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[D&D 3.5] La Torre de las Almas Perdidas 2: El Plano de la L

Anexo 1. El Juicio Final de Khorvin.

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23/05/2018, 16:01
Director

Sentir como aquellas afiladas hojas penetraban en su cuerpo una y otra vez, había sido sin duda, una de las peores experiencias en la vida de Khorvin. El dolor que sentía con cada punzada no era comparable con nada de lo que hubiera sentido hasta la fecha. Aquello acompañado con la certeza de una muerte cercana y el pavor que a un hombre no especialmente devoto le suponía tan trance, casi le hicieron enloquecer.

Notaba que con cada latido de su corazón se le escapaba la vida. Su sangre manaba a borbotones cada vez que su corazón palpitaba. El suelo bajo de él, así como sus ropas, estaban cubiertas por el color carmesí de su propia sangre. Aquello le horrorizaba, pero por raro que pudiera parecer, a medida que pasaban los segundos, su temor iba decreciendo y una sensación de paz le embargaba poco a poco.

Dejó de ser consciente de lo que le rodeaba. Seguía ahí, a su alrededor, pero todo se movía más lentamente y parecía muy lejano. Su vista se enturbió y el ruido y el fervor de la batalla, dejaron de ser audibles para el marinero. Se sintió flotar y ya no sentía miedo, sólo indiferencia y necesidad de descansar.

Unas luminarias le envolvieron. Se trataba de luces que le rodeaban apoderándose de él, pero que de alguna manera le reconfortaban. Sin duda se trataba de entidades pensantes y con un claro propósito, que no era otro que el de llevar a Khorvin ante su juicio final. Nunca había sido demasiado creyente y realmente esperaba que tras su muerte, su cuerpo fuera pasto de los peces y nada más. Ahora tocaría saldar cuentas ante Gorant el Gris, suponía.

Notó como si se fuera elevando dejando atrás su cuerpo sin vida. Vio como desde arriba del mismo, como un monje, el mismo monje con el que había luchado cuerpo a cuerpo con aquellos demonios, lo arrastraba hacia el interior del Bastión y después nada. La más pura oscuridad, el más inmaculado de los silencios. Nada se encontraba a su alrededor, nada que pudiera captar con sus sentidos.

De pronto se encontró haciendo cola. Frente a él se hallaban infinidad de seres con aspecto submarino. Seres con aspecto de pescado que parecían aguardar su turno. Aunque nadie se lo había dicho, estaba esperando el momento de su juicio final. El momento en que debía rendirle cuentas a su dios patrón. No obstante, no parecía encontrarse en los dominios de Gorant el Gris.

A su alrededor podía observar con claridad el fondo marino. De hecho, estaba rodeado por ingentes cantidades de agua salada. Rocas cubiertas de algas y moluscos, formaciones coralinas, peces que nadaban a un lado y a otro. Sus pies, de estar pisando sobre el firme, pues más bien flotaban, lo harían sobre una fina y blanca arena. Aquella larga cola, se acercaba hacia un enorme palacio de coral. Un palacio rodeado por una barrera coralina y con una torre que se elevaba hacia la superficie de aquel fondo marino.

Frente a Khorvin avanzaba un ser con aspecto anfibio. Parecía un grotesco hibrido entre un humano y una rana. De ojos enormemente saltones y piel verduzca de aspecto gelatinoso. Tras él se hallaba un humanoide con rostro de cefalópodo. Sin duda fervientes servidores del dios que se hallaba en el interior de aquel enrome castillo submarino. Seres que iban a rendirle cuentas al dios que fuera y del que Khorvin, la única alma humana que podía reconocer entre todas las presentes, no tenía ni idea.  

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26/05/2018, 20:52
Khorvin Lluch

-Por todos los percebes del casco de la Venganza del Sur, ¿que demonios es toda esta parafernalia? ¿Acaso este es el final para el bueno de Khorvin?

Miro a un lado y a otro menos asustado de lo que su razón le hubiese aconsejado, pues lo cierto era que de algún modo u otro parecía saber que aquel era el sitio que le correspondía.

Dió dos golpecitos al ser que le iba delante reclamando su atención.

-Maese batracio, ¿a que Dios vamos a rendir cuentas?-preguntó con más curiosidad que angustia.

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28/05/2018, 16:19
Director

Aquel extraño ser parecido a una rana, pero que caminaba erguido pareció ignorar a Khorvin. Lo mismo hizo el resto de seres que aguardaban aquella interminable cola hacia aquel extraño castillo coralino subacuático. Todos parecían resignados y en cierta manera algo tristes o nostálgicos. No obstante, no se caracterizaban por su expresividad, pues sólo él había abierto la boca para tratar de averiguar algo acerca de lo que estaba sucediendo.

Khorvin refunfuñó como era de esperar. Su estancia en aquel lugar no era grata. No sólo por saberse muerto y a la espera de ser juzgado por sus hechos en vida, sino por no saber a qué atenerse en el momento en el que tuviera que enfrentarse al dios que fuera. De haber sabido que le deparaba algo así tras su paso por Gea, quizás y sólo quizás hubiera elegido con más cuidado al dios al que dedicar sus oraciones y hubiera sido bastante más devoto, aunque eso sólo quizás.

La interminable cola avanzaba muy lentamente. Tan lentamente que a Khorvin empezaba a parecerle que permanecería toda una eternidad frente al ser de rostro de octópodo y tras los pasos de aquel hombrecillo de ojos saltones y aspecto anfibio. Abrumado, trató de salirse de la fila, pero aquellas reconfortantes luminarias se lo impidieron.

Al tratar de abandonar su camino, aquellas extrañas presencias luminiscentes con aparente consciencia propia, aparecieron en los márgenes del camino impidiendo que se desviara. No lo hicieron bajo coacción o amenaza, ni ejerciendo fuerza contra el alma descarriada de aquel marinero, sino que su mera presencia le hizo desistir en su intentona de buena gana, aunque instantes después volviera a sentir el impulso de querer salir de ahí.

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28/05/2018, 16:23
Douglas Croak

- No es momento de tratar de escapar. – Dijo de pronto el hombre con apariencia anfibia. – Asume que has muerto. Simplemente espera a tu turno. El gran Crabtas debe determinar si los actos que llevaste a cabo en tu vida son dignos de su absolución o no. – Negó con la cabeza. – Un poco de dignidad…

El hombre con aspecto de rana parecía estar molesto con la actitud de Khorvin. Nada más decir aquello volvió a girarse hacia el frente y siguió aguardando a que la cola se moviera.

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28/05/2018, 16:23
Carasepia, alias Cara de Pulpo

- No se lo tengas en cuenta. - Khorvin escuchó la voz del ser que seguía sus pasos. El ser que parecía portar un pulpo adosado en el cuerpo de un humanoide. - Todos los que estamos aquí estamos nerviosos. - El pulpo, que al igual que el hombre rana, parecía hablar perfectamente el idioma de Khorvin, se encogió de hombros. - Después de toda una vida sobre Gea, es el momento en que Crabtas decidirá si somos dignos de pasar al Vergel o bien caemos al Gran Abismo. - Posó una de sus enguantadas manos sobre el hombro de Khorvin. - ¿Eras muy devoto? ¿Cómo moriste?

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28/05/2018, 18:30
Khorvin Lluch

-Bueno...-Se mesó la barba.

-Contando que es la primera vez que escucho hablar de Glabtar... Lo cierto es que se suponía que era servidor de Gorant el Gris, si bien lo único que buscaba bajo su manto era pitanza al final del día y cobijo al inicio de la noche...

Se encogió de hombros.

_Aunque buena cuenta he dado durante mi vida a cientos de malvadas sardinas y de herejes pescadillas ¡Jo, Jo, Jo!-Estalló en carcajadas mientras se golpeaba a la panza.

-Mi muerte ha sido... complicada. Lo cierto es que mis camaradas y yo nos desplazamos a un lugar fuera de toda razón, lleno de bestias y pesadillas por doquier... y ahí fue donde me encontré a la parca... lo cierto es que lo que más lamento es el haber dejado atrás a los pobres de mis compañeros... no se como saldrán adelante sin el bueno de Khorvin

 

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28/05/2018, 18:50
Douglas Croak

- Fui un batracio de fe. - Dijo entonces el hombre rana. - En vida digo. - Rió de forma extraña, pues más bien parecía que alguien estaba chapoteando en una charca. - Entendí entonces, que aquellos que no dedican el tiempo que requiere su propia fe, o que directamente carecen de ella, acaban siendo juzgados por aquella entidad más afín a los valores que siguió en vida. - Hizo una pausa. - Digamos... que se le asigna un dios de oficio. Todos merecemos un juicio justo. ¿No es así, amigo pulpo?

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28/05/2018, 18:56
Carasepia, alias Cara de Pulpo

- ¡A mi no me metas en tus asuntos! - Respondió el hombre de la cara de pulpo. - ¡Tuve que soportarte en vida y también ahora en la muerte! - Gruñó visiblemente enfadado (si, aquel ser cefalópodo podía gruñir). - Tuvimos que morir juntos... - Meneó la cabeza y sus tentáculos golpearon de un lado a otro de forma violenta. Estaba visiblemente enfadado. - Estúpido destino... - Susurró. - ¡Menos mal que este repulsivo marinero murió entre medias!

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28/05/2018, 19:04
Pescaditu

- ¡No griten! - Exclamó un hombre con un rostro similar al de un pez. - ¡La paz que no tuvimos en vida, esperábamos encontrarla aquí! - Añadió. - ¡Un humano! - Dijo de forma despectiva. Al parecer no le gustaban los humanos a aquel extraño ser.

El hombre con aspecto de pez se encontraba unas cuantas posiciones por delante de Khorvin. Nada más decir aquello volvió la mirada de nuevo hacia el castillo de coral situado al final de aquella larga hilera de difuntos. Instantes después volvió a girar la cabeza hacia Khorvin y al verlo pareció sorprendido.

- ¿Un humano? - Preguntó mientras meneaba la cabeza. Parecía confundido. - ¿Qué hace un humano aquí? - Volvió a girar la cabeza hacia el castillo y cuando volvió a mirar a Khorvin pareció sorprenderse de nuevo. - ¡Un humano! ¡Asesino! ¡Asesino! ¡Con sus barcos, con sus arpones, con sus cañas! - Y entonces miró en otra dirección y cuando miró a Khorvin de nuevo pareció de nuevo sorprendido. - Hummm... Un humano. ¿Qué hace aquí un humano? - Volvió a preguntar.

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28/05/2018, 19:14
Khorvin Lluch

Khorvin volvió a estallar entre carcajadas

-Mis camaradas de sangre fría, ¡no dejemos que el pesar nos nuble el porvenir!  Si he sido traído aquí por la providencia, ¡aceptémoslo de buen grado!- volvió a golpearse la panza

-¡Mirad a vuestro alrededor!¡Que bello paraje! corales y anémonas por doquier...¡ Jamás habría visto tal cosa en vida!

Cerró uno de sus ojos en una mueca habitual en el curtido marino. -No dejéis que nuestra actual situación haga mella en vuestra branquial amistad... no vale la pena....-Se rascó la barba-Lo cierto es que me recordáis a un amigo que tuve cuando era apenas un alevín y al oriundo de su hermano pequeño... No eran gentes de mar puesto que sus padres eran clérigos y se podría decir que nadaban en piezas de oro- Frotó su pulgar con el índice--Estaban acostumbrados a llenarse la panza con venado del más caro... y en su casa nunca faltaban cigarros puros Sundalianos... y si bien podría parecer que siempre discutían por cualquier disputa de lo más absurda, lo cierto es que se apreciaban fraternalmente... y eso es lo que veo de ellos en vosotros mismos, si señor-dijo asintiendo con los brazos en cruz. Lo cierto es que a Khorvin LLuch le bastaba bien poco para irse por las ramas en las más variopintas situaciones.

 

Luego se giró hacia aquel nuevo integrante de la conversación, frunciendo el ceño.

-Creo que te recuerdo... ¡si señor! ¿No fue a tu hermano al que me comí en un guiso?

Volvió a estallar en carcajadas.

 

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28/05/2018, 19:18
Señor Pece

- ¡Por todos los diablos marinos! - Gritó otro ser con rostro de pez. - ¡Estamos perdidos! ¡Nos llevará a la superficie! ¡Seremos cocinados o cubiertos de sal!

A decir verdad el ataque de pánico le duró poco a aquel ser. Fue girar la cabeza y para cuando volvió a mirar en dirección al humano parecía haber olvidado todo lo sucedido. Si, los hombres pez solían mirar de lado a lado constantemente. Cada vez que su mirada cambiaba de dirección sufrían un lapso de memoria que les hacía olvidar todo lo que habían memorizado instantes atrás. La vida de un hombre pez podía llegar a ser realmente molesta, principalmente para los no hombre pez que tuvieran al lado.

- ¿Qué hace aquí un humano? - Preguntó entonces.

 

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28/05/2018, 19:19
Carasepia, alias Cara de Pulpo

- ¡Por nuestro buen dios Crabtas! - Gruñó de nuevo el pulpo y del enfado escupió tinta negra, como si una sepia fuera. - ¡No les des todavía más cuerda! - Cara de pulpo empezaba a sentirse cada vez más angustiado. No le bastaba con haber muerto junto a su enemigo más íntimo en vida, el hombre rana, que además estaba rodeado de esos estúpidos hombres pez. - ¡No me extraña que esto este plagado de hombres pez! ¡No se ni como alguno de ellos llega a la edad reproductiva! ¡Qué raza más absurda!

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28/05/2018, 19:22
Douglas Croak

- ¿Qué diantre en un venado? - Preguntó el hombre anfibio. - ¿Y un puro? - Negó con su cabeza, pero para ello tuvo que mover todo su cuerpo, pues carecía de cuello. - En eso si coincido con mi buen amigo caradepulpo, los hombres pez son muy molestos a veces.

El hombre anfibio se dio media vuelta para encarar como bien merecía aquel chistoso humano que no dejaba de carcajearse. Si algo no le faltaba en la muerte a ese ser, era el humor. Acercó su pegajosa mano de cuatro dedos a Khorvin, quien no dudó en apretujarla. Sintió entonces el tacto pegajoso y algo mojado de aquella mano, pero también notó que aparentemente si aquel ser tenía huesos debían ser extremadamente blandos.

- Por cierto, me llamo Croack... - Hizo una pequeña pausa en la que sus enormes globos oculares miraron hacia la superficie del mar. - O así me llamaba en vida... ahora no se... - Volvió a mirar a Khorvin. - Qué Carapulpo me llame Croack, pero tu puedes llamarme Douglas. Siempre quise llamarme Douglas.

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28/05/2018, 19:35
Carasepia, alias Cara de Pulpo

- ¿Douglas? – Escupió más tinta con otro de sus característicos gruñidos de pulpo. - ¿Qué clase de nombre es Dogulas? – Se cruzó de brazos y de tentáculos enfadados dándole la espalda a Douglas. – No te llamaré ni Douglas, ni Croak, ni de ninguna otra forma. – Sentenció. – Simplemente declinaré el comunicarme contigo. ¡Total, para lo que nos queda aquí! – Meneó la cabeza golpeando de nuevo con sus tentáculos aquí y allá y abofeteándose a sí mismo. - ¡Y no me llamo Carapulpo! ¡Mi nombre es Carasepia!

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28/05/2018, 19:46
Director

Poco a poco la fila iba avanzando de forma casi imperceptible. Aunque ninguno de aquellos extraños compañeros de hilera se dieran cuenta, cada vez quedaba menos para el momento en que fueran finalmente juzgados por sus actos en vida. Lo cierto era que el tiempo que allí pasaron les pareció una eternidad.

Y no tanto por el mal humor de Cara de Pulpo o los continuos gritos de los hombres pez, con sus idas y venidas. Llegaba a ser bastante molesto estar rodeado de aquellos hombres con cara de pez. No bastaba con el nauseabundo olor a pescado podrido que emanaban, pues al fin y al cabo eran peces muertos, que además se unían sus chillidos de pánico cada vez que se percataban de la presencia del humano.

Si… cada vez que giraban la cabeza y se cruzaba Khorvin en su visión chillaban asustados. Era como si vieran al mismísimo diablo a punto de adueñarse de sus almas. La mayor desgracia era que su memoria les impedía recordar tal hecho cuando volteaban la cara y para cuando volvían a ver al marino chillaban de nuevo asustados.

Y así, entre quejas de un pulpo, historias de una rana y chillidos de asustadizos peces con cerebro de cacahuete, llegó el momento en que Korvin Lluch tuvo que despedirse del hombre rana. Llegó el turno de Douglas. Un ser al que conociera mucho tiempo atrás y con el que había logrado entablar una buena amistad reviviendo muchos de los hechos que acontecieron en las vidas de ambos.

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28/05/2018, 19:51
Douglas Croak

- Buena suerte señor Lluch. – Dijo el hombre rana estrechando de nuevo su pegajosa y húmeda mano con la del humano. – Pasar esta eternidad a su lado ha sido un placer solo aminorado por los estúpidos hombres pez y por la mala baba del hombre pulpo.

Porque realmente el tiempo que allí pasaron equivalía a una eternidad. Un tiempo en el que llegaron a conocerse bastante bien. Khorvin, Douglas y Carasepia llegaron a entablar una bonita amistad, sólo enturbiada por la mala tinta del hombre con cara de pulpo. Carasepia tenía en su interior demasiado rencor hacia el pobre hombre rana. Al parecer se conocieron en vida y aunque durante un tiempo fueron amigos, todo cambió cuando descubrió que Douglas mantenía una relación en secreto con su esposa. 

Fue cuando Caradesepia acudió a un clérigo en busca de ayuda y consejo cuando descubrió en el engaño. Llevaba algunas semanas viendo extrañas visiones. Lo cierto era que creía que eran a causa de que Crabtas le estaba tratando de enviar algún tipo de mensaje que no lograba descifrar. El clérigo, un hombre anémona, lanzó un conjuro de adivinación y le fue revelado que las visiones que sufría Carasepia, eran debidas al veneno tóxico que emanaba de la piel del hombre rana.

Su esposa, al retozar con Douglas, se impregnada de dicho material y cuando regresaba a su domicilio situado en el interior de una roca costera, todavía permanecía impregnada con el veneno. El pobre Carasepia, al regresar a casa tras un agotador día en la imprenta subacúatica tan solo deseaba marcharse a lo más profundo de su cueva y descasar, pero Pulpita era demasiado fogosa y no le bastaba lo que el hombre rana el daba. Le obligaba al fornicio y de esa manera, el veneno alucinógeno pasaba de su propio cuerpo al de su marido, causándole aquellas visiones.

Tras aquella revelación el Carasepia, molesto no tanto por la infidelidad, sino por haber sido impregnado con material genético anfibio, se marchó a pedir una explicación a su buen amigo hasta la fecha, el señor Croak. El encuentro acabó con un guantazo en la pegajosa cara de Croak y tras el mismo, ambos contendientes acabaron falleciendo. Desde entonces Pulpita no ha dejado de alargas sus tentáculos aquí y allá demostrando con gran parte del océano su fogosidad amatoria.

El hombre rana Douglas miró por encima del hombro a Khorvin para tratar de encontrar su mirada con la de su antiguo enemigo el Carasepia. Este seguía enfurruñado y de espaldas, como de costumbre. El hombre rana meneó su cuerpo entero en señal de negación y se encogió de hombros mirando de nuevo a Khorvin.

- Es una lástima que en toda una eternidad no hayamos podido congeniar… - Habló entonces Douglas. – Aunque ha habido buenos momentos. Recuerdo aquella vez que debatimos sobre filosofía. ¡Cara de pulpo sabe mucho de esa mierda…! – Rió entonces con ese característico sonido de chapoteo. – Lo dicho señor Khorvin, espero que se gane el Vergel. ¡No es usted carne de Gran Abismo!

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28/05/2018, 21:28
Khorvin Lluch

-Ha sido usted un buen camarada de viaje, maese Douglas. Que Crabtas sepa ver el bien que ven mis ojos en ti.

Le dedicó una reverencia con la cabeza.

-Que la marea te sea propicia.

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29/05/2018, 09:07
Carasepia, alias Cara de Pulpo

Fue justo antes de que Douglas penetrara en el interior del palacio cuando las lágrimas brotaron de los ojos de Carasepia. El ser cefalópodo se giró hacia el hombre rana visiblemente afectado.

- ¡Amigo! - Bromó entonces mientras sus ocho tentáculos se movían insistentemente de lado a lado. - ¡Te echaré de menos!

El hombre rana realizó una mueca que pretendía imitar una sonrisa, aunque para nada lo consiguió. Douglas y Carasepia se abrazaron por un instante y tras varias palmadas en la espalda, acabaron por despedirse.

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29/05/2018, 09:41
Director

Finalmente llegó el turno de Khorvin. Carasepia se despidió de él mientras los hombres pez gritaban por última vez al ver a Khorvin, justo antes de que el humano penetrara en el interior del castillo coralino. Si bien era cierto que Khorvin había hecho gran amistad con Douglas, lo cierto era que Carasepia tampoco le caía mal del todo. Era bastante más antipático y menos interesante que el hombre rana, pero al fin y al cabo habían compartido una tediosa eternidad en aquella cola. Se echarían de menos mutuamente.

Nada más acceder al palacio, Khorvin observó unas interminables escaleras y nada más. Se trataba de una escaleras bastante empinadas y algo oscuras. Las paredes estaban cubiertas por infinidad de conchas marinas, estrellas de mar, anémonas y algas que parecían bailar al son de la corriente marina. A Khorvin le extraño que no hubiera ni un solo guardia custodiando la entrada o las escaleras, pero al fin y al cabo estaban en el semiplano de un dios. Posiblemente no la necesitara para nada.

Nada más llegar a lo más alto de dichas escaleras, se abrió ante él una amplia estancia en la que enormes columnas se elevaban hasta el techo acabando en un arco. Las paredes estaban decoradas con escenas marinas que parecían tener movimiento propio. Al final de la estancia, sobre una tribuna se hallaba un trono y sobre el mismo se sentaba un ser de un tamaño enorme con apariencia de crustáceo.

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29/05/2018, 09:49
Crabtas

- Khorvin Lluch. - Se escuchó una poderosa voz que envolvió toda la sala y se incrustó en la cabeza de humano. - Acércate. - Le ordenó.

Khorvin comenzó a caminar lentamente mientras observaba con curiosidad las pinturas marinas de las paredes. Para cuando llegó al final de la sala y se plantó frente al trono pudo observar con claridad la verdadera naturaleza de aquel extraño dios. Crabtas era un ser con apariencia de crustáceo pero también se asemejaba a una pulpo. Parecía un híbrido entre ambas razas. Sus ojos eran amarillos y miraban al humano con severidad. Sin duda se trataba de un dios sin demasiado sentido del humor.

- Cuéntame, Khrovin. - Dijo de forma solemne. - ¿Crees que eres digno de entrar en el Vergel?