Partida Rol por web

[D&D 3.5] En Busca de Feyrya.

Prologo 3. El Oiahg Lehnar.

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28/01/2019, 18:31
Narrador

Las Primeras Rutas y la Identidad del primer Hombre:

Los cuatro hermanos humanos, de los que se dice que provienen todas las razas de humanos que hoy en día pueblan Gea, tomaron rutas muy diferentes y durante toda la Era de las Grandes Razas evolucionaron hasta su forma final sin tener demasiado contacto los unos con los otros, aunque si es cierto que existen algunos cruces entre las diferentes razas, que fueron conocidos como mestizos y quizás por no encajar en una u otra sociedad, la gran mayoría de ellos marchó hacia el este surcando el océano Oriental y colonizando el continente de las Islas Occidentales. No obstante hay pocos datos de esta estirpe a diferencia de lo que sucedió con las subespecies que colonizaron Arthanis y posteriormente Harvaka y Avidrain.

Se muestran en el mapa siguiente las rutas que escogieron Antiloc, Anza y Vovit para fundar sus civilizaciones, las cuales nacieron casi a la vez.

En cambio Jasav, el que fue considerado por la mayor parte de los historiadores como el hermano menor de los cuatro, permaneció en las llanuras centrales del continente sucediendo a su padre como el rey de todos los hombres que permanecieron en esos territorios, una vez éste falleció.

Del padre de los cuatro hermanos fundadores de las primeras naciones humanas se desconoce por completo su nombre y aunque se ha teorizado acerca de cuál podría ser, nunca se ha llegado a una conclusión definitiva. Existen muchas teorías que le dotan de diferentes nombres e identidades, siendo las más conocidas las que le otorgaban el nombre de Jorbás, pues en unas antiguas escrituras encontradas en las montañas Centrales de Arthanis mencionan a un gran hombre llamado Jorbás que recibía el apelativo de Padre de Todos, o la teoría de que en realidad Jasav era el padre de Antiloc, Anza y Vovit habiendo tenido únicamente tres hijos. Pero como ya se ha dicho antes, ninguna de las teorías está demostrada. 

La Expansión Humana en el Primer Milenio de la p.e.:

No más de un siglo después de que los cuatro hermanos se separaran ya habían conquistado prácticamente todo el continente que en aquella época era conocido como Levante. Tan solo los asentamientos de hombres lagartos al noroeste se resistieron a la expansión de los hombres. La escarpada cordillera que atravesaba el continente de norte a sur fue un muro infranqueable para los descendientes de Anza, los únicos que en alguna ocasión trataron de explorar el este de aquellas montañas. Para cuando el segundo siglo de la Era de la Historia estaba a punto de comenzar ya estaban establecidos los territorios de cada una de las subespecies humanas.

En el mapa siguiente se muestra como se distribuyeron las subespecies y como algunas de éstas empezaron a cimentar los pilares de los actuales reinos que aún a día de hoy conservan parte de su cultura, tradición y costumbres.

Los pueblos de la Península de Vovitania:

La península de Vovitania estaba habitada por dispersas tribus de aguerridos marineros e indómitos guerreros que vivían principalmente de la pesca y el pillaje. Se trataba de un pueblo orgulloso y con férreos lazos de lealtad que en tiempo de guerra unían a las diferentes tribus y clanes en contra del enemigo común aunque en tiempo de paz podían sacarse los ojos los unos a los otros. Los diferentes clanes se agrupaban entorno al más sabio y fuerte de los hombres de la tribu, quien recibía el cargo de jrag.

Ya por aquel entonces la península de Vovitania, también conocida por algunos como del Cráneo de Dragón era temida por el resto de pueblos de Gea. Los vovits no eran grandes estrategas y sus armas no eran las más poderosas y destructivas que se habían forjado hasta la fecha, pero lo cierto era que aquellas gentes parecían haber hecho un trato con las desoladas tierras qua habitaban y las heladas aguas que navegaban, pues ningún pueblo y no fueron pocos los que lo intentaron, logró doblegar les en sus territorios, a aquella raza de rudos y poderosos hombres de largas barbas y poderosos músculos.

Aunque lo cierto fue que los jargs que trataron de ganarse un nombre de conquistador en rara ocasión obtuvieron victorias notorias. La cruda realidad era que cuanto más se alejaban los vovits de sus dominios, más costosas se tornaban las victorias en batalla. Pronto asumieron que su lugar estaba en el norte y más concretamente en el noroeste del continente de Levante. No se veían amenazados por las naciones de Poniente, pues normalmente no estaban interesados en las tundras donde ellos moraban. Por lo tanto sus únicos enemigos reales eran los hombres del Gran Reino de Anza y ellos mismos.

Se dice que durante la Era de las Grandes Razas Vovit reinó sobre todos los de su estirpe. Se dice que fue el primer jrag y que fue el único que logró aglomerar a todo su pueblo bajo un mismo estandarte. Vovit era conocido como el sobrenombre de Lobo Hambriento y su símbolo era una cabeza de un lobo negro con las fauces abiertas en fondo dorado. Durante los primeros años de la Edad de la Historia y aún hoy en día se utilizó aquel estandarte y aquellos que se reunían en torno a éste decían ser los legítimos herederos de Vovit y reclamaban para sí el gobierno de toda la nación.

Lo cierto fue que si en alguna ocasión el pueblo vovit pudo ser considerado un reino, ese tiempo quedó olvidado en el pasado y ninguno de los que aspiraron a subyugar a todas las tribus bajo una misma bandera llegaron a conseguirlo. Aunque quizás fueron dos hermanos los que estuvieron más cerca de lograr aquella gesta. Lo cierto es que pocos datos escritos se conservan y tan solo el saber popular pasado de padres a hijos ha convertido en leyenda a los que quizás son los dos más grandes vovits desde su fundador, los hermanos Yrg e Ygg.

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28/01/2019, 18:46
Narrador

LOS CLANES VOVITS Y EL OIAHG LEHNAR.

Los clanes vovits raras veces han logrado ponerse de acuerdo. Permiten que el jrag lidere a todos los grupos para lograr una mayor fortaleza, pero se establecen duras y cruentas luchas para suceder a éstos o ponerlos a prueba. 

Con el tiempo, han logrado poner freno a las luchas sin sentido y para ello se aprovecha el Oiahg Lehnar o “Fiesta de Honor”, en la cual las distintas tribus envían a los mejores de cada clan para luchar entre sí, al mismo tiempo que renuevan con fuerza la jefatura de la tribu. Pueden participar tanto hombres como mujeres en las luchas de clanes y también pueden crear desafíos a la jefatura de clan o de tribu si se desea, aunque otra cosa sería que las tomaran en cuenta. 

En la región donde se criaron Valyëvan y Aenifer se conocen los siguientes clanes o grupos de descendientes familiares: Raahg, Yaign, Eirnar, Vayegh, Danthan, Oerht, Voltar, Eovithe. Estás tribus conforman en clan del Dragón Indómito del que proceden las dos mediohumanas Valyëvan y Aenifer pese a ser hija adoptiva del clan. Ningún miembro puede ser expulsado del clan una vez nace, aunque no forme parte de él activamente. Según los vovits, se nace y se muere en el clan y cuando un guerrero desaparece, su espíritu o Angteeh se une al resto de miembros aún vivos para darles mayor fuerza. 

Cada tribu suele ser contar con un centenar de miembros y como mucho cada clan tribal tiene entre cinco y veinticnco combatientes. En total, el clan entero de todas las tribus podría alcanzar los ochenta, puesto que tampoco es de los mayores. El clan del Dragón Indómito es uno de los más poderosos de la zona noroeste de la península de la vovitania y los colores que siempre lucen en batalla son  el verde y plata.

Originariamente, Valyëvan perteneció al clan de Eovithe, que en su mayor parte habita la zona más meridional. Los enemigos naturales de los Eovithes son los Yaign, que se localizan algo más al norte. Pero para ella, nada de eso importa. Al ser una marginada, ha vendido su fuerza a clanes diferentes que han visto en su fuerza una oportunidad para conquistar algunos territorios de caza. Dentro del Clan no tiene posición puesto que vive alejada de él, pero es respetada por sus batallas. El no estar dispuesta a luchar por su clan me despoja de una posición y muchos quisieran acabar con ella solo para demostrar su valía y ganarse un mayor nivel. El jefe del Clan es Toarhg, de la Tribu del Norte.

Por su parte Aenifer, nacida en la isla de Nim, en el contiente de las Islas Occidentales, desciende del clan Oerht, algo que descubrió bastante después de su nacimiento y de lo cual no está segura. Todo lo que sabe de su estirpe élfica lo sabe por lo que la "Abuela" le contó sobre su llegada al Albergue. De como acabó de pequeña en Arthanis tampoco sabe demasiado y aunque quiere regresar a la isla de Nim y descubrir más acerca de lo que le sucedió a su madre y a su pueblo, finalmente ha encontrado lo que se podría llamar su lugar en el mundo y éste no es otro que junto a la valerosa Valyëvan, de quien se ha vuelto su inseparable compañera.

Notas de juego

Toarhg, el Sombrío. Jrag del clan del Dragón Indómito, procede de la Tribu del Norte.

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28/01/2019, 19:24
Narrador

Primer mes del invierno del año 522 de la primera edad de la Historia.

El mes de Yggan estaba siendo asombrosamente caluroso ese año y eso que ya se encontraban en el veintidosavo día del mes siendo este un inus, último día de la semana. Por lo que en el segundo amanecer desde aquella mañana pasarían a encontrarse en el mes de Frehanan.

No obstante, Valyëvan y Aenifer no tenían ni la más remota idea de cómo funcionaba el calendario creado por los anzanos siglos atrás. En la vasta región de la vovitania poco o nada sabían de calendarios. Ellos únicamente se guiaban por dos fechas, el momento del deshielo y la llegada del largo invierno que duraba ocho más del doble de la temporada más cálida.

Las dos llevaban un largo camino recorrido. Habían pasado la época del deshielo en cotas más bajas de la península. Las dos habían estado sirviendo en el clan del Reno Morado, pues las continuas trifulcas en el sur con los malditos anzanos les estaban dando problemas en los últimos veranos. Aquellos aguerridos hombres amarillos, no se dejaban saquear tan fácilmente como en épocas pretéritas.

No obstante, el Oiahg Lehnar, estaba muy próximo y pese a que el líder de los Renos Morados, Joga Liam-rel conocido como Oso de Dos Cabezas, les había pedido que permanecieran dos semanas más con ellos, Valyëvan había decidido emprender la marcha hacia el norte, pues ese año sí o sí, quería tomar parte en el Oiahg Lehnar.

Las dos sentadas entorno a una hoguera, trataban de entrar en calor después de todo el día de camino. La llamada carretera del norte había desaparecido bajo la nieve y de no ser porque la habían andado y desandado en muchas ocasiones, sin duda ya haría muchos millas que habrían perdido la senda. No obstante y pese a que por su condición de mediohumanas, nunca acabarían de ser aceptadas entre los vovits, esa era su tierra.

Notas de juego

Ahora sí tenéis algo que hacer. Las dos estáis en medio de ninguna parte. Os quedan todavía varias jornadas hasta llegar a vuestro destino y se supone que os conocéis desde hace mucho tiempo. ¡Qué se note!

Joga Liam-rel conocido como Oso de Dos Cabezas, Jrag de los Renos Morados.

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28/01/2019, 19:56
Valyëvan

Extendí las manos hacia el fuego, intentando inútilmente entrar en calor. El motivo de que nuestros antepasados hubiesen escogido aquel inhóspito lugar como morada estaba claro: nadie en su sano juicio se quedaría a vivir por allí, salvo que no tuviese ningún otro sitio a dónde ir.

-Condenado lugar, y condenado frío. En cuanto se va el Sol no hay hoguera que caliente -protesté, mirando de reojo a Aenifer, a quien sabía que no le gustaba oír cómo me quejaba, así que cambié de discurso -. Te lo digo de verdad, Aenifer, este año sí o sí voy a acabar con todos esos arrogantes y a demostrarles lo que vale una mujer. ¡Las dos lo haremos!

Cada año recibían las mismas respuestas de todos los miembros de su clan. "Las mujeres Vovits son fuertes, pero no más que los hombres", decían como preludio a una buena cantidad de risotadas burlonas. No se daban cuenta de que cada año que pasaba, ellas estaban mejor preparadas, tal y como habían demostrado a lo largo de aquellas tierras en una batalla tras otra. Así que ese año, no dejé que se rieran. Antes de que pudieran decirnos algo, me adelanté a ellos.

-Los hombres de este clan no tienen lo que hay que tener para dominarnos, y cuando ganemos, demostraremos que valen menos que sus mujeres.

Eso cerró toda posible discusión y creó una docena de miradas masculinas furiosas y celosas de nuestra determinación. Así que sí o sí, aquel era nuestro momento. Debíamos demostrar lo que valíamos, sobre todo con los nuestros.

Notas de juego

Ofú sí que pides tú jajajajajaja

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28/01/2019, 22:10
Aenifer

Sabia de debia haber guardado aquel licor para momento como este pero no tenia caso ya lamentarse. Discutirle a Valy de que habia puesto la hoguera en contra del viento tampoco solucionaria nada y estaba muy cansada para discutir.

- Solo dire que si en Lehnar te ven hacer un fuego como este de seguro que se reiran de nosotras. Dije con sarcasmo solo para hacerle molestar.

Me levante de donde estaba y me sente a su lado para apoyar mi cuerpo sobre sus piernas. El cuerpo de ambas tendria que servir para darnos calor como otras veces habiamos hecho.

-Si me vuelves a tocar el pecho con esas manos heladas te las voy a cortar, dije mientras cerraba los ojos mirando el resplandor de las llamas. Siempre me habia relajado el fuego.

Acurrucada en sus piernas pensaba en cazar algo para comer porque no ibamos a soportar el viaje y mucho menos la competencia sin una buena comida, pero queria dormir un poco primero.

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29/01/2019, 12:24
Valyëvan

Puede que no fuese la mejor hoguera del mundo, pero sin ella nos habríamos helado, así que el comentario burlón de Aenifer me irritó. Claro que cuando la miré, me di cuenta de que lo hizo para hacerme rabiar, como tantas otras veces.

-Eres una maldita pa'tak -le dije sonriendo, refiriéndome al sucio y asqueroso animal que solía poblar aquellos bosques.

Aenifer se sentó a mi lado y se apoyó en mis piernas, y yo acaricié su rostro para relajarme. El calor era importante, pero lo era mucho más la compañía y sabía que gracias a ella, mi viaje era mucho mejor.

-Si me vuelves a tocar el pecho con esas manos heladas te las voy a cortar.

Dentro de poco estarás deseando que te toque con mis manos, ya lo verás -le respondí, pensando en que de estar solas, tendríamos más posibilidades de congelarnos.

Lo más importante era seguir avanzando y por el momento, eso era lo que estábamos haciendo. El viaje era casi tan importante para un vovit como la competición, porque así demostraba que era capaz de valerse por sí mismo, aunque en realidad, raras veces viajaban solos y no era menos cierto para nosotras, solo que en nuestro caso, trabajábamos en equipo. No solo combatíamos juntas; también nos ayudábamos a sobrevivir porque en aquel territorio, la soledad era sinónimo de muerte temprana.

Mientras entrelazaba mis dedos entre sus cabellos, me alegré de tener a Aenifer conmigo; me recosté en el suelo y empecé a tararear una canción con la esperanza de dormirme rápidamente.

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29/01/2019, 16:28
Aenifer

- Yo soy una patak, pero tu hueles como uno! Dije con otra sonrisa sin dejar de mirar el fuego.

Sus dedos en mis cabellos hacian que me relajara y escucharla cantar me transportaba a algun lugar lejano, calido, lleno de amor y donde me sentia protegida. Casi podia jurar que se parecian a los cantos de mi madre, casi... si pudiese recordar.

Respire profundo abrazada a sus piernas apunto de dormir. Era los momentos en que realmente era feliz con ella, esa intimidad que teniamos mucho mas profunda de una familia o incluso amantes, era una hermandad forjada en pesares, luchas, viajes y resultados airosos despues de tantas penurias.

Y seguiamos juntas.

Daba gracias a eso. En uno de los poblados encontre un libro de religiones y al parecer el mundo de los dioses y deidades eran un gran universo. Aun no habia decidido aquien dedicar mi fe, si aquello era posible, pero si habia que agradecer algo a alguien era que Valy estuviese conmigo. Habian sido tantas las veces que me habia protegido, que habiamos saciado el hambre juntas, incluso aquella vez que quiso sacarme una muela con una maza, sabia que lo habia hecho con sus mejores de deseos.

Deseos de bruta, pero lindos al fin. Si, olia como una patak, pero era mi patak.

Me abrace de nuevo a sus piernas y me dormi.

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29/01/2019, 17:41
Narrador

No hubo aullidos en la noche, sonidos sospechosos entre la maleza, ni inoportunas interrupciones al sueño de aquellas dos mediohumanas. Despertaron con la primera luz del alba, cuando las últimas ascuas de la hoguera estaban por consumirse. Habían cogido algo de frío, algo inevitable en medio de la noche helada de aquella tundra solitaria y cubierta por un manto blanco, pero el calor del fuego y el que ellas mismas se dieron, las mantuvo con vida.

Se levantaron rápido y tras un frugal desayuno consistente en galletas saladas y carne desecada, se pusieron de nuevo en marcha camino de su objetivo. El Oiahg Lehnar se acercaba y no iban a llegar tarde a aquella cita. Debían apresurar la marcha, pues no sabían exactamente cuántas lunas y cuantos solos más restaban para la fecha y no podían fallar. Por suerte, el resto de vovits tampoco llevaba demasiado bien la contabilización del tiempo y normalmente esperaban lo que tuvieran que esperar.

Al final hasta iban a tener razón los amarillos, respecto a la necesidad y utilidad de establecer un calendario. Lo que también era muy cierto es que los vovits, muy difícilmente iban a reconocer aquello adoptando el calendario anzano como propio. Y de hecho, no fue hasta muchos siglos después, cuando el calendario anzano se impuso no solo en la vovitania, sino sobre toda Gea, aunque esa es otra historia.

El viaje de las dos mediohumanas, pues en aquellos territorios se denominaba así a los semielfos, duró otras dos semanas desde aquella plácida noche en la que Aenifer se durmió evocando las caricias de su madre en manos de Valyëvan y tarareando las canciones de cuna que tenía en su memoria. Dos semanas en las que sus piernas quedaron agotadas por el viaje a través de un páramo nevado y casi desierto, en el que la nieve era una constante sólo interrumpida por algún que otro árbol en el camino, arroyo helado o vieja construcción en ruinas.

Para cuando llegaron a su destino, el frío se había acrecentado tanto que ni el contacto físico constante, las hogueras o las pieles podían paliarlo. Por suerte el frío y la helada no habían acabado con ellas y eran ahora mucho más fuertes que antes. Para cuando llegaron a Pozo Rojo, la capital del reino de Tcellzer gobernado por el Jrag Jorah Puño Cerrado el cual abarcaba la mitad del valle del Desolado.

El Oiahg Lehnar se celebraba ese año en aquella pequeña ciudad, que por otra parte estaba bastante sobrepoblada. El dominio del Jrag Jorah había atraído en los últimos años a muchos vagabundos a su reino, los cuales se habían instalado en su nación haciéndola más fuerte. Aquella ciudad se encontraba en profundo el profundo valle Desolado y sus edificio y sobre todo sus tejados estaban construidos principalmente de ladrillo rojo y de ahí su poco original nombre.

 

Nada más llegar a las murallas de la ciudad, construidas con largos troncos afilados en su punta, un hombre fuerte y corpulento, que se encontraba apostado a las puertas, las miró de arriba abajo y tras una sonrisa les dejó pasar. Avanzaron a través de una estrecha calle, hasta que finalmente llegaron al centro de Pozo Rojo, el cual estaba abarrotado por centenares de vecinos, guerreros y curiosos que habían llegado de todos los confines de la vovitania.

En el centro de la plaza se había improvisado un estadio donde tendría lugar el Oiahg Lehnar. Tanto Aenifer como Valyëvan pudieron reconocer un sinfín de rostros. En su camino hacia el lugar donde la pelirroja debía inscribirse, tuvieron que saludar y abrazar a más de diez guerreros contra los que habían peleado o con los que habían luchado en alguna guerra, pero en tiempo de Oiahg Lehnar, no había enemigos o amigos, sólo el honor y la alegría por el combate unía a todos los que iban a participar.

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29/01/2019, 17:42
Alex Ryder

De pronto una vezo conocida hizo que Aenifer pusiera todos sus sentidos en alerta. Al principio no lo quería creer, pero cuando se dio media vuelta y descubrió que sus oídos no le habían traicionado y pudo comprobar como en efecto era él quien la llamaba, la sangre empezó a bullir en su interior.

- ¡Aenifer! – Volvió a atreverse a hablar aquel mal nacido. - ¿No me oyes? ¡Soy yo Alex! ¡Hace mucho tiempo…! ¿Cuánto hace?

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29/01/2019, 19:22
Valyëvan

 

La maldita ciudad estaba llena a rebosar. Olía a sudor, testosterona y arrogancia, justo como debía ser. Había que ser invisible para no ver como cada guerrero se retaba con la mirada mientras caminaba y si no luchaban era porque preferían no gastar sus fuerzas en estúpidos combates sin honor y esperar al momento adecuado.

Pero todos parecían estar a punto de saltar.

El encuentro con aquellos contra los que nos enfrentamos, y también junto a los que luchamos, era solo el preludio de lo que vendría. Las manos callosas y los brazos entrenados pasaban de una espalda a otra y se confundían entre sí.

-¡Así que al final has venido! -me preguntó Olarf, un guerrero de mi mismo clan.

-Nunca tuve otra intención -le respondí con seriedad.

-¡No creo que logres pasar del primer combate! -me dijo, intentando hacerme rabiar.

-Y yo no creo que dejen luchar a tu enemigo con una espada de madera -le respondí, devolviéndole el ataque en medio de sendas carcajadas.

¡Aenifer!

Oír el nombre de mi compañera me hizo ponerme rápidamente en guardia y en posición defensiva, porque a pesar de estar en territorio neutral, las peleas eran casi tan frecuentes como los escupitajos en el suelo.

No obstante, al girarnos, me di cuenta de que no se trataba una amenaza, o no lo parecía, al menos. Era un hombre joven que llamaba a Aenifer como si se conocieran desde hacía mucho tiempo.

¿No me oyes? ¡Soy yo Alex! ¡Hace mucho tiempo…! ¿Cuánto hace?

A mí lado, Aen,  se movió nerviosa. Su respiración se había acelerado y sus ojos miraban al desconocido con incredulidad.

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29/01/2019, 20:52
Aenifer

Y no podia hacer menos que quedarme helada. Al principio pense que era un celaje, una maldicion o una aparicion de Mordaiken. No! El mismo Alex en persona se acercaba hacia mi.

Podia haber disfrutado de todo lo que veian a mi alrededor y la arrogancia de mi compañera hasta ese momento. Y tal vez no le temia a ningun hombre, o incluso a ninguna criatura pero Alex era el demonio caminante que habia roto mi corazon hacia tanto tiempo que solo podia sentir miedo por lo que podia hacer y odio por lo que habia hecho.

Lo mas triste era que no se lo habia contado a mi amiga, y ahora tendria que dar explicaciones y que se sintiera mal conmigo por no haberselo confiado antes.

- Que quieres conmigo escoria, que haces aqui? Sabes que no tenemos nada en comun y no me intesa hablar contigo? Acaso vas a hacer que me pongan presa en Pozo Rojo tambien! Primero vas a sentir como abro tu cuello....Dije con voz temblorosa entre la rabia y el desconcierto.

Una rapida mirada alrededor debia ser suficiente para notar si se acercaba algun guardia y debir huir de la ciudad como en nuestro ultimo encuentro. Habia suficiente gente como para que atraparme fuese algo dificil pero no podia confiarme, no con Alex. Aquel era el rey del carisma malevolo y solo Sharess o Korn sabian con quien mas estaria en la ciudad. Entonces tuve la certeza de que debia irme. No podia quedarme alli, pero no podia dejar a mi amiga sola.

Mi mano descanso en la empuñadura de mi arco para sacarlo tan pronto como fuese necesario y estaba claro con mi tono voz, al menos para Valy, que Alex era de todo menos un amigo.

- Que quieres de mi? Volvi a preguntar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La tirada es para ver alrededor buscando guardias o compañeros de Alex que nos pongan en riesgo. La idea al menos es poder reaccionar antes y que no nos flanqueen si es necesario un combate.

Si. Soy paranoica. Ji ji.

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29/01/2019, 21:06
Valyëvan

Al oír sus palabras y ver su reacción, no lo dudé un instante más. Me coloqué a su lado, un paso por delante de Aenifer y esgrimí mi hacha amenazadoramente.

-Da un paso más y serás carne de gritagh* -le dije, mirándole fijamente mientras me preparaba para atacarle o defenderme.

En ese momento, lo que menos me importaba era lo que sucediese después de acabar con el. Si era un enemigo de Aenifer era mi enemigo. Punto.

Notas de juego

*animal carroñero similar a la hiena, al que suele acompañar un mal olor característico debido a las feromonas que desprende.

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29/01/2019, 21:19
Aenifer

- No Valy!!! Espera!!!

No podia permitir que ella entrara en combate, no para defenderme. Aun no ocurria nada y eso no seria bien visto por las autoridades de la ciudad ni del torneo.

- No lo merece, en serio... habla de una vez Alex, que es lo que quieres!!!

Mientras me coloque al lado de amiga y puse mis manos sobre su brazo. No podia permitir que partiera a Alex en dos. Lo deseaba, si... pero no era el momento.

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30/01/2019, 18:03
Alex Ryder

Alex se quedó un momento paralizado. Era como si de pronto le hubieran arrojado un cubo de agua fría por encima. Miró a ambos lados buscando una salida, pero se vio solo y en peligro. Era como si hubiera recordado quien era Aenifer en el preciso instante en que abrió la boca vertiendo amenazas sobre él.

- Bueno sólo era… - Parecía que no sabía muy bien que decir. ¿Era posible que no se hubiera percatado hasta ese momento de quien era en realidad Aenifer? – Bueno yo… ¿No te lo tomaste en serio aquello que... no? ¿Aquello que pasó en…?

Sus imprecisiones y sus dudas dejaban clara una cosa. Aunque había acertado con el nombre, no había logrado asociarlo a la historia que tuvo con ella. Sin duda alguna, Aenifer era sólo una conquista más de entre las muchas que Alex Ryder había estado coleccionando durante su corta vida. Sin duda, Aenifer no era la primera que embaucaba y tampoco sería la última, a menos que… a menos que aquello quedara zanjado allí mismo.

- Pues… - Se rascó la cabeza. - ¡Ya nos vemos por aquí! – Exclamó.

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30/01/2019, 18:46
Valyëvan

Cuando el tío se alejó lo suficiente, me volví hacia Aen.

-¿Y bien? ¿De qué iba todo eso? ¿Se puede saber lo que te hizo?

Estaba respirando más deprisa de lo que debía, pero es que los hombres y sus habituales aficiones me ponían enferma. No sabía si simplemente habían tenido un encuentro fortuito, o entre los dos había existido algo mucho más profundo.

Por experiencia, y también por su respuesta, me decantaba más por esto último y de ser así, de haber roto algún tipo de promesa o haberse aprovechado de ella de alguna manera, todavía tenía tiempo de darme una carrera y reventarle la cabeza allí mismo.

-Más te vale decirme algo para convencerme de que no le parta en dos ahora mismo -le dije, conteniendo a duras penas mi furia.

Notas de juego

¡Que me lo comoooooo!

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30/01/2019, 23:40
Aenifer

Respire aliviada cuando Alex dio media y se marcho por donde habia venido, pero yo no era ya la misma tonta ingenua facil de engañar, y sabia que aquello terminaria alli. Alex era determinado y nunca esperaba un no como respuesta, no sabia de reglas y siempre tenia que obtener lo que queria. Asi que si de nuevo queria algo de mi, estaba segura que lo volveria a ver.

Hubiese querido reprocharle tantas cosas y tal vez gritarle en su cara que era un miserable pero la publicidad hacia nosotras no hubiese sido agradable y me alegre de que de momento todo hubiese terminado.

De momento.

- Que quieres que te diga Valy, era joven e ingenua y si me enseño a robar, a moverme entre las sombras y muchas cosas mas hasta que se canso de mi y decidio usarme como carnada en un golpe. Estaba enamorada lo se, y no podia creer que hubiese sido el mismo el que habia lanzado a la guardia contra mi.

Por un momento me quede mirando el suelo recordando aquella noche de sexo excepcional y lleno de atenciones. Alex habia regresado con regalos y demas dejandome alli embelesada suspirando por el mientras en mi mente imaginaba un futuro lleno de alegrias y tal vez hasta una familia.

- Viviamos juntos o al menos era su mujer porque obviamente el nunca seria de nadie, una noche me dejo sola y en la  madrugada llegaron los guardias a apresarme por un crimen que el habia cometido, pude escapar apenas por suerte y sin nada mas que una capa ligera y una daga para adentrarme en el bosque, recuerdo que me oculte hasta la noche siguiente y al regresar uno de nuestros compañeros de fechorias fue el que me conto que Alex me habia lanzado la guardia mientras el huia con un botin mas grande. Mi cabeza tenia precio en la ciudad asi que decidi volver a casa con La Abuela aunque con las manos vacias. 

El resto no tenia importancia. Al menos nuestra Abuela era como una madre para nosotras y siempre protegia a sus hijas, a partir de alli siempre me preocupe porque no hiciera falta nada en nuestro hogar, ahora eramos todas adultas y la Abuela tenia muchos niños que siempre estarian pendiente de ella. La extrañaba, pero ahora teniamos un torneo que ganar o al menos Valy, y tenia que estar enfocada en ello.

- Quieres una razon para no partir a Alex en dos, pues tienes un torneo que ganar y sabes que las peleas afuera estan prohibidas, vamos a comer algo, tu siempre tienes hambre. Bromee.

Ademas yo tambien tenia hambre, aunque saber que Alex estaba en la ciudad me mantendria nerviosa el resto del tiempo.

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31/01/2019, 09:48
Valyëvan

No podía creerlo. Las explicaciones de Aen, en lugar de darme motivos para quedarme, me estaba convenciendo más y más para dejarlo todo y arrancarle la cabeza a aquel traicionero hijo de un Patak, pero lo último que deseaba era que ella se sintiese mal, así que respiré profundamente y volví a contenerme.

-Está bien, está bien. No haré nada... por el momento. Pero te juro que como nos lo encontremos cuando hayamos terminado aquí, ni tú ni nadie podrá evitar que lo parta en dos. Nadie que traicione a mi amiga tiene derecho a seguir vivo en esta tierra.

Tras lo cual, me giré y comencé a caminar junto a Aen para ir a comer algo. Sabía que no podría olvidarme de ese tal Alex, pero quizás lograse concentrarme lo suficiente en lo que me esperaba para postergarlo.

Solo... quizás.

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31/01/2019, 12:43
Aenifer

Mientras nos íbamos me volví para volver a ver a Alex. Su soltura al andar y su arrogancia me hicieron extrañar nuestros momentos.

Una extraña sensación me recorrió el cuerpo. Aún estaba enamorada de él y eso me hizo sentir peor.

Valy me llamó extrañada y corrí a alcanzarla.

- Lo siento.... Dije apenada.

Valyevan podía ser bruta pero no tonta y se dio cuenta que algo más pasaba, sobre todo porque rara vez me disculpa y menos con ella.

Notas de juego

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01/02/2019, 18:12
Narrador

No era momento para explicaciones. Estaban allí por una razón y esa razón no podía esperar. Habían llegado con el tiempo justo y Valyëvan debía apuntarse todavía para participar en la lucha tribal. Ya había tiempo para historias más tarde si la mediohumana sobrevivía a los duros combates que tenían que producirse en breve.

Dejando atrás a Alex Ryder y su extraño reencuentro con Aenifer, las dos mujeres con sangre élfica se abrieron paso entre mareas de hombres musculosos, sudorosos y beodos. No fue fácil, pues las calles de Pozo Rojo eran trampa mortal abarrotada de personas. Si se desataba una estampida, más de unos acabaría muerto pisoteado por el resto de allí presentes.

No obstante, Val era una gran punta de lanza. Empujón tras empujón, logró abrirse paso hasta la plaza central de aquella ciudad capitalina. Allí se encontraron ante un improvisado anfiteatro en forma circular construido enteramente en madera. Sus graderíos se alzaban hasta diez metros del suelo en éstos cabrían no menos de dos millares de almas. El centro del coliseo estaba cubierto de arena. Tenía forma ovalada y tendría una superficie de casi cuarenta y cinco metros por unos treinta y dos.

En el centro de la arena se encontraba un hombre bajo un techado también de madera y una larga cola de guerreros dispuestos a probar su valía en combate contra los más fuertes y aguerridos vovits de toda la Vovitania y entre ellos muy pocas eran las mujeres que se atrevían siquiera a plantearse aquel desafío. Pero allí estaba ella, Valyëvan junto a su inseparable Aenifer, dispuesta a todo.

Aguardó cola durante no más de diez minutos. Los hombres que tenía a su alrededor hicieron algún que otro comentario jocoso a costa. Cierto era que se admitía que las mujeres se presentaran al Oiagh Lehnar, pero desde luego no era lo más habitual y cuando se producía aquella situación, los hombres solían hacer burla sobre ello. Lo que ni uno solo de ellos deseaba era que en sus enfrentamientos les tocara combatir contra una de aquellas valientes guerreras, pues de salir derrotados la deshonra les acompañaría de por vida.

Finalmente le tocó el turno de inscribirse a Valyëvan. El hombre que estaba anotando los nombres la miró de reojo y esbozó una sonrisa. La mediohumana a punto estuvo de decirle algo. No podía concebir que hasta el escriba, un hombre menudo, de complexión débil y anciano como era, también se metiera con ella, pero entonces habló.

- Valyëvan… - Apuntó. – Tu fama te precede hija de una elfa y un vovit. – Dijo aquel hombre al que faltaba un ojo y la mayor parte de su dentadura. – Compites por los Eovithe… ¿No es así? – Le dedicó una sonrisa. – Te deseo suerte, marea roja… - Le dijo.

Notas de juego

Turno de transición. Tenéis tiempo para hablar entre vosotras, comer... lo que queráis. Si queréis responderle al viejo tuerto también podéis... lo que queráis. 

Después de vuestra intervención, supongo que ya el lunes, empezará el torneo.

Y tranquila Aenifer, que también tengo algo preparado para ti. No sólo vas a menear pompones y gritar el nombre de Valvëyan deletreando.

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01/02/2019, 18:38
Valyëvan

Sin duda, encontrarme allí era una prueba para mí, pero también lo era para todos los demás, que sabían que quienes se enfrentaran a mi brazo, solo podían ganarme matándome... o sufrir una dolorosa derrota que les acompañaría durante toda su vida, porque ya me encargaría yo de recordárselo.

Así que a pesar de los comentarios, sabía en mi fuero interno que era miedo lo que sentían. Miedo... de mí.

El lugar, eso sí, era imponente. Solo con verlo no pude evitar ponerme nerviosa, porque todo mi pueblo estaría mirándome; bueno, no todo, solo la mitad, porque el resto... ni tan siquiera sabía que yo existía.

Cuando me llegó el turno de apuntarme, Aenifer a mi lado se quedó un paso por detrás. El viejo guerrero que anotaba nuestros nombres me miró de arriba a abajo con su único ojo.

Valyëvan… Tu fama te precede hija de una elfa y un vovit. Compites por los Eovithe… ¿No es así? 

-No. Compito por mí. Si los Eovithe quieren seguirme, que lo hagan. Mi nombre es mío y yo decidiré a quién quiero representar -repliqué. Había sufrido mucho dentro de mi propio clan como para regalarles ahora una victoria sin condiciones. Si ganaba, lo haría yo. También si era derrotada, por supuesto, pero al menos no tendría que dar explicaciones a nadie.

Te deseo suerte, marea roja.

Agaché la cabeza en señal de agradecimiento y me retiré de la fila con Aenifer.

-Bueno, la suerte está echada, Aen. Espero no hacer el ridículo -le dije, dejando que los nervios me invadieran por primera vez desde que habíamos llegado -. Creo que ahora deberíamos comer algo.