Kazumi que por un momento alzó su rasgada mirada para cruzarla por un instante con la de aquella enana barbuda. - También le hago entrega de un paquete con medio centenar de cartas donde se incluye el menú que solicitó y bueno... - Parecía que le costaba decir aquello. - También está el tema de la factura. Provisionalmente asciende a trescientas cincuenta monedas de oro, aunque podría ser más según vaya pasando la velada. - Miró entonces más decidida a la sacerdotisa. - ¿Recuerda que eso acordamos, verdad?

Notas de juego

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29/01/2019, 15:28
Thruda

En eso preciso instante, alguien más tocó a la puerta. Kazumi se hizo a un lado, pues no quería importunar a su anfitriona. Hasta que no le hubiera abonado lo acordado y hubiera pasado la celebración no quería despertar la ira de aquella enana barbuda. Sabía de buena tinta que aunque la mayor parte de los enanos jóvenes gustaban de la cocina anzana y que aunque los más vetustos no lo acabaran de reconocer, también se volvían locos con sus delicias, lo cierto era que no todos veían con buenos ojos la iniciativa de Belbara de introducir aquellos manjares en el banquete en honor a los tres más grandes.

Ciertamente el pueblo enano era un gran valedor de sus más ancestrales costumbres. Un pueblo al que le costaba hacer cambios y entrar en la modernidad. Podía ser que dentro de una o dos generaciones, si Karak-Belgarsoh seguía en pie, el pueblo de Belgarosh viera como normal que los anzanos participaran de aquella fiesta y que su gastronomía también estuviera presente, sin embargo a día de hoy lo veían como algo extraño y entrometido.

Pues realmente, ese era el primer año en que los anzanos participaban en las celebraciones e incluso les habían dejado desfilar con sus extraños dragones bigotudos, con los que realizaban un extraño, pero vistoso baile. Que Belbara hubiera incluido entre el banquete que ofrecía a sus fieles, manjares anzanos, era toda una novedad y no tenía muy claro que fuera algo oportuno, aunque ya estaba hecho y Dodana no se había opuesto diametralmente, sino solo un poquito.

Mi señora, es urgente... - Belbara conocía aquella voz. Se trataba de Thurda, una clériga de la orden la cual estaba bajo su mando directo. - Vengo de parte del mismo Kark... - Dijo entonces. - Su hija... Rovanan... Ha desaparecido... - Desveló entonces y los ojos de Kazumi se abrieron de par en par, mucho más abiertos de lo que los había tenido nunca antes.

 

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30/01/2019, 21:14
Belbara

Asintió a las palabras de Kazumi, la cosa parecía ir bien y en los tiempos previstos. Si la cosa seguía así la fiesta iría rodada. En cuanto a la comida anzana le encantaba, solía acudir al restaurante cuando tenía ocasión.

-Sí, sí- Respondió como si hubiese de tener mucha paciencia ante el recordatorio de que debía abonar la factura. Las cifras se calculaban y recalculaban en su mente, había previsto un margen en cuanto al tema de la comida y la bebida, aquella festividad siempre conllevaba un gasto importante, pero cuando se trataba de Brook Barba de Hierro había que darlo todo. Esperaba que con el tiempo aquellos forasteros, los anzanos, terminasen integrándose en la sociedad de Karak-Belgarosh y adorasen a los dioses que allí tenían, en vez de rezar y honrar a otros que habían traído de fuera. 

Ya estaba volviéndose hacia el pequeño armario en que había guardado el saquillo que entregar a Kazumi cuando alguien más llamó a la puerta. Esta vez hizo su aparición Thurda y Belbara se temió algún problema con los preparativos, por eso el mensaje que le dio la clériga le sorprendió. Si los ojos de Kazumi se abrieron, los de Belbara se entrecerraron al tiempo que su ceño se fruncía, como si tratase de enfocar algo. Dejó caer el saquillo de moendas sobre la mano de la anzana y se dirigió hacia la puerta. Casi parecía que no fuese a decir palabra, pero entonces, en cuanto las dos enanas quedaron solas, la cerró y preguntó:

-¿Qué más te ha dicho el Kark?- 

Aquel problema era mucho mayor de lo que habría esperado, siquiera en el peor de los casos. Temía que al final este año se perdería la fiesta, tras esta noticia ¿cómo disfrutarla? no sería posible hasta que el asunto quedase resuelto.

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01/02/2019, 15:04
Thruda

Debemos encontrarla, mi señora... - Miró entonces a Kazumi por el rabillo del ojo.

No parecía que a Thruda le resultase cómodo hablar de aquellos temas con una humana al lado y menos teniendo en cuenta que era una simple cocinera. La noticia no debía transcender y Kazumi aunque no parecía de las que iban contando chismes por ahí, no era de confianza al fin y al cabo.

Verá... el Karak ha dicho que de no aparecer su hija antes de la celebración... - Volvió a mirar a Kazumi. - No se llevará a cabo... - Susurró de forma inútil, pues Kazumi se enteró de todo.

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01/02/2019, 15:14
Kazumi

Kazumi se mantuvo erguida y con la mirada baja. Entrelazó las manos y las colocó a la altura de su vientre como tratando a toda costa de pasar desapercibida y no parecer una amenaza para nadie. Si por algo se caracterizaban los anzanos, era por no ser una gente demasiado chismosa. De hecho, era complicado encontrar a uno de los amarillos parloteando alegremente acerca de los entresijos de otro y menos con enanos. Aunque si bien era cierto que si estaban algo más alegres que de costumbre tras haber ingerido alguno de sus licores típicos, su lengua se movía más rápido.

Pueden estar tranquilas... - Dijo aquella muchacha sin levantar demasiado la voz. - El silencio es una gran fuente de fortaleza. - Continuó diciendo y entonces se desató. - La duda separa, la confianza une. No hay nada más terrible que el hábito de la duda. La duda separa a las personas. Es un veneno que desintegra amistades y rompe relaciones placenteras. Es una espina que irrita y daña; es una espada que mata. - Las miró a las dos a los ojos. - Por favor, no duden de mi, pues yo deseo ser su amiga y además... - Sacó una sonrisa que las dejó descuadradas. - Si no hay fiesta, no habrá negocio. Me gusta hacer negocios y si abro la boca puede que pierda una gran oportunidad. 

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03/02/2019, 00:56
Belbara

Al parecer la anzana no se había dado por aludida cuando le entregó la bolsa de dinero y le abrió la puerta. 

Maldita manía de usar pocas palabras la mía.

Comprendía que a Thruda no le hiciese gracia que aquella mujer escuchase los asuntos del Karak, era importante ser discreto, cualquier cosa podía haber sucedido, y aunque no creía que ningún enano pudiese hacer algo así y esperaba que los humanos tampoco... bueno, no podía descartarse nada hasta saber más de aquello.

-Más vale que lo seáis- dijo a Kazumi en referencia a su discreción y a su silencio a la par que hacía un gesto con la mano como indicando que no se enrollase más. Algunos humanos tenían la mala creencia de que, si expresaban de muchas formas la misma idea convencerían más al interlocutor de que aquello era cierto. A criterio de Belbara lo que había dicho en cinco frases lo podía haber dejado en una. Además, si se corría la voz ya sabrían quien habría sido, o con casi toda probabilidad, y entonces el Karak decidiría lo que hacer con la anzana. 

Yo paso de cortar lenguas, al fin y al cabo si yo hubiese usado más la mía Kazumi no hubiese escuchado nada esto.

-Bien, Kazumi, el pago está hecho y creo que debes quedártelo. Si al final la fiesta no se realizase ya llegaríamos a un acuerdo justo para ambas. En cualquier caso las dos partes deseamos que esta celebración se lleve a cabo, así que te propongo una cosa: Ten la boca cerrada pero los oídos abiertos. Si llegase cualquier información que pudiese estar relacionada me la comunicarás a mí, y solo a mí. ¿estás de acuerdo?-

 

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03/02/2019, 11:41
Kazumi

Muy bien, mi señora... - Dijo la chica anzana a la vez que recogía el pago y hacía un aleve reverencia con la cabeza. - Llegaremos a un acuerdo en caso de que no se celebre el acontecimiento. - Volvió a lanzar una reverencia. - Sea con Brook... - Y tras decir aquello se marchó sin hacer más ruido.

Kazumi podía ser una humana. Podía utilizar el lenguaje abusando de figuras retóricas, pero ante todo parecía una mujer fiable. Los anzanos si se caracterizaban por algo era por ser, en su gran mayoría, pues en toda comunidad había excepciones, de ser gente de fiar. Gente de fiar y además gente silenciosa, ya que era complicado escucharlos alzar de tono la voz o hacerse notar demasiado. Eso sin duda era una buena señal para Belbara. 

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03/02/2019, 11:48
Thruda

Se lo he comentado previamente a Dodana. - Añadió entonces Thruda. - Me ha dicho que acudiera a ti, pues ella ya estaba suficientemente liada con los preparativos y la homilía.

Si algo tenía Dodana es que era una mujer meticulosa. La canonesa era perfeccionista hasta la médula y eso en ocasiones era algo que podía hacer desesperar a cualquiera. Belbara no era una excepción a aquella norma. Ver como aquella mujer podía pasarse horas repasando los puntos y las comas de su discurso, mientras ella se encargaba de todo lo demás, era ciertamente desesperante. Luego era cierto que la oratoria de Dodana dejaba a muchos con la boca abierta y que quizás Belbara nunca alcanzara ese nivel de misticismo en las palabras que le dedicaba a sus parroquianos, pero ella era eminentemente mucho más práctica. Quizás por ello se complementaban tan bien. 

¿Qué desea que hagamos, mi señora? - Preguntó Thurda. - Tengo un grupo de diez clérigos y una quincena de novicios llevando a cabo diversos preparativos. ¿Desea que lo dejen todo para ponerse a buscar? ¿Irá usted o lo dejamos para la guardia del Kark?

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05/02/2019, 12:55
Belbara

Negó con la cabeza en silencio y con aire pensativo. A saber de qué se trataría. Era posible que fuese un gran problema, que algo terrible hubiese ocurrido, pero también cabía la posibilidad de que la hija del Krak se hubiese escabullido para encontrarse con algún enano, un romance que su padre jamás aprobaría quizás. La juventud llevaba a cometer estupideces y travesuras, pero es que ese era el momento de hacerlas.

-Que vengan conmigo tres clérigos y cinco novicios. El resto que sigan con los preparativos. Si al final se hiciese la fiesta no queremos que nos coja con las cosas por hacer. Todo ha de estar perfecto si llega el momento. La comida y bebida que no se sirva hasta que yo lo diga. Repito, que NO se sirva nada de comida ni bebida.-

Belbara no podía quedarse simplemente esperando a ver si las cosas se solucionaban solas, menos cuando el mismísimo Krak había enviado la noticia al templo. ¿Cómo les dejaría eso de estar de brazos cruzados? ¿Acaso los de Brook no respondían ante las necesidades del pueblo? No sería ella quien se quedase de brazos cruzados.
Miró a la joven cleriga y le dijo con aire duro:
-Thurda, en mi ausencia quedas a cargo de los preparativos. Ante cualquier error serás tú quien deba responder. -
Le entregó un papel en el que había garabateado esquemas, gráficas y apuntado notas que reflejaban como estaba decidido todo lo referente a la festividad. Cada tipo de flor, la distribución de las mesas, todo, absolutamente todo lo había diseñado con tiempo. Aquel papel ayudaría a Thurda a cumplir los deseos de Belbara, y la enana barbuda confiaba en que así lo hiciese.
-Ahora ve, que vengan los tres clérigos y cinco novicios que creas más adecuados para la mision y toma las riendas de la tuya-
Le dijo mientras empezaba a preparase para ir a ver al Krak.

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06/02/2019, 11:17
Thruda

A sus órdenes, mi señora... - Dijo ella con tono bastante militar. - Enseguida regreso con los hombres que ha pedido y me haré cargo de los preparativos hasta que regrese.

Dicho esto, Thruda partió de inmediato. Belbara aprovechó para preparar sus cosas para la búsqueda. Karak-Belgarosh era un lugar muy seguro, pero habiendo sucedido aquella desaparición, se podía esperar cualquier cosa. Aunque lo más probable, como seguía pensando la sacerdotisa barbuda, era que Rovanan, simplemente se hubiera escabullido con algún enano. En ese caso era cuestión de tiempo que apareciera. ¡Y por Brook que fuera antes que después!

Thruda regresó muy pronto con un grupo de novicios y tres clérigos, como bien había indicado su superiora jerárquica dentro de la orden. Entre ellos contaba con el voluntarioso aunque en ocasiones algo rudo Himris. No era quizás el hombre más adecuado para tratar con la nobleza de la ciudadela, pero era un buen rastreador. No por nada formó parte de la partida de batidores del thog Harthor durante más de doce años. Y aunque deseara olvidar aquella etapa de su vida, no podría olvidar todo lo que aprendió entonces.

Cuando usted disponga... - Observó aquella obediente enana.

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06/02/2019, 11:23
Yurdan

Con Belbara a la cabeza, el grupo de enanos devotos de Brook, salió en busca de Rovanan. Karak-Belgarosh era un lugar inmenso para empezar a buscar, así que igual lo mejor sería tratar de hablar con su dios patrón. Podía ser que una buena idea pues quizás un conjuro podía indicarles al menos un lugar por el que empezar su búsqueda. Yudran, el clérigo más anciano de la congregación se adelantó unos pasos y se dirigió a Belbara.

Podría tratar de localizar la diadema de la thogain. - Dijo entonces. - Casi siempre suele llevarla puesta, mi señora. - Lo cierto era que aquel conjuro para localizar era una de las formas más lógicas de encarar la situación, pues conjuros de adivinación más poderosos estaban solo al abasto de sacerdotes y clérigos mucho más experimentados que ella. - Si usted da su permiso...

Belabara accedió con una sola mirada. El grupo de enanos se situó entorno al anciano creando un círculo a su alrededor. Fue entonces cuando aquel hombre cerró los ojos y se concentró. Acto seguido comenzó a mover las manos con gestos arcanos a la vez que recitaba unas palabras mágicas. 

- In enim justo, rhoncus ut, imperdiet a, venenatis vitae, justo. Nullam dictum felis eu pede mollis pretium. Integer tincidunt. Cras dapibus. - Tras concluir el conjuro abrió los ojos y quien le estaba mirando notó un extraño fulgor que provenía de su interior y que muy pronto se diluyó. - La diadema está en el palacio del Kark... - Dijo entonces Yurdan. - Quizás sería buena idea enviar a alguien para descartar, pero no creo que sea una pista fiable...

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06/02/2019, 11:43
Belgarosh

Antes de que Belbara pudiera contestar observó por el rabillo del ojo como la máxima autoridad de la ciudadela, escoltado por un séquito de enanos acorazados se acercaba hacia donde ella se encontraba. El Kark en persona estaba buscando de forma desesperada a su hija y no lo estaba haciendo en solitario. Junto a él se hallaban enanos reseñables como era el capitán de su guardia personal Zadhrîm y su hermano, campeón del Karak, Runrinthôr. Al ver a los religiosos, el Kark viró de rumbo en su dirección.

- Con los tres grandes... - Saludó apesadumbrado. - Supongo que han sido informados. - Dijo entonces. - Esta hija mía... - Gruñó para sus adentros. - Es como mi esposa... - Susurró de forma casi inaudible. - ¿Nada verdad?

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08/02/2019, 09:47
Belbara

Apretó los labios cuando fue informada de que la diadema se encontraba en el palacio. No creía que Rovanan estuviese allí, pues alguien hubiese dado con ella antes de que se montase todo aquel revuelo. Estaba casi segura de que habría dejado la diadema en sus aposentos y marchado sin ella.
Estaba a punto de enviar quizás un par de novicios para que registrarse cada rincón de la fortaleza. Que mirasen tras las rocas si fuese necesario. Su misión sería la de encontrar la diadema, con o sin princesa que la portase. Pero antes de que pudiese dar la orden vio como el propio Kark había salido a buscar a su hija, y ahora se dirigía a ellos.
Hizo el símbolo Brook respondiendo al saludo del Kark. Reconocía a los tres, pero los clérigos se debían cada uno a su dios.
-Así es, fuimos informados y rápidamente decidimos actuar. Aunque por ahora solo sabemos que su diadema sigue en el castillo. O Rovanan sigue allí o salió sin ella.- Lo dejó un instante en el aire. ¿Acaso su intención había sido salir "de incógnito"? Parecía una idea absurda. Si bien su diadema representaba su linaje, allí todos se conocían las caras, y desde luego todos sabían bien quién era Rovanan, no tardarían en reconocerla por muy humilde que quisiese aparentar.

-Ya sabe cómo es la juventud- quiso quitar hierro al asunto, aunque esperaba que apareciese pronto. Su travesura podía salir cara a toda la ciudadela, y disgustar a los dioses.
-¿Deberíamos saber algo más, a fin de facilitarnos la tarea de encontrarla?-
Quizás el Kark y sus hombres hubiesen mirado ya en varios lugares, o supiesen de algún sitio al que le gustase marchar, o compañías de las que disfrutase.

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08/02/2019, 16:07
Belgarosh

El Kark asintió complacido ante las explicaciones de Belbara. Lo que aquella mujer había dicho era bien cierto. No obstante, ver cómo todos los estamentos de la ciudadela de habían movilizado para dar con la Thogain, le llenaba de orgullo. Al fin y al cabo y aunque como había dicho la sacerdotisa, lo más probable fuera que aquello se resolviera como una trastada de juventud, no dejaba de ser su única hija de quien estaban hablando y estaba preocupado.

- La guardia real ha registrado ya el palacio. Andáis en lo cierto Belbara. La diadema fue encontrada sobre su tocador - Hizo una pausa mesandose la barba. - Debemos registrar la zona de los templos y las minas. Zadhrîm, distribuya a sus hombres, Runrinthôr conmigo. - Miró de nuevo a Belbara. - Usted venga con nosotros...

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08/02/2019, 16:20
Zadhrîm

- Siempre a sus órdenes mi Kark. - Habló Zadhrîm.

El capitán de la guardia del Kark se puso de inmediato a distribuir a sus hombres. Primero creo hasta cuatro grupos de hombres y luego los distribuyó por las diferentes zonas de la ciudadela.

- Ruik, los suyos hacia los jardines... - Miró entonces a otro enano. - Krotham, a la zona de los peñascos. Duian, vaya hacia...

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08/02/2019, 16:28
Runrinthôr

- Siempre a su lado, mi Kark. - Respondió el campeón. - Estoy para defenderle...